BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Hallando la verdad que hace libres a los hombres
    La Atalaya 1960 | 1 de abril
    • una prenda de vestir en día de frío es como vinagre sobre álcali.” (Pro. 25:20) Por eso sin prejuicio demos a la Biblia la oportunidad de ser oída en cuanto a muchos otros asuntos básicos de verdad y libertad. Mantengamos nuestra mente abierta para adquirir tesoros de verdad.

      PONIENDO A PRUEBA EL LIBRO DE LA VERDAD

      18, 19. ¿Qué condiciones mundiales exigen ahora que se ponga el gran libro a qué prueba?

      18 Se está haciendo más evidente que, sin importar dónde viva uno en la tierra, los hombres viven en un tiempo de segar consecuencias. Hoy todas las naciones tienen una historia de crímenes, guerra, hipocresía y religión incorrecta. No existe ni una sola nación carnal justa en la tierra. Aunque muchos individuos honradamente han tratado de hacer el bien y mucho bien se ha logrado, no obstante la maldad con el hacer de modo creciente todo lo que es contrario a ley exceden por mucho el bien hecho. Los hechos muestran que todo el género humano ha entrado en un tiempo de juicio mundial con una culpabilidad de sociedad, culpabilidad por derrame homicida de sangre, acumulada por generaciones, pendiendo sobre cada uno. Por lo tanto éste es el tiempo para conseguir los hechos de los principios tempranos y la historia fidedigna de las generaciones pasadas para ver por qué se ha hecho tan grande la iniquidad hoy día. La Biblia es el único registro disponible donde pueden conseguirse tales antecedentes del pasado distante. Estas Sagradas Escrituras no sólo dan a conocer el por qué y la razón de tan grande iniquidad, sino que también aclaran el camino de la escapatoria legal que está abierto hoy para la minoría, para la gente de corazón honrado.

      19 Pongamos a prueba ahora este antiguo Libro de la Libertad. Veamos si se le puede clasificar con la naturaleza como la otra gran fuente de verdad y hechos. Hagámosle preguntas a la Biblia sobre las cuales la naturaleza permanece callada, para ver si se hace manifiesta una guía superior de verdad.

      20, 21. ¿Quién hizo los cielos? ¿Cuál es su nombre singular, y qué apoyo bíblico hay para ello?

      20 ¿Quién hizo los cielos y la tierra? Las mismísimas palabras de apertura de la Biblia contestan eso enfáticamente: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra.”—Gén. 1:1.

      21 ¿Quién es este Dios creador? ¿Tiene un nombre personal distintivo? Las palabras concluyentes del primerísimo documento de la Biblia revelan su nombre y lo relacionan con su actividad creadora. Ellas dicen: “Esta es una historia de los cielos y la tierra al tiempo de ser creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo.” (Gén. 2:4) Más tarde en la Biblia el profeta Moisés habla a Dios, diciendo: “‘Pon por caso que vengo ahora a los hijos de Israel y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes,” y ellos ciertamente me dicen: “¿Cómo se llama él?” ¿Qué les diré?’ Luego Dios le dijo una vez más a Moisés: ‘Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: “Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes.” Este es mi nombre hasta la eternidad.’” (Éxo. 3:13, 15) JEHOVÁ, por lo tanto, es el nombre singular que lo identifica como Dios Verdadero, distinguiéndolo de todos los otros llamados dioses que se mencionan en la Biblia.

      22. ¿Por qué creó Jehová la tierra?

      22 ¿Cuál fue el propósito de Jehová Dios al crear la tierra? En respuesta oímos la evidencia que da el Dios Vivo mismo hablándonos desde las páginas de la Biblia. “Esto es lo que Jehová ha dicho, el Santo de Israel y el Formador de él: ‘Pregúntenme aun acerca de las cosas por venir concerniente a mis hijos; y concerniente a la actividad de mis manos ustedes deben mandarme. Yo mismo he hecho la tierra y he creado aun al hombre sobre ella. Yo—mis propias manos han extendido los cielos, y a todo el ejército de ellos yo he mandado.’ Porque esto es lo que Jehová ha dicho, el Creador de los cielos, Él, El Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella. Él, El que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: ‘Yo soy Jehová, y no hay otro. En un lugar de escondite no hablé.’” (Isa. 45:11, 12, 18, 19) Eso lo aclara; Dios formó a esta tierra para que estuviera habitada todo el tiempo, sin importar los esfuerzos débiles del hombre hoy día para arruinarla con sus bombas atómicas y otros inventos nucleares.

      23. Según las Escrituras, ¿qué es el hombre, y conviene con ello la ciencia?

      23 ¿Cómo fue hecho el hombre por Dios el Creador? La Biblia dice claramente: “Entonces Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo de la tierra y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Gén. 2:7) Otra vez en otro lugar ella dice: “‘El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’ . . . El primer hombre es de la tierra y hecho de polvo.” (1 Cor. 15:45, 47) Claramente, entonces, el hombre es un alma. Él no posee un alma separada que se supone ser inmortal y que transmigra, como falsamente afirma el clero religioso. Los científicos han confirmado el relato de la Biblia demostrando que más de noventa elementos de la tierra se hallan en el cuerpo humano de carne. Por eso el hombre verdaderamente es del polvo. Aptamente, cuando Dios sentenció a la muerte al Adán desobediente, él dijo a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.”—Gén. 3:19.

      24. ¿Cómo mostró Jehová el propósito con que creó al hombre y a la mujer, y cómo fue posible el comunicarse con la primera pareja humana?

      24 ¿Qué les dijo Dios al hombre y a la mujer que era su propósito al crearlos? Las Escrituras contestan: “Dios los bendijo y Dios les dijo: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se arrastra sobre la tierra.’” (Gén. 1:28) Porque el hombre había sido creado a la imagen y semejanza de Dios Él pudo decir al hombre y a la mujer exactamente lo que era su propósito en cuanto a ellos. No podía haberse hecho tal comunicación de propósito y trabajo a los animales inferiores con su inteligencia limitada. Por lo tanto de la primera pareja humana la voluntad de Dios era poblar todos los 510,074,600 kilómetros cuadrados de esta tierra con humanos perfectos, y luego la necesidad de multiplicarse cesaría.

      25, 26. (a) ¿A qué grado habría el hombre de ‘sojuzgar la tierra,’ e indica la Biblia que él habría de sojuzgar otros planetas? (b) ¿Fue hecho el hombre para habitar el cielo?

      25 ¿Qué quiso decir Dios por el mandato que dio a Adán y Eva de ‘sojuzgar la tierra’? La Biblia lógicamente indica lo que él quiso decir: “Jehová Dios plantó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado. Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y colocarlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara.” (Gén. 2:8, 15) Con la expansión de la familia humana procedente de Adán y Eva el paraíso limitado de Edén hubiera tenido que extenderse hasta circundar toda la tierra, siendo así sojuzgada a condiciones y belleza paradisíacas. Incidentalmente, no hay mención hecha por Dios de que su propósito sea que el hombre ‘sojuzgue’ la luna o cualquier otro objeto en el espacio. Los humanos son hombres de la tierra, hechos para vivir en la tierra con comodidad y seguridad. No se le ofreció al hombre el vivir artificialmente en trajes del espacio para conquistar y poblar otros planetas.

      26 ¿Fue voluntad de Dios el que los hombres fueran trasladados por la muerte a algún cielo u otro mundo y así despoblar la tierra paradisíaca? La Biblia tiene la respuesta en estas palabras dirigidas a su pueblo escogido: “Jehová les dará aumento a ustedes, a ustedes y a sus hijos. Ustedes son los benditos por Jehová, el Hacedor de cielo y tierra. Concerniente a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres.” (Sal. 115:14-16) Sin duda, entonces, los cielos son para Dios y los ángeles, pero la tierra es el lugar destinado para el género humano por su Creador. Esta es evidencia concluyente de que el hombre no ha recibido asignación que envuelva el emigrar a otros planetas en el futuro.

      ¿POR QUÉ LA MUERTE?

      27, 28. ¿Por qué murió Adán? ¿Por qué mueren todos los hombres hasta el día presente?

      27 ¿Cuál es la biografía de Adán dada por la Biblia? ¿Por qué murió Adán? Las Santas Escrituras indican definitivamente que Dios sabiamente puso una restricción sobre la libertad edénica del hombre mediante ley. Esta restricción legal habría de recordar a Adán como hijo de Dios que era una criatura dependiente con un propósito que ejecutar, la voluntad divina, la voluntad de su Padre celestial. El que se dirigiera así la vida del hombre le traería al hombre la más grande felicidad. Dios dijo a su hijo Adán: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta que quedes satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.” (Gén. 2:16, 17) Eva y Adán se rebelaron desafiadoramente contra el Poder Soberano del cielo y así desobedecieron y pecaron, y acarrearon sobre ellos mismos esta pena de muerte, contra la cual habían sido advertidos. La Biblia continúa diciendo: “Con eso Jehová Dios lo echó [a Adán] del jardín de Edén para que cultivara el suelo de donde había sido tomado. Y así arrojó al hombre . . . Ahora Adán tuvo ayuntamiento con Eva su esposa y ella llegó a estar preñada. Con el tiempo ella dio a luz a Caín y dijo: ‘He adquirido hombre con la ayuda de Jehová.’ Más tarde ella dio a luz otra vez, a su hermano Abel. . . . Y Adán siguió viviendo por ciento treinta años. Entonces llegó a ser padre de un hijo a su semejanza, a su imagen, y lo llamó Set. Y los días de Adán después de producir a Set llegaron a ser ochocientos años. Entre tanto llegó a ser padre de hijos e hijas. De modo que todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años y murió.”—Gén. 3:23, 24; 4:1, 2; 5:3-5.

      28 Pocos hombres y mujeres hoy día viven para cumplir aun cien años de edad. Hasta este día, ¿por qué mueren los hombres? Bajo la ley divina de herencia natural este pecado de Adán y su condenación han sido transmitidos a toda su prole y, a su vez, a la prole de su prole a través de las generaciones. La Biblia dice: “Por eso es que, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado.”—Rom. 5:12.

      29. ¿Hay esperanza de una futura vida eterna, y cómo habla la Palabra de Jehová acerca de ello en conexión con Abrahán?

      29 De la Biblia ahora se entiende por qué la gente de todas las naciones se encuentra impedida por una maldición de pecado y muerte. Pero, ¿le extiende Dios alguna esperanza de una vida futura? Sí, en verdad. Por eso muchas personas llaman también a la Biblia el Libro de la Vida. La Biblia es el único documento que manifiesta las condiciones de Dios para la vida eterna para los pueblos de todas las naciones, judíos y no judíos. Aproximadamente trescientos años después del diluvio del tiempo de Noé vivió un hombre de gran fe en la religión verdadera de la Biblia; se llamó Abrahán. Jehová Dios le dio una promesa juramentada de la venida de un reino justo del cielo cuyo edificador es Dios. Se describe como una ciudad gloriosa, donde reinan la felicidad y la pureza. Bajo este reino semejante a ciudad Abrahán y sus descendientes y las personas justas de todas las naciones habrían de vivir para siempre en esta tierra. Que la Biblia cuente el relato brevemente en estas palabras: “Por fe Abrahán, cuando fue llamado, obedeció al salir [de la ciudad de Ur de los caldeos] a un lugar que él había de recibir como herencia, y salió aunque no sabía adónde iba. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos y cuyo edificador y creador es Dios. En fe murieron todos éstos [Abrahán, Isaac y Jacob], aunque no recibieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las saludaron y declararon públicamente que eran extranjeros . . . Pero ahora ellos están haciendo esfuerzos por alcanzar un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como el Dios de ellos, porque él les ha preparado una ciudad.”—Heb. 11:8, 10, 13, 16.

      LA PROMESA DE BENDICIÓN PARA TODAS LAS NACIONES

      30. ¿Qué tres condiciones importantes se bosquejan por el juramento de Jehová de bendecir a todas las naciones por medio de Abrahán?

      30 Exactamente, ¿qué fue esa promesa que Dios hizo a Abrahán, y había de limitarse y ser sólo para los antiguos judíos? Esa es una buena pregunta. En realidad Abrahán no sólo fue el padre fundador de la nación judía de Israel sino que también fue el antepasado de muchas naciones gentiles tales como los ismaelitas y los madianitas, y aun hoy Abrahán es reconocido como el padre de muchas de las naciones árabes del Medio Oriente. La Biblia registra las palabras exactas que habló Jehová en cuanto a su promesa juramentada de bendecir en el futuro a gente de todas las naciones: “Por mí mismo ciertamente juro, es la declaración de Jehová, que debido a que tú has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu único, yo seguramente te bendeciré y seguramente multiplicaré tu simiente [prole] como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que están en la orilla del mar, y tu simiente tomará posesión de la puerta de sus enemigos. Y por medio de tu simiente todas las naciones de la tierra ciertamente se bendecirán debido a que has escuchado mi voz.” (Gén. 22:16-18) Observe las tres condiciones o estipulaciones importantes de esta promesa. Primero, que una simiente o prole de número indefinido habrá de venir de Abrahán. Segundo, que este grupo-simiente bajo su caudillo destruirá a los grandes enemigos de Dios y del hombre. Y tercero, que pueblos de todas las naciones se bendecirán por medio de este grupo-simiente escogido; por consiguiente la esperanza de vida en esta tierra se extiende internacionalmente a todo el género humano.

      31. (a) ¿Quién es el gobernante-simiente que se prometió vendría por descendencia a través de Abrahán? (b) Cuando el ángel de Jehová habló con la madre terrestre de Jesús, ¿cómo mostró el cumplimiento de Génesis 49:10?

      31 ¿Revela la Biblia quién es este principal gobernante-simiente que descendió de Abrahán? ¡Definitivamente! Justamente antes de morir Jacob, nieto de Abrahán, pronunció bajo inspiración de Dios la siguiente profecía sobre su hijo Judá: “El cetro no se apartará de Judá, ni el báculo de comandante de entre sus pies, hasta que venga Shiloh, y a él le pertenecerá la obediencia de la gente.” (Gén. 49:10) Mil setecientos años después esa profecía y trescientas otras profecías comenzaron a cumplirse en cuanto a Shiloh, es decir, Jesucristo, y sus actividades en Palestina. Al tiempo que predecía su nacimiento en Belén de Judea, un ángel de Jehová Dios dijo a su futura madre: “Habrás de llamarlo Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su padre [de la tribu de Judá], y él será rey sobre la casa de Jacob para siempre, y no habrá fin de su reino.” (Luc. 1:31-33) Después de su nacimiento en Belén algunos pastores oyeron cantar a los ángeles: “Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.” (Luc. 2:14) Después del ministerio de Jesucristo en la tierra tan lleno de acontecimientos al proclamar su futuro reino del cielo, y después de su muerte, su resurrección y su retorno al cielo, la Biblia dice acerca de él: “¡Mira! el León que es de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido.” (Apo. 5:5) Por lo tanto Jesucristo vino a la tierra para llenar los requisitos como el comandante para guiar no sólo a los judíos creyentes sino a las personas justas de todas las naciones a la vida en esta tierra bajo la Ciudad-Reino prometida a Abrahán de acuerdo con la religión verdadera. Todavía habrá de completar sus victorias venciendo al gran enemigo del hombre, la muerte, y también a Satanás el Diablo.

      32. ¿Quiénes y cuántos son asociados con Jesús como parte de la simiente?

      32 ¿Quiénes además de Jesucristo componen este grupo-simiente mencionado a Abrahán, y cuantos son? Fue la voluntad benigna de Dios que Shiloh, el Comandante-Rey Jesucristo, tuviera asociados con él al formar el Reino semejante a ciudad en el cual cifraba su esperanza Abrahán. Durante el ministerio de Jesús en la tierra hace mil novecientos años él comenzó a dar a sus discípulos dedicados una invitación para que participaran con él en el reino del cielo. Habló de ellos como una “manada pequeña.” Él les dijo: “No tema, manada pequeña, porque su Padre ha aprobado darles el reino.” (Luc. 12:32) Más tarde la Biblia dice a los discípulos de esta manada pequeña: “Además, si ustedes pertenecen a Cristo, son realmente la simiente de Abrahán, herederos con respecto a una promesa.” (Gál. 3:29) Esto confirma el hecho de que la manada pequeña llega a ser una parte secundaria junto con Cristo Jesús, el “Cordero de Dios,” como la completa “simiente de Abrahán.” Pero ¿de cuántos se compone? Esto se mantuvo oculto por siglos desde el tiempo de Abrahán en adelante hasta que se escribió el último libro de la Biblia. Allí por fin se revela cuántos estarán con Jesús en la Sión celestial. El escritor de ese último libro dice: “Y yo vi, y ¡he aquí! el Cordero [Jesucristo] de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil teniendo su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. . . . Estos son los que persisten en seguir al Cordero no importa dónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”—Apo. 14:1, 4.

      33, 34. (a) ¿Qué texto bíblico muestra que más de 144,000 sacan provecho de la provisión del rescate de Cristo? (b) ¿Cuántos más reciben la bendición de vida? ¿Dónde? Y ¿cuántas naciones están envueltas en esta bendición?

      33 Si sólo 144,000 cristianos dedicados y bautizados se compran de entre el género humano para ir al cielo para estar con Cristo, ¿cuál es la esperanza para los demás? Como hemos observado, el texto que acabamos de citar habla de que las primicias de la humanidad van al cielo. Sin embargo, las Escrituras también indican que los frutos finales de entre la humanidad se recogen para la vida eterna en la tierra. Jesús se refirió a estos otros frutos como “otras ovejas.” Él dijo: “Y tengo otras ovejas, que no son de este redil [de la manada pequeña]; a ésas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser una sola manada, un solo pastor.” (Juan 10:16) Por lo tanto Jesucristo como Rey y Comandante tiene que congregar a estas otras ovejas en una sociedad semejante a manada, no en el cielo sino en la tierra.

      LAS BENDICIONES PARA LOS SÚBDITOS TERRESTRES DEL REINO

      34 ¿Hay algún número fijo de estos otros, y de dónde vienen? La Biblia responde por medio de la visión profética del apóstol Juan: “Yo vi, y, ¡he aquí! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de mantos blancos, y había palmas en sus manos. Y ellos continuamente claman en alta voz, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’ . . . ‘Estos que están vestidos con los mantos blancos, ¿quiénes son y de dónde vinieron?’ . . . Y me dijo: ‘Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus mantos y los han emblanquecido en la sangre del Cordero.’” (Apo. 7:9, 10, 13, 14) Aquí vemos que el número de estos sobrevivientes de la tribulación es grande, se deja indefinido, y que éstos tienen que ponerse su manto de identificación como defensores del Dios Verdadero Jehová y como personas que aceptan el acaudillamiento del Cordero Jesucristo. Además, esta grande muchedumbre de creyentes de número indefinido se manifiesta de parte de Dios durante la grande tribulación de los últimos días que le sobreviene al viejo mundo de Satanás. Y observe, ellos salen de todos los países de la tierra. Por eso vemos que la única religión verdadera de la Biblia realmente es la única religión universal en la tierra.

      35. ¿Qué es la “sangre del Cordero,” y según las condiciones de quién se ofrece la vida?

      35 ¿Qué es esta “sangre del Cordero” que se menciona? Jehová Dios proveyó su Hijo desde el cielo para que llegara a ser el rescatador del hombre, para que diera su sangre vital humana a fin de recobrar del pecado y de la muerte a todas las multitudes que cifren la fe en el sacrificio de expiación de Jesús hecho hace mil novecientos años. En ese tiempo el profeta Juan el Bautista presentó a Jesús, diciendo: “¡Vean, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29) La Biblia dice además: “Porque Dios amó tanto al mundo [de la humanidad] que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Por eso vemos que si alguna persona y su familia desean llenar los requisitos para formar parte de esta grande muchedumbre de sobrevivientes terrestres tienen que estudiar el Libro de la Libertad de Dios, la Biblia. Tienen que obtener toda la verdad acerca de la provisión legal de Dios para protección de ellos, la cual está unida a la fe en la sangre derramada de Jesucristo. Esas son las condiciones de Dios para conseguir la vida. Nosotros, como hombres moribundos, caídos, no podemos fijar las condiciones. Se nos da la oportunidad de escoger entre aceptar o rechazar esta provisión amorosa, razonable. Queremos mostrar apreciación aceptándola, para poder vivir para siempre en felicidad.

      36, 37. ¿Hay esperanza para los muertos, y cuándo se realizará esa esperanza?

      36 Pero ¿qué hay de nuestros amados muertos? ¿Hay alguna esperanza de que vivan en la tierra como parte de las “otras ovejas” bajo el acaudillamiento de Jesucristo? Sí, la resurrección de entre los muertos es la gran esperanza para los muertos reformables que se hallan en la memoria de Dios, y esto también se hace posible por medio de Jesucristo. Las Escrituras hablan claramente sobre este asunto: “Ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte. Puesto que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos es también por medio de un hombre. Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados.” (1 Cor. 15:20-22) “No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”—Juan 5:28, 29.

      37 ¿Cuándo puede esperarse que comience la resurrección de los que vivirán en la tierra? El apóstol Juan dice en la visión que tuvo del nuevo mundo: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, en pie delante del trono.” (Apo. 20:11, 12) Allí está la respuesta. No será sino hasta que los sistemas del viejo cielo y de la vieja tierra hayan ‘huído’ o hayan sido destruídos como parte de los enemigos vencidos por el Comandante Cristo Jesús, no será sino hasta entonces que los muertos terrestres vuelvan a estar en pie mediante la resurrección.

      “NUEVOS CIELOS Y UNA NUEVA TIERRA”

      38. ¿Cuáles cielos y tierra serán destruídos, y se acerca esa destrucción?

      38 ¿Qué son estos cielos y tierra que habrán de ser destruídos? El apóstol Pedro explica que son los cielos y la tierra simbólicos. Los cielos simbólicos son los que componen la organización invisible de demonios de Satanás; la tierra simbólica es su arreglo visible terrestre de hombres y sus gobernantes que mantienen al género humano en tinieblas y en confusión. Pedro dice, cuando habla de los incrédulos burladores de nuestro tiempo: “Este hecho escapa a su atención, que en tiempos antiguos había cielos y una tierra situada sólidamente fuera de agua y en medio de agua por la palabra de Dios, y por esos medios el mundo de ese tiempo sufrió la destrucción cuando fue anegado con agua. Pero por la misma palabra los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y se están reservando para el día de juicio y de la destrucción de hombres impíos.” (2 Ped. 3:5-7) Hoy el cumplimiento de otras profecías de la Biblia indica que este tiempo de destrucción de los viejos cielos y tierra ya es inminente en la gran batalla de Dios llamada el Armagedón.—Apo. 16:14, 16.

      39. ¿Qué mostraron el profeta Isaías y el apóstol Pedro que reemplazan a los viejos cielos y tierra?

      39 Si los sistemas de los cielos y tierra viejos habrán de desaparecer en la batalla universal del Armagedón, ¿qué los reemplazará? De nuevo Pedro responde en la Biblia: “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos de acuerdo con su promesa [la de Dios], y en éstos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) El profeta Isaías refleja la certeza solemne que Jehová expresa en cuanto a su creación de los nuevos cielos y una nueva tierra, al decir: “Esto es lo que el Señor Jehová ha dicho: . . . ‘Pues aquí estoy creando nuevos cielos y una nueva tierra, y las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón. Pero regocíjense y estén gozosos para siempre en lo que estoy creando.’” (Isa. 65:13, 17, 18) Esto exige gran regocijo de parte de toda la gente. Como lo garantiza el Dios del universo, este nuevo mundo durará para siempre.

      40. ¿Quiénes constituirán los ciudadanos de la nueva tierra, y cómo lo sabemos?

      40 ¿Quiénes compondrán la nueva tierra que habrá de permanecer para siempre? Pues, toda la gente de buena voluntad, todos los mansos y educables de todas las naciones que ahora aprenden la verdad y se ponen de parte de la libertad santa. Ustedes los mansos deben esforzarse ahora por reconciliarse con el gran Dios imparcial que mantiene abierto el camino de salvación para los pueblos de todo origen nacional. Oigan las palabras de la Biblia en cuanto a este tiempo, tiempo para conseguir libertad, y en cuanto a la posibilidad de vivir en la tierra para siempre a través de la airada tormenta del Armagedón que viene en el futuro inmediato: “Buscad a Jehová, todos los mansos de la tierra, los que habéis obrado lo que es justo; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; puede ser que os pongáis a cubierto en el día de la ira de Jehová.” (Sof. 2:3, Mod) Otra vez la Biblia dice con toda seguridad: “Sólo un poco más de tiempo y ya no existirá el inicuo, y ciertamente darás atención a su lugar y él no estará. Pero los mansos mismos poseerán la tierra y ellos de veras hallarán su deleite exquisito en la abundancia de la paz. Los justos mismos poseerán la tierra, y morarán para siempre sobre ella.” (Sal. 37:10, 11, 29) Entonces la grandiosa era del Jubileo de exoneración y de libertad será introducida para bañar a esta tierra con paz para siempre. La Biblia dice concerniente a este Jubileo que fue prefigurado con tanta anticipación: “Proclamar libertad en la tierra a todos sus habitantes.”—Lev. 25:10.

      41. ¿Quiénes constituyen los nuevos cielos? ¿Por qué se llama esta nueva ciudad la Nueva Jerusalén, y qué cosas maravillosas hará Dios por medio de ella?

      41 Todavía faltan por considerarse los nuevos cielos. ¿Qué son? Son el nuevo grupo gobernante celestial de 144,000 con Cristo Jesús el Rey, que ha estado entronizado en el cielo desde 1914, como lo indican muchas profecías y los hechos físicos de nuestro tiempo que son un cumplimiento de esas profecías. Estos componen la ciudad, el reino del cielo, que el antiguo Abrahán buscaba. En la Biblia a esta nueva ciudad se le llama la Nueva Jerusalén, tomado el nombre de la antigua Jerusalén, que hace mucho tiempo sirvió de ciudad capital del antiguo rey David, quien representó al mayor rey davídico, Cristo Jesús. En visión profética la Biblia describe el dominio de la Nueva Jerusalén sobre la tierra, trayendo a la tierra una restauración paradisíaca, belleza y salud. El apóstol Juan dice: “Y yo vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado . . . Yo vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descendiendo del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso oí decir a una voz fuerte desde el trono: ‘¡Mira! la tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni tampoco habrá más duelo ni lloro ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.’ Y el que estaba sentado sobre el trono dijo: ‘¡Mira! estoy haciendo nuevas todas las cosas.’”—Apo. 21:1-5.

      42, 43. ¿Qué debe hacer ahora todo el que ama la vida, y qué beneficios resultarán ahora y en el futuro?

      42 ¡Cuán grandiosa visión del paraíso recobrado! Tal visión es parte del tema de conclusión del Libro de la Libertad, la Biblia. Es la respuesta completa a la gran oración que Jesús enseñó: “Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:10) Sin embargo, aquí sólo hemos comenzado a obtener un vistazo del vasto campo de verdad que se encierra en la Biblia y, ¡oh, cuán grandioso es! Es imposible conseguir toda esta información de la naturaleza. El tiempo ha llegado ahora para que todo el que ama la vida y la libertad obtenga un ejemplar de la Biblia y se ponga a hacer un estudio de su mensaje dador de vida. La Biblia dice claramente: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.”—Juan 17:3.

      43 ¿Ya tiene usted una Biblia? ¿La lee regularmente? Si no, bájela de su anaquel de aislamiento. Quítele el polvo. Comience a usarla diariamente para que guíe su vida. Le ayudará a su familia en el camino de vivir ahora para el nuevo mundo. Vea qué felicidad y unidad le han venido a la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová en todas partes de la tierra. Usted también puede tener ese mismo gozo, satisfacción y salud espiritual. Ningún otro libro o tesoro que usted posea le producirá tal gozo duradero de corazón ni le dará tal libertad. ¿Por qué negarse la ayuda y utilidad de la Biblia? Póngase de parte de la religión verdadera de la Biblia. Consiga la verdad. Sígala y sea hecho libre. Asegúrese de una vida futura eterna y feliz en esta hermosa tierra paradisíaca bajo el reino de Dios.

  • Sea hombre—cargue con la responsabilidad
    La Atalaya 1960 | 1 de abril
    • Sea hombre—cargue con la responsabilidad

      “CULPA a su pluma el escritor de poco mérito.” Ese adagio señala la falta humana común de querer evadir responsabilidad en lo que concierne a cargar con la culpa. En cuanto a esto cada uno de nosotros, seamos hombre, mujer o niño, deberíamos esforzarnos por ser varoniles, por ‘portarnos como hombres.’ Aunque nuestros amigos pueden ayudarnos a llevar nuestras cargas en tiempos de angustia, cuando se trata de responsabilidad o de culpa, entonces ‘cada uno tiene que llevar su propia carga de responsabilidad.’—1 Cor. 16:13; Gál. 6:2, 5.

      A menudo sucede que los esfuerzos que hacemos por librarnos de la culpa no tienen más sentido que el que tuvieron los de Aarón en cierta ocasión, revelando un modo de pensar confuso. Mientras Moisés estuvo en el monte durante cuarenta días el pueblo se puso impaciente y volvió a sus costumbres egipcias idólatras. Entregando sus alhajas a Aarón, le pidieron que les hiciese un ídolo. El registro declara expresamente que entonces Aarón “tomó el oro de manos de ellos, y lo formó con un buril y procedió a hacer de él una estatua fundida de un becerro.”—Éxo. 32:4.

      Cuando Moisés regresó del monte y vio lo que se había hecho y en justa indignación le preguntó a Aarón acerca de ello, ¿aceptó Aarón su responsabilidad en el asunto? No la aceptó. Él estaba tratando de librarse de toda culpa cuando dijo a Moisés: “Procedí a echar [el oro que la gente me dio] al fuego y salió este becerro,” ¡aparentemente por sí solo, según quería él hacer creer a Moisés! ¿Pudiera haber algo más absurdo? Sí, ¡a menudo nuestros esfuerzos por disculparnos o justificarnos no tienen más sentido que eso!—Éxo. 32:22, 24.

      Aunque pudiera decirse que los esfuerzos que hacemos por evitar culpa posiblemente se deban a un modo de pensar confuso, cuando tratamos de culpar a otros, muy probablemente es que tenemos algo mal en el corazón, y se revela orgullo, improbidad y egoísmo. Al proceder así claramente estamos siguiendo la tendencia que heredamos de nuestros primeros padres. Adán, en vez de varonilmente confesar de plano el haber desobedecido mediante el comer del fruto prohibido y cargar con la culpa, se justificó por medio de echar la culpa a otros: “La mujer que tú me diste para estar conmigo, ella me dio fruto del árbol de modo que lo comí.” Sí, ‘¿por qué culparme a mí? Si tú no me hubieras dado esa mujer y si ella no me hubiese pasado el

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir