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La integridad conduce a la vidaLa Atalaya 1953 | 15 de julio
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Esta dice: “La integridad de los rectos los guiará; mas la perversidad de los disimulados los destruirá.” “Ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas. Él no cometió pecado, ni engaño se halló en su boca. Cuando él estuvo siendo vilipendiado, él no recurrió a vilipendiar a su vez. Cuando él estuvo sufriendo, él no recurrió a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga justamente.” “No tengas miedo de las cosas que estás destinado a sufrir. ¡Mira! el Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en prisión para que sean probados cabalmente, y para que tengan tribulación por diez días. Pruébense fieles aun bajo peligro de muerte, y les daré la corona de la vida.” (Pro. 11:3; 1 Ped. 2:21-23; Apo. 2:10, NM) ¡La integridad conduce a la vida!
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¿Qué es lo práctico?La Atalaya 1953 | 15 de julio
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¿Qué es lo práctico?
“¿POR QUÉ no hacen ustedes cosas prácticas, como trabajos sociales o de socorro, edificación de hospitales, y esfuerzos por hacer que este mundo sea mejor por medio de participar en actividades políticas, introduciendo los principios bíblicos en el gobierno?” A menudo les preguntan esto a los testigos de Jehová personas honestas y que tienen buenas intenciones.
Se prueba si algo es práctico por el éxito que logra. Si cumple su propósito con el mayor provecho para todos los que están implicados y para el bien de otros, entonces es cosa práctica.
Siendo que Jehová Dios es el Creador y el Proveedor para sus criaturas, él ciertamente es la Persona más práctica del universo. Lo que él hace cumple su propósito, terminando con éxito y resultando en provecho práctico y duradero para todos aquellos que desean lo que es bueno. (Isa. 46:11; 55:11) Lo que las criaturas, especialmente criaturas imperfectas como nosotros, piensan ser bueno o conveniente al momento quizás no resulte en mayor provecho al fin de las cuentas. Así que consigamos su punto de vista, más alto y de mayor previsión que el nuestro, y su sabiduría al contemplar él el mundo desde su posición ventajosa.—Isa. 55:8, 9; 40:22.
Desde la misma entrada del hombre a esta condición triste en que se encuentra hoy en día, Jehová le dió al hombre esperanza de alivio y declaró su propósito de liberación. Al mismo tiempo manifestó que se edificaría una sociedad mundial desviada, la cual duraría hasta que fuera destruída por el Libertador señalado de Dios. (Gén. 3:15) Desde ese tiempo ha existido tal sociedad. Pero Dios no les mandó a los hombres fieles que estuvieran subordinados a esa sociedad del viejo mundo, ni que trataran de perpetuarla. Por lo contrario, él les mandó que estuvieran libres y separados de ella para que desempeñaran una obra que él tenía para ellos. Aunque estos hombres no habían de establecer un gobierno propio, eso no quería decir que no existiría ningún gobierno, porque la sociedad del viejo mundo seguiría sin su ayuda. Ni tampoco se les mandó que estorbaran o trataran de derribar a los gobiernos del mundo ni que trataran de
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