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La actividad ministerial de los testigos de JehováLa Atalaya 1961 | 15 de mayo
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muestra verdadero interés en la organización.
“En la primera parte del año de servicio la oficina de sucursal recibió una carta escrita por una señora que, en sus propias palabras, deseaba ‘saber dónde hay testigos de Jehová, porque quisiera bautizarme.’ El siervo de circuito, a quien se le pidió que averiguase, fue conducido a un pequeño platanal al lado de una vía de ferrocarril, donde nuestra ‘oveja’ esperaba ansiosamente. Narró cómo se había enterado de los testigos de Jehová. Nacida en Jamaica, había venido como jovencita a Guatemala. Había andado en busca de la verdadera fe durante años, hasta que un día había dado con algunas publicaciones de la Sociedad. Supo entonces que la había hallado. Ahora que contaba con más años y se hallaba sola había tratado en vano de averiguar dónde había una congregación local. Deseaba fervorosamente ser bautizada, pero al oír que hay que predicar a otros, agachó la cabeza, avergonzada, y dijo: ‘¡Oh! pero temo que soy una “Jonás.” Siempre he sabido que el cristiano debe predicar, pero ¡oh! no puedo, realmente no puedo.’ Bueno, para probarle a esta ‘Jonás’ que podía regresar a ‘Nínive,’ la esposa del siervo de circuito la llevó consigo al servicio en su aldea, predicando de casa en casa, no durante una hora sino cinco. Nuestra ‘Jonás’ regresó tan feliz a su hogar que concurrió a la asamblea de distrito, donde se bautizó, y trajo consigo a otra persona de buena voluntad.
“¿Y a qué Salón del Reino concurre? Han construido un encantador Salón del Reino, que en todo, contando el bambú y los clavos, les costó $5.80. Todos han aprendido a leer y escribir con el nuevo folleto, y cada uno tiene un estudio bíblico. El relato concluye: ‘De modo que, en todo, esta última visita nos alentó mucho.’
“Al fin del año varios nuevos grupos aislados se hallan listos para ser organizados como congregaciones. La mayoría de nuestros pequeños Salones del Reino en la capital están llenándose hasta rebosar. Nuestra oración es que continuemos participando de estos benditos privilegios y que podamos prepararnos para los aumentos futuros. Vemos la mano y el espíritu de Jehová en la organización del Reino, y deseamos recibir y transmitir estas generosas provisiones.”
HONDURAS
Número máximo de Población: 1,887,389
publicadores: 550 Proporción: 1 a 3,432
La característica más sobresaliente de la obra en Honduras durante el año pasado fue la manera en que los publicadores del Reino trabajaron su territorio aislado. Las congregaciones en las ciudades más grandes extendieron su obra para abarcar a pueblos pequeños que no estaban demasiado distantes, y los precursores y misioneros también hicieron una extensa obra misional en los lugares aislados y rurales. Es difícil viajar en Honduras, pero eso no les importó a los Testigos. Apreciaron que era éste el tiempo para salir a las carreteras y caminos para buscar a los que gemían y lloraban debido a las abominaciones que existen en todo el mundo. El informe del siervo de sucursal para el año de 1960 incluyó algunas experiencias en conexión con esta obra de expansión, las cuales se presentan a continuación.
“Una congregación comenzó a trabajar siete pequeños pueblos apartados, visitándolos una o dos veces al mes. En algunos de estos lugares hallaron a personas de buena voluntad que habían estudiado previamente con los testigos de Jehová. En algunas zonas hallaron a hermanos dedicados que habían perdido contacto con la congregación pero que realmente se regocijaron porque estos hermanos les ayudaron a iniciarse nuevamente en el servicio de Jehová. Esta congregación logró un aumento de quince publicadores durante el año por medio de trabajar en zonas previamente aisladas.
“Dos hermanos de otra congregación decidieron ir a una de las partes más aisladas del país. para trabajar como precursores de vacaciones durante un mes. A pesar de la extrema pobreza, el analfabetismo y el prejuicio religioso profundamente arraigado en la zona, estos hermanos lograron colocar más de doscientas revistas además de numerosos libros y folletos. Los dos trabajaron 351 horas durante el mes. Algunas semanas después otra hermana visitó a algunos parientes en esta sección y halló que la gente aun hablaba de los ministros de los testigos de Jehová que los habían visitado. Los dos hermanos piensan regresar durante su próximo período de vacaciones y esta vez llevar a otros dos precursores consigo.
“Un hermano y su esposa decidieron trabajar como precursores de vacaciones en una zona rural a unos ochenta kilómetros de su hogar. También llevaron a sus hijos. En un pequeño pueblo este grupo familiar halló a un pastor evangélico que, después de oír el sermón de puerta en puerta, invitó al hermano a hablar a su congregación esa noche. Todos se quedaron después del discurso, haciendo muchas preguntas bíblicas hasta las 10:30 de la noche. Este hermano ha regresado para ayudar al grupo cada mes desde entonces, y da dos discursos públicos durante cada visita a un promedio de veinte personas.
“Cuatro de las personas interesadas viajaron los ochenta kilómetros de distancia sobre caminos difíciles para concurrir a la celebración del Memorial con la congregación de los testigos de Jehová. Algunos miembros de la congregación del pastor evangélico se oponen a los Testigos, pero él les ha dicho: ‘Hermanos, si los testigos de Jehová no tienen la verdad, por lo que he oído, nadie la tiene. Me voy a quedar con los Testigos y pido que Dios me ayude a conocer más de la verdad aunque no se leer.’
“Al comentar sobre su experiencia con su familia en la obra de precursor de vacaciones, el hermano dijo: ‘Esta ha sido la experiencia más gozosa que hemos tenido desde que dedicamos nuestra vida a Jehová. Con la ayuda de Jehová durante el próximo período de vacaciones escolares esperamos volver a ser precursores de vacaciones en esa misma zona. Fue ésta una buena experiencia para nuestros hijos, y han progresado notablemente en su aprecio del servicio de Jehová.’”
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Aprecio en muchos paísesLa Atalaya 1961 | 15 de mayo
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Aprecio en muchos países
● En la primera asamblea de distrito que los testigos de Jehová celebraron en Basutoland, Unión Sudafricana, hubo 376 concurrentes al discurso público. Entre los que asistieron a la conferencia había abogados, maestros y enfermeras. Se le oyó decir al hermano del jefe supremo, quien también estaba presente, al terminar la conferencia: “Nuestro país necesita más de esto.”
● Luego de recibir las respuestas correctas a sus preguntas bíblicas un joven africano de Camerún exclamó: “¡Yo te lo dije! ¡Un testigo de Jehová vale más que dos sacerdotes y un obispo juntos!”
● En Liberia un señor pentecostal se llegó hasta un testigo de Jehová y le dijo: “Lo que veo aquí jamás lo he visto antes—un hombre blanco quedándose en la casa de un hombre de color, asociándose y comiendo juntos. Nosotros también tenemos misioneros. Nos vienen a predicar pero nunca vienen a nuestros hogares para comer, asociarse y dormir. A menudo tratamos de criticarles a ustedes, pero hay una cosa que no podemos negar—ustedes se aman unos a otros, ¡y ése en realidad es el camino de la verdad!”—Yearbook of Jehováh’s Witnesses para 1961.
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