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“Hágase tu voluntad en la tierra” (Parte 37 de la serie)La Atalaya 1960 | 1 de julio
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y volverás a levantarte para [recibir] tu suerte al fin de los días.” (Dan. 12:13, Leeser) Cuando Daniel alcanzó el fin de su camino en la muerte, él descansó en Seol, el sepulcro común de la humanidad, en el sueño de la muerte. No subió al cielo. Jesús, que había descendido del cielo, así lo dijo. (Juan 3:13) Como testigo de Jehová, que ‘hizo cosas buenas,’ Daniel espera el cumplimiento de las palabras de Jesús: “La hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28, 29) La suerte de Daniel será terrestre en el nuevo mundo de Dios después del Armagedón. Será resucitado y se levantará para recibir su suerte o herencia bajo el reinado de mil años de Cristo. Tendrá la perspectiva de vida eterna. Por medio de aceptar el sacrificio rescatador de su Rey, el Pastor Propio, Daniel llegará a ser un hijo del “Padre por la eternidad.” (Isa. 9:6) Porque hace mucho demostró fidelidad como príncipe sobre el pueblo de Jehová sin duda él será asignado entre aquellos a quienes Cristo el Rey ‘nombrará príncipes en toda la tierra.’—Sal. 45:16.
CAPÍTULO 14
BENDICIONES TERRENALES CUANDO SE HACE SU VOLUNTAD
1. (a) ¿Por qué pudieron apreciar los discípulos a quienes Jesús enseñó la oración modelo lo que significaba orar que viniera el reino de Dios? (b) ¿Por qué tiene que venir ese reino?
JESUCRISTO estaba en la tierra cuando enseño a sus discípulos a orar a su Padre celestial Jehová: “Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10) En aquel entonces todos sus discípulos eran judíos naturales. Los antepasados terrestres de ellos habían conocido el dominio de Jehová como Rey en los días en que él levantaba jueces para gobernar a Israel, tales como Josué, Gedeón, Barac, Sansón y Samuel, y también cuando el rey David y sus sucesores gobernaban sentándose en el “trono de Jehová.” En 607 a. de J.C. aquel reino típico de Jehová Dios fue trastornado en armonía con su propio decreto; y en los días de Jesús la “persona despreciable,” el emperador Tiberio César, gobernaba el país de los judíos por medio del procurador romano, Poncio Pilato. Los discípulos judíos de Jesús pudieron apreciar profundamente lo que significaba orar que el reino de Jehová Dios volviera y ejerciera su poder sobre la tierra para que la voluntad del Padre celestial se hiciera aquí en la tierra justamente como se hace arriba en el cielo. Ese reino tiene que venir, no para destruir el hogar del hombre, la tierra, sino para hacer que la voluntad de Dios se haga en la tierra como se hace en el cielo.
2. (a) En 1914, ¿qué cosa se le dio al Hijo del hombre, para cumplir Daniel 7:13, 14, y cuál fue la acción de ésta para con el cielo y la tierra? (b) ¿Por qué no procedió ésta contra el rey del Norte y el rey del Sur?
2 En 1914 (d. de J.C.) Miguel se levantó en el poder y autoridad del Reino. O, de acuerdo con la visión de Daniel 7:13, 14, el glorificado Hijo del hombre en el cielo fue traído delante del Anciano de días y se le dio el reino eterno del cual él era el legítimo Heredero por juramento. Debido a que él era el que tenía el “derecho” al reino, Jehová, el Anciano de días, se lo dio a Jesucristo. (Eze. 21:27, BC) Inmediatamente ese reino luchó contra Satanás y sus demonios y los arrojó abajo a la tierra, para que esperaran aquí la guerra universal, la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” El Reino también dirigió su poder hacia la tierra, especialmente a favor de la clase del santuario y de la grande muchedumbre de “otras ovejas” que habían de ser juntadas. (Juan 10:16) Empero ese reino no “vino” contra el rey del Norte y el rey del Sur en una batalla de Armagedón para destruir todos los reinos de este mundo. A semejanza de la piedra simbólica que fue cortada de la montaña sin mano de hombre, ese reino, establecido por el Dios del cielo, no golpeó en aquel entonces los pies de hierro y barro de la imagen metálica del sueño de Nabucodonosor destruyendo todos los gobiernos terrestres prefigurados por esa imagen. Había otras partes de la voluntad de Dios que tenían que hacerse en la tierra primero antes de la destrucción de este sistema de cosas en el Armagedón.
3. Contrario a lo que Satanás quisiera, el propósito de Jehová es no hacer ¿qué? mediante su venidera guerra universal, y por eso, ¿qué exige esto que se haga a favor de la gente?
3 Aunque Satanás el Diablo quisiera despoblar la tierra para lograr su propósito demente de “gobernar o arruinar,” no es el propósito de Jehová Dios despoblar la tierra mediante su guerra entre su reino y el mundo de Satanás. El mundo de Satanás que cuenta con cuatro mil años de edad tiene que desaparecer para dejar paso al justo nuevo mundo de Jehová bajo Jesucristo, la Simiente de su “mujer.” Puesto que es un mundo lo que tiene que ser destruído en esa guerra universal, la gente en la tierra no podrá escaparse de esa guerra viajando al espacio sideral ni sumergiéndose en submarinos de propulsión atómica de larga sumersión, sino que se enfrenta con la destrucción. Desde 1914 se hizo necesario advertir a la gente acerca de lo que deparaba el futuro e informarle de cualquier vía de escape provista por Dios. Esto hizo necesario que se diera un testimonio global en toda la tierra habitada, a todas las razas y nacionalidades, antes que le sobreviniese el fin al mundo de Satanás, a ambas partes de él, la visible y la invisible.
4. ¿Le fue esto obligatorio a Dios, y a quién levantaría él para el trabajo salvavidas, y quiénes serían salvados en el Armagedón?
4 No le es obligatorio al Todopoderoso Dios hacer esto, pero ha sido su amoroso proceder de misericordia hacer que se dé advertencia anticipada antes de efectuar su obra rara de destrucción sobre sus enemigos. Para entregar esta noticia de advertencia y guiar a un refugio seguro, hacían falta entregadores de noticias y guías de seguridad. ¿A quiénes proveería Jehová para este trabajo salvavidas? ¿A ángeles del cielo? No; sino a su clase del santuario, un resto de la cual estaba en la tierra. Por eso, la piedra simbólica de Dios, el reino de su Hijo, no golpeó la imagen simbólica de la organización terrestre visible de Satanás aplastándola en 1918 cuando “fué echado por tierra el lugar de su Santuario” y fueron “hollados” los de la clase del Santuario. Pero el Miguel celestial se había levantado en el poder del Reino, y él libertó a estos fieles, porque fueron “hallados escritos en el libro.” A éstos él despertó a la actividad haciendo que dieran el predicho testimonio del Reino por todas partes. (Mat. 24:14) Que rechazaran “las buenas nuevas del reino” quienes quisieran rechazarlas, pero los que tomaran a pecho el testimonio e hicieran del Reino su única esperanza de salvación serían salvados en la batalla del Armagedón.
5, 6. (a) ¿En qué fecha averiguable se dio a luz el reino de Dios mediante su Hijo, y en qué fecha averiguable vino el diluvio en el día de Noé? (b) ¿Qué dijo Jesús respecto a saberse cuándo él en su reino viene contra el mundo de Satanás en el Armagedón?
5 En una fecha averiguable, al fin de los “tiempos señalados de las naciones,” nació el reino de Dios en 1914 y Miguel y sus ángeles comenzaron la batalla contra la parte invisible del mundo de Satanás que estaba allá en el cielo. La parte demoníaca del mundo de Satanás fue arrojada abajo a la vecindad invisible de esta tierra, al espacio sideral a través del cual el rey del Norte y el rey del Sur están lanzando sus lunas terrestres o satélites o naves siderales. Pero no se sabe el día y la hora en que Miguel, el Hijo de Dios en el poder del Reino, emprende de nuevo la lucha en el Armagedón, y esto hace que tampoco sepamos de antemano el año de dicho acontecimiento. En el año en que Jehová extirpó al “mundo antiguo,” el “mundo de gente impía,” se le dijo a Noé, después que terminó el arca de tres pisos, arca de supervivencia para su familia y especies animales, en qué día vendría el diluvio sobre la tierra. (2 Ped. 2:5; Gén. 7:1-11) A la “gente impía” no se le dijo el día, pero había tenido suficiente evidencia audible y visible, por la predicación de Noé y por acabar él la construcción del arca y juntar los animales y pájaros dentro de ella, como para saber que se acercaba el diluvio que abarcaría el globo. ¿Podemos nosotros hoy en día saber cuándo el Hijo de Dios viene en su reino contra el mundo de Satanás en el Armagedón? La profecía de Jesús sobre el fin del mundo dice:
6 “Concerniente a ese día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo del hombre, sino únicamente el Padre. Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entro en el arca; y no notaron nada hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre. . . . Debido a esto ustedes, también, prueben que están listos, porque a una hora que ustedes no piensan que es, el Hijo del hombre viene.”—Mat. 24:36-44; Luc. 21:26, 27; 2 Ped. 2:5.
7. (a) Aquel diluvio no descendió precipitadamente sino hasta que ¿qué había acontecido, y por qué razón parecida no se precipitó la destrucción proveniente de Jehová sobre la gente en 1918? (b) Como ilustración, ¿qué dijo Jesús respecto a los “días de Lot”?
7 Nótese aquí que el diluvio que destruyó aquel mundo no le sobrevino precipitadamente a la gente que no quiso prestar atención sino hasta después que Noé hubo introducido a su familia y las aves y bestias sumisas dentro del arca a prueba de fuerzas torrenciales. Como feliz resultado, hubo ocho criaturas humanas además de las aves y animales que vivieron a través de la destrucción del mundo antiguo y que comenzaron a vivir sobre una tierra lavada en el mundo que ha continuado hasta este “tiempo señalado del fin.” ¡Feliz fue la familia de Noé por haber prestado atención, y por haberse unido a él en predicar y en construir el arca y en recoger las criaturas inferiores! De la misma manera ahora, la destrucción proveniente de Jehová no se precipitó sobre la gente inicua y descuidada en 1918. Es preciso que aquellos a quienes Él muestra misericordia sean sacados de la zona de peligro. “De igual modo,” dijo Jesús al profetizar acerca del fin de este mundo, “como aconteció en los días de Lot [el sobrino del fiel Abrahán]: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían. Pero el día que Lot [con su familia] salió de Sodoma llovió fuego y azufre desde el cielo y los destruyó a todos. De la misma manera será en aquel día cuando el Hijo del hombre ha de ser revelado.”—Luc. 17:28-30; Gén. 19:1-26; 2 Ped. 2:6-9.
8. (a) ¿Qué le dijo a Lot un ángel acerca de no poder él actuar? (b) ¿En qué palabras dijo Jesús que habría una interrupción de la tribulación por motivo parecido?
8 Uno de los dos ángeles que ayudaron a Lot y sus hijas a salir de la ciudad condenada a destrucción y de la zona de peligro le dijo a Lot: “¡Apresúrate! ¡Escapa allá, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allá [a Zoar]!” (Gén. 19:22) Exactamente como se representa en este cuadro informativo, Miguel el gran Príncipe y sus ángeles no harán nada para destruir el mundo de Satanás semejante a Sodoma sino hasta que la clase del santuario de Jehová, sus escogidos que todavía están en la carne, hayan sacado de este sistema de cosas condenado a la destrucción a aquellos prefigurados por Lot y sus hijas, es decir, las “otras ovejas.” Jesús predijo que Jehová proveería una interrupción en la tribulación que se le ocasionaría a la organización de Satanás, para permitir que los escogidos de Jehová en la carne hicieran esta obra salvavidas a favor de las “otras ovejas.” Jesús dijo: “Aquellos días serán días de una tribulación como la cual no ha acontecido una desde el principio de la creación que Dios creó hasta aquel tiempo y no ocurrirá otra vez. De hecho, a menos que Jehová hubiese acortado los días, ninguna carne se salvaría. Pero a causa de los escogidos [aún en la carne] que él ha escogido él ha acortado los días.”
9. En fiel cumplimiento de esas palabras, ¿qué hizo Miguel al debido tiempo, y debido a eso quiénes no serán destruídos cuando la Sodoma moderna se acabe en llamas?
9 En fiel cumplimiento de esas palabras de Marcos 13:19, 20, Miguel libertó a los miembros de la clase del santuario en 1919. ¿Por qué? Para que ellos reanudaran el “sacrificio continuo” de alabanza a Dios en el interés de su propia salvación, y también para que ayudaran a las muchas “otras ovejas” a refugiarse bajo el reino de Dios. Allí, bajo la protección divina con el resto del santuario espiritual, estas “otras ovejas” no serán destruídas con esta Sodoma moderna cuando la destrucción flameante le sobrevenga en una tribulación tal como la humanidad jamás ha conocido desde la creación.
(Continuará)
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1960 | 1 de julio
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Preguntas de los lectores
● En Isaías 66:8 está escrito: “¿Quién ha oído de cosa como ésta? ¿Quién ha visto cosas como éstas? ¿Será dada a luz una tierra con dolores de parto en un solo día? ¿O nacerá una nación de un golpe? Pues Sión ha entrado en dolores de parto y también ha dado a luz sus hijos.” ¿Cuál es la diferencia entre la “tierra” y la “nación,” y cómo está relacionado esto con el fundar la “nueva tierra” en 1919?
Se ponen cimientos para lo que habrá de edificarse sobre ellos, para algo nuevo a modo de una superestructura. En Isaías 51:16 Dios dice lo que hará tocante a los nuevos cielos que han de ser plantados y una nueva tierra que ha de ser fundada. Él dice a su pueblo: “Pondré mis palabras en tu boca, y con la sombra de mi mano ciertamente te cubriré, a fin de plantar los cielos y poner el cimiento de la tierra y decir a Sión: ‘Tú eres mi pueblo.’” Esas palabras dichas a Sión muestran que Dios reconoce a un pueblo a cierto tiempo, que hace que se dé a luz una nación, un pueblo bajo un gobierno. Sión, cuando estuvo en la tierra, era la montaña donde estaba el “trono de Jehová,” en el cual se sentaba el rey de la nación de Jehová.
En el año 1914 Jehová Dios produjo el gobierno celestial de su Hijo ungido, Jesucristo, el Heredero del Reino. Sin embargo, durante la I Guerra Mundial, que principió en ese año, los testigos ungidos de Jehová en la tierra entraron en cautiverio babilónico a las naciones que estaban en guerra, debido a temor y por no entender bien las cosas. Su organización fue invadida y bastante desbaratada. No funcionaban como nación con un gobierno independiente, en este caso el reino establecido de Dios en los cielos. Llegaron a ser como los judíos en la tierra de Babilonia durante los setenta años cuando su ciudad capital Sión o Jerusalén y su templo yacían desolados y no tenían rey reinante.
En 1919, poco después de terminarse la I Guerra Mundial, Jehová misericordiosamente comenzó a volver a congregar su pueblo esparcido y desorganizado desde todas partes de la tierra y a aumentar el número de ellos. Hizo que los de su resto ungido se arreglaran de un modo bien organizado y los puso a funcionar otra vez. Ahondó el aprecio que tenían del hecho de que el Reino había sido establecido y puesto en funcionamiento en los cielos. Puesto que todavía había un resto de los herederos del Reino en la tierra, no todos los que habrían de ser coherederos con Jesucristo en el Reino se hallaban con él en los cielos, reinando con él como nuevos poderes celestiales sobre la tierra, en medio de los enemigos de Cristo. Sin embargo, al hacer que naciera el Reino por medio de entronizar y coronar a su Hijo Jesucristo, Jehová Dios plantó los cielos simbólicos del prometido nuevo orden.
En la boca de su pueblo emancipado, libertado, en la tierra Jehová puso sus palabras en cuanto al haber plantado los nuevos cielos. Por consiguiente su pueblo emprendió la predicación de las buenas nuevas del gobierno celestial establecido al cual le deben lealtad suprema, el reino de Dios. Mediante tales tratos con su pueblo en ese tiempo, Jehová hizo que una nación, el resto de su Israel
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