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“Hágase tu voluntad en la tierra” (Parte 36 de la serie)La Atalaya 1960 | 15 de junio
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los días. ¡Miren, el Rey reina! Ustedes son sus agentes de publicidad. Por lo tanto, anuncien, anuncien, anuncien, al Rey y su reino.” Esto aconteció en El Día (septiembre 8) de la asamblea internacional de nueve días que los testigos de Jehová celebraron en Cedar Point, Ohío, a la conclusión del discurso del presidente de la Sociedad Watch Tower sobre el tema “El Reino.” En este discurso J. F. Rutherford probó de las Escrituras y los hechos que el “mensajero del pacto” de Jehová había venido al templo, al santuario espiritual, en la primavera de 1918 para su obra de juicio. ¡El juicio que habría de ‘comenzar con la casa de Dios’ ya estaba en progreso! (1 Ped. 4:17; Mal. 3:1-5, AN) Como una expresión de este juicio sobre los cristianos se adoptó una resolución.
20. ¿Qué expresión de juicio sobre los que decían ser cristianos se expidió entonces, y con esto la serie de qué cosas se inició?
20 El domingo por la tarde, el 10 de septiembre, el presidente Rutherford pronunció su discurso público sobre el tema desafiador “Millones que ahora viven nunca morirán.” En la conclusión presentó una resolución intitulada “Un desafío a los gobernantes del mundo,” la cual adoptaron con júbilo las 18,000 a 20,000 personas que estaban allí presentes. Esta notificó a las naciones que los “tiempos señalados de las naciones” habían terminado en 1914; que el reino de Dios por Cristo se había establecido en ese entonces en el cielo; que la Sociedad de las Naciones era un fraude y “tiene que fracasar, porque Dios así lo ha decretado”; que el reino del Mesías de Jehová era el sánalotodo para los males de la humanidad; y que por medio de obedecer las leyes de ese justo reino los hombres seguirán viviendo y nunca morirán de sobre la tierra.f Esta resolución denodada fue la primera de una serie de siete resoluciones que se adoptaron en asambleas generales anuales de los testigos de Jehová de 1922 a 1928. Cual plagas, estas resoluciones fueron derramadas sobre la cristiandad apóstata. De la resolución inicial, “El desafío,” se distribuyeron por fin 45,000,000 de ejemplares por todo el mundo en muchos idiomas.
(Continuará)
[Notas]
a Es solamente medio de cambiar los puntos vocales del texto bíblico hebreo de Daniel 12:7 y por medio de cambiar el arreglo de las palabras hebreas que se puede forzar la traducción: “después que el poder de aquel que destrozó al pueblo santo haya terminado, todas estas cosas deberán terminar.”—UTA; Mof.
b Véase La Atalaya del 15 de octubre de 1959, páginas 633 y 634, párrafos 25-27; y la del 15 de noviembre de 1959, páginas 696-698.
c Véase La Atalaya del 15 de noviembre de 1959, páginas 696-698. Durante el régimen nazi desde 1933 a 1945 el rey del Norte trató de quitar el holocausto continuo, pero no se logró con los mismos resultados con que se logró en 1918.—Dan. 11:31, Mod.
d Véase La Atalaya del 15 de noviembre de 1959, páginas 698-700, y la del 1 de diciembre de 1959, páginas 728, 729.
e Véase The Watch Tower del 15 de mayo de 1919, página 151. Las cifras dadas allí no incluyen a grupos con menos de treinta asistentes.
f Véase el número del 1 de noviembre de 1922 de The Watch Tower; también el número del 11 de octubre de 1922 de The Golden Age, páginas 22-26.
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Faltándole “tanto a Dios como al hombre”La Atalaya 1960 | 15 de junio
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Faltándole “tanto a Dios como al hombre”
En el primer sermón que pronunció como rector de la Iglesia episcopal protestante Calvary en la ciudad de Nueva York, el clérigo Alberto Brown Buchanan declaró que el cristianismo de la cristiandad “se ha hecho respetable y en gran manera estéril.” Llamando a Nueva York “el área misional más grande sobre la faz de la tierra,” el clérigo explicó que las iglesias han fracasado, fracasado a tal grado que los “que ejercen la profesión de la psiquiatría están haciendo más para salvar almas que las iglesias cristianas.” Continuando, Buchanan dijo: “El cristianismo ha transigido en su esfuerzo por tener buena acogida y amplio éxito. . . . Cada día nos sentimos más agobiados por el sentimiento de nuestra propia insignificancia, nuestra propia impotencia. . . . La iglesia le ha faltado tanto a Dios como al hombre en Nueva York.”—El Times de Nueva York, 14 de septiembre de 1959.
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