-
¿Se reconoce la predicación al aire libre?La Atalaya 1958 | 1 de marzo
-
-
“Ahora bien, si este asunto de predicar al aire libre fuera algo nuevo o antibíblico bien pudiéramos pausar y pensarlo muy cuidadosamente antes de ensayarlo. Pero puesto que es ‘tan antiguo como los cerros’, y tiene abundante justificación bíblica, y la sanción personal de nuestro Señor, ¿qué posible razón hay para que alguien pause siquiera por un momento?
“Yo me imagino ver al apóstol Pablo en una reunión de ministros modernos . . . sus comentarios . . . ‘Cometí un gran error, y si tuviera que hacer mi obra de nuevo yo no predicaría desde los escalones de la Torre de Antonia, ni desde el cerro de Marte.’ ¡Nunca tal! Más bien me imagino que él pronunciaría algunas palabras vehementes acerca de la modorra de la Iglesia moderna al no valerse de toda oportunidad para dar a conocer el evangelio de nuestro bendito Señor. . . . Esto hago de todo corazón . . . recomendar la práctica a todo el que quiera obedecer los mandatos de su Señor, y ‘salir a los caminos y a los vallados y hacerlos entrar.’”29
[Referencias]
1 Open-Air Preaching, por Edwin Hallock Byington (Hartford, Connecticut, 1892: Seminario teológico de Hartford), pág. 9.
2 ib., pág. 30.
3 John Wyclif, por el profesor Lechler (Londres, 1878: Kegan Paul y Cía.), tomo 1, pág. 310.
4 Life o John Wycliffe, por Roberto Vaughan (Londres, 1881: Holdsworth y Vaughan), tomo II:, pág. 163.
5 Open-Air Preaching, págs. 29, 30.
6 History of the Christian Church, Blackburn (Nueva York, 1879: Cranston y Stowe).
7 Open-Air Preaching, pág. 71.
8 History of the Christian Church, pág. 629.
9 Preaching in the Open Air, un folleto por Jorge Carlos Smith (Londres, 1829: W. K. Wakefield), págs. 4, 9, 10, 12, 25-28.
10 The Nation, 11 de mayo de 1957.
11 The New Ordeal of Christianity, por Pablo Hutchinson (Nueva York, 1957: Association Press).
12 The Christian Century, 20 de febrero de 1957.
13 Catholic Herald Citizen, 5 de enero de 1957.
14 The Christian Century, 13 de febrero de 1957.
15 Empty Churches and How to Fill Them, por J. Benson Hamilton (Nueva York, 1879: Phillips y Hunt), pág. 64.
16 Report of Four Years’ Labor of Love and Deeds of Mercy, un folleto por el Dr. Juan W. Kennion (Brooklyn Job and Book Printing Department, 1880), pág. 3 de la introducción.
17 Open-Air Preaching, pág. 25.
18 Selective Service in Wartime, segundo informe del director del servicio selectivo, 1941-1942, págs. 239-241, bajo el encabezamiento “Problemas especiales de clasificación.”
19 Apo. 3:20.
20 Murdock v. Pennsylvania, 319 U.S. 105 (3 de mayo de 1943).
21 Mar. 6:6.
22 Mat. 5:1, 2.
23 Mat. 13:1-3.
24 Hech. 17:17.
25 Hech. 20:20.
26 Hech. 5:42.
27 Mat. 4:4.
28 Times de Nueva York del 21 de enero de 1957, ministro presbiteriano David H. C. Reed.
29 Open-Air Preaching, introducción del libro escrita por A. F. Schauffler.
-
-
Cómo los dictadores ven la BibliaLa Atalaya 1958 | 1 de marzo
-
-
Cómo los dictadores ven la Biblia
El Treasury of the Christian World cita una declaración en que Harold T. Barrow habla de cuán gran número de personas consideran la Biblia anticuada. “Se imaginan que es cosa terminada, anticuada, reemplazada,” escribe él. “Lo notable es que los Dictadores del mundo, estén ellos en Alemania, Italia o el Japón, no han sido del mismo parecer. ¡Realmente ellos han vivido en terror de toda instrucción bíblica porque se dieron cuenta de que el mensaje e influencia y los preceptos de la Palabra de Dios se oponen directamente al programa de ellos! Hasta el ateo y el agnóstico tienen que reconocer el valor ético de la Biblia aunque nieguen al Dios que ésta proclama. Un grupo de incrédulos, incluyendo a Voltaire, estaba sentado alrededor de una mesa un día hablando de sus teorías cuando de repente Voltaire dijo: ‘Silencio, caballeros—hasta que salgan los sirvientes. ¡Si ellos creyeran de la misma manera que nosotros, no estaría segura la vida de ninguno de nosotros!’” Y en el campamento de los dictadores que desechan la Biblia, ¿quién ha podido alguna vez estar seguro de su vida?
-