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    La Atalaya 1960 | 1 de noviembre
    • El poder de la bondad

      “Sigan amando a sus enemigos y haciendo el bien y prestando sin interés, sin esperar que se les devuelva algo, y su recompensa será grande, y ustedes serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso para con los ingratos e inicuos. Sigan haciéndose compasivos, así como su Padre es compasivo.”—Luc. 6:35, 36.

      1. ¿Por qué cómo es la bondad un poder?

      LA BONDAD es un poder porque tiene su fuente en Jehová, el Altísimo Dios, el gran Dador de “todo don bueno y toda dádiva perfecta.” Poniendo el ejemplo supremo, Jehová muestra bondad a todos, aun a “los ingratos e inicuos.” Porque la bondad ayuda al cristiano a ser como su Padre en los cielos, es un poder recompensador. ¡Qué recompensas hay en ser un hijo del Altísimo! En verdad como Jesús dijo: “Su recompensa será grande.” Estas palabras nos recuerdan la regla divina declarada hace mucho en cuanto al poder de la bondad: “El hombre de bondad amorosa está tratando recompensadoramente con su propia alma.” La persona bondadosa quizás piense que regala su bondad; en realidad la bondad regresa para recompensar al que ama y practica la bondad porque quiere ser como su Padre en el cielo.—Sant. 1:17; Luc. 6:35; Pro. 11:17.

      2, 3. (a) ¿Cómo son deficientes los escritos mundanos sobre bondad y con qué resultados? (b) ¿Cuál es el móvil correcto para mostrar bondad?

      2 Mucho puede leerse en cuanto a las recompensas de la bondad en los libros de este mundo; es una cualidad que es alabada por los filósofos y escritores sobre modales, etiqueta y gracia. Pero los que confían en estas Obras mundanas no producen el fruto del espíritu de Dios, y su sumamente pulida apariencia de cortesía y de lo que es correcto a menudo cubre corazones enteramente antagónicos al espíritu de Dios. ¿Qué sucede? Faltan el ardor y el amor, porque Jehová y su voluntad son excluídos.

      3 Porque se excluye a Jehová de estas consideraciones mundanas de la bondad no debe extrañar el que algunas personas usen la bondad para beneficiarse ellas mismas de un modo egoísta. Muestran bondad pero esperan que se les devuelva algo, algún favor en recompensa. Usan la bondad como el dinero—para comprar lo que quieren. Su móvil es incorrecto. Cuando el cristiano manifiesta su bondad de modos prácticos, lo hace ‘sin esperar que se le devuelva algo.’ Es bondadoso porque ama a su Padre celestial. Cuando amamos a alguien a menudo nos sorprendemos cómo imitamos, aparentemente sin esfuerzo, algunos de los buenos rasgos y cualidades de esta persona amada. ¡Cómo debe impelernos el amor, entonces, a cultivar expresamente las cualidades que distinguen a Jehová Dios! “Háganse imitadores de Dios,” es el mandato divino. Es solamente siendo un imitador de Dios que uno puede demostrar ser hijo del Altísimo. La bondad ayuda al cristiano a imitar a su Padre en el cielo.—Efe. 5:1.

      4. Explique cómo uno manifiesta bondad.

      4 ¿Cómo manifiesta uno bondad? De muchos modos: Estando dispuesto a hacer el bien a todo hombre, siendo misericordioso, siendo compasivo, siendo benévolo, siendo paciente, siendo amigable, siendo hospitalario, siendo generoso, siendo considerado, siendo benigno y siendo servicial. La bondad está arraigada en el amor. Pablo dijo: “El amor es paciente y bondadoso.” (1 Cor. 13:4, UTA) O como la Traducción del Nuevo Mundo lo expresa: “El amor es sufrido y servicial.” Más que amistad y cortesía, la bondad es servicial, sí, dispuesta a hacer más de lo acostumbrado para ayudar a otros tanto en lo que es temporal como en lo que es espiritual.

      UN REQUISITO DIVINO

      5, 6. Dé razones del porqué el practicar bondad es un requisito divino.

      5 La bondad está unida estrechamente con el amor en las Escrituras, como en la locución “bondad amorosa.” Esta es bondad que proviene del amor, la clase de amor que es constante y leal. La persona que tiene esta bondad amorosa muestra que el espíritu santo mora en ella, porque el fruto del espíritu de Dios incluye “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.” El espíritu de Dios transforma a la persona capacitándola a ponerse la “nueva personalidad” que se requiere de los cristianos verdaderos: “Vístanse de los tiernos afectos de la compasión, la bondad, la humildad de mente, la apacibilidad y la gran paciencia.” De modo que la bondad es tanto una evidencia convincente del amor cristiano como un requisito divino.—Gál. 5:22, 23; Col. 3:12.

      6 En toda parte de las Escrituras hay testimonio abundante de que Jehová requiere el amor de la bondad por parte de todos los que quieren conseguir su aprobación: “Él te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno; ¿y qué es lo que Jehová pide de ti, sino hacer justicia, y amar la misericordia [bondad, AN], y andar humildemente con tu Dios?” No es raro que Jehová Dios requiera de nosotros que amemos la bondad. ¡Cuán a menudo ensalzan los escritores inspirados la bondad amorosa de Dios! ¡Cómo debemos apreciar esta cualidad del Padre celestial! “¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios!” Jehová justamente requiere esta cualidad en el hombre: “La cosa deseable en el hombre terrestre es su bondad amorosa.” No podemos agradar a Dios con sacrificio y nada más. Mediante el profeta Oseas Jehová dice: “Quiero la misericordia [bondad, AN, margen] y no el sacrificio.” Grandes podrían ser los sacrificios hechos por el cristiano en el servicio de Dios, sin embargo sin bondad amorosa él no podría demostrar ser un hijo del Altísimo. Es algo en que pensar: que Jehová Dios ha colocado la bondad amorosa en esta posición preeminente. Sin el móvil y las manifestaciones del amor, uno no podría recibir una recompensa de Dios a pesar de lo grande que fuesen los sacrificios: “Si doy todas mis posesiones para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para poder jactarme, pero no tengo amor, en nada he aprovechado.”—Miq. 6:8, Mod; Sal. 36:7; Pro. 19:22; Ose. 6:6, Mod; 1 Cor. 13:3.

      7. ¿Qué es lo que el Padre celestial busca principalmente en el hombre?

      7 Cuán evidente es que los móviles del hombre y las cualidades de su corazón significan más ante Jehová Dios que la capacidad mental. Si Jehová estuviese interesado principalmente en la capacidad mental habría escogido a los hombres sabios e intelectuales del mundo para llevar a cabo la gran obra de predicar las buenas nuevas del Reino en toda la tierra. Pero no ha colocado su espíritu en los orgullosos y sabios de este mundo; el apóstol dice “que no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos nobles . . . con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.” El que se esfuerza para ser como su Padre celestial es la persona a quien Dios puede usar y cuya “recompensa será grande.”—1 Cor. 1:26-29.

      8. ¿Qué recompensa trae en la vida diaria el practicar la bondad?

      8 Muchas son las recompensas por practicar la bondad ahora. Es un poder que nos ayuda a hacer lo que es correcto en todos los asuntos de la vida. La prudencia o el obrar con tacto, por ejemplo, puede entenderse mejor cuando comprendemos que está arraigada en la bondad. Si hacemos lo bondadoso descubrimos que estamos obrando con tacto, haciendo lo prudente. ¡Cuántas reglas de etiqueta prescritas a semejanza de las del Talmud son innecesarias, porque en la base de los modales por excelencia se halla la bondad! La cortesía podría definirse como bondad en las pequeñeces; la urbanidad como bondad en cosas pequeñas. La bondad se expresa tanto con palabras como con hechos. Quizás parezca cosa pequeña usar la locución “por favor,” pero cuando refleja bondad amorosa en vez de etiqueta indiferente, tiene grande significado. No podemos pensar que el uso de tal locución por Abrahán, Lot y Jehová fue mera formalidad.—Gén. 12:11-13; 19:1, 2, 18-20; 15:5; 22:1, 2.

      9. ¿Cómo le ayuda a uno la bondad al ir en pos de la paz?

      9 La bondad es un poder porque ayuda los cristianos a ir en pos de la paz y mantener armonía. Ahuyenta las desavenencias y despeja el camino para el perdón. En el arte difícil de comunicarse, uno no siempre expresa pensamientos con la exactitud deseada; desavenencias pueden acontecer. Aquí la bondad viene al rescate y preserva la paz. Es fácil llegar al entendimiento correcto por medio de la paciencia y la bondad; es fácil perdonar a la persona bondadosa. Aun si se le trata a uno sin bondad la propia bondad de uno contrarresta el aguijón de la falta de bondad. La bondad ayuda a todos a obrar en conformidad con el consejo del apóstol: “Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro.”—Col. 3:13.

      10. ¿Por medio de aplicar qué principio bíblico puede uno resolver problemas?

      10 La bondad resuelve los problemas. Cuando se encara a una situación de que las Escrituras no tratan exactamente, el cristiano busca un principio que ayude a resolver el asunto. Lo encuentra en Efesios 4:32: “Háganse bondadosos los unos con los otros.” Por eso cuando uno pregunta: ‘¿Qué debe hacerse?’ la manera de proceder está clara: Haga lo bondadoso, porque lo bondadoso es lo correcto.

      LA BONDAD NO ES DEBILIDAD

      11. ¿Cuál es el punto de vista equivocado en cuanto a la bondad, y por qué no es debilidad la bondad?

      11 Para ser un poder para hacer lo correcto, tanto a la vista de los hombres como a la vista de Dios, la bondad tiene que ser sin debilidad. Es un error pensar que el ser bondadoso encierra un proceder sereno que permite prácticas o condiciones incorrectas en la congregación cristiana. El superintendente cristiano no puede perdonar lo que es bíblicamente incorrecto con la creencia equivocada de que así está siendo bondadoso. La bondad no tiene los ojos vendados al mal o a lo que no está en armonía con la voluntad de Dios. Los padres verdaderamente no son bondadosos cuando dejan que sus hijos hagan cualquier cosa que desean. La bondad equivocada ha resultado en mucha delincuencia juvenil. En una congregación cristiana puede resultar delincuencia espiritual si el superintendente considera que la falta de firmeza es bondad. La bondad verdadera es firme para lo que es correcto a la vista de Dios; insiste en la obediencia a los mandamientos de Dios. No hay por qué la bondad verdadera resulte en la pérdida del respeto, impulsando a otros a aprovecharse indebidamente de uno. El Señor Jesucristo ejemplificó la combinación perfecta de la bondad y la firmeza.

      12. ¿Qué se dice en cuanto a la bondad de Jesucristo?

      12 ¿Ha existido algún hombre tan bondadoso como el Señor Jesús? Siendo él un imitador de su Padre en el cielo, puso el ejemplo perfecto para sus seguidores. Los reyes y gobernantes de este mundo rara vez son abordables; de todas maneras están demasiado ocupados. Pero el Hijo de Dios siempre fue abordable y nunca estuvo demasiado ocupado para ayudar a otros tanto de maneras materiales como espirituales. ¡Qué compasión mostró! Al ver las muchedumbres de personas, “sintió tierno afecto por ellas, porque estaban despellejadas y arrojadas acá y allá como ovejas sin pastor.” Gente de toda clase social se sentía libre para acercarse a Jesús. Los padres no vacilaban en traerle los niños: “Algunas personas empezaron a traerle jovencitos para que él los tocara; pero los discípulos las reprendieron. Al ver esto Jesús se indignó y les dijo: ‘Dejen que los jovencitos vengan a mí, no traten de detenerlos, porque el reino de Dios pertenece a personas de esa clase.’ Y tomó a los niños en sus brazos y comenzó a bendecirlos, poniendo las manos sobre ellos.” Bondadoso en todo sentido, Jesús no obstante fue firme en defensa de lo que era correcto.—Mat. 9:36; Mar. 10:13, 14, 16.

      13. ¿Por qué no se mostró Jesús falto de bondad al poner de manifiesto la falsedad del clero hipócrita? ¿al reprender a Pedro?

      13 Algunas personas quizás piensen que el Señor Jesús fue falto de bondad, cuando leen el capítulo veintitrés de Mateo 23, que relata cómo Jesús mostró la falsedad de los líderes religiosos hipócritas y los denunció. En realidad los líderes religiosos fueron las personas faltas de bondad, que habían despreciado la bondad inmerecida de Dios por medio de su Hijo. Dijo Jesús: “Jerusalén, Jerusalén, la asesina de los profetas y apedreadora de los que son enviados a ella,—¡cuántas veces quise recoger a tus hijos, de la manera que la gallina recoge a sus polluelos bajo sus alas! Pero ustedes no lo quisieron.” ¡La bondad amorosa de Dios rechazada! Siendo firme para hacer la voluntad divina, Jesús reprendió no únicamente al clero hipócrita sino también a sus propios discípulos cuando el no reprenderlos hubiese sido faltarles en bondad. Cuando Jesús informó a sus discípulos que él “tendría que pasar por muchos sufrimientos y. . . ser muerto,” diciéndoselo “con franqueza,” Pedro objetó. “Pedro le llevó aparte y comenzó a levantarle fuertes objeciones, diciendo: ‘Ten consideración de ti, Señor; tú absolutamente no tendrás este destino.’” Pero Jesús respondió: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque tú piensas, no los pensamientos de Dios, sino los de los hombres.” Jesús no estaba siendo falto de bondad. La bondad verdadera es un poder porque obra para animar a uno a hacer la voluntad de Dios. Nadie está siendo bondadoso si hace o anima a otros a hacer lo que no está en armonía con la voluntad de Jehová. Jesús había declarado la voluntad divina de una manera enérgica; sin embargo ante esto Pedro expresó fuertes objeciones. Estas merecían una reprensión firme.—Mat. 23:37; Mar. 8:31, 32; Mat. 16:22, 23.

      14. ¿Qué halló Pablo que era necesario administrar de vez en cuando, y por qué el hacerlo fue en realidad bondad?

      14 El apóstol Pablo igualmente administró reprensiones duras cuando el no hacerlo hubiera sido incorrecto y falto de bondad. Pablo escribió a los corintios: “Algunos están hinchados como si en realidad yo no fuera a ir donde ustedes. Pero iré a ustedes en breve, si Jehová quiere, y llegaré a conocer, no el habla de los que están hinchados, sino su poder. Porque el reino de Dios no yace en el habla, sino en el poder. ¿Qué quieren ustedes? ¿Iré a ustedes con una vara, o con amor y apacibilidad de espíritu?” Para con los quebrantadores de la paz, hinchados y arrogantes, Pablo no asumió la actitud: ‘Mi bondad requiere de mí que los deje que se salgan con la suya.’ No, él tuvo suficiente valor como para usar la vara de su boca para administrar la disciplina apropiada; esto tendría resultados provechosos tanto para los individuos envueltos como para la congregación cristiana. Los resultados de la corrección muestran que es bondadosa. Jehová mismo no se retrae de corregir a todos los que quieren ser sus hijos: “Dios está tratando con ustedes como con hijos. Pues ¿cuál es el hijo a quien un padre no disciplina? Pero si ustedes están sin la disciplina de la cual todos han venido a ser partícipes, son realmente bastardos, y no hijos. Además, tuvimos padres que fueron de nuestra carne para disciplinarnos y los respetábamos. ¿No nos hemos de someter con más razón al Padre de nuestra vida espiritual y vivir? Cierto, ninguna disciplina parece gozosa por el momento, sino dolorosa; sin embargo después a los que han sido entrenados por ella les produce fruto pacífico, a saber, justicia.”—1 Cor. 4:18-21; Heb. 12:7-9, 11.

      15. ¿Cómo trata el superintendente apropiadamente al rebaño de Dios, y cómo puede tratar con un ofensor?

      15 El superintendente cristiano hoy día tratará al rebaño de Dios con amor y apacibilidad de espíritu. Esto no lo estorba, sin embargo, en cuanto a tratar firmemente con los que perjudicarían la limpieza y paz de la congregación. Tratará con un ofensor de manera bondadosa; sin embargo si no hay mejora, el superintendente quizás tenga que usar habla fuerte. Si el ofensor persiste en su injusticia, el superintendente tal vez tenga que hablar de una manera que reprenda severamente. Cuando Jesús y Pablo reprendieron a otros, no se encolerizaron ni hablaron de un modo indigno de un siervo de Dios. Por eso hoy el superintendente es firme pero bondadoso. Escribiendo a Tito, el apóstol Pablo dijo: “El superintendente tiene que ser libre de acusación como administrador de Dios, no debe ser obstinado, ni propenso a la ira. . .sino que debe ser amador del extraño, amador de la benignidad, de mente sana, justo, teniendo bondad amorosa.” La felicidad y salud espiritual de una congregación cristiana dependen a un grado grande de la bondad amorosa del superintendente.—Tito 1:7, 8.

      16. (a) ¿Cómo trató Pablo al rebaño de Dios, y qué consejo dio a un superintendente en cuanto a cómo mostrar bondad? (b) ¿Cómo trata apropiadamente el superintendente a los de mayor edad y a los enfermizos?

      16 El apóstol Pablo dijo mucho en cuanto a mostrar bondad amorosa en la congregación. Él mismo puso un ejemplo excelente para todos los superintendentes. Escribió a los tesalonicenses: “Nos hicimos afables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos. Ustedes son testigos, Dios lo es también, de cuán fieles a la bondad amorosa y justos e irreprensibles resultamos ser para con ustedes los creyentes.” Dando instrucciones sobre cómo mostrar bondad a cada persona en la congregación, Pablo escribió al superintendente Timoteo: “No critiques severamente al hombre de mayor edad. Al contrario, ínstale como a un padre, a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de mayor edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas con toda castidad. Honra a viudas que realmente son viudas.” En el círculo de familia donde existe amor verdadero, cada miembro trata al otro con consideración y bondad. Así debe ser con la congregación cristiana. A algunos los superintendentes les deben mostrar el mismo respeto y bondad como si ellos fueran sus padres, a algunas como si fueran sus madres y a algunos como si fueran hermanos y hermanas naturales. Haciendo esto, el superintendente también sabrá tratar bondadosamente con los enfermos y los enfermizos. Los de esta clase quizás no puedan hacer lo que les gustaría hacer en el ministerio cristiano; solamente pueden hacer lo que su fuerza les permite. A éstos no los debe tratar el superintendente como si fueran infieles a la verdad de Dios; el que se les anime es lo que les hace falta, no el que se les desanime. El superintendente bondadoso, entonces, es ‘tiernamente compasivo’; trata de entender las limitaciones de otros. Mediante su propia bondad amorosa el superintendente anima a todos a hacer lo que pueden en adelantar las buenas nuevas del reino de Dios. “Sigan haciéndose compasivos,” dijo el Señor Jesús, “así como su Padre es compasivo.” Al tratar de entender los problemas de los de mayor edad y enfermizos y por medio de ofrecer la ayuda que pueda dar, el superintendente muestra compasión y bondad amorosa.—1 Tes. 2:7, 10; 1 Tim. 5:1-3; Efe. 4:32; Luc. 6:36.

      PODER ATRAYENTE DE LA BONDAD

      17. ¿Cuál es la respuesta correcta a la bondad amorosa de Jehová?

      17 La bondad atrae, la falta de bondad repele. ¡Cómo se le atrae a uno a Jehová a causa de su bondad amorosa! “Su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido”—esta seguridad aparece en cada versículo del Salmo 136. Por lo tanto al leer uno la Palabra inspirada y enterarse de las cualidades bondadosas de Jehová y de su arreglo bondadoso para el perdón de pecados, uno es atraído a Jehová por medio de su Hijo. Tal bondad hace que uno se arrepienta y se aleje de un derrotero de mundanalidad, como Pablo muestra en Romanos 2:4: “¿Desprecias las riquezas de su bondad y longanimidad y gran paciencia, porque no sabes que la cualidad bondadosa de Dios está tratando de conducirte al arrepentimiento?” Viendo que la bondad tiene tal poder atrayente, el cristiano encarecida, ferviente e intensamente desea ser como su Padre en el cielo, para que mediante su propia bondad atraiga a otros a la adoración de Jehová Dios.

      18. Contraste el poder de la bondad con el de la falta de bondad, y por eso ¿cómo puede una esposa cristiana ganar a un cónyuge incrédulo a la verdad de Dios?

      18 La esposa cristiana que tiene un esposo incrédulo puede atraer a su cónyuge a la verdad de Dios mediante consideración y bondad. No trata de hacer que su esposo oiga la verdad a fuerza, porque conoce la voluntad divina según la expreso Pedro: “De la misma manera, ustedes esposas, sométanse a sus propios esposos, para que, si algunos no son obedientes a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.” Tal vez en otro tiempo la esposa haya sido irrespetuosa para con la jefatura de su esposo; quizás haya sido criticona y exigente en su manera de obrar, regañando y criticando en toda oportunidad. Quizás ignoraba ella lo que declaran los Proverbios inspirados, que “las contiendas de una esposa son como un techo que gotea que lo ahuyenta a uno,” que “mejor es morar en tierra desierta que con una esposa contenciosa junto con vejación.” Tal vez no haya leído el comentario que el Dr. Felipe Lai, un doctor australiano con doce años de experiencia en expediciones polares, dio a estos textos. Informando sobre un discurso que él pronunció, el Times de Nueva York del 24 de noviembre de 1959 dijo: “Las esposas regañonas, los matrimonios imposibles y la fatiga de ir a la par con los vecinos pudientes se alistaron hoy como algunas de las razones por las cuales ciertos hombres se fueron a vivir en las extensiones congeladas de la Antártida.” La falta de bondad repele, repeliendo a algunos, aparentemente, ¡tan lejos como a la “tierra desierta” del Polo Sur! La bondad obra de modo diferente; tiene tremendo poder atrayente. La esposa que se pone la “nueva personalidad que fue creada de acuerdo con la voluntad de Dios en verdadera justicia y bondad amorosa” tal vez gane a su esposo a la verdad de Dios “sin palabra.” ¡Tal es el poder de la bondad!—1 Ped. 3:1, 2; Pro. 19:13; 21:19; Efe. 4:24.

      19. Explique cómo las mujeres cristianas consiguen atracción verdadera.

      19 El consejo del apóstol a las mujeres cristianas muestra qué es básico para atraer. En algunos países quizás envíen a las muchachas a las llamadas escuelas de gracia para que aprendan a ser encantadoras. ¿El resultado? Muy a menudo un encanto mundano llamado glamour. La falta de simplicidad y el glamour quizás engañen a los que se rigen por normas del viejo mundo, pero los que tienen discernimiento espiritual no son embaucados; saben que las cualidades del corazón—altruísmo, aprecio, bondad, compasión y apacibilidad—son básicas para la atracción verdadera: “No sea su adorno el de trenzados externos del pelo ni el de ponerse ornamentos de oro ni el usar prendas de vestir exteriores, sino que lo sea la persona secreta del corazón en la indumentaria incorruptible del espíritu sereno y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios”—y a los ojos del hombre. Al cultivar los frutos del espíritu, la mujer cristiana posee encanto que ninguna cantidad de glamour y etiqueta mundanos jamás podría darle. Otra vez equivale a poner la voluntad de Dios primero, siempre esforzándonos por ser como nuestro Padre en el cielo.—1 Ped. 3:3, 4.

      20. ¿Cuáles son las recompensas del poder de la bondad?

      20 La bondad es un poder recompensador. Es un fruto del espíritu de Dios y es parte de la “nueva personalidad.” Es un requisito divino. Ayuda a resolver problemas. Es un poder que está en el corazón de la prudencia o tacto, de los modales por excelencia y la atracción verdadera. Ahuyenta las desavenencias. Facilita el perdonar a otros. Es firme a favor de lo que es correcto. Ayuda al cristiano a ir en pos de la paz y a atraer a otros a Jehová y a su verdad. Nos ayuda a obedecer el mandamiento: “Háganse imitadores de Dios.” Si hemos ido en pos de la benignidad y la compasión y la bondad por esta razón, será como Jesús dijo: “Su recompensa será grande, y ustedes serán hijos del Altísimo.”—Efe. 5:1; Luc. 6:35.

  • Mostrando bondad a todos los hombres
    La Atalaya 1960 | 1 de noviembre
    • Mostrando bondad a todos los hombres

      1. ¿Qué efecto tiene la falta de bondad amorosa sobre este mundo y sobre los hombres?

      ESTE es un mundo frío, inhospitalario porque tantas personas no tienen bondad amorosa. Es un mundo en que a menudo se ve a los extraños con fría sospecha. El temor ha tenido un efecto heladizo sobre la bondad, y en muchas personas el amor al dinero ha estrangulado lo que les quedaba de su bondad amorosa. Considerada como estorbo para la ganancia financiera, a menudo se reemplaza la bondad con la falta de escrúpulos; por lo tanto el talento no ha provisto garantía de bondad. Observando este hecho, sir Roberto Watson-Watt, principal inventor del radar, dijo: “He sufrido más en el manejo de mi negocio de parte de personas que son talentosas e ingeniosas en su propia técnica, pero que no han sido educadas en ser seres humanos.” El talento sin bondad amorosa hace que la persona se asemeje, no a Jehová Dios, que es “grande en misericordia [bondad amorosa, AN],” sino más bien al que “anda en derredor como león rugiente, tratando de devorar a alguien,” Satanás el Diablo. Es verdad, que “en los últimos días se presentarán tiempos críticos y difíciles de manejar. Porque los hombres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero. . .sin bondad amorosa.”—Jon. 4:2, Mod; 1 Ped. 5:8; 2 Tim. 3:1, 2.

      2. (a) Contraste los “hijos de Dios” con los “hijos del Diablo,” mostrando su fruto respectivo. (b) ¿Pueden los “hijos de Dios” usar apropiadamente falta de bondad para tratar de adelantar intereses personales o cristianos?

      2 Dado que el cristiano tiene que demostrar que es hijo del Altísimo y no “hijo del Diablo,” ¿cómo habrá de vivir en un mundo que se halla “sin bondad amorosa”? ¿Puede permitirse caer en el lodo de la falta de bondad en el cual se revuelca este mundo inicuo? ¿Puede permitirse alguna vez el tratar de usar falta de bondad para progresar en los negocios, o en los intereses personales o cristianos? ¡No! no si desea demostrar que es hijo del Altísimo, como muestra el apóstol Juan: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no practica justicia no se origina de Dios, ni el que no ama a su hermano.” Los “hijos de Dios” no pueden adoptar las prácticas faltas de bondad de los “hijos del Diablo.” Los hijos de Dios no pueden producir, como los “hijos de la desobediencia,” fruto podrido, sino que tienen que ‘seguir andando como hijos de la luz, porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad.’ Ciertamente los “hijos de la luz” no pueden usar de falta de bondad para tratar de adelantar intereses personales o los intereses de Jehová; más bien, usan “toda clase de bondad.” Por eso la bondad o la falta de ella sirve para identificarnos, indicando de quién somos hijos.—Hech. 13:10; 1 Juan 3:10; Efe. 5:6, 8, 9.

      3, 4. ¿Cómo pueden los cristianos recomendarse como ministros de Dios?

      3 La bondad informa a otros en cuanto a si estamos imitando a Dios o no; tiene el poder de darle a uno una recomendación. Esto lo reconoce aun el mundo, como cuando un hombre famoso se acomidió a llevarle una maleta a una anciana en una estación de ferrocarril; y un observador dijo: “Esa es la primera vez que he visto a un sermón andar.” Los cristianos, de entre todas las personas, tienen que ser sermones andantes, su habla y conducta diarias recomendándolos como ministros de Dios. “De ningún modo estamos dando causa alguna para tropiezo,” escribió el apóstol Pablo, “para que no se halle falta en nuestro ministerio; sino de toda manera nos recomendamos como ministros de Dios, por aguante de mucho,. . .por pureza, por conocimiento, por gran paciencia y aguante, por bondad.”—2 Cor. 6:3-6

      4 La bondad por lo tanto es parte de “toda manera” mediante la cual los ministros verdaderos de Dios se recomiendan a todo tiempo, demostrando mediante ello a otros que son “hijos de la luz.” Esto significa que tienen que ser “hijos de Dios sin tacha en medio de una generación pervertida y torcida, entre quienes ustedes están brillando como lumbreras en el mundo.” Los cristianos tienen que brillar tanto en lo que toca a la luz de las verdades bíblicas como mediante su conducta moral; de una manera doble resplandecen brillantemente como lumbreras en un mundo pervertido que se halla “sin bondad amorosa.”—Fili. 2:15.

      5. ¿Cómo subrayó Jesús la importancia de mostrar bondad a todos los hombres?

      5 Por eso si el cristiano va a recomendarse como ministro de Dios, tiene que estar anuente a mostrar bondad a todos los hombres. Esto incluye a sus hermanos cristianos, a los extraños, a “los ingratos e inicuos,” y, sí, aun a sus enemigos. Dijo el Señor Jesús: “Sigan amando a sus enemigos y orando por aquellos que los persiguen; para que prueben ustedes que son hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace que su sol se levante sobre gente inicua y buena y hace que llueva sobre gente justa e injusta. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿no hacen también la misma cosa los recaudadores de impuestos? Y si ustedes saludan sólo a sus hermanos, ¿qué cosa extraordinaria hacen? ¿No hace la misma cosa la gente de las naciones? Ustedes deben en efecto ser completos, como su Padre celestial es completo.”—Luc. 6:35; Mat. 5:44-48.

      BONDAD A EXTRAÑOS UNA RESPONSABILIDAD

      6. ¿Cómo subrayó Pablo lo necesario que es mostrar bondad a todos los hombres?

      6 El ser bondadosos para con todos los hombres, como explicó tan enérgicamente el Hijo de Dios, es una responsabilidad cristiana. El apóstol de Jesucristo nos amonesta a tener siempre en mientes esta responsabilidad; Pablo escribió: “Que su amor fraternal continúe. No olviden la bondad para con los extraños, porque mediante ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.” ¡Qué recompensas recibieron Abrahán, Lot y Manoa porque fueron bondadosos con todos los hombres! Hospedaron a ángeles y recibieron bendiciones del Altísimo, porque nunca olvidaron “la bondad para con los extraños.”—Heb. 13:1, 2; Gén. 18:1-10; 19:1-29; Jue. 13:8-20.

      7. ¿Cómo muestran hoy día los cristianos bondad a los extraños, y por qué son felices al hacer esto?

      7 ¿Cómo pueden hoy día los cristianos mostrar bondad a los extraños? Siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Él mostró bondad a todas las personas, y la manera más importante en que hizo esto fue invitando a otros a banquetear con alimento espiritual, con las verdades en cuanto al “reino de los cielos.” Para adelantar los intereses del reino de Dios Jesús mostró bondad de todas maneras. Desde el principio de su ministerio mostró hospitalidad a los extraños para ayudarlos espiritualmente. Cuando Juan el Bautista le presentó a Jesús dos de sus discípulos, ellos siguieron a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde está alojado usted?” Jesús respondió: “Vengan, y verán.” “De consiguiente fueron y vieron dónde estaba alojado, y se quedaron con él ese día.” De modo que la morada de Jesús era un lugar hospitalario; la usó como medio para ayudar a otros a aprender acerca del reino de Dios. Pero principalmente Jesús fue a los hogares de otros, no a pedir, sino a dar; mostró bondad a los extraños yendo a sus casas para enseñarles en cuanto al reino del cielo. Por eso hoy los cristianos no sólo hacen de sus hogares lugares hospitalarios, sino que están anuentes a ir a los hogares de los extraños, para participar en el gran trabajo de predicar que el Señor Jesús predijo se realizaría: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones.” Hoy esta gran obra de predicar y enseñar la están efectuando en todo el mundo los testigos de Jehová, y ¡felices son los que participan en ella! Por lo tanto la bondad para con los extraños trae la recompensa de felicidad ahora. Escribió el apóstol Pablo: “Ustedes deben ayudar a los que son débiles y deben tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.’”—Juan 1:35-39; Mat. 24:14; Hech. 20:35.

      8. ¿Por qué posiblemente se sienten maldispuestos algunos a mostrar bondad a los extraños, pero cuál es la actitud correcta?

      8 A causa de la falta de bondad amorosa entre muchos amos de casa hoy día, quizás algunos cristianos se sientan maldispuestos a ir a los hogares de extraños con el mensaje del Reino como Jesús y los apóstoles lo hicieron. Estas personas posiblemente crean que la ingratitud y la falta de bondad de la gente en general hacen demasiado difícil el llevarles cosas espirituales. Pero si el cristiano tiene verdadera bondad en su corazón, no se retraerá de compartir su benignidad con los extraños, a pesar de que muchos de ellos sean ingratos. ¿No es Jehová Dios bondadoso aun para con los ingratos e inicuos? Jehová Dios ha mostrado su bondad amorosa para con todos los hombres enviando a su Hijo al mundo, “para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna.” Eso es bondad inmerecida de parte de Dios. A pesar de participar en la predicación del reino de Dios y otras buenas obras, el cristiano no es perfecto; no puede merecer la salvación. Por eso Jehová nos trata bondadosamente. ¡Cómo debe inspirarnos la bondad de Dios a ser como él! “Cuando la bondad y el amor por el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, fueron manifestados, sin deberse a ninguna actividad en justicia que nosotros hubiésemos desempeñado, sino conforme a su misericordia él nos salvó.” Puesto que Jehová ha puesto un ejemplo amoroso como éste, ¿cómo puede algún cristiano que anhela ser hijo del Altísimo retraerse de mostrar bondad a los extraños?—Juan 3:16; Tito 3:4, 5.

      9. ¿Por qué es importante compartir las buenas nuevas del Reino con los extraños, y desanima al ministro de Dios la inhospitalidad de los amos de casa?

      9 Si una persona recibe la benignidad de Dios y, en cambio, no está dispuesta a mostrar bondad a los extraños llevándoles las buenas nuevas del Reino, no está demostrando que es como el Padre en el cielo, sino al contrario está permitiendo que el Diablo haga de ella lo que Jehová no quiere que sea ella—falta de bondad para con los extraños. El que sean bondadosos para con los extraños es la voluntad de Dios para los cristianos. Por eso el ministro de Dios gozosamente visita a extraños para hablarles acerca del reino de Dios, aunque quizás, a veces, tenga que hablarles a través de una mirilla. La falta de hospitalidad de los amos de casa no desanima al ministro de Dios; él no desiste de hacer lo que es bondadoso. “No desistamos de hacer lo que es recto.”—Gál. 6:9.

      10. ¿Cómo muestra el cristiano la bondad a sus enemigos y a sus perseguidores, y qué beneficios resultan de esta manera de proceder?

      10 Consta una prueba de la bondad y el amor del cristiano para con los extraños la manera en que responde él a la falta de bondad. Cuando se le trata con falta de bondad, “no tiene necesidad de pelear, sino de ser prudente para con todos, capacitado para enseñar, manteniéndose reprimido bajo lo malo, instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos, pues quizás Dios les conceda arrepentimiento que lleve a un conocimiento acertado de la verdad.” (2 Tim. 2:24, 25) El ministro cristiano disuelve la hostilidad con bondad: “Sigan bendiciendo a los que les persiguen; estén bendiciendo y no maldiciendo. Pero, ‘si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque al hacer esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza.’ No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.” (Rom. 12:14, 20, 21) Otra vez leemos: “Cuando se nos está injuriando, bendecimos; cuando se nos está persiguiendo, lo soportamos; cuando se nos está calumniando, rogamos.” (1 Cor. 4:12, 13) De modo que el cristiano no devuelve mal cuando lo injurian; bendice. Cuando lo están persiguiendo, aguanta bajo la falta de bondad y no es quebrantado en espíritu. Carceleros y guardianes de prisiones han llegado a conocer la verdad porque los cristianos ‘siguen bendiciendo a los que les persiguen.’—Hech. 16:25-34.

      BONDAD A LOS HERMANOS

      11. ¿Qué ejemplo puso Gayo en cuanto a mostrar bondad?

      11 El cristiano tiene el privilegio de mostrar bondad no únicamente a los extraños y perseguidores sino también a sus hermanos cristianos que no conoce personalmente. El apóstol Juan escribió a su amigo amado Gayo: “Amado, tú estás haciendo un trabajo fiel en todo lo que haces por los hermanos, y hasta siendo extraños, que han dado testimonio de tu amor ante la congregación. Sírvete enviar a éstos por su camino de manera digna de Dios. Porque fue a causa de su nombre que salieron, sin tomar dinero de la gente de las naciones. Nosotros, por lo tanto, estamos bajo la obligación de recibir hospitalariamente a estas personas, para que lleguemos a ser trabajadores junto con ellos en la verdad. Amado, sé imitador, no de lo que es malo, sino de lo que es bueno. El que hace el bien se origina de Dios.” De modo que la bondad se muestra no sólo predicando y enseñando a otros las verdades de Dios, sino mostrando hospitalidad y bondad como las mostró Gayo. Él estaba “haciendo un trabajo fiel,” y Juan lo elogió altamente; porque los recipientes de su bondad ‘hasta eran extraños.’ Quizás afecte financieramente a veces el mostrar tal bondad, pero Gayo no hizo con renuencia nada al desplegar su hospitalidad. La bondad de Gayo le trajo muchas bendiciones. Además de recibir esa carta animadora del apóstol Juan, fue bendecido con el privilegio de usar su hogar para un lugar de reuniones de la congregación de Corinto y para hospedar al apóstol Pablo: “Gayo, mi hospedador y el de toda la congregación.” Rico en bondad y amor, Gayo tuvo bendiciones inefables; y el testimonio de su bondad está en la Palabra eterna de Dios.—3 Juan 5-8, 11; Rom. 16:23.

      12, 13. ¿Qué se dice de la bondad demostrada por Filemón y Onesíforo?

      12 Poniendo un buen ejemplo también en mostrar bondad a sus hermanos cristianos estuvo Filemón. Al escribirle, Pablo dijo: “Siempre doy gracias a mi Dios cuando te menciono en mis oraciones, al seguir oyendo de tu amor y fe que tienes para con el Señor Jesús y para con todos los santos. Porque recibo mucho gozo y consuelo a causa de tu amor, porque los corazones de los santos han sido refrescados por medio de ti, hermano.” No sabemos lo que Filemón hizo para refrescar los corazones de los santos, pero fue alguna forma de bondad. Pablo dio gracias a Jehová en sus oraciones por tales evidencias del amor de Filemón.—File. 4, 5, 7.

      13 Onesíforo igualmente abrió de par en par el corazón del apóstol por medio de bondad considerada. En Roma él buscó a Pablo y lo encontró y evidentemente le trajo al apóstol algo de refrigerio. Pablo a menudo tuvo razón para dar gracias a Jehová por la bondad de Onesíforo: “El Señor le conceda hallar misericordia de Jehová en aquel día. Y tú sabes muy bien todos los servicios que él prestó en Éfeso.”—2 Tim. 1:16-18.

      14, 15. ¿Por qué son buenos ejemplos Onesíforo, Filemón y Gayo para los cristianos, y cómo mostraron también los filipenses el espíritu cristiano?

      14 Onesíforo, Filemón y Gayo eran cristianos que fueron alertamente considerados en cuanto a la bondad. No dejaron que se les pasaran las oportunidades; no estuvieron tan embargados en sus intereses personales que no pensaran en las necesidades de otros. Respecto a esto recordamos a los filipenses. En la carta amorosa a los filipenses, nos enteramos del vínculo estrecho y de sentimientos en común que hubo entre Pablo y la congregación. En verdad, una de las razones por las que Pablo escribió la carta fue para expresar gratitud por la bondad de los filipenses. En varias ocasiones diferentes habían demostrado simpatía y bondad prácticas a Pablo mediante ayuda material, además de palabras de consuelo y ánimo. Dos veces enviaron regalos a Pablo mientras estuvo en Tesalónica, y cuando el apóstol estuvo preso en Roma enviaron a Epafrodito con un recordatorio de su amor. Pablo envió de regreso a Epafrodito con esta carta que muestra que los filipenses a menudo estuvieron en las oraciones de Pablo:

      15 “Siempre doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes en cada súplica mía por todos ustedes. . .Es del todo propio para mí pensar esto concerniente a todos ustedes, a causa de que los tengo en mi corazón.” “Ustedes, filipenses, también saben que al principio de declarar las buenas nuevas, cuando partí de Macedonia, ninguna congregación participó conmigo en el asunto de dar y recibir, salvo ustedes solos, porque, aun en Tesalónica, ustedes me enviaron algo una vez y la segunda vez para mi necesidad. . . . Estoy lleno, ahora que he recibido de Epafrodito las cosas de parte de ustedes, un olor fragante, un sacrificio aceptable, bien agradable a Dios. En cambio, mi Dios proveerá cabalmente para toda necesidad de ustedes hasta el límite de sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús.”—Fili. 1:3, 4, 7; 4:15, 16, 18, 19.

      16. ¿Quién asume la obligación de recompensarnos por la bondad que se les muestre a todos los hombres?

      16 Los filipenses no se quedarían sin recompensa por esta bondad, muestra Pablo. Dios ‘proveería cabalmente’ para toda su necesidad. Jehová Dios asume la responsabilidad de recompensar la bondad, sea que la rindamos a extraños o a hermanos cristianos. La Palabra de Jehová nos asegura esto: “El que esté mostrando favor al humilde está prestándole a Jehová, y él le pagará de vuelta su trato.” “Envía tu pan sobre la superficie de las aguas, pues con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez.” “Ustedes saben que cada uno, cualquier bien que haga, recibirá esto de vuelta de Jehová.”—Pro. 19:17; Ecl. 11:1; Efe. 6:8.

      RECOMPENSAS POR MOSTRAR BONDAD

      17, 18. ¿Qué bendiciones inesperadas resultaron por la bondad que Dorcas mostró?

      17 De modo que cualquier cosa que sembremos volverá a nosotros. Si sembramos bondad recibiremos bondad de vuelta; “con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez.” Bendiciones inesperadas vienen a los cristianos por mostrar bondad a todos los hombres. Considere, por ejemplo, a Dorcas. “Abundaba en buenas obras y regalos de misericordia que estaba rindiendo. Pero en esos días sucedió que se enfermó y murió.” Los discípulos, de Lidda, donde Dorcas había muerto, oyeron que el apóstol Pedro estaba en una ciudad cercana, Joppe. Enviaron dos hombres a Pedro a suplicarle: “Por favor no vaciles en venir hasta donde estamos.” Cuando Pedro llegó a Lidda, “le condujeron arriba adentro del aposento superior, y todas las viudas se le presentaron llorando y desplegando muchas prendas de vestir interiores y prendas de vestir exteriores que Dorcas solía hacer mientras estuvo con ellas.” Bien podemos imaginarnos la escena: Un grupo de viudas, llorosas y afligidas por la pérdida de una amiga y hermana querida, desplegando las pruebas del amor y bondad de Dorcas, cada una de ellas hablándole al apóstol en cuanto a la bondad que se le había mostrado a ella misma. Sabemos lo que sucedió: Pedro hizo salir a todos y oró a Jehová “Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se sentó. Dándole la mano, él la levantó, y llamó a los santos y a las viudas y la presentó viva.”—Hech. 9:36-41.

      18 ¡Qué bendición inesperada! ¡Levantada de entre los muertos! Este fue el primer milagro de resurrección registrado como habiendo sido ejecutado por uno de los apóstoles, y las circunstancias que condujeron a ello estuvieron arraigadas en la bondad. ¿Quién puede decir que este milagro habría sucedido si Dorcas no hubiera abundado en bondad amorosa? No únicamente fueron bendecidas Dorcas y las viudas, sino que además la ocasión proveyó un testimonio a la verdad y “muchos llegaron a ser creyentes en el Señor.”—Hech. 9:42.

      19. ¿Cuál es la regla divina en cuanto a la persona áspera y cruel, y cómo se ilustra esto?

      19 Los que dejan de mostrar misericordia a todos los hombres pierden muchas bendiciones. Tal como es verdad que “el hombre de bondad amorosa está tratando recompensadoramente con su propia alma,” así sucede que “la persona cruel está trayendo dificultad sobre su propio organismo.” (Pro. 11:17) Esa es la regla divina. Ilustrándolo bien se hallan Abigail y Nabal. Abigail era “de buen discernimiento y hermosa de forma, pero el esposo era áspero y malo en sus prácticas.” David había mostrado bondad a Nabal, y un día envió a sus hombres a Nabal para pedirle un poco de alimento: “Únicamente dé, por favor, lo que su mano encuentre a sus siervos y a su hijo David.” El cruel Nabal, parsimonioso, “les gritó increpaciones.” Esto hizo enojar a David; se ciñó la espada, y él y sus hombres decidieron pagar en la misma moneda a Nabal por su falta de bondad. La esposa de Nabal, Abigail, interceptó a David, trayéndole “doscientos panes y dos tinajas de vino y cinco ovejas aderezadas y cinco medidas de seahs de grano tostado y cien tortas de pasas y doscientas tortas de higos comprimidos.” Abigail, con una súplica vehemente, que reflejaba su bondad y discernimiento, persuadió a David a no entrar en culpabilidad por derramamiento de sangre. En cuanto a Nabal, “Jehová hirió a Nabal, de modo que murió.” David reconoció que Nabal recibió de Jehová lo que merecía. “David llegó a oir que Nabal había muerto y por eso dijo: ‘¡Bendito sea Jehová, que ha conducido el caso legal de mi oprobio . . . , y la maldad de Nabal Jehová la ha devuelto sobre su propia cabeza!’” En cuanto a la bondadosa, sensata Abigail, tuvo una bendición inesperada: “David procedió a enviar y proponerle a Abigail tomarla como su esposa.”—1 Sam. 25:3, 8, 14, 18, 38, 39.

      20. ¿Por qué es cosa segura que la persona desconsiderada y cruel recibirá el pago que merece?

      20 Recibiremos de Jehová lo que merecemos. La falta de bondad regresa a uno tan seguramente como la bondad. La persona desconsiderada y cruel pierde las bendiciones de mostrar bondad y cosecha—aun de varias maneras—únicamente “dificultad sobre su propio organismo.” Si la persona cruel se escapa del pago por el hombre o no parece sufrir de emociones que perjudiquen el cuerpo, no puede escaparse del pago procedente de Jehová, el exacto Contador. “Ciertamente,” declara Pablo, “el hombre que está haciendo injusticia recibirá de vuelta lo que hizo injustamente, y no hay parcialidad.” Por otra parte, “el que está yendo en pos de la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria.”—Col. 3:25; Pro. 21:21.

      21. ¿A qué se opone Dios, pero cuál es el espíritu cristiano?

      21 ¡Cuán abundante testimonio hay de que Dios se opone a la falta de bondad —a la vileza, aspereza, cicatería, estrechez y egoísmo! El espíritu cristiano está en armonía con mansedumbre, compasión, gran paciencia, hospitalidad y generosidad. La medida cristiana no es nada tacaña, aunque pudiera ser rebosante. Dijo Jesús: “Practiquen el dar, y la gente les dará a ustedes. Derramarán en sus regazos una medida fina, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida que ustedes están midiendo, ellos a su vez les medirán a ustedes.”—Luc. 6:38.

      22. ¿Cómo deben medir los cristianos su bondad, y cuál será el resultado?

      22 Midamos nuestra bondad, entonces, generosamente. Al mostrar bondad a los extraños por medio de enseñarles las verdades del Reino, el cristiano tiene la oportunidad de mostrar generosidad dando libremente de su tiempo. El medir tiempo con tacañería en el precioso ministerio del reino de Dios, cuando pudiéramos medirlo generosamente, nos privará de bendiciones: “El que siembra escasamente también cosechará escasamente, y el que siembra abundantemente también cosechará abundantemente.” El ser generosos con nuestra bondad para con todos los hombres traerá ricas recompensas y bendiciones inesperadas—sí, y ustedes probarán “que son hijos de su Padre que está en los cielos.”—2 Cor. 9:6; Mat. 5:45.

  • ¿Hay que pagar diezmos?
    La Atalaya 1960 | 1 de noviembre
    • ¿Hay que pagar diezmos?

      EL DIEZMAR, que quiere decir dar la décima parte de su renta a fin de adelantar la adoración religiosa, era, en lo que concernía a los israelitas, un hecho establecido de la vida. No se sabe si las naciones paganas copiaron y adoptaron la costumbre hebrea de pagar diezmos o no. Se sabe que sí tenían un sistema que proveía para la manutención de sus sacerdotes y dioses. No se ha establecido con certeza si el sistema de ellos se parecía de modo alguno al de los judíos. Es muy probable que no.

      Arrojan apreciable cantidad de luz sobre el asunto los egiptólogos Sayce y Petrie. El profesor Sayce escribe: “Aunque se hacían regalos a los templos egipcios en grande escala, aparentemente no había diezmo.” El profesor Flinders Petrie dice: “No recuerdo ninguna alusión al diezmar. . . . El sistema egipcio de entradas sacerdotales era por fincas, y no por impuestos ni diezmos.” Los profesores Mahaffy y Grenfell opinaban que en Egipto la “sexta parte” era la porción que se apartaba para los templos y los dioses.

      Aunque el Dr. Teófilo G. Pinches, que antes estaba en el departamento asirio del Museo Británico, declara que “hay información casi segura de que se pagaban diezmos en Babilonia a los templos de los dioses más de 2,000 a. de J.C.,” no obstante el Dr. Wallis Budge, del Museo Británico, basando su opinión en sus estudios de los escritos cuneiformes originales, declara que ese pago de diezmos era más bien “una ofrenda voluntaria y no la décima parte literal que fuera obligatorio pagar.”

      Había pueblos de otras clases en el valle del Éufrates y en otros sitios que anualmente ofrecían regalos a sus dioses. Los griegos antiguos pagaban diezmos de los despojos de guerra a Apolo y los romanos a Hércules. Esto se hacía en parte como cosa obligatoria y en parte voluntariamente. “Hablando correctamente,” dice H. W. Clarke, en su libro A History of Tithes, estos diezmos “no eran diezmos de la clase a que se hace referencia en la ley mosaica. Sólo eran votos y ofrendas arbitrarias; pero no se puede llegar a la conclusión de que eran diezmos porque se daba la décima parte. A veces los paganos ofrecían más de la décima parte y a veces menos.”

      La Biblia contiene la historia más antigua y más fidedigna de los hábitos y costumbres de la raza humana. En ella hallamos que la primera mención de diezmos se hace en Génesis 14:20, donde dice que Abrahán dio un diezmo o la décima parte de los despojos a Melquisedec. Sin embargo, no hay ningún registro de que él haya vuelto a ofrecer diezmos ni de que haya mandado a sus descendientes que pagaran diezmos. En Génesis 28:20-22 leemos que Jacob, nieto de Abrahán, hizo un voto a Jehová, prometiendo que si Dios lo prosperara y le concediera un viaje seguro, él daría “sin falta la décima parte” de su substancia a Dios. La declaración muestra

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