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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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emocional para producir la reacción del sudor que llegó a ser “como gotas de sangre”.
● Algunos eruditos alegan que la carta a los efesios no se dirigió a los de Éfeso sino que es la carta a los de Laodicea, mencionada en Colosenses 4:16, y hay base para esto, dicen ellos, en que las palabras “que están en Éfeso”, que se hallan en la Versión Moderna de Efesios 1:1, son una añadidura al texto. ¿Están correctos en esto?—H. J., Chile.
Colosenses 4:16 parece dejar establecido que en realidad existió en un tiempo una carta a los de Laodicea. ¿La tenemos hoy? O ¿tenemos una copia de ella? Quizás sí; quizás no. Puede haber sido inspirada; puede no haber sido inspirada. Pero si no fué inspirada eso no significaría que fué falsa, así como las declaraciones que pudiéramos hacer hoy no necesariamente serían falsas porque no fueran inspiradas. Una declaración puede ser absolutamente verdadera, aunque no sea inspirada. Por eso el que la carta a los de Laodicea no fuera inspirada, no la haría falsa. Sólo el que no fuera conservada en el canon de la Biblia no la hace falsa. No fué incluida porque sin duda no es necesaria para nosotros hoy; otras cartas que están incluidas puede que abarquen los mismos puntos para nosotros. El incluirla pudiera significar duplicación innecesaria.
La sugestión de duplicación nos trae a una consideración de la carta a los efesios. El principio dice: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús, por la voluntad de Dios, a los santos que están en Éfeso y creyentes en Cristo Jesús.” (Efe. 1:1) Sin embargo, muchos manuscritos omiten “en Éfeso” (vea la margen de la Moderna) y en el griego solamente dicen “a los santos que están”, sin mencionar ningún lugar. La Traducción del Nuevo Mundo vierte este versículo Ef 1:1: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús por medio de la voluntad de Dios, a los santos que también son fieles en unión con Cristo Jesús.” Omite “en Éfeso”, y la nota al pie de la página dice “quienes están” de acuerdo con los manuscritos Sinaítico, Vaticano 1209 y Papiro Chester Beatty Núm. 2, simbolizados respectivamente por א, B, P46. Sin embargo, la expresión “quienes están en Éfeso” se encuentra en los manuscritos conocidos como Alejandrino, Bezae, Vulgata y versión siríaca Peshitta.
En vista de estos hechos, la explicación que se ha dado es que la carta a los efesios fué una carta circular y que Pablo hizo que se prepararan varias copias de esta carta y dejó un espacio después de las palabras “quienes están——————”, y el espacio había de ser llenado de acuerdo con la dirección a la cual cierta copia de la carta había de dirigirse. Sabemos que hoy muchas organizaciones, incluyendo la Sociedad Wátchtower Bible and Tract, usan cartas circulares que tienen una omisión o espacio en blanco que se ha de llenar de acuerdo con su destino. Puede ser que una de estas cartas circulares escritas por Pablo fué enviada a Éfeso y otra a Laodicea, y que puesto que la carta a Laodicea era un duplicado exacto de la enviada a los efesios no se conservó como parte del canon de la Biblia. La que se dirigió a los efesios fué la que se conservó.
Esta es una explicación muy ingeniosa, y aclara ciertas cosas. Podemos considerarla como una posibilidad interesante. De todos modos, creemos que la carta a los efesios fué precisamente eso, y no la que se envió a Laodicea y que se menciona en Colosenses 4:16. La que se envió a los de Laodicea puede haber sido un duplicado de una carta circular, o una repetición de puntos ya abarcados adecuadamente en otras cartas canónicas, o puede que no fuera inspirada, o que tratara de material que no es necesario para nosotros hoy; y por alguna de estas razones puede haber sido dejada fuera del canon inspirado de la Biblia.
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Una impresión duraderaLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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Una impresión duradera
ES GRANDE la ciudad de Nueva York. Las cosas pequeñas pasan inadvertidas. Aun las grandes parecen insignificantes, a menos que se destaquen como sus famosos rascacielos. Pero la ciudad de Nueva York puede ser impresionada, y eso fué exactamente lo que hizo la asamblea internacional de los testigos de Jehová de 1950. La ciudad arqueó sus “cejas” y estiró sus “orejas” cuando oyó decir de las tremendas multitudes en el estadio. Los diarios dedicaron mucho espacio a fotos y artículos, confesando su sorpresa y asombro.
El Times de Nueva York dijo: “Una pequeña ciudad [75,000, no tan pequeña] nació ayer bajo las graderías y al otro lado de la calle del estadio Yanqui. . . . Centenares de quinceañeros y hombres y mujeres maduros trabajaron todo el día. . . . Todos habían ofrecido trabajar sin pago. Desempeñaban sus quehaceres silenciosa, alegre y eficazmente. . . . No había nada de confusión. Un inspector del Departamento de higiene dijo: ‘Estoy fascinado. Nunca antes había visto nada funcionar tan suavemente.’” Unos días más y el Times informó que “el trabajo hecho por los trabajadores
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