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Asamblea de los testigos de Jehová “Sociedad del Nuevo Mundo”La Atalaya 1953 | 15 de junio
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en trenes subterráneos o en ómnibus. Si resulta que su cuarto está a alguna distancia de la última estación del tren subterráneo, quizás resulte mejor guiar hasta una parada de subterráneo conveniente, dejar el carro estacionado allí, y entonces tomar el tren que le llevará al estadio. Y aquí son apropiadas unas palabras de advertencia. Cuando usted deje su carro estacionado en la ciudad de Nueva York o en cualquier otro lugar, esté seguro de no dejar nada dentro del carro, aunque lo deje bien cerrado. El departamento de la policía de la ciudad de Nueva York nos notificó que les dijéramos que tomen esta precaución. Es muy fácil perder cosas de valor en Nueva York cuando se guardan dentro de los carros. Usted encontrará muy corteses a los policías de Nueva York y con gusto le ayudarán ellos con información en cuanto a direcciones.
Se han hecho arreglos con el departamento de la policía de manera que los ómnibuses privados que lleguen al estadio puedan dejar a los pasajeros en la calle 161 cerca de Rupert Place. Después de dejar a los pasajeros en la parada, los ómnibuses serán dirigidos a un local de estacionamiento a aproximadamente cinco millas de distancia, donde los pueden dejar por ocho días. Naturalmente es cosa del chofer decidir dónde él quiere dejar su ómnibus.
Todos los que asistan a la Asamblea de la Sociedad del Nuevo Mundo celebrada por los testigos de Jehová querrán dar testimonio al reino de Jehová en alguna ocasión durante la asamblea. Esto se hará principalmente en trabajo de casa en casa, dando testimonio a la gente en la casa donde uno se aloje, hablando a la gente con quien uno se encuentre en Nueva York y anunciando la reunión pública y distribuyendo revistas en las calles. Queremos dar a los neoyorquinos una calurosa bienvenida a nuestra asamblea, y sinceramente esperamos que usted hará planes para estar allí.
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El enladrillador insiste en predicarLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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El enladrillador insiste en predicar
En el nordeste de Finlandia, donde rige el fanatismo religioso, se ha manifestado mucha intolerancia y prejuicio contra los testigos de Jehová. Las escuelas públicas han venido a ser los mismos baluartes de la religión falsa, y los testigos de Jehová no han podido alquilar los salones de conferencias de las escuelas para presentar en ellos sus discursos públicos sobre la Biblia. Hace poco un testigo de Jehová, que es ministro precursor, resolvió el problema por lo menos en lo que concierne a una de estas escuelas.
Así como el apóstol Pablo hizo tiendas de campaña para no hacerse una carga a los demás, así este ministro trabaja como enladrillador. Recibió una oferta de trabajo en una escuela que vez tras vez había rechazado la solicitud de los testigos de Jehová de alquilar su salón. El ministro enladrillador contestó que le daría mucho gusto enladrillar lo que quisieran si le dejaban presentar un discurso bíblico en el salón de la escuela. La junta de la escuela se reunió y consideró el asunto y por fin decidió que si el enladrillador quería predicar la Palabra de Dios, entonces para honrar sus tradiciones religiosas tendrían que darle permiso para hacerlo y él podría escoger su propio tema para su sermón. Dos semanas más tarde el salón, que tiene cabida para 200 personas, se llenó con la gente del pueblo, que oyó al ministro precursor hablar sobre el tema “¿Es práctica la Biblia para nuestro día?” Cuando se concluyó la conferencia, a algunos de los visitantes se les oyó decir respetuosamente: “¡Y pensar que este joven predicador es a la misma vez el enladrillador de nuestra escuela!”
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