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Manteniéndonos ‘limpios de la sangre de todo hombre’La Atalaya 1960 | 1 de mayo
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un servicio pagado materialmente como el de un asalariado. No; sino que vigiló como un subpastor a semejanza de Cristo que amaba tanto al Pastor Principal como a las ovejas del Pastor Principal. Pablo era uno que verdaderamente deseaba ver a otros vivir y disfrutar de la bondad inmerecida de Dios juntamente con él. Él verdaderamente amaba a su prójimo y por eso no descuidaba los intereses de su prójimo para así llegar a ser responsable por la sangre de su prójimo si esta era derramada en la ejecución efectuada por Dios. Él era un verdadero salvavidas que lo hacía por el gozo, el privilegio y los buenos resultados de ello. Él apreciaba el peligro en que estaba su prójimo y se sentía obligado a hacer algo en cuanto a ello con los medios que Dios le había confiado. De modo que quería socorrer a su prójimo para que no pereciera, si el prójimo quería aceptar la ayuda de Pablo.
40. ¿Cómo nos estableció Pablo el modelo para que consigamos la felicidad de que Jesús disfrutó?
40 Esto establece el modelo para nosotros hoy día. Si en nuestros esfuerzos por ayudar a otros a conseguir la vida eterna procedemos de esta manera altruísta, abnegada, sufragando nosotros mismos el costo, aprenderemos cuán verídicas son las palabras de Jesús que Pablo citó: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” Cuando se ayuda a los débiles, se recibe felicidad refrescante porque uno está dando de sí mismo, está dando de su propia fuerza con la cual Dios lo hizo fuerte. No hay felicidad en recibir lo que pudiera describirse como dinero pagado por ayudar a la muerte de otro, dinero que callara nuestras bocas para que no advirtieran y no dieran “todo el consejo de Dios.” No hay felicidad en cargar culpabilidad por el derrame homicida de la sangre de otro, sino más bien una conciencia que lo condena a uno mismo. Pablo deseaba la felicidad. Nosotros, también, la deseamos.
NUESTRO DEBER Y PROCEDER HOY EN DÍA
41. ¿Por qué estamos ansiosos nosotros de ayudar a otros a salvarse de la muerte y la destrucción?
41 Nosotros que amamos la salvación estamos ansiosos de compartir la salvación con otros. Habiéndonos escapado de la muerte y de la destrucción a manos de Dios, estamos deseosos de ver que otros también sean salvados de esa calamidad. Igual que Jehová Dios, nosotros como sus ministros y vigilantes decimos: “¿Acaso yo me complazco de manera alguna en la muerte del malo? . . . ¿No me complazco antes en que se vuelva de sus caminos y viva?” (Eze. 18:23, Mod) Así que, igual que Dios, nosotros deseamos ayudar al malo para que se vuelva de su camino y viva. No nos es grata la perspectiva de estar manchados con la sangre de los que están pereciendo, porque sabemos que tendríamos que rendir cuenta por ello como vigilantes perezosos. Trabajamos para conseguir la felicidad parecida a la de Cristo, porque esta felicidad significa vida eterna.
42. ¿Por qué vivimos en un día en que somos responsables de la sangre, y por eso, qué no podemos dejar que suceda?
42 Tal como fue el caso en el día de Pablo, que fue poco antes de la destrucción de Jerusalén y Judea y la dispersión de la nación judía, nosotros hoy día vivimos en un tiempo en que está implicada la sangre de nuestros paisanos y de nuestros semejantes. La “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” está inminente, y en el campo de batalla del Armagedón se ejecutará el juicio de Dios contra todos los que rechazan el mensaje del reino de Dios y que se oponen a él. Como una comunidad mundial ellos pagarán con su propia sangre la cuenta que tienen con Dios por la sangre que se ha derramado, Así como la pagó Jerusalén y también Babilonia. (Mat. 23:33-38; Jer. 51:3, 4, 48, 49) Si nosotros deseamos sobrevivir a la guerra de juicio y entrar vivos en el nuevo mundo de Dios tenemos que mantenernos ‘limpios de la sangre de todo hombre.’ No es la voluntad de Dios que se deje en ignorancia a este mundo condenado a la destrucción, por cual falta de conocimiento éste perecerá. Dado que tenemos conocimiento bíblico, no podemos dejar a la gente en ignorancia, a menos que ella escoja permanecer así. Tenemos que advertirle acerca del Armagedón y de Gog de Magog que guía a la humanidad para pelear allí contra Dios y Cristo. No podemos dejar que la gente alegue ignorancia ante Dios por motivo de que nosotros no nos hayamos esforzado para darle el mensaje de salvación.
43. ¿Cuán serios debemos ser en el desempeño de este deber, y cómo tenemos que declarar, sin retraernos, “todo el consejo de Dios”?
43 Igual que Pablo, nosotros tenemos que ser tan serios al advertir e instruir a la gente como si éste fuera nuestro último consejo a los que están en peligro. ¡Eso también viene! Igual que Pablo, nosotros también estamos bajo órdenes de Dios por medio de Cristo de predicar las buenas nuevas del reino de Dios, pero ahora del reino de Dios ya establecido y funcionando con poder. (Mat. 24:14) Tenemos que hacer esto para dar testimonio y advertencia, antes que venga el fin del viejo mundo. No podemos retraernos de decir “todo el consejo de Dios.” Igual que Pablo, que nos dice: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo,” nosotros tenemos que hacer esto predicando públicamente y enseñando de casa en casa.—1 Cor. 11:1.
44. Si hacemos esto, ¿qué podremos decir al tiempo de rendir cuentas, y con qué consecuencias resultándonos?
44 Si hacemos esto, entonces ¿qué? Podremos, al borde del Armagedón, repetir las palabras de Pablo y sin sentirnos avergonzados decirle a todo el mundo: “Los llamo para que sean testigos este mismo día de que yo estoy limpio de la sangre de todo hombre, porque no me he retraído de decirles a ustedes todo el consejo de Dios.” Al hacer esto no moriremos como culpables por derrame homicida de sangre. Con manos y cabezas y hojas de servicio limpios seremos admitidos al nuevo mundo inocente de Dios donde se disfrutará de vida y felicidad para siempre jamás.
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Desde BasutolandLa Atalaya 1960 | 1 de mayo
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Desde Basutoland
● El mandato dado por Jesucristo y registrado en Mateo 24:14, “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones,” se obedece gozosamente por los que desean tener la aprobación de su Creador dondequiera que se hallen. El Anuario de los testigos de Jehová para 1960 contiene el siguiente informe de los 111 Testigos que se esforzaron el año pasado por predicar a los 634,000 habitantes de Basutoland en el África meridional.
● “No hay industrias aquí y este país depende económicamente de su agricultura y ganado. El año pasado se consideró el más importante en la historia del país, porque el gobierno británico aceptó propuestas para reformas constitucionales, incluyendo la autonomía hasta cierto grado. Aunque los basutos están deleitados por motivo de esta prometida emancipación política y el tema de ‘libertad’ entra en casi toda conversación, los testigos de Jehová siguen señalando al reino de Dios como la única forma de gobierno que ofrece felicidad verdadera y duradera a la humanidad.
● “Los Testigos han tenido muchas experiencias interesantes durante el pasado año. Un señor que anteriormente había sido miembro firme de la Iglesia anglicana quiso ayudar a los testigos de Jehová a volver al camino correcto. Escogió como su tema la inmortalidad del alma. Los Testigos le proporcionaron una abundancia de prueba bíblica de que el alma es mortal, pero este clérigo no pudo citar siquiera un texto en apoyo de la teoría que su organización enseña. Subsiguientemente se hicieron muchos esfuerzos por hacer que este señor se quedara en la organización anglicana, pero fue en vano. Hoy este señor, su esposa y su hija son publicadores activos, diciéndole a toda persona con quien se encuentran acerca del reino de Dios y la esperanza del nuevo mundo.”—1960 Yearbook of Jehovah’s Witnesses.
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