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  • Estén llenos de discernimiento espiritual
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • Estén llenos de discernimiento espiritual

      “Sean llenados con el conocimiento acertado de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para poder andar dignos de Jehová a fin de agradarle plenamente.”—Col. 1:9, 10.

      1. ¿Qué clase de decisiones está obligado a hacer el cristiano, y qué se requiere para hacer decisiones correctas?

      CADA día el cristiano dedicado está obligado a hacer decisiones. El vivir en este mundo presenta muchos problemas, y surgen puntos en cuestión que exigen que él haga decisiones. En su hogar tiene que hacer decisiones que afectan a su familia, en su lugar de trabajo decisiones que afectan su relación con los que no están en la verdad; tiene que actuar en cuanto a asuntos que afectan su relación con sus hermanos y hermanas de la sociedad del nuevo mundo, o que afectan su relación con Jehová y Su organización y el servicio del Reino. Cómo hacer decisiones correctas, cómo proceder siempre de la manera correcta, ése es el problema. Para hacerlo hay que tener discernimiento espiritual.

      2, 3. ¿Desde qué punto de vista debemos ver las cosas para hacer decisiones correctas, y en qué resulta esto?

      2 El discernir las cosas de manera espiritual significa ver las cosas desde el punto de vista que Jehová las ve. Jehová, por el funcionamiento de su espíritu, ha dado a conocer su punto de vista de las cosas en su Palabra inspirada. Él nos dice cómo justiprecia las cosas, lo que considera ser valioso y que vale la pena y lo que considera ser vano y que no vale la pena, cuáles obras y pensamientos son buenos y virtuosos y los que son malos e inicuos. Estando en la carne caída, uno tiende a ver las cosas desde el punto de vista de la carne. Pero si la persona permite que las tendencias de la carne, tales como el egoísmo, temor, orgullo o celos, influyan en ella cuando surgen puntos en cuestión, entonces ciertamente hará decisiones incorrectas.

      3 Para hacer decisiones correctas el cristiano tiene que estar lleno de discernimiento espiritual. Tiene que discernir claramente entre lo correcto y lo incorrecto. Tiene que llegar a amar lo que es correcto y odiar lo que es incorrecto, como lo expresó Pablo en Romanos 12:9, diciendo: “Aborrezcan lo que es inicuo, adhiéranse a lo que es bueno.” El demostrar que uno tiene discernimiento espiritual por medio de hacer decisiones correctas es algo que agrada a Jehová y resulta en que uno ande dignamente delante de él. El mismo apóstol escribió a los colosenses (Col. 1:9, 10): “No hemos cesado de orar por ustedes y pedir que sean llenados con el conocimiento acertado de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para poder andar dignos de Jehová a fin de agradarle plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento acertado de Dios.”

      4. ¿Qué significa “discernir,” y qué papel desempeña el conocimiento en el discernimiento espiritual?

      4 ¿Cómo podemos estar llenos de discernimiento espiritual? En esas palabras dirigidas a la congregación en Colosas Pablo indica la primera cosa esencial y básica, a saber, el tener un conocimiento acertado de la voluntad de Dios, el estar lleno de tal conocimiento acertado. “Discernir” literalmente significa “ver” o “distinguir con el ojo de la mente,” es decir, distinguir o notar una cosa de otra, si es correcta o incorrecta, importante o de ninguna importancia, valiosa o sin valor. El conocimiento es para el ojo del discernimiento lo que la luz es para el ojo natural. Ilumina, hace que las cosas resalten claras y agudas en su relación apropiada unas con otras. Así como la luz es esencial para que uno escoja el mejor sendero en terreno escabroso y traicionero, hay que tener conocimiento acertado para discernir el derrotero correcto y seguro que ha de tomarse a través de las condiciones traicioneras y peligrosas de este viejo sistema de cosas. Por lo tanto un conocimiento acertado de la voluntad de Dios, junto con el amor a Dios que ese conocimiento trae, obra como fuerza enérgica a favor de la rectitud en la vida de uno y le es esencial para hacer decisiones correctas, para que uno agrade a Jehová.—Efe. 4:23, 24.

      5, 6. (a) ¿Qué clase de estudio se requiere? (b) ¿Cuál es un modo en que podemos ‘asegurarnos’ de las cosas que estudiamos?

      5 Para fijar con firmeza en la mente el conocimiento acertado de la voluntad de Dios se requiere estudio. Esto es algo tan esencial que es imposible darle demasiado énfasis. La clase de estudio que se requiere es la clase de estudio que fija las ideas con permanencia en la mente, esto requiere esfuerzo y concentración. Tenemos que estar “trabajando duro y esforzándonos” en nuestro estudio de la Biblia. Sí, estudio significa exactamente eso—¡estudio! Significa meditación. Hay que masticar bien el alimento si éste ha de ser digerido apropiadamente. Mientras masticamos el alimento lo saboreamos, sacándole todo el sabor. Igualmente sucede con el alimento espiritual: hay que masticarlo, volteándolo vez tras vez en la mente, sacándole todo el sabor. Como ayuda a esta masticación mental de alimento espiritual pudiéramos hacernos preguntas al leer (como cuando estudiamos esta revista), tales como: ¿Por qué es eso? ¿Por qué es así? No, no por algún espíritu de crítica a lo que se esta leyendo, sino para que examinemos nuestros propios pensamientos para asegurarnos de que estemos entendiendo los puntos. Como exhorta el apóstol: “Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse tenazmente a lo que es correcto,” es decir, entienda lo que se lee y luego fije los puntos con firmeza en la mente.—1 Tim. 4:10; 1 Tes. 5:21.

      6 El discernimiento espiritual no proviene simplemente de aprender muchos datos o hechos. Muchas personas tienen conocimiento, tienen información en su mente, pero carecen de discernimiento espiritual. El que nosotros tengamos discernimiento espiritual significa que hemos entendido y digerido los hechos, que los hemos examinado a la luz de otro conocimiento ya aprendido, y que hemos colocado la nueva información en su relación correcta con la otra, permitiendo que ensanche o corrija y enmiende nuestro entendimiento de los asuntos sobre los cuales ha brillado nueva luz. De este modo ‘podemos probar para nosotros mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.’—Rom. 12:2.

      7. ¿Por qué es tan esencial el espíritu de Jehová para llegar a estar llenos de discernimiento espiritual? Por eso, ¿qué debería hacerse en cada ocasión de estudio personal?

      7 Luego, también, es necesario tener la ayuda de Jehová mediante su espíritu si uno ha de llegar a estar lleno de discernimiento espiritual. Sólo es por medio del espíritu de Jehová, junto con estudio y meditación, que uno puede conseguir conocimiento acertado y entendimiento completo. Jamás debe olvidarse este hecho importantísimo: Es imposible estar lleno de discernimiento espiritual sin la ayuda del espíritu de Dios. La propia Palabra de Dios declara: “Pues ¿quien entre los hombres conoce las cosas de un hombre salvo el espíritu del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, a no ser el espíritu de Dios. Ahora nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente. De estas cosas también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el espíritu a medida que combinamos asuntos espirituales con palabras espirituales.” Por eso cuando usted estudia, sí, en cada ocasión en que usted estudia privadamente en la casa, ore a Jehová pidiendo que su espíritu lo ayude a usted en su estudio, que lo ayude a entender, que lo ayude a percibir el significado de las cosas que usted lee, para que usted crezca en discernimiento espiritual.—1 Cor. 2:11-13.

      8. ¿Con qué propósito en mientes debemos estudiar, y qué cosa tenemos que estar seguros de evitar?

      8 Tales oraciones por el espíritu deben ir acompañadas del esfuerzo necesario en el estudio personal, con el propósito en mientes de ensanchar el entendimiento y aprecio que uno le tiene a la Palabra de Dios para poder crecer en discernimiento espiritual. Tal estudio puede ser gozoso y estimulante y debería serlo. El estudio casual en preparación para las reuniones de congregación, tal como para el estudio de La Atalaya, no conduce al discernimiento espiritual. Algunos quizás tengan el hábito de dejar la preparación de su estudio hasta el último instante, quizás hasta una hora o dos antes del estudio de congregación establecido. Quizás sólo haya tiempo para considerar algunas de las preguntas más fáciles y enterarse de las respuestas en los párrafos para que por lo menos pueda hacerse algún comentario en el estudio de La Atalaya en el Salón del Reino. Pero eso no es estudiar, ¿verdad? Cualquier información que se consiga de ese modo se olvida rápidamente, y probablemente no se recordará un día o dos después de considerar ese material en particular.

      9, 10. (a) ¿De qué provecho es repasar el material en nuestro estudio personal? (b) ¿Por qué se necesita un programa regular para el estudio personal?

      9 Al hacer un programa o fijar tiempos definitivos para el estudio y preparación personales para el estudio de La Atalaya y otras reuniones debe permitirse suficiente tiempo para meditar en el material a medida que uno va progresando, masticando la información para fijarla con firmeza en la mente. Para ver si esto se ha logrado es bueno hacer un repaso después de cada período de estudio particular. Entonces es cuando la información está fresca, y es la mejor ocasión para hacer que se grabe profundamente. El hacer un esfuerzo para que la información vuelva al pensamiento consciente inmediatamente después del período de estudio entrena el proceso de la memoria y la capacidad para recordar, y servirá de mucho para fijar los puntos con firmeza en la mente. El repaso final podría hacerse con la revista o libro cerrado. Tenemos el título del artículo; ahora bien, ¿cuánto recordamos de los rasgos descollantes, de los argumentos principales? ¿Recordamos algunos de los textos que se usaron como prueba? ¿Podemos relatar los puntos principales juntos en un breve resumen del artículo? Si no, es necesario volver a examinar el artículo, buscando conscientemente los rasgos descollantes, los argumentos principales.

      10 Alguien tal vez diga ahora: “Pero todo eso requiere tiempo.” Cierto, pero es tiempo bien empleado, tiempo que tiene que emplearse si un conocimiento acertado de la voluntad de Dios ha de fijarse con firmeza en la mente y si ha de proveerse la base apropiada para estar lleno de discernimiento espiritual. No hay método abreviado. Estudio, estudio regular, es esencial para estar lleno de discernimiento espiritual. Como Pablo escribió a Timoteo: “Piensa constantemente en lo que estoy diciendo; el Señor verdaderamente te dará discernimiento en todo.”—2 Tim. 2:7.

      11. ¿Qué resultará del crecer en entendimiento y aprecio de la verdad?

      11 Al proceder de esta manera prudente se regocijará al ver que crece en entendimiento y apreciación de la verdad. Esta se profundizará en su mente y corazón y llegará a ser parte de usted. Entonces, verdaderamente usted estaría ‘siempre listo para hacer una defensa ante todo aquel que le demande una razón de la esperanza que hay en usted.’ Su mente y corazón estarán fuertes, maduros, sanos. Usted verá claramente el camino por el cual ir. No se caerá del sendero angosto de verdad y doctrina sana al cenagal de enseñanzas falsas e ideas sectarias; usted evitará el tener puntos de vista exagerados de las cosas, y estará protegido contra el caer en el lazo, lazo en que es tan fácil caer, de apoyarse en su propio entendimiento. Con su mente llena de conocimiento acertado y con sus capacidades o habilidades de pensar guiadas por el espíritu de Jehová usted discernirá el camino correcto que debe seguir, el camino que está lleno de luz, y será librado del camino malo que conduce a las tinieblas. “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y el conocimiento mismo se haga grato a tu misma alma, la misma habilidad para pensar te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará, para librarte del camino malo, del hombre que habla cosas perversas, de los que dejan las sendas de rectitud para andar en los caminos de las tinieblas.”—1 Ped. 3:15; Pro. 2:10-13.

      12. ¿Qué es necesario que haga el cristiano cuando surgen puntos en cuestión en su vida, y qué es necesario que discierna cuando hace decisiones?

      12 El cristiano tiene que ejercer discernimiento espiritual en cuanto al modo en que anda ‘para poder andar digno de Jehová a fin de agradarle plenamente.’ Cuando surgen puntos en cuestión que afectan a uno personalmente, la carne imperfecta está pronta a reaccionar, y, si uno no tiene cuidado, puede hacer que uno proceda de la manera incorrecta. Uno tiene que restringir los impulsos y pasiones carnales y ser guiado en cambio por discernimiento espiritual. Por eso, cuando surgen puntos en cuestión, hay que detenerse y pensar: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de esto? ¿Cómo considerarían el asunto Jehová y Cristo Jesús? A menudo hay varios factores envueltos en ello que uno tal vez no tome en cuenta si obra precipitadamente; tales factores como los que afectan diversos intereses—los intereses de los cotestigos de uno y de la congregación cristiana, intereses divinos, y, quizás, los intereses de la propia vida de uno. Considere el siguiente consejo inspirado: “Que el amor de ustedes abunde aun más y más con conocimiento acertado y pleno discernimiento, para que se aseguren de las cosas más importantes, para que no tengan tacha y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo que es por medio de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios.”—Fili. 1:9-11.

      13, 14. (a) ¿Cómo obrará el que tiene discernimiento espiritual ante alguna dificultad en la congregación? (b) ¿Qué le ayudará a tener el punto de vista correcto?

      13 Quizás algo en cierta congregación no se maneja exactamente bien, o por lo menos así le parece a alguien. Aun si algo no se maneja exactamente de la manera que debería hacerse, esto no sería ninguna razón para que uno se inquietara hasta el grado de agitarse, posiblemente hasta encolerizándose un poco. Si sucediera esto, segurísimamente perdería su sentido de equilibrio. El obrar precipitadamente bajo tales circunstancias sería desde el punto de vista de la carne y no por el discernimiento espiritual maduro. Aun si al principio una persona se halla en lo correcto acerca de algo, el obrar precipitadamente no ayudará, y tal persona quizás se halle también procediendo de una manera incorrecta, y eso no corregiría nada. A todo tiempo tenemos que vigilar el no adelantarnos a Jehová y a su organización, impacientándonos, encargándonos nosotros mismos del asunto. Quizás haya ocasiones en que alguien emprenda mal camino, y quizás debido a que ocupe algún puesto en la congregación las cosas se hagan algo difíciles por un tiempo; pero tales ocasiones son ocasiones para demostrar paciencia cristiana, y, si no hay nada que podamos hacer teocráticamente en cuanto a la situación, entonces tenemos que esperar que Jehová remedie el asunto. El que está lleno de discernimiento espiritual así lo hará.

      14 La cuestión es una de conseguir la perspectiva correcta, de considerar las cosas con un sentido correcto de proporción. De vez en cuando pueden surgir dificultades o problemas locales debido a las imperfecciones humanas y éstos pueden resultar en inconveniencia y en una prueba a la paciencia de uno, y hasta en poner en tensión los afectos de uno; pero si nos detenemos y meditamos un poco en estos problemas pronto parecerán pequeños en comparación con otras cosas más importantes.

      15, 16. (a) ¿Cuáles son algunas de las cosas más importantes en las que debemos fijar nuestra atención? (b) En su carta a los filipenses, ¿cómo estimula Pablo a que se tenga esta actitud mental?

      15 Considere por un instante algunas de estas cosas más importantes. El hecho de que vivimos en los últimos días de este sistema de cosas; que se ha acercado el Armagedón, la batalla del gran día del Dios Todopoderoso, cuando él magnificará y vindicará su soberanía universal; que Cristo Jesús ahora gobierna con poder del Reino y está dirigiendo la gran obra de hacer que “estas buenas nuevas del reino” se prediquen en toda la tierra; que como resultado de esta obra de predicar, personas de buena voluntad de todos los países, lenguas, razas y pueblos están siendo congregadas en una sola sociedad unida y armoniosa del nuevo mundo. Al considerar uno estas cosas y el privilegio maravilloso y la bondad inmerecida de conocerlas y participar en ellas, el corazón de uno se llena hasta rebosar de gratitud a Jehová. ¡Cuán insignificantes y pequeños parecen ahora los problemas de uno cuando se comparan con estas cosas tanto más importantes! Por eso, cuando se presentan problemas pequeños, o aun grandes desde un punto de vista local, el que tiene discernimiento espiritual no permitirá que tales problemas lleguen a ser tan grandes en su mente que desfiguren su visión. Mantendrá su equilibrio y siempre considerará las cosas en su relación con las cosas más importantes.

      16 Felizmente, no surgen problemas y dificultades todo el tiempo en la sociedad del nuevo mundo; verdaderamente, son pocos e infrecuentes en comparación con los gozos que siempre están presentes: experiencias en el campo, el hallar y alimentar las ovejas, la asociación feliz con los hermanos en el Salón del Reino. Estas son las cosas en las que ha de espaciarse nuestra mente. “Cuantas cosas sean . . . justas, . . . cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, sigan considerando estas cosas.” Inunden tales cosas su mente y usted siempre mantendrá su sentido de proporción. Usted podrá discernir espiritualmente.—Fili. 4:8.

      17. ¿Cómo han tropezado y se han salido de la verdad algunos por cosas pequeñas?

      17 La persona que es ultracrítica, que siempre ve a las otras personas desde el punto de vista de las imperfecciones de la carne, pierde de vista las cosas más importantes. Tal persona probablemente descubra que se está haciendo un quejoso infeliz. Algunas personas, en verdad, han dejado que cosas insignificantes las hicieran tropezar y salir de la verdad. ¿Cómo? Dejaron que una cosa pequeña se hiciera una cosa grande en su vida, tan grande que echó fuera todo lo demás. Perdieron su discernimiento espiritual. En vez de detenerse y considerar las cosas desde el punto de vista de la Palabra de Dios, dejaron que alguna pasión carnal, como el orgullo, el temor o los celos, las impulsaran. Fueron guiadas por su propio entendimiento a emprender un derrotero que termina en desastre espiritual.

      18. ¿Cómo podemos guardarnos de un proceder como ése que lleva a tropiezo?

      18 Ciertamente todos nosotros queremos guardarnos de tal proceder, ¿no es verdad? Nos guardaremos si hemos aumentado y continuamos aumentando en conocimiento acertado de lo que es la voluntad de Dios para nosotros, si mantenemos las cosas más importantes en nuestra mente y corazón y si, cuando surgen puntos en cuestión, notamos la manera en que Jehová ve las cosas según nos la ha manifestado en su Palabra y no nos hacemos sabios a nuestra propia vista. En conexión con esto note el consejo oportuno que Jehová nos da en Proverbios 3:1-7: “Hijo mío, no olvides mi ley, y mis mandamientos observe tu corazón, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos. No se aparten de ti la bondad amorosa y la fidelidad mismas. Atalas a tu cuello. Escríbelas en la tabla de tu corazón, y así halla favor y buen discernimiento a vista de Dios y del hombre terrestre. Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo enderezará tus sendas. No te hagas sabio a tu propia vista. Teme a Jehová y apártate del mal.”

      19. ¿Cómo manifestamos que confiamos en Jehová con todo nuestro corazón?

      19 Aun cuando uno piense que está en lo correcto acerca de algo tiene que estar alerta contra el ser excesivamente justo, sabio a su propia vista y debido a ello ser desviado por su propio sentimiento de rectitud. El cristiano tiene que mantener su equilibrio, dominando su espíritu, no dándole a Satanás ninguna oportunidad de que lo venza y lo conduzca por un camino malo. Hay que tomar tiempo para considerar un asunto, usando discernimiento espiritual, dirigiéndose a la Palabra de Dios para saber cómo ve Él el asunto de que se trata. Difícilmente hay problema que surja en la vida del cristiano acerca del cual la Palabra de Jehová no dé consejo y guía sabios. Uno demuestra que confía en Jehová con todo su corazón al buscar Su consejo y luego al seguirlo a todo tiempo, dejando que el convenir con el conocimiento acertado de la voluntad de Dios sea ‘la fuerza que impulse su mente,’ y mediante ello revistiéndose de “la nueva personalidad que fué creada de acuerdo con la voluntad de Dios en verdadera justicia y bondad amorosa.”—Efe. 4:23, 24.

      20. (a) ¿Cómo nos guarda el discernimiento de airarnos o turbarnos? (b) ¿Qué manera de proceder correcta aconsejó Jesús al tratar con una persona que ofende?

      20 El discernimiento espiritual conduce a uno a la relación correcta con sus hermanos y hermanas en la sociedad del nuevo mundo. Por ejemplo, si un hermano siente que ha sido agraviado no obrará con ira precipitada, turbándose debido a lo que su hermano le haya hecho o haya dicho acerca de él. ¿Qué es lo que haría turbarse o airarse a una persona en tales circunstancias? ¿No es que sólo piensa en sí misma, que está turbada probablemente porque su buen nombre ha sido presentado en falsos colores? Pero, ¿no está implicado algo más importante? Si alguien de la congregación ha obrado incorrectamente, el cristiano con discernimiento espiritual ve que el proceder incorrecto de su hermano es una evidencia de alguna debilidad espiritual de su parte y que por lo tanto su vida espiritual se halla en peligro, y eso seguramente es algo por lo cual preocuparse mas que cualquier agravio real o imaginario que su hermano le haya hecho. En vez de ‘llevar cuenta del daño,’ el cristiano maduro se siente impulsado a dirigirse a su hermano que cometió el mal, no con ira, no para recibir alguna satisfacción personal por el mal que él quizás haya hecho, sino por amor a él, para ayudarlo a levantarse del tropezón si es posible, antes de que sea demasiado tarde. ¿No es exactamente esto lo que Jesús aconsejó: “Además, si su hermano comete un pecado, vaya y descubra su falta entre usted y él a solas. Si él le escucha, usted ha ganado a su hermano”?—1 Cor. 13:4, 5; Mat. 18:15.

      21. ¿Cómo se considera a sí mismo el siervo maduro de Jehová?

      21 Porque tienen discernimiento espiritual, los siervos fieles de Dios se ven a sí mismos por lo que son, simplemente vasos de barro, de poco valor en sí mismos, pero, gracias a la bondad inmerecida de Jehová, conteniendo valiosos tesoros de conocimiento que han de usarse en Su servicio. Esto los mantiene humildes, apreciando siempre que lo que tienen que es de valor lo han recibido de Jehová y no es causa para jactarse en ellos mismos. En 1 Corintios 4:6, 7 el apóstol escribió: “Aprendan la regla: ‘No vayas más allá de las cosas que están escritas,’ a fin de que no se hinchen individualmente en favor del uno contra el otro. Porque ¿quién hace que difieras de otro? En verdad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Ahora, pues, si verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” El tener este punto de vista bíblico guardará a uno de hacerse orgulloso y concentrado en sí mismo, o quisquilloso y resentido, haciendo difícil que otros se lleven bien con uno. Uno estará lleno de aprecio por la bondad de Jehová y por el privilegio de conocerlo a Él y a su Hijo, Cristo Jesús, y se olvidará de sí mismo y estará interesado únicamente en compartir con otros las cosas buenas que tiene.

      22. Mientras permanecemos humildes, ¿qué extremos tienen que evitarse? ¿Cómo?

      22 Sin embargo, mientras permanecemos humildes, existe la necesidad de guardarnos del extremo opuesto de tener un complejo de inferioridad, de andar pidiendo disculpas, de sentirnos descontentos con nosotros mismos hasta el grado de desalentarnos. Reconociendo el poder del espíritu de Jehová, uno discierne con mente sana que, con la ayuda de Jehová, puede hacer lo que es la voluntad de Dios para uno y por eso emprende cualquier asignación de servicio con fe. Como leemos en Romanos 12:3: “Porque por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a todo el que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que es necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga una mente sana, cada uno según le ha distribuido Dios una medida de fe.”

      23. ¿Cómo contribuye el discernimiento espiritual a la unidad entre los hermanos?

      23 El que el cristiano tenga este punto de vista de sí mismo humilde y de acuerdo con la realidad hace posible que él tenga una actitud honrada, franca y de acuerdo con la realidad para con sus hermanos, lo cual contribuye a compañerismo refrescante y armonía piadosa. El discernimiento espiritual nos capacita a trabajar juntos en unidad, apreciando las necesidades los unos de los otros capacitándonos, a expresar prácticamente la cualidad del amor. Por eso, estén llenos de discernimiento espiritual, hagan decisiones correctas, “para poder andar dignos de Jehová a fin de agradarle plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento acertado de Dios.”

  • El ateísmo y el pensar humano
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • El ateísmo y el pensar humano

      ● “Razones para creer en Dios las hay de muchas diferentes clases,” escribe C. S. Lewis en The Case for Christianity, y aquí haré mención de solamente una. Es ésta. Supóngase que no hubiese ninguna inteligencia detrás del universo, ninguna mente creativa. En tal caso nadie diseñó mi cerebro con el propósito de que se usara para pensar. Sucede simplemente que cuando los átomos en el interior de mi cráneo por razones físicas o químicas se arreglan de cierta manera, esto me da a mí, como producto secundario, la sensación que yo llamo pensamiento. Pero si así sucede, ¿cómo puedo confiar en que mi propio pensar sea cierto? Es semejante a derramar un jarro de leche y esperar que la manera en que se arregle lo derramado le proporcione el mapa de Londres. Pero si no puedo confiar en los argumentos que conducen al ateísmo, no tengo razón para ser ateo. . . . A menos que crea en Dios, no puedo creer en el pensar; así que nunca puedo usar el pensar para descreer en Dios.”

  • Discernimiento espiritual—evidencia de madurez cristiana
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • Discernimiento espiritual—evidencia de madurez cristiana

      1, 2. (a) ¿Qué necesita un niñito al enfrentarse a nuevas situaciones, sin embargo para lograr qué trabajará el padre sabio? (b) ¿Qué clase de madurez es la más importante?

      UN NIÑITO necesita ayuda y guía. Los padres que están interesados en el bienestar del niño siempre están dispuestos a dar la ayuda y consejo necesarios al enfrentarse el niño a situaciones nuevas. Al principio los padres tienen que hacer las decisiones a nombre del niño: qué es bueno o qué es malo; qué comer o qué no comer; cuándo dormir o cuándo jugar; adónde puede ir el niño con seguridad y qué lugares debe evitar como peligrosos; qué literatura está dentro del alcance del niño y es provechosa para su educación y cuál tendería a confundirlo o sería mala para su desarrollo espiritual y moral. Pero a medida que progresa el niño en años el padre sabio entrena a su hijo a pensar por sí mismo, a discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo que es sabio y lo que es insensato. Entonces al lograr la edad adulta en años también logra la madurez mental.

      2 Es importante que los padres aprecien que hace falta el desarrollo o crecimiento mental y espiritual en sus hijos, particularmente el crecimiento espiritual. La voz “madurez” puede aplicarse a muchos rasgos de crecimiento: físico, mental, emocional y espiritual, pero es la clase nombrada en último lugar, la madurez espiritual, la que es más importante, y sin embargo en lo que toca a este mundo, es la que más se descuida.

      3. (a) ¿Cómo debe entrenar el instructor sabio a las personas con quienes estudia? (b) ¿Cuál es la evidencia de madurez cristiana?

      3 Nuestra ilustración del niño aplica bien al crecimiento a la madurez cristiana de una persona que recién llega a tener un conocimiento de la verdad. Al principio necesita ayuda en cuanto a cómo estudiar la Palabra de Dios, la ayuda y guía personales de un cristiano maduro. Necesita ser alimentada. Pero el instructor sabio entrenará a su estudiante a pensar y deducir las cosas por sí mismo para que pronto comience a alimentarse él mismo y a crecer en facultades de discernimiento. Así como la evidencia de la verdadera edad adulta estriba en demostrar entendimiento y aprecio adultos, la madurez cristiana se demuestra por las facultades de discernimiento espiritual de la persona, por la capacidad de llegar a decisiones correctas, discerniendo profundamente entre lo correcto y lo incorrecto sobre la base de los principios bíblicos. Pablo expresó bien esto: “Porque todo el que participa de leche no está familiarizado con la palabra de justicia, porque es un niño. Pero el alimento sólido es para las personas maduras, para los que por medio del uso tienen las facultades perceptivas ejercitadas para discernir así lo correcto como lo incorrecto. Por esta razón, ya que hemos dejado la doctrina elemental acerca del Cristo, pasemos adelante a la madurez.”—Heb. 5:13 al 6:1.

      4. (a) ¿Qué estímulo hay para los que están recién enterados de la verdad? (b) ¿Cuál es el principal factor para progresar hacia la madurez?

      4 Quizás algunos lectores de esta revista hayan comenzado el estudio de la Biblia hace unas cuantas semanas o meses usando las ayudas para el estudio provistas por la Sociedad Watch Tówer. A tales personas tal vez les parezca ‘que no están familiarizadas con la palabra,’ siendo bebés o niños, por decirlo así, desde el punto de vista espiritual. A tales personas deseamos decir: Continúen en su estudio diligente de la Palabra de Dios, confiados en que por la bondad inmerecida de Jehová pueden crecer a la madurez cristiana. El llegar a la madurez cristiana no requiere muchos años necesariamente, como los requiere un niño para llegar a la madurez de manera física. En vez de depender únicamente de la cantidad del tiempo que se dedica al estudio, el factor principal del que depende es la profundidad de la devoción de corazón a Jehová y el aprecio a su “palabra de justicia.” Hay que ser manso y enseñable y estar ansioso de progresar. Después de asimilar las doctrinas elementales es preciso progresar con la mira de entender el “alimento sólido” de la verdad, demostrando de esta manera progreso a la madurez.

      5. ¿A quiénes en realidad se dirigen las palabras registradas en Hebreos 5:13 al 6:1, y por qué?

      5 Pero el apóstol al escribir a los hebreos las palabras citadas arriba no estaba escribiendo a personas recién asociadas con la congregación cristiana. En realidad, estaba escribiendo a personas que habían estado “en la verdad” por algún tiempo pero que habían dejado de progresar a la madurez y todavía eran niños en cuanto al discernimiento espiritual. No estaban demostrando las cualidades de “hombres ya crecidos” que tanto se necesitaban para que la obra docente se efectuara, de modo que él les escribió que “deberían ser maestros en vista del tiempo.” Se precisaba que éstos ‘manifestaran diligencia para que tuvieran la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que ellos no se fueran a hacer indolentes, sino que fueran imitadores de aquellos que por medio de la fe y la paciencia heredan las promesas.’—Heb. 6:11, 12.

      6. ¿Por qué necesitamos continuar ‘pasando adelante a la madurez’?

      6 La madurez no es algo que, una vez que se logra, permanece con nosotros sin más esfuerzo de parte nuestra. La organización cristiana está progresando constantemente. La luz de la verdad que brilla sobre ella y a través de ella se hace más brillante continuamente. Esto es especialmente cierto ahora en este día cuando Jehová ha venido a su templo, porque “cuando hay juicios procedentes de [él] para la tierra, justicia es lo que ciertamente aprenderán los habitantes de la tierra productiva.” No sólo hay un progreso en conocimiento y entendimiento, sino que, puesto que éste es el día para predicar “estas buenas nuevas del reino,” Jehová está entrenando a sus testigos como nunca antes para efectuar este trabajo de la manera más eficaz que sea posible. Constantemente, por medio de su organización teocrática, él provee nuevos métodos y equipo para este trabajo. El mantenerse al día con la madurez progresiva de la organización en entendimiento espiritual y capacidad ministerial significa el constantemente ‘pasar adelante a la madurez.’—Malaquías, capítulo 3; Isa. 26:9; Mat. 24:14.

      7. ¿Qué debe uno discernir en conexión con el ministerio? ¿Cuál es la única manera en que podemos progresar?

      7 Lo que se necesita es que cada uno de los testigos de Jehová discierna su relación con el progreso que la organización está efectuando. Quizás se dé el caso de que una persona haya estado asociada con la verdad por largo tiempo, habiendo estado activa por muchos años en el ministerio. Tal constancia agrada bien a Jehová. Pero es necesario al mismo tiempo discernir que uno va al mismo paso que la sociedad del nuevo mundo. Si usted se halla en la feliz posición de haber tenido muchos años en el servicio de Jehová, entonces usted se preocupará en cuanto a la eficacia de su ministerio. ¿Produce fruto? ¿Ayuda a los recién interesados enseñándolos y haciendo discípulos de ellos? Como se mencionó previamente, una de las cosas esenciales y básicas de la madurez y del discernimiento espiritual es la humildad. Para poder discernir acertadamente cómo estamos progresando tenemos que examinarnos nosotros mismos con honradez y humildad. Si no estamos logrando el progreso deseado, entonces no deberíamos ser demasiado orgullosos para buscar ayuda, ni debemos resentirnos cuando un superintendente viene a nosotros ofreciendo ayuda. Tenemos que discernir lo que nos hace falta si hemos de continuar progresando.—Fili. 3:16.

      8. (a) ¿Dónde comienza el discernimiento espiritual? (b) ¿Qué relación o asociación le es de suma importancia al cristiano?

      8 La evidencia de este crecimiento en la madurez cristiana se encuentra en el discernimiento que uno manifiesta de cada paso que ha de darse, de cada decisión que ha de hacerse. Principia justamente con la dedicación. La persona que considera el dedicarse tiene que entender primero que su dedicación se está haciendo, no a algún hombre, ni para agradar a alguna persona, sea ésta el esposo o la esposa, la madre o el padre. No es una dedicación a una organización, ni siquiera a la sociedad del nuevo mundo. Es una dedicación al Personaje Supremo del universo, Jehová Dios, con la determinación de hacer su voluntad y agradar a él, como Jesús lo expresó: “Yo he venido . . . para hacer tu voluntad, oh Dios.” Entonces, la persona dedicada aprecia que la asociación o relación más acariciada es aquella en la que ahora entra con Jehová. Esa es una relación santa, preciosa e “íntima” a la cual Jehová invita a sus criaturas mediante su bondad inmerecida por medio de Jesucristo, una relación que no ha de romperse como si se considerara de poca o ninguna importancia.—Heb. 10:7; Sal. 25:14.

      9. ¿Por qué es un error el dedicarse a una obra, en qué puede resultar el tener un punto de vista no equilibrado del ministerio?

      9 La persona que se dedica sólo a hacer cierta obra, tal como predicar, comete un error. Cuando las cosas se ponen difíciles se desalienta fácilmente. Si sólo ve la asociación física con la organización y sus miembros como la cosa más importante que ha de guardarse carece de discernimiento espiritual. El trabajar en la predicación de las buenas nuevas, y la asociación física con la sociedad del nuevo mundo, no bastan en sí mismas y no garantizan la salvación. No hay salvación sobre la base de obras en sí mismas. El mirar las cosas desde este punto de vista colocaría a la persona en el mismo peligro en que se hallaban los que estaban bajo la ley mosaica que buscaban ‘establecer su propia justicia.’ Puede resultar en hacernos “egotistas, provocando competencia unos con otros, envidiándonos los unos a los otros” por tener una buena hoja de servicios en la predicación.—Rom. 10:1-3; Gál. 5:26.

      10. ¿Qué ayudará al cristiano a mantener el punto de vista correcto en cuanto a la obra del Reino?

      10 ¿Significa esto que la obra de Dios no es de importancia? ¡De ninguna manera! Al contrario, el cristiano maduro discierne espiritualmente que su dedicación a Jehová exige de él que ame a Jehová con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Él recuerda las palabras de Santiago de que “la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma.” Por medio de estar siempre consciente de su relación de dedicación a Jehová puede considerar su obra desde el punto de vista correcto y ocuparse en ella impulsado por el motivo correcto: por amor a su Padre celestial, por un deseo de ensalzar Su nombre, por amor a su prójimo y el deseo de compartir con él los mismos privilegios y bendiciones. Un entendimiento maduro del paso inicial de la dedicación prepara el terreno para la adoración madura “con espíritu y verdad.”—Mar. 12:30; Sant. 2:17; Juan 4:23.

      11. ¿Cómo podría un hombre casado mostrar falta de discernimiento espiritual?

      11 Entonces, el discernimiento espiritual resulta en tener el punto de vista maduro del ministerio que toma en cuenta las otras responsabilidades que uno puede tener como siervo dedicado de Jehová. El hombre que está casado, y tiene hijos, tiene muchos privilegios y responsabilidades benditos. Demostraría una falta de discernimiento espiritual si descuidara las obligaciones de familia sólo para conseguir una sobresaliente hoja de servicios en el campo. No sólo tiene que proveer el cristiano las cosas materiales que su familia necesita, sino que tiene que estar alerta para ‘proveer para los que son suyos’ de manera espiritual, estudiando con ellos y ayudándolos a llegar a ser maduros en el servicio de Dios. El dejar de prestar tal atención apropiada a “los que son miembros de su casa” equivale a ‘repudiar la fe.’—1 Tim. 5:8.

      12. ¿Qué discernirá el cristiano maduro en cuanto a su actividad de predicar, y en cuanto a cualquier trabajo seglar necesario?

      12 Una hoja de servicios en la predicación de las buenas nuevas no es en sí misma la prueba de la madurez. ¿De qué provecho sería si, al mismo tiempo, uno no anduviera en armonía con los principios bíblicos de la moralidad, o de alguna otra manera practicara lo que fuese perjudicial en la congregación? Esto no sería andar digno de Jehová, no sería agradarle plenamente. Mientras trabaja diligentemente en el servicio de Dios, hablando a otros acerca de las buenas nuevas, el cristiano discierne que hay que seguir el derrotero de la integridad en toda parte de su vida si ha de servir para la vindicación del nombre de Jehová. La persona madura recuerda a todo tiempo que está dedicada a hacer la voluntad divina y siempre querrá agradar a Aquel de quien es siervo, a Jehová. No estará haciendo cosas simplemente para agradar a los hombres, ya sea cuando esté ocupada en actividades de congregación o en su trabajo seglar, sino que hará todas las cosas honradamente, “con sinceridad de corazón,” trabajando “de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.”—Col. 3:22-24.

      13. (a) ¿De qué manera sigue el publicador maduro tras un ministerio equilibrado? (b) ¿Cuál es el secreto de estar verdaderamente gozoso en el ministerio?

      13 En la obra ministerial misma el publicador discernidor de las buenas nuevas mantiene un equilibrio apropiado, siempre teniendo presente las cosas más importantes del ministerio. Él no está satisfecho sólo con la obra de casa en casa distribuyendo literatura. Él discierne que no basta con sólo poder predicar. Discierne que ahora es el tiempo en que debería ser un maestro, capaz de alimentar a las ovejas y ayudarlas a encontrar el camino a la vida eterna. Por eso diligentemente guarda un registro de cualquier persona interesada que halla y vuelve a visitarla. Cuando hace su revisita está preparado con interesantes sermones bíblicos y está alerta para hacer arreglos para tener un estudio bíblico de casa con las personas de buena voluntad. Dado que está lleno de conocimiento acertado de la Palabra de Dios, de amor a Jehová el Gran Pastor y al buen Subpastor Cristo Jesús y de amor a las otras ovejas, el ministro cristiano avanza en el servicio con un deseo ardiente de hallar y alimentar las ovejas—por amor y no sólo por un sentido del deber. Ese es el secreto para estar verdaderamente gozoso en el ministerio.—Heb. 5:12; Juan 21:15-17.

      14, 15. (a) ¿Qué bendiciones resultan de la madurez cristiana? (b) ¿Contra qué debe vigilar la persona? ¿Cómo?

      14 La madurez espiritual trae consigo gozos y bendiciones incalculables. El estar lleno de conocimiento acertado y discernimiento espiritual hace al cristiano fuerte, capaz de defenderse de los ataques del enemigo, Satanás, capaz de identificar sus lazos sutiles del materialismo y de temor a los hombres y capaz de resistirlos. Escapa de las frustraciones, preocupaciones y dolores autoimpuestos que provienen de seguir imprudentemente deseos insensatos y perjudiciales y evita actos insensatos que resultan en censurarse a sí mismo y en una conciencia cargada de culpa.—1 Tim. 6:9, 10.

      15 Mientras gozamos de las bendiciones que tal madurez trae tenemos que vigilar contra sentirnos demasiado seguros y tenemos que recordar siempre que la madurez cristiana y el discernimiento espiritual no resultan de nuestros propios esfuerzos únicamente, sino que se efectúan por el funcionamiento del espíritu de Jehová en expresión de su bondad amorosa hacia nosotros. De modo que continuaremos acudiendo a Jehová en oración pidiendo que nos ayude a continuar sirviéndole de un modo maduro, que nos detenga para que no cometamos ningún acto presuntuoso, para que ‘los dichos de nuestra boca y las meditaciones de nuestro corazón sean agradables a Jehová’ a todo tiempo.—Sal. 19:13, 14.

      16, 17. ¿De qué manera puede cada persona participar del espíritu de optimismo gozoso de la sociedad del nuevo mundo?

      16 El siervo fiel de Jehová avanza confiadamente, feliz y satisfecho al trabajar bajo la dirección del Rey reinante, Cristo Jesús, y la organización teocrática visible que Dios ha establecido en la tierra. Su madurez cristiana lo capacita a fortalecer y vigorizar a sus hermanos y personas de buena voluntad para que ellos también alcancen la completa hombredad cristiana y participen del mismo gozo y de las mismas bendiciones.

      17 La perspectiva feliz y confiada que la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová demuestra es una evidencia de su madurez. Cada uno puede participar de ese espíritu de optimismo gozoso esforzándose por lograr la meta de la madurez cristiana, y estar lleno de discernimiento espiritual. Al proceder así gozos y privilegios innumerables pueden ser nuestra porción tanto ahora como en el nuevo mundo que se halla precisamente adelante, “con tal que, por supuesto, continúen en la fe, establecidos en el cimiento y firmes y no siendo desviados de la esperanza de esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y las cuales fueron predicadas en toda la creación que está bajo el cielo.”—Col. 1:23.

  • ‘El extrañarse de Dios’
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • ‘El extrañarse de Dios’

      La siguiente declaración concerniente a las iglesias de la cristiandad se hizo en la asamblea que el Concilio de Iglesias Mundial celebró en Ámsterdam, y se publicó en el libro Treasury of the Christian Faith: “En nuestras iglesias divididas, hay mucho que confesamos con penitencia ante el Señor . . . , porque es en el extrañarnos de él que tiene su origen todo nuestro pecado. A esto se debe el que los males del mundo hayan penetrado tan profundamente en nuestras iglesias, de modo que entre nosotros también hay normas de éxito mundanas, división de clases, rivalidad económica, una mente seglar. Aun donde no hay diferencias de teología, idioma o liturgia, existen iglesias segregadas según raza y color. . . . Estamos en peligro de ser sal que ha perdido su sabor y que no sirve para nada.”

      Un escritor de la Biblia, Santiago, comenta que la mundanalidad resulta en un extrañamiento de Dios: “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.

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