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Ministros ordenados de DiosLa Atalaya 1960 | 15 de febrero
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pero que se aparte de lo que es perjudicial y haga lo que es bueno; que busque la paz y vaya en pos de ella. Porque los ojos de Jehová están sobre los justos y sus oídos atentos a su súplica, pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas perjudiciales.’”—1 Ped. 3:10-12.
28. (a) ¿Cómo debe considerar su ocupación seglar el ministro cristiano ordenado? (b) ¿De qué otra manera, además de tomar abiertamente de los efectos de otros, puede alguien ser ladrón?
28 Luego hay esa otra parte de la vida cristiana—el trabajo. Tiempo considerable se emplea en alguna clase de trabajo, pero ¿cómo desempeña uno su trabajo y se gana el pan de cada día? En realidad toda persona hace un contrato o un acuerdo con su patrón. Cuando un patrón contrata a un hombre para hacer cierto trabajo él conviene en pagar al trabajador cierto salario. El empleado no debe eludir su trabajo, hacer menos de lo que él convino en hacer. Debe ser honrado y dar a su patrón medida completa. Si uno es contratado como carpintero por cierta cantidad de horas al día y recibe cierta paga por esas horas, entonces ciertamente durante ese período de tiempo debe ser diligente en hacer buen trabajo de carpintería durante todas esas horas. No se le paga para holgazanear. Se le paga para trabajar. Si un cristiano trabaja en una tienda que es propiedad de un rico él no tiene derecho de robar de ese rico a causa de que es adinerado, ni tiene el derecho de robar a los clientes cobrándoles más de lo que vale la mercancía y quedándose con la diferencia. Eso es robar. Un hombre le puede robar a su patrón, también, holgazaneando en el trabajo. El hombre espera que su patrón le pague. ¿Por qué no puede esperar el patrón que se haga el trabajo por el dinero que él paga? “Cuanto hagan . . . en obra, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús.” ¿Lo hace usted?
29. ¿Qué actitud adoptó el apóstol Pablo para con el esclavo Onésimo, cuando éste llegó a ser cristiano?
29 Pablo no creyó que Onésimo, esclavo de Filemón, debería ser quitado a su patrón. Cuando Onésimo llegó a ser cristiano, Pablo se enteró de que él era esclavo y lo devolvió a su dueño. El esclavo, ahora cristiano, todavía pertenecía a Filemón aunque Filemón era cristiano también. Pablo, escribiendo acerca de Onésimo, dijo: “Te estoy exhortando [Filemón] tocante a mi hijo, para quien llegué a ser padre mientras estaba en mis cadenas de prisión, Onésimo, anteriormente inútil a ti pero ahora útil a ti y a mí. A este mismísimo te lo estoy devolviendo, sí, a él, es decir, mi propio corazón.” Aunque Pablo halló que Onésimo, que se había escapado de su dueño, le era sumamente útil a él, no obstante Pablo quiso que él regresara a su dueño, porque eso era correcto, y allí era donde pertenecía por ley, y para que Filemón lo tuviera “de regreso para siempre, ya no como esclavo sino como más que esclavo, como hermano amado, especialmente eso para mí, sin embargo cuánto más para ti tanto en relación carnal como en el Señor.” (File. 10-12, 15, 16) Las Escrituras indican que sin importar en qué condición uno se encuentre, sea como esclavo u obrero libre, el cristiano debe trabajar como si lo estuviese haciendo “en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.”
30. Por eso, entonces, ¿qué tienen que ser los cristianos?
30 Los cristianos tienen que ser honrados. Tienen que ser veraces. Tienen que probar que son ministros ordenados, no sólo cuando predican las buenas nuevas, sino en todo lo que hacen, para que hombres de toda clase sean salvados. Mediante esto ellos demuestran que ‘la palabra de Dios obra en los creyentes.’ ¿Es usted un cristiano que hace buenas obras al comer, beber, hablar, trabajar, predicar o al hacer cualquier otra cosa, haciendo todo para gloria de Dios a fin de que alguien sea salvado? ¿Está usted ‘buscando la paz y yendo en pos de ella’? El cristiano sabe que “los ojos de Jehová están sobre los justos,” sus ministros ordenados.—1 Ped. 3:11, 12.
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¿Deja usted resplandecer su luz?La Atalaya 1960 | 15 de febrero
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¿Deja usted resplandecer su luz?
1, 2. ¿Por qué es apropiado comparar la actividad de un ministro ordenado con una ciudad situada sobre un monte y con una lámpara que está encendida?
EL MINISTRO ordenado de Dios lleva una responsabilidad pesada. Principia donde Jesús se detuvo. Fue el Maestro quien dijo a sus seguidores fieles: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad no se puede ocultar cuando está situada sobre un monte. La gente enciende una lámpara y la coloca, no debajo de la canasta de medir, sino sobre el candelero, y brilla sobre todos los que están en la casa. Igualmente resplandezca su luz delante de la humanidad, para que vean sus obras rectas y den gloria a su Padre que está en los cielos.” (Mat. 5:14-16) Esta luz de la verdad resplandece en el mundo día y noche a causa de lo activo que son los cristianos verdaderos. Cuando los ministros ordenados predican de casa en casa, resplandece la luz. Pero ésa no es la única ocasión en que dejan resplandecer su luz. Tiene que resplandecer durante su comer, durante su beber, durante su conversación general, durante su trabajo así como cuando están en la congregación del pueblo de Dios. En ninguna ocasión puede el cristiano ocultar o apagar su luz. “Ustedes son la luz del mundo. . . . Resplandezca su luz delante de la humanidad.”
2 El ministro ordenado de Dios mira hacia el futuro. Por eso, entonces, si ‘ama la vida y quiere ver buenos días, . . . busque la paz y vaya en pos de ella.’ (1 Ped. 3:10, 11) Al ir en pos de la paz no tiene tiempo para hacer maldades y así dejar de estar en armonía con la Palabra de Dios. Si lo hace, se dará a ver. Como ministro durante las veinticuatro horas del día tiene que demostrar que está viviendo una vida cristiana. Se le observa exactamente como se observa una ciudad situada en un cerro; no es posible ocultarla. Está allí para ser vista por muchos kilómetros a la redonda. No se puede ocultar esa ciudad así como no se puede ocultar la luz del cristiano verdadero. La luz del ministro ordenado resplandece continuamente. Siempre fulgura, a menos que el ministro deliberadamente oculte la luz por el modo en que come, bebe, habla, trabaja o predica las buenas nuevas del reino de Dios. Pero ¡jamás suceda eso! Que gente de toda clase vea sus obras rectas, porque cuando vea la gente las obras rectas de usted hombres de toda clase darán gloria a su Padre que está en los cielos.
3. Además de la obra correcta del cristiano de predicar, ¿qué más debe poder observar la gente favorablemente?
3 El predicar de casa en casa las noticias de que el reino de Dios se ha acercado es vital, muy importante; y estas buenas nuevas ayudan a la gente a ver más claramente las grandes bendiciones que Dios tiene preparadas para los creyentes. Pero que la gente también observe las obras rectas del cristiano, el modo en que vive, cómo se comporta en el trabajo y en el esparcimiento, el modo en que sus hijos se comportan, el modo en que tiene asociación con las personas en la congregación, junto con su capacidad para enseñar. Sí, todo esto da a saber si él deja resplandecer su luz.
4, 5. (a) ¿Hay tal cosa como un cristiano de tiempo parcial, y por qué? (b) ¿Pueden todos los cristianos dedicar la misma cantidad de tiempo a predicar las buenas nuevas? (c) Por eso, ¿a qué conclusión llegamos en el asunto?
4 El individuo que se ha dedicado al servicio de Jehová y se ha bautizado en agua no puede decir que es un cristiano
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