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El congregador sobre obras vanas y las que valen la penaLa Atalaya 1958 | 15 de mayo
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sepultura, la tumba común o Sheol, a los muertos? Escuche:
25. ¿Qué dice Salomón que es la diferencia entre los vivos y los muertos, y qué les espera en Sheol a los muertos?
25 “Un perro vivo está en mejores circunstancias que un león muerto. Porque los que viven están conscientes de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. También su amor y su odio y sus celos ya han perecido y ya no tienen más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse debajo del sol. Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismísimo poder, porque no hay ninguna obra ni idear ni conocimiento ni sabiduría en Sheol, el lugar adonde vas.”—Ecl. 9:4-6, 10.
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Los congregados y sus obras que valen la penaLa Atalaya 1958 | 15 de mayo
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Los congregados y sus obras que valen la pena
1. ¿Por qué no es preciso que terminen calamitosamente nuestras obras, como se describe en el artículo anterior, y qué camino se ha provisto para que nuestras vidas lleguen a ser eternamente útiles?
PERO, ¿será preciso que durante este presente mundo inicuo de pecado y muerte nuestras obras terminen de la manera calamitosa descrita en lo susodicho, de modo que correctamente debiéramos sentir disgusto por la oportunidad de vivir? ¿Tiene que ser nuestra vida simplemente en vano y un mero seguir tras algo tan imposible de asir como lo es el viento? No, no si nos apartamos de servir a este mundo y luego trabajamos para el nuevo mundo de Dios. El trabajar para su nuevo mundo quiere decir servir a Jehová Dios; y el trabajo que se hace para él jamás es en vano. Vale la pena, a pesar de cuanta persecución y oposición arrostremos a causa de dicho trabajo piadoso. No podemos lograr nada sin Dios. Los hombres son imperfectos, son inequívocamente pecaminosos, están bajo condena por una corte celestial y por lo tanto mueren. No importa lo que intenten, no importa cuán duro trabajen sin Dios, esas condiciones siempre los obstruirán, siempre los condenarán a la calamidad. Por su propia cuenta no pueden evitar este atolladero. Pero Jehová Dios ha provisto el camino por el cual nuestras vidas pueden llegar a ser significativas, pueden tener un propósito ennoblecedor y pueden ser de utilidad eterna. Este camino es: mediante el reino de su Congregador, Jesucristo.
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