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    La Atalaya 1963 | 15 de agosto
    • El Libro de Mormón comparado con la Biblia

      PARA los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días El Libro de Mormón es la palabra de Dios y lo consideran como en completa armonía con la Biblia. Su punto de vista fue expresado concisamente por Brigham Young en Journal of Discourses del 13 de julio de 1862: “El Libro de Mormón en ningún caso contradice a la Biblia. Tiene muchas palabras como las de la Biblia, y en conjunto es un testimonio fuerte para la Biblia.” Mormones con esta confianza firme en El Libro de Mormón no deberían objetar cuando otros comparan su libro con la Biblia. Su convicción, expresada públicamente, de que es veraz es una invitación a otros para hacer tal comparación. Pero primero comparemos brevemente los antecedentes de estos dos libros.

      El escribir la Biblia se hizo a través de un período de más de 1,600 años, y mucha de su narración histórica ha sido confirmada por muchos hallazgos arqueológicos así como por historiadores seglares de diferentes períodos de tiempo. Hoy existen millares de copias manuscritas de la Biblia en los idiomas originales que datan desde cerca de los días de los apóstoles. Estas están disponibles para ser examinadas por todos los doctos de lenguas.

      La alegación que se hace para El Libro de Mormón es que cubre un período desde alrededor de 600 a. de J.C. hasta alrededor de 421 d. de J.C. José Smith alegó que lo tradujo de planchas doradas que él halló en un escondite que un ángel le reveló. La razón por la cual las planchas o copias del texto que había sobre ellas no se hallan disponibles para ser examinadas se explica diciendo que el ángel le prohibió a José Smith el mostrarlas a cualquier persona salvo a las personas designadas por el ángel. Después de haberse hecho la traducción se dice que el ángel se las llevó.

      El volumen de datos arqueológicos y los registros seglares que confirman la exactitud de la historia bíblica brillan por su ausencia tocante a lo que se alega que es narración histórica en El Libro de Mormón. Tampoco es la profunda reserva que rodeó a la escritura del Libro de Mormón cosa característica de la producción de la Biblia. Las tablillas de piedra sobre las que Dios escribió la Ley ni se las llevó un ángel ni se le prohibió a Moisés que las exhibiera. Lo mismo puede decirse de los otros escritos que componen la Biblia. Fueron exhibidos abiertamente y se distribuyeron copias por todas partes.

      EL SER SUPREMO

      Si El Libro de Mormón contiene la palabra de Dios, sus doctrinas deberían estar en armonía con la Biblia. Veamos si esto es así con respecto a lo que dice acerca de Dios. Tocante a él, Mosíah 3:5 declara: “Porque he aquí que viene el tiempo, y no está muy distante, en que con poder, el Señor Omnipotente, que reina, que era y que es desde todas las eternidades hasta todas las eternidades, descenderá del cielo entre los hijos de los hombres; y morará en un tabernáculo terrenal, e irá entre los hombres efectuando grandes milagros.” Aquí hallamos reflejada la popular doctrina de la trinidad de las iglesias de la cristiandad, las cuales iglesias José Smith consideraba que estaban equivocadas.

      Considere unos cuantos ejemplos más y observe cómo El Libro de Mormón asevera osadamente que Dios y Cristo son un solo Dios. Alma 11:38, 39 dice: “Entonces Zeezrom volvió a preguntarle: ¿Es el Hijo de Dios el verdadero Padre Eterno? Y le dijo Amulek: Sí, es el Padre Eterno mismo del cielo y de la tierra.” Mormón 7:7 habla tocante a cantar alabanzas “al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo que son un Dios” “en un estado de felicidad sin fin.” El Libro de Mormón hace que Jesucristo diga categóricamente, en 3 Nefi 11:14: “Soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he muerto por los pecados del mundo.”

      En ninguna parte hace la Biblia tales declaraciones trinitarias. En ninguna ocasión pretendió Jesucristo ser el “Dios de toda la tierra” ni el “Dios de Israel.” Sobre este punto El Libro de Mormón contradice a la Biblia. En vez de decir que el Padre y el Hijo son un solo Dios, la Biblia revela que el Hijo es una criatura que fue el principio de las creaciones del Creador y que está sujeto al Padre aun después de su ascensión al cielo. Esto se muestra en 1 Corintios 15:28: “Pero cuando todas las cosas hayan sido sujetadas a él, entonces el mismo Hijo también se sujetará a aquel que sujetó todas las cosas a él, para que Dios sea todas las cosas para con todos.”

      En vez de afirmar ser Dios en la carne, Jesucristo señaló su dependencia del Padre y su inferioridad a él, diciendo: “No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque yo no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.”—Juan 5:30.

      Frecuentemente el texto hebreo de la Biblia se refiere a la gran Fuente de la vida como Elohim. La doctrina de la trinidad no se demuestra por el hecho de que esta palabra se halle en la forma plural. Esta se aplica no solo al Dios verdadero sino también al dios pagano Dagón, como en Jueces 16:23, 24. Cuando se hace referencia al Padre, al que se identifica en la Biblia por el nombre propio Jehová, a menudo se usa el artículo definido ha antes de Elohim. En vez de indicar una pluralidad de dioses o personas en un solo Dios, significa el número plural de majestad o excelencia, como muestra el término real “vuestra.”

      JESUCRISTO

      Varios libros del Libro de Mormón están fechados antes de la venida de Cristo, pero repetidas veces hablan en cuanto a Jesucristo, su sacrificio de expiación de los pecados, su resurrección, su bautismo en agua, el bautismo por el espíritu santo, la salvación del hombre por medio de Cristo y la necesidad de ejercer fe en él para ser salvo. Estas cosas se mencionan con la gran frecuencia que caracteriza a las obras literarias producidas después que Jesús fue muerto y resucitado. Tales declaraciones acerca de él vienen a ser anacronismos en el marco de circunstancias del tiempo que les da El Libro de Mormón. Estando fuera del orden de tiempo, están en pugna con la Biblia, la cual coloca a declaraciones semejantes después de Cristo, no antes de su venida.

      Como pudiera esperarse cuando se habla de los acontecimientos fuera del orden de tiempo, El Libro de Mormón de vez en cuando comete un desliz y se refiere a ellos en el tiempo pasado en vez de en el tiempo futuro. En 2 Nefi 31:6, 8 se hace esto. Hablando de Jesucristo, estos versículos declaran: “Ahora, quisiera preguntaros, amados hermanos míos, ¿cómo cumplió el Cordero de Dios, con toda justicia bautizándose en el agua? Por tanto, después que fue bautizado en el agua, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma.” A estos versículos se les asigna una fecha entre 559 a. de J.C. y 545 a. de J.C. Lo mismo se hace en 2 Nefi 33:6: “Me glorío en mi Jesús, porque ha redimido mi alma del infierno.” ¿Cómo puede una persona que se supone que vivió mucho antes de que Cristo hiciera su sacrificio decir que Cristo lo había redimido?

      Unos 124 años antes de que Jesús naciera en Belén, El Libro de Mormón tiene a personas clamando: “¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados y sean purificados nuestros corazones; porque creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios, que ha creado el cielo, la Tierra y todas las cosas; que bajará entre los hijos de los hombres!” (Mosíah 4:2) ¿Cómo puede un pueblo clamar por el perdón de pecados por medio de la sangre expiatoria de Cristo mucho antes de que esa sangre se derramara y en un tiempo en que al pueblo de Dios se le requería que confiara en los sacrificios de los animales de la Ley para la expiación de los pecados?

      ¿Por qué ninguno de los escritores de la Biblia Hebrea habla acerca de Jesucristo, su sacrificio de expiación de pecados y de la resurrección como El Libro de Mormón? ¿Reveló Dios estas cosas vitalmente importantes a personas que vivían en la América del Norte en aquel tiempo y no a estos amados siervos hebreos suyos? Mosíah 3:13 dice: “El Señor Dios ha enviado a sus santos profetas entre todos los hijos de los hombres para declarar estas cosas a toda familia, nación y lengua, para que así, quienes creyesen que Cristo vendría, pudiesen recibir la remisión de sus pecados.” ¿Por qué, entonces, los profetas que vivieron antes de 124 a. de J.C., cuando se supone que Mosíah escribió, no mencionaron estas cosas en sus escritos inspirados?

      Sería completamente increíble alegar que el texto de la Biblia como lo tenemos hoy día está tan defectuoso a causa de los errores de los copistas que ni una sola referencia a Jesucristo por su nombre y a su sacrificio se dejara en los copiosos escritos de las Escrituras Hebreas. Si tales referencias hubieran existido, seguramente los escritores de las Escrituras Cristianas Griegas las habrían mencionado. En vez de estar crasamente defectuoso, el texto bíblico como lo tenemos hoy día ha sido refinado al compararlo con manuscritos muy antiguos hasta el grado en que es muy exacto, muy poco diferente del que tuvieron los apóstoles. Lo que está sujeto a sospecha no es la exactitud de la Biblia sino la exactitud del Libro de Mormón.

      A pesar del hecho de que la palabra griega biblía, de la que obtenemos la palabra Biblia, no se usó como título para las Escrituras hasta el quinto siglo después de Cristo, El Libro de Mormón usa el vocablo más de 500 años antes de Cristo. Dice en 2 Nefi 29:3, 10: “Muchos de los gentiles dirán: ¡Una Biblia! ¡Una Biblia! ¡Tenemos una Biblia, y no puede haber más Biblia! Así que no por tener una Biblia, debéis suponer que contiene todas mis palabras.” El vocablo Biblia, o biblía, significa “libros” o “folletos” y se aplica a la colección de escritos inspirados que están encuadernados en forma de códice, es decir, con hojas y cubiertas. Ninguna colección semejante existió cuando se supone que fue escrito 2 Nefi. Aquí, entonces, se halla otra incompatibilidad de parte del Libro de Mormón.

      CITAS Y EXPRESIONES BÍBLICAS

      Una cosa muy notable con respecto al Libro de Mormón es las frecuentes citas o casi citas que hace de la Biblia, según la Versión Autorizada o del Rey Jaime. Esta fue la versión que era popular durante los días de José Smith. Los libros de la Biblia fueron escritos originalmente en hebreo, arameo y griego sin divisiones de capítulos y versículos. Estas vinieron en el siglo dieciséis después de Cristo. Pero en las numerosas citas directas de la Biblia que hace El Libro de Mormón, se usan por lo general las mismísimas divisiones de versículos que se hallan en la Versión Autorizada. Salvo por el añadir de vez en cuando unas cuantas palabras las citas son idénticas a la Versión Autorizada. Por ejemplo: 1 Nefi 20 y 21 es igual a Isaías 48 y 49; 2 Nefi 7 y 8 es igual a Isaías 50 a 52:2; 2 Nefi 12 a 24 es igual a Isaías 2 a 14; 2 Nefi 27:25-35 es igual a Isaías 29:13-24; Mosíah 14 es igual a Isaías 53; 3 Nefi 24 es igual a Malaquías 3; 3 Nefi 25 es igual a Malaquías 4 y Moroni 10:9-17 es básicamente igual a 1 Corintios 12:8-11. Estas solo son unas cuantas de las muchas citas casi directas de la Versión Autorizada de la Biblia.

      Interesante es el hecho de que El Libro de Mormón tiene a hombres que se supone vivieron centenares de años antes de Cristo usando expresiones que se hallan en las Escrituras Griegas de la Biblia, las cuales Escrituras fueron escritas después del tiempo de Cristo. La expresión de Pablo en Hebreos 13:8 se usa por lo menos cinco veces. Él dijo: “Jesucristo el mismo ayer, y hoy, y para siempre.” (VA) Su primera aparición en El Libro de Mormón es en 1 Nefi 10:18, que se supone fue escrito más de 600 años antes de los días del apóstol Pablo. Dice: “Porque el Señor es siempre el mismo ayer, hoy y para siempre.” Los otros lugares donde aparece son 2 Nefi 27:23, Alma 31:17, Mormón 9:9 y Moroni 10:19. La expresión que Pablo usó en cuanto a la resurrección de los seguidores ungidos de Cristo en 1 Corintios 15:53 también se usa en varios lugares. Pablo dijo: “Porque esto corruptible debe revestirse de incorrupción, y esto mortal debe revestirse de inmortalidad.” (VA) Observe la semejanza a esta famosa expresión de Mosíah 16:10: “Y esto que es mortal se vestirá de inmortalidad, y esta corrupción de incorrupción.” Variaciones de ella aparecen en Alma 40:2 y 41:4. Estos dos libros datan de antes de Cristo.

      En Hebreos 3:8, 11 (VA), el cual cita del Salmo 95:8, 11, está escrito: “No endurezcan su corazón, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto. Por eso juré en mi ira: No entrarán en mi descanso.” Vea la semejanza de esta declaración en Alma 12:35, que es fechado en 82 a. de J.C.: “El que endureciere su corazón, y cometiere iniquidades, he aquí, juro en mi ira que no entrará en mi descanso.” Los versículos 36 y 37 repiten la expresión. Unos cuantos versículos antes en este mismo capítulo hay otra expresión que se encuentra en la carta de Pablo a los hebreos con una leve variación. El versículo 27 dice: “Se decretó que los hombres murieran; y que después de la muerte compareciesen para ser juzgados.” La misma expresión aparece en Hebreos 9:27.

      A veces un versículo del Libro de Mormón contiene expresiones muy conocidas de más de una parte de la Biblia. Por ejemplo, Alma 34:36 declara: “Sé esto, porque el Señor ha dicho que no mora en templos impuros, sino en los corazones de los justos; y también ha dicho que los justos se sentarán en su reino, para ya no volver a salir; y sus vestidos serán blanqueados por medio de la sangre del Cordero.” La parte acerca de que Dios no mora en templos es una variación de la declaración de Esteban en Hechos 7:48. Fue Jesús quien dijo que los justos se sentarían en el reino. Sus palabras están registradas en Lucas 13:29. La parte en cuanto a los vestidos blanqueados corresponde a Apocalipsis 7:14. Otro ejemplo es Mormón 9:9: “Pues, ¿no leemos que Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, y que en él no hay variación ni sombra de cambio? Estas expresiones vinieron de Hebreos 13:8 y Santiago 1:17. Aunque se supone que Mormón dijo esto en la América del Norte unos 400 años después de Cristo, es obvio dónde se originaron las declaraciones.

      El Libro de Mormón hace que Jesucristo aparezca en la carne a la gente de la América del Norte después de su resurrección y ascensión. Mucho de lo que lo representa como diciendo a la gente son expresiones escritas en la Biblia. Citas larguísimas de la Versión Autorizada de lo que él dijo en Palestina son puestas en su boca como siendo dichas en la América del Norte. Por ejemplo, 3 Nefi 12:3-18, 21-28 y 31-45 son casi idénticas, versículo por versículo, con Mateo 5:3-18, 21-28 y 31-45 en la Versión Autorizada. Esto también se hallará ser cierto cuando se compara 3 Nefi 13 con Mateo 6 así como 3 Nefi 14 con Mateo 7. El tipo de semejanzas que revela la comparación de estos pasajes no habría existido si Jesús verdaderamente hubiera repetido estas cosas a otra gente y estuvieran escritas por diferentes escritores en un idioma diferente.

      Muchas de las declaraciones de Jesús registradas en la Biblia pueden hallarse liberalmente salpicadas a través del Libro de Mormón, de las partes fechadas cerca de 600 años antes de su nacimiento a las fechadas más de 400 años después de su nacimiento. Lo que Jesús dijo en cuanto a sus ovejas en Juan 10:9, 14, 16 se halla, en parte, en 1 Nefi 22:25, fechado 588 años antes de Cristo. Alma 31:37 usa las palabras de Jesús en Lucas 12:22, aunque este libro está fechado 74 años antes de su nacimiento. La expresión bien conocida de Jesús en Mateo 16:19, donde él le dice a Pedro: “Lo que ligares sobre la tierra, será ligado en el cielo; y lo que desatares sobre la tierra, será desatado en el cielo,” se halla en Helamán 10:7, que dice: “He aquí, te doy poder para que lo que ligares en la tierra, sea ligado en los cielos; y cuanto desatares en la tierra, sea desatado en los cielos.” Esto está fechado veintitrés años antes del nacimiento de Jesús. Sería interesante mencionar aquí que lo que Pedro dijo en cuanto a Jesús en Hechos 3:22-25 aparece, salvo unas cuantas alteraciones, en 3 Nefi 20:23-25, como palabras que se supone que Jesús dijo en 34 d. de J.C. a gente en la América del Norte, pero su estrecha semejanza a la Versión Autorizada de la Biblia identifica su fuente.

      En el uso liberal que El Libro de Mormón hace de lo que está escrito en la Versión Autorizada ha incluido el pasaje espurio que aparece en esta versión en Mateo 6:13, dado que se reconoce que la última parte de tal versículo es una adición no inspirada a los escritos originales de la Biblia. Este pasaje espurio en Mateo 6:13, que dice: “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria para siempre. Amén,” aparece en forma idéntica en 3 Nefi 13:13. También, los aparentemente espurios versículos de Marcos 16:17, 18, aparecen casi palabra por palabra en Mormón 9:24.

      Después de comparar El Libro de Mormón con la Biblia, las conclusiones inevitables que deben sacarse son éstas: No está en armonía con la Biblia sino que enseña doctrinas que están en pugna con ella. La razón por la que tiene, como Brigham Young dijo, “muchas palabras como las de la Biblia,” es que plagia de la Biblia, en gran número, expresiones usadas por los escritores de la Biblia y las entreteje dentro de su propio texto. Lo que también reviste para que suene como la popular Versión Autorizada de la Biblia es su constante uso del inglés arcaico de esa versión.

      Medido con la historia detallada del Pentateuco, la belleza sublime de los Salmos, la sabiduría concisamente expresada de los Proverbios y el consejo edificante de las cartas paulinas, El Libro de Mormón subsiste como una imitación gastada, no inspirada y dolorosamente verbosa de la Palabra de Dios.

  • El hechizamiento de agua y la ESP
    La Atalaya 1963 | 15 de agosto
    • El hechizamiento de agua y la ESP

      DESPUÉS de leer el artículo “Protegiéndose de ‘inicuas fuerzas espirituales’” en La Atalaya en inglés del 15 de noviembre de 1962 (correspondiente al artículo del 1 de abril de 1963 en español), el presidente de la Sociedad Americana de Adivinadores de Agua, Inc., escribió una carta objetando a la conclusión a que se llega en el artículo; a saber, que debido al vínculo con la percepción extrasensoria o el espiritismo los cristianos hacen bien en abstenerse del hechizamiento de agua o adivinación en busca de agua o minerales. No obstante, el presidente de la Sociedad Americana de Adivinadores de Agua, Inc., sí suministra el punto de vista de esa sociedad en cuanto a cómo funciona esta adivinación de agua. Escribe: “El punto del artículo quizás es acertado. Concordamos con la teoría de que la adivinación de agua es una forma de ESP y que el participar en cualquier forma de ESP puede llevar a ser ‘poseído’ o verse envuelto con ‘inicuas fuerzas espirituales’ a menos que se tomen las debidas precauciones. . . . Nosotros preferimos el acercamiento positivo de advertir de los peligros a la gente interesada en la adivinación de agua.”

      Aunque la sociedad norteamericana de adivinación de agua cree sinceramente que los adivinadores pueden tomar precauciones para evitar ser “poseídos” y que mucho se puede lograr por formas de la ESP, lo que los cristianos deben recordar es que cualquier forma de adivinación o espiritismo está condenado por Dios debido a su misma naturaleza. No son santos ángeles los que están tras esta ESP, sino ángeles inicuos o criaturas espirituales malas cuyo objetivo es engañar a la humanidad. El abstenerse de la ESP en todas sus formas no solo es apropiada precaución bíblica, es obediencia a Dios.—Apo. 21:8.

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