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Andando con DiosLa Atalaya 1963 | 15 de julio
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y Mateo 24:14. A medida que se provea la oportunidad debemos ir de casa en casa y pararnos en las esquinas de las calles anunciando el nombre y reino de Jehová, haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos con los que están conscientes de su necesidad espiritual. La devoción exclusiva requiere que estemos alerta a las oportunidades de testificar dondequiera que estemos.
22. ¿Qué requiere de nosotros el principio declarado en Lucas 12:48?
22 ¿Es verdaderamente el servicio de Jehová la cosa más importante en nuestra vida? Si lo es, entonces no nos contentaremos con solo testificar representativamente, sino que nos esforzaremos por alcanzar por lo menos los requisitos mínimos de las cuotas de la congregación. Queremos el celo consumidor que Jesús tuvo y por eso haremos todo lo que posiblemente podamos. Recuerde, “a todo aquel a quien mucho le fue dado, mucho será exigido de él; y a aquel a quien la gente ha encargado mucho, exigirá más de lo acostumbrado de él.” Por eso no nos contentemos con hacer tan poco como sea posible para ser cristianos.—Luc. 12:48.
23, 24. ¿Cuáles son algunas de las trampas de las que debemos guardarnos si queremos dar devoción exclusiva a Jehová?
23 A medida que transcurre el tiempo deberíamos estar aumentando en celo. Si eso no es cierto en nuestro caso, ¿pudiera ser que el materialismo o alguna otra cosa esté haciendo incursiones? Tal vez algunos hayan llegado a ser adictos de la televisión. Si el aparato de televisión de un individuo está haciéndolo tropezar en lo que toca a su adoración de Jehová; si el verla está haciendo incursiones en el estudio personal de un individuo, en asistir a las reuniones y en el ministerio del campo, entonces que se libre de ella. ¡Es mejor entrar en el nuevo mundo sin un aparato de televisión que arriesgar el perder el nuevo mundo a causa de mirar la televisión!—Mar. 9:45.
24 Lo mismo debe decirse también de otras formas de entretenimiento. ¿Nos hemos estancado en tal rutina de placer insaciable que las películas, fiestas o bailes son una “necesidad imprescindible” los sábados por la noche? ¿Cómo podemos hacerle justicia al ministerio del campo del domingo, el discurso público y el estudio de La Atalaya si no obtenemos una buena noche de descanso? Cierto, el descanso para los nervios es necesario, pero ¡controlémoslo, no dejemos que nos controle a nosotros! El andar con Dios, el darle devoción exclusiva, poniendo en primer lugar su reino, ¡exige de nosotros que lo hagamos!
“QUE PRACTIQUES LA JUSTICIA”
25. Para ser guiados por los principios justos de Jehová, ¿qué textos debemos obedecer?
25 El andar con Dios significa además que seamos guiados por medio de sus principios justos. “¿Qué está pidiendo Jehová que le devuelvas sino que practiques la justicia?” “Tienen que ser santos, porque yo soy santo.” “Ustedes deben en efecto ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto.” Así como el menudo átomo obedece las mismas leyes divinas que gobiernan a las poderosas galaxias estelares del universo, así, prescindiendo de cuán insignificantes y finitos somos en comparación con Jehová Dios, podemos y debemos ser guiados por sus principios justos, debemos ‘practicar la justicia.’—Miq. 6:8; 1 Ped. 1:16; Mat. 5:48.
26-28. Además de amar la justicia, ¿qué más se manda, y por qué?
26 Para practicar la justicia no solo debemos amar lo que es justo y correcto, sino también odiar, aborrecer, lo que es malo. Jehová lo hace: “Yo, Jehová, estoy amando la justicia, odiando . . . la injusticia.” Y de Jesús fue escrito: “Has amado la justicia y odias la iniquidad.” Por eso se nos manda: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo.” “Aborrezcan lo que es inicuo, adhiéranse a lo que es bueno.”—Isa. 61:8; Sal. 45:7; 97:10; Rom. 12:9.
27 Todos debemos vigilar que sigamos andando con Dios por medio de practicar la justicia, no solo amando lo que es correcto, sino también odiando lo que es malo, lo que es inicuo. A veces lo que es malo se nos puede presentar muy tentadoramente, así como le fue presentado el fruto prohibido a Eva; y por eso a menos que hayamos cultivado una aversión a lo que es malo, un aborrecimiento y odio por ello, en un momento de debilidad podemos sucumbir a la tentación, para nuestra vergüenza y pesar duraderos. Nadie puede dar por sentado que debido a sus muchos años como cristiano dedicado tiene una posición firme. ¡Ni siquiera el apóstol Pablo tuvo tal confianza en sí mismo!—1 Cor. 9:27; 10:12.
28 Sabemos cuáles son nuestras debilidades individuales. No podemos mimarnos, sino debemos manifestar un celo justo al oponernos a ellas a todo tiempo. Si el amor al dinero es nuestra debilidad principal, no nos atrevemos a entregarnos a prácticas sutiles, porque tarde o temprano nos excederemos y recibiremos el castigo. Si somos afectos a las bebidas alcohólicas al grado de no poder controlar ese afecto, debemos refrenarnos firmemente cuando estamos en presencia de los que gustan de ellas, preferiblemente alejándonos de tales lugares, o quizás traigamos deshonra a la congregación cristiana y merezcamos el ser castigados. Si nuestra debilidad es en cuanto al sexo, seamos casados o solteros, entonces debemos librar una fuerte pelea contra esa debilidad, evitando pensamientos inmundos, literatura pornográfica y películas sensuales. Recuerde: “no hay nada . . . secreto que no será conocido.” Debemos seguir “trayendo todo pensamiento en cautiverio para hacerlo obediente al Cristo.” Debemos ‘mantenernos limpios como portadores de los utensilios de Jehová’ si queremos seguir andando con Dios, ‘practicando la justicia.’—Mat. 10:26; 2 Cor. 10:5; Isa. 52:11.
‘AMA LA BONDAD’
29. ¿Por qué el andar con Dios también requiere que amemos la bondad?
29 Para andar con Dios también debemos ‘amar la bondad,’ como sigue diciendo Miqueas 6:8. La palabra hebrea traducida aquí “bondad” es la misma que en otras partes se traduce “bondad amorosa.” Vez tras vez leemos en cuanto a la bondad amorosa de Jehová. “¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios!” “Yo soy Jehová, Quien ejerce bondad amorosa.” “Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no hayamos llegado a nuestro final, porque sus misericordias ciertamente no llegarán a un fin. Son nuevas cada mañana. Tu fidelidad es abundante.” “Jehová es muy tierno en afección y misericordioso.”—Sal. 36:7; Jer. 9:24; Lam. 3:22, 23; Sant. 5:11.
30. ¿Qué significa tener empatía, y cómo la manifestó Jehová?
30 La bondad es un fruto del espíritu. La bondad amorosa nos hará comprensivos, considerados, benévolos y serviciales. Para ser bondadosos debemos tener empatía. La empatía supera a la simpatía, porque en la empatía nos ponemos en el lugar de la otra persona, realmente sentimos lo que ella siente. Jehová Dios, grande como es, no está más allá de practicar empatía en cuanto a sus criaturas. No solo tiene piedad, compasión, simpatía para con nosotros, recordando que solo somos polvo, sino que él mismo se pone en nuestro lugar de modo que lo que nos duele le duele a él. Por eso, leemos concerniente a su nación de Israel: “Durante toda la angustia de ellos le fue aflictivo a él.” Sí, cuando ellos sufrieron, él sufrió.—Isa. 63:9.
31. ¿Qué ejemplos de empatía dieron Jesús y Pablo?
31 Jesucristo también tuvo empatía, no solo cuando estuvo sobre la Tierra, sino también desde su retorno al cielo. Cuando Saulo de Tarso perseguía a los cristianos Jesús le dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo.” Jesucristo, ahora la representación exacta del mismísimo ser de Dios, se puso en el lugar de sus seguidores; lo que le dolía a ellos le dolía a él. Y una vez que llegó a ser un seguidor de Jesucristo mismo, Pablo también imitó a su Amo en este asunto de empatía. Se puso en el lugar de las otras personas, para poder ganarlas a Cristo: Al judío se hizo como judío, a los que estaban bajo la ley, como bajo la ley, a los que estaban sin la ley, como sin ley. “A los débiles me hice débil, para poder ganar a los débiles. Me he hecho toda cosa a gente de toda suerte . . . por causa de las buenas nuevas.” Y una vez que éstos habían llegado a ser hermanos suyos Pablo continuaba manifestando empatía: “¿Quién es débil, sin que yo sea débil? ¿A quién se le hace tropezar, sin que yo me indigne?”—Hech. 9:5; 1 Cor. 9:20-23; 2 Cor. 11:29.
32. ¿De qué manera nos hará obrar la empatía?
32 Al ir de casa en casa con las buenas nuevas del reino de Dios, la empatía nos hará ministros considerados, prudentes, pacientes, bondadosos y eficaces. La empatía hará a los esposos y a las esposas cónyuges apreciativos, comprensivos y amorosos. La empatía capacitará a los hijos a apreciar el punto de vista y posición de sus padres, así como hará amorosos y comprensivos a los padres, de modo que no irriten a sus hijos, al apreciar cómo ven ellos las cosas, mientras que no renuncian a su autoridad.—Efe. 5:33–6:4.
33. ¿Quiénes en particular necesitan manifestar empatía, y por qué?
33 La empatía contribuirá a la paz y unidad en la congregación cristiana. Nos ayuda a tener en cuenta los defectos y debilidades de las otras personas. La empatía hará al instructor de la escuela del ministerio teocrático bondadoso en su consejo, al ponerse él en el lugar del estudiante. Especialmente necesitan empatía los superintendentes para que hagan la mayor cantidad de bien. Para que ustedes sean verdaderamente serviciales, ustedes los superintendentes deben establecer comunicación mediante comprensión; traten de comprender los sentimientos de la otra persona. Esto requiere sensitivo discernimiento mental, paciencia, y el ser lentos para airarse. Por eso Pablo les aconseja a ustedes: “Hermanos, aun cuando un hombre da algún paso en falso antes de darse él cuenta de ello, . . . traten de restaurar a dicho hombre con un espíritu de apacibilidad, vigilándote tú mismo por temor de que tú también seas tentado.”—Gál. 6:1.
‘SÉ MODESTO’
34. ¿Qué requisito para andar con Dios necesitamos que se nos enseñe desde el nacimiento?
34 Y por último, el profeta de Dios, en Miqueas 6:8, nos dice “[que] seas modesto al andar con tu Dios.” Jehová Dios está anuente a humillarse de tal manera como para dejamos andar con él; seguramente nosotros deberíamos estar anuentes a humillarnos y a andar modestamente con nuestro Dios. El ser modestos al andar con nuestro Dios significa ser sumisos a él, a sus principios y a sus instrumentos. Esa es una lección que tenemos que aprender desde que nacemos. Vez tras vez el lloro de un infante o criatura joven no se debe a incomodidad o dolor, sino se debe a ira, orgullo herido, frustración, rebelión o cólera. A los infantes y a los niños se les puede enseñar a sentarse calladamente en las reuniones si se les muestra suficiente amor y firmeza en su crianza el resto de la semana en casa; se les puede enseñar a ser sumisos.
35, 36. ¿Qué puede decirse a favor de ser sumisos?
35 Lo mismo aplica a los adultos. Cuando tenemos dificultad en someternos deberíamos preguntarnos a qué grado se debe a las circunstancias y a qué grado tenemos la culpa. La modestia nos impide sentirnos engreídos. La humildad nos ayuda a someternos a los que ejercen gobierno sobre nosotros, sea a un esposo, a un conductor de estudio, a un auxiliar ministerial o a un superintendente. Supongamos que tengamos mejor juicio que aquel a quien se requiere que nos sometamos. ¿Estamos tan bien capacitados en otros respectos? Luego, también, pudiera ser que estuviésemos equivocados. Además, vez tras vez lo que nos parecía ser el derrotero más sabio no tiene éxito, mientras que lo que parecía no ser tan sabio resulta muy bien. Jehová puede y a menudo dirige el resultado de modo que sea para los mejores fines después de todo. El obra en todas las cosas para el bien de los que lo aman.—Rom. 8:28.
36 Jamás olvidemos que es mucho más importante que haya paz, unidad, armonía y cooperación entre nosotros que el que todo sea hecho de la mejor manera posible. El practicar sumisión solo es realzar el valor de la sabiduría y la paciencia. Si estamos convencidos de que tenemos una sugerencia que será para el mejoramiento de la obra, no la empujemos imperiosamente adelante para obligar una aplicación, sino aguardemos la ocasión apropiada y entonces de la manera correcta presentémosla a los que pueden hacer algo en cuanto a ella. ¿Recuerda a la reina Ester? No se atrevió a decirle a su esposo qué hacer, y no obstante obtuvo todo lo que deseaba.
37. ¿En qué otra situación es la sumisión el derrotero de la sabiduría?
37 Quizás una de las situaciones más difíciles en la cual ser sumiso a la regla teocrática es cuando una persona se enamora, con amor romántico, el eros de los griegos. Supongamos que algunos de ustedes jóvenes, o algunos no tan jóvenes, se enamoran de una persona que no es cristiana dedicada o una persona a quien le falta celo por Jehová y su servicio y que por lo tanto sería un impedimento en vez de una ayuda. La sumisión semejante a la de Cristo requiere que rompamos tal apego en vez de cultivarlo, sin importar cuán agradable parezca ser el arreglo debido a la atracción de los sexos y también sin importar el sufrimiento que pudiera causar ahora. ¿No es mucho mejor sufrir un poco ahora, por medio de desenamorarse otra vez y terminar la relación, que sufrir el resto de su vida o hasta que el Armagedón le alivie de su carga onerosa? ¡Sin duda que sí!—1 Cor. 7:39.
38. ¿De qué otra manera puede ilustrarse el andar con Dios?
38 Verdaderamente, mucho está envuelto en andar nosotros con Dios. También pudiera asemejarse a una niñita que se afianza a la mano de su fuerte y robusto padre al abrirse paso para llegar a casa en medio de una tormenta de nieve. Si soltara la mano de su padre por descuido o porque no estuviera de acuerdo con él en cuanto al derrotero que estaban emprendiendo, ella se perdería en la tormenta y perecería. Sabiamente, por lo tanto, se afianza por su apreciada vida. Por eso, si queremos Regar a “casa,” al nuevo mundo de justicia de después del Armagedón, no nos atrevemos a soltarnos de la mano del Padre celestial, sino que debemos afianzarnos estrechamente.
39, 40. ¿Cómo puede resumirse el andar con Dios?
39 Eso significa aceptar su acaudillamiento, estar uno dedicado exclusivamente a él, haciendo de Su meta, la vindicación de su nombre, nuestra meta. Significa esforzarse por imitarlo en el practicar la justicia, en odiar lo que es malo. Significa bondad amorosa, tener empatía; significa ser modesto y humilde, sumiso, a todos sus arreglos visibles.
40 El andar con Dios verdaderamente es la cosa sabia, correcta y amorosa que hacer. Sin embargo, no es fácil en vista de la oposición de Satanás y sus demonios, y la organización visible de Satanás y nuestras propensiones caídas. No obstante, no es demasiado difícil, porque Jehová nos ha provisto sabia y amorosamente tres ayudas valiosas: su Palabra, su organización visible y su espíritu santo. Tampoco pasaremos por alto el precioso privilegio de la oración, el hablar con nuestro Dios.
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Orador invitadoLa Atalaya 1963 | 15 de julio
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Orador invitado
● Un joven testigo de Jehová de California contó recientemente acerca de una experiencia que tuvo en la escuela. Un día se encontró con su anterior profesor de Problemas Americanos. “Puesto que parte del plan de estudios consiste de discutir las diversas religiones de la comunidad, me preguntó si quería ser orador invitado para hablar como representante de los testigos de Jehová en sus clases. Esto había de durar una hora, en la cual yo pronunciaría un discurso de treinta minutos acerca de la obra de los testigos de Jehová, seguido por un período de preguntas y respuestas. Después del discurso, el profesor me informó acerca de otro profesor que tenía interés en que yo hablara a su clase también. Ya que él no se me acercó, yo me acerqué a él y me ofrecí como orador de parte de los testigos de Jehová. Él se entusiasmó mucho en cuanto a esta oferta e hicimos los arreglos. En cada clase sucedió lo mismo, un discurso de treinta minutos y un período animado de preguntas.”
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