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Salvación para su familia así como para su prójimoLa Atalaya 1960 | 15 de marzo
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familias. Ellos fácilmente pueden decir: “Aprecio todo el cuidado que debe darse para asegurar la salvación de mi familia. Amo a mi esposa y mi familia y quiero ver que se salven tanto como mi prójimo, pero estoy tan ocupado con mis deberes ministeriales que difícilmente hallo tiempo para mi familia. Sin embargo, ellos están en la verdad y no se quejan de que yo no pueda estar con ellos.” Realmente, ¿no queda todo esto en ser un asunto de equilibrar todas estas demandas que se hacen a nuestro tiempo? En este equilibrio, como en una balanza, que se dé peso apropiado a los intereses de su propia familia. Ciertamente Jehová Dios no esperaría que un hombre dedicara todo su tiempo a las actividades de la congregación, a ayudar a sus hermanos y prójimo a conseguir la salvación, y no obstante no cuidara de la salvación de su propia casa. La esposa e hijos del hombre son una responsabilidad principal, como declara el apóstol Pablo: ‘Si alguno no provee para su propia casa, es peor que una persona sin fe.’—1 Tim. 5:8.
23. ¿Qué es lo principal para lo cual él tiene que hacer provisión, y qué cosa debe tenerse como meta?
23 Por eso entonces, es mucho, mucho mejor que un hermano primero haga provisión para la salvación de los miembros de su propia casa. La provisión material sola no basta. Para proveer cosas necesarias primero tenemos que cuidar del bienestar espiritual que conducirá a su salvación. Todos queremos vivir en el nuevo mundo de Dios. Haga más íntima a la familia. Todos los miembros de la familia en el temor de Jehová tienen que ayudarse mutuamente para estar del lado correcto. La gran batalla del Armagedón se acerca. ¡Tenga como meta la supervivencia de toda su familia! Al hacer estas cosas, gran felicidad y paz será la porción bendita de su casa.
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Vindicado el registro bíblico de la creaciónLa Atalaya 1960 | 15 de marzo
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Vindicado el registro bíblico de la creación
En la revista Förkunnaren, que significa el Publicador, es decir, de la Palabra de Dios, hay un artículo ingenioso escrito por el astrónomo Arvid Ljunghall, Ph. D., que trata de la ciencia natural y el registro bíblico de la creación. Concluye por decir: “Puede decirse, por lo tanto, que la cosa nueva transcendental desde un punto de vista cristiano, que se ha hecho manifiesta es el hecho de que se han hallado evidencias casi incontrovertibles de que nuestro mundo es de edad limitada, que hubo un tiempo en que no existieron el universo y la materia, y que por este motivo debe haber acontecido una creación. Por lo tanto ahora nos confronta el hecho notable de que el relato que la Biblia hace de la creación, que era tan no científico, tan cabalmente ajeno al pensar científico, cuando nuestro siglo estaba en sus principios, ahora está cabalmente en armonía con la idea moderna del universo.” “El que quiere ser sincero acerca del cristianismo y proceder desde la creencia de que hay un Dios, que es Creador de todo, no se halla obligado a creer sin ton ni son, contrario a todo sentido e investigación científica. Su creencia está del todo en armonía con la idea del universo que la ciencia sostiene hoy día.”—Svenska Dagbladet, 16 de diciembre de 1958.
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