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Santiago, el hermano de JesúsLa Atalaya 1953 | 1 de mayo
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Algunos han entendido que la exhortación de Santiago de que oren los cristianos los unos por los otros quiere decir que podemos esperar curación divina, puesto que “la súplica de un hombre justo cuando está en acción tiene mucha fuerza”. Sin embargo, el contexto indica claramente que Santiago se refiere a enfermedad espiritual, no física: “Por lo tanto confiesen abiertamente sus pecados los unos a los otros y oren los unos por los otros, para que sean curados.” El sostener que esto se refiere a enfermedad física es acusar a todos los que sufren de enfermedad corporal de ser pecadores crasos e implica que todos los que disfrutan de buena salud son buenos cristianos.
Verdaderamente la carta de Santiago es muy práctica.
SANTIAGO, EL APÓSTOL Y HERMANO DE JUAN
Santiago el hijo de Zebedeo, junto con su hermano Juan, dejó su comercio de pescado para llegar a ser uno de los primeros seguidores de Cristo Jesús. Generalmente se cree que de los dos Santiago era el mayor, no sólo por ser mencionado primero, sino también en vista de que Juan vivió hasta alrededor del año 100 d. de J.C. También se ha sugerido que Santiago y Juan estuvieron familiarizados con Jesús antes de que los llamara para seguirle.—Mat. 4:21; Mar. 1:19, NM.
Entre sus doce apóstoles Jesús prefirió a tres, y Santiago estuvo entre éstos. Por lo tanto estuvo con Jesús en el monte de la transfiguración; estuvo con él cuando levantó a la hija de Jairo, y acompañó a Jesús más adentro del jardín de Getsemaní en la noche de su traición; los otros dos de este grupo favorecido siendo, por supuesto, Pedro y Juan.—Mat. 26:36-39; Luc. 8:41, 51-56; 9:28-36, NM.
Santiago y su hermano Juan fueron llamados Boanerges, “hijos del trueno.” En una ocasión cuando cierta ciudad rehusó la entrada a Jesús estuvieron listos para pedir que descendiera fuego del cielo que devorara a sus habitantes. Ellos también ambicionaron ser primero en el reino de Jesús, como se reveló por la petición de su madre.—Mat. 20:20-28; Mar. 3:17; 9:33-35; 10:35-40; Luc. 9:51-55, NM.
Aunque el libro de los Hechos da poca información concerniente a Santiago parece razonable concluir que este ‘hijo del trueno’ fué un ministro denodado de las buenas nuevas. Esto explicaría por qué fué el primero de los doce apóstoles que sufrió martirio y por qué los judíos estuvieron tan complacidos por esta acción asesina de Herodes Agripa.
Jesús amonestó que sus seguidores serían perseguidos. Santiago el discípulo y hermano de Jesús y Santiago el apóstol y hermano de Juan tuvieron el privilegio de probar que eran “fieles aun bajo peligro de muerte”. Ellos pusieron un buen ejemplo para todos los cristianos que han vivido y viven desde su día.—Mat. 10:16-31; Apo. 2:10, NM.
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¿Tolerantes o apáticos?La Atalaya 1953 | 1 de mayo
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¿Tolerantes o apáticos?
● La revista Time del 26 de marzo de 1952 clasificó éstas como “Las palabras de la semana”:
“En nueve de diez casos lo que pasa bajo el nombre de tolerancia es en realidad apatía. Hay demasiados norteamericanos calmos que contra nada se ponen porque no tienen opinión formada y fija de lo que es bueno y lo que es malo. No se ponen positivamente y de lleno a favor de nada porque, diferente a sus padres, no tienen fuertes convicciones algunas. La tolerancia es una virtud, pero no es la virtud suprema.”—Robert J. McCracken, de la iglesia Riverside de Manhattan.
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