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  • La unidad de la familia de Dios
    La Atalaya 1964 | 1 de octubre
    • buen apoyo de parte de las iglesias. Pero, ¿cuántos de los que viven bajo una dictadura se complacen en tal gobierno y están contentos con él? ¿Cuántos sufren injustamente bajo una dictadura? ¿Cuántos anhelan liberación de ella? La mayor parte de la gente que vive bajo tal forma de gobierno no ha deseado este modo de vivir. Se le ha impuesto. Pero no tenía otra alternativa que aceptarlo.

      17. ¿Qué contraste existe entre el gobierno de Dios y una dictadura?

      17 Sin embargo, el reino de Dios no es una dictadura y la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová tampoco lo es. El dictador gobierna obligando; Jehová Dios hace llamamiento al libre albedrío y a la buena voluntad de las personas honradas. Dios no obliga a nadie a que le sirva. “Escojan para ustedes mismos hoy a quién servirán.” (Jos. 24:15) Ese siempre ha sido el principio de Jehová, y es el mismo hoy en día. A nadie se le obliga a aceptar la organización teocrática que opera en la familia de Dios hoy en día. Es asunto de libre albedrío. Jehová gana a sus súbditos por medio de mostrarles amor. Y él espera que sus súbditos le amen sin reserva. (Mat. 22:37, 38) El gobierno de Dios se basa en amor, de arriba a abajo. Esto no se puede hallar en ninguna dictadura. Además el gobierno de Dios se basa en justicia, sabiduría y poder perfectos. Esto tampoco puede hallarse en ningún gobierno dictatorial. Puesto que Jehová es el Creador de todas las cosas, tiene derecho absoluto e indisputable a la obediencia y devoción perfectas de todas sus criaturas. Ninguna dictadura puede reclamar tales derechos.

      18, 19. (a) ¿Qué desea Dios de nosotros? (b) ¿Cuál debe ser nuestra actitud como parte de la familia de Jehová Dios?

      18 El amor que el cristiano tiene a Dios y a Su reino bajo Cristo se expresa en la obediencia que muestra a los mandamientos de Dios: “Pues esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos.” (1 Juan 5:3) Nuestra obediencia a Dios no es obligada, sino que es voluntaria y gozosa. No es una carga bajo la cual suspiramos y sufrimos. Dijo el Rey del reino de Dios: “Mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:30) Hay felicidad en hacer la voluntad de Dios, como expresó el salmista con las palabras: “Feliz es el hombre que teme a Jehová, en cuyos mandamientos se ha deleitado muchísimo.”—Sal. 112:1.

      19 De modo que hay una tremenda diferencia entre una dictadura y la organización de Jehová. Un sinnúmero de personas se escaparía de las gobernaciones dictatoriales si pudiera hacerlo. Por otra parte, vemos que decenas de millares de personas honradas huyen cada año al reino de Dios, porque aquí tienen la promesa de vida y felicidad eternas. Son admitidas en la unidad de la familia de Dios. “¡Mira! ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad!”—Sal. 133:1.

  • Asombrados
    La Atalaya 1964 | 1 de octubre
    • Asombrados

      ● En las islas Salomón surgió dificultad entre dos aldeas de las cuales una está compuesta de testigos de Jehová y personas que estudian con Testigos. Antes de aprender la verdad de Dios y bautizarse, el principal de la aldea de Testigos tenía la reputación de ser un hombre muy endurecido. Cuando vino el día de la reunión para arreglar los asuntos, todos los hombres de las otras aldeas vinieron con sus lanzas, cuchillos y garrotes de guerra, por si algo pasaba. ¡Cuán sorprendidos quedaron cuando los Testigos y sus amigos llegaron sin llevar nada que siquiera pareciera un arma! Se sentaron a hallar una solución a su problema, en paz. Los aldeanos que no eran Testigos estaban llenos de asombro.

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