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  • ¿De qué Dios es testigo usted?
    La Atalaya 1964 | 15 de julio
    • ¿De qué Dios es testigo usted?

      “‘De modo que ustedes son mis testigos,’ es la declaración de Jehová, ‘y yo soy Dios.’”—Isa. 43:12.

      1. (a) ¿Qué debería poder hacer un Dios real? (b) ¿Qué actitud tiene el ateo para con Dios, según se manifiesta en un despacho noticioso de la Prensa Asociada?

      CUALQUIER Dios que sea un Dios real debería mostrar evidencia de que es un Dios. Al menos, debería tener dos o tres testigos de que es un Dios, o hasta el único Dios que existe. Hoy en día, el ateo rechaza la misma idea de que exista un dios y exclama con orgullo: “¡Yo no soy testigo de ningún dios!” Un despacho de la Prensa Asociada procedente de Seattle y fechado el día 6 de mayo del año pasado informó: “El astronauta soviético comandante Gherman S. Titov hoy ha declarado que no cree en Dios. Dijo que no vio ‘a ningún Dios o a ángeles’ durante las diecisiete órbitas que describió alrededor de la Tierra. ‘Hasta nuestro primer vuelo en órbita por Yuri Gagarin ningún Dios nos ayudó a construir nuestro cohete,’ dijo. ‘El cohete fue construido por nuestro pueblo. Yo no creo en Dios. Yo creo en el hombre, su fuerza, sus posibilidades y su razón.’ El comandante Titov se expresó sobre su fe materialista después que él y su esposa estuvieron visitando por cerca de dos horas la exhibición científica de los Estados Unidos en la Feria Mundial de Seattle.”—Times de Nueva York, 7 de mayo de 1962.

      2, 3. (a) ¿Qué se puede decir de la creencia en Dios en tiempos antiguos? (b) ¿Qué se nos dice de los dioses de la filosofía hindú?

      2 El ateo de hoy, sea comunista o de cualquier otra fe política, piensa que el creer en un dios invisible en esta era nuclear moderna del espacio es algo pasado de moda. En tiempos antiguos el creer en un Dios o en muchos dioses era parte de la vida cotidiana de la gente en general. Hasta quizás haya habido un intercambio de dioses. Un escritor muy leído del siglo séptimo antes de nuestra era común dice: “¿Ha intercambiado alguna nación sus dioses, aun por los que no son dioses?” “¿Pero dónde están tus dioses que has hecho para ti? Que se levanten si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad. Porque como la cantidad de tus ciudades han llegado a ser tus dioses, oh Judá.” (Jer. 2:11, 28) Más tarde, en el primer siglo de nuestra era común, existió un prominente ciudadano romano llamado Petronio Arbiter, que era favorito del emperador Nerón y autoridad absoluta en asuntos de buen gusto en conexión con la ciencia del vivir lujoso. En su obra intitulada “Satiricón,” en el capítulo 17, Petronio aludió a la religión estatal romana y dijo: “Nuestro país está tan lleno de divinidades que es más fácil hallar a un dios que a un hombre.” Naturalmente, al emperador romano se le hablaba como a una divinidad.

      3 Fue diciendo lo correcto que otro escritor del mismo siglo primero, extensamente leído hoy en día, dijo: “Hay aquellos que son llamados ‘dioses,’ sea en el cielo o en la tierra, así como hay muchos ‘dioses’ y muchos ‘señores.’” (1 Cor. 8:5) Desde el tiempo de ese escritor los dioses de los pueblos han aumentado en número. La Encyclopedia Americana, tomo 14 (edición de 1929), página 196b, dice sobre el desarrollo de la filosofía hindú en la India:

      El resultado fue la creación de un completo panteón de dioses. A la imaginación se le dio rienda suelta y así desempeñó un papel de orgía. Dioses y diosas en cantidades enormes poblaron el firmamento, aunque sin embargo solo un puñado fueron deificados en el sentido de que llegaran a ser objetos de adoración. Se crearon nuevos mundos, y a Indra se le hizo el gobernante de 330,000,000 de divinidades. La trinidad del hinduismo llegó a existir en forma de Brahma, el creador, Vichnú, el preservador, y Siva, el destructor.

      De acuerdo con The Americana Annual para 1963, página 321, la India de hoy tiene una población de 439,235,082 habitantes, de los cuales el 84.99 por ciento son hindúes. Esto significaría que había un dios por cada hindú y medio.

      4. ¿Qué datos tenemos acerca de dioses en el Japón, Rusia y la cristiandad?

      4 Hasta 1946 al emperador japonés se le consideró divino, basándose esto en la enseñanza religiosa de que la línea imperial descendía sin interrupción desde el tiempo en que Jimmu, biznieto de Amaterasu, la diosa del Sol, estableció el trono japonés en el año 660 a. de J.C. No fue sino razonable que el día 31 de diciembre de 1945 el emperador Hirohito honradamente proclamara que él no era un dios. Fue solo desde 1953, el año en que, murió el dictador ruso Stalin, que el culto de Stalin fue parcialmente destruido a través del mundo comunista. Pero, ¿qué hay acerca de la cristiandad? La cristiandad, por supuesto, adora su propia Santa Trinidad compuesta de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero, ¿qué más?

      5, 6. (a) ¿Cómo se considera al papa de la Iglesia Católica Romana, según se describe en el Ecclesiastical Dictionary? (b) ¿Qué otros comentarios se hacen acerca de este líder eclesiástico?

      5 De una aceptada autoridad católica romana, el Ecclesiastical Dictionarya por Lucio Ferraris, un canónigo de la monástica Orden de los Franciscanos que vivió en el siglo dieciocho, citamos parte de lo que dice bajo la palabra papa:

      “El papa es de tal dignidad y elevación que no es simplemente un hombre sino, por decirlo así, Dios, y el vicario de Dios. . . . Por esto se corona al papa con una triple corona, como rey del cielo, de la Tierra y del infierno. . . . El papa es, por decirlo así, Dios en la Tierra, el único príncipe de los fieles de Cristo, el rey más grande de todos los reyes, poseyendo la plenitud del poder, y a quien se le ha confiado el gobierno del reino terrenal y el celestial. . . . El papa tiene tan gran autoridad y poder que puede modificar, declarar o interpretar la ley divina. . . . El papa, en ocasiones, puede contrarrestar la ley divina por medio de limitar, explicar,” etcétera.

      6 El papa Nicolás I, de 858-867 d. de J.C. y a quien se le dio el sobrenombre de El Grande “por el estupendo trabajo que realizó a favor del establecimiento del papado de Roma como poder seglar y soberano, supremo a todos los demás,”b dijo lo siguiente: “El emperador Constantino confirió el título de Dios al papa; quien, por lo tanto, siendo Dios, no puede ser juzgado por el hombre.” Posteriormente, el papa Inocencio III, entre los años 1198 y 1216 d. de J.C., dijo: “El papa ocupa el lugar del verdadero Dios.” La ley canónica católica romana, en su glosa, denomina al papa “nuestro Señor Dios.” No es, pues, sin significado que al tiempo de instalar en oficio a un nuevo papa, en la parte de la ceremonia llamada La Adoración, se cante el cántico llamado el Te Deum (que significa: Te Alabamos, oh Dios).c

      DESAFÍO A LOS “DIOSES”

      7. ¿A qué desafío, entonces, nos encaramos ahora, y qué preguntas sobre el asunto piden una respuesta?

      7 Hoy, a todo adorador que afirma tener un dios se le desafía a actuar como testigo a favor de su dios. De hecho, a todos los dioses, es decir, a todos aquellos a quienes se llama “dioses” y a quienes se adora como dioses, se les desafía a que produzcan sus testigos a fin de probar que son dioses o el único Dios viviente y verdadero. Hoy, por lo tanto, todo adorador o persona religiosa se enfrenta a la pregunta: ¿De qué Dios es testigo usted? Como testigo, ¿qué puede usted decir y qué evidencia puede usted presentar para probar que su dios, el dios a quien usted describe como el objeto de su adoración, es una realidad, de que es un dios verdadero, viviente, histórico y activo que merece adoración? ¿Qué sabe usted acerca de su dios? ¿Puede usted probar satisfactoriamente, aun a usted mismo, que él es Dios o un dios? ¿O se siente usted avergonzado de ser testigo de su Dios?

      8. (a) ¿Por qué es inútil adorar y servir a un dios falso? (b) ¿De qué dos maneras debería ser posible probar quién es el Dios verdadero?

      8 Toda persona razonable reconocerá que es una inutilidad el adorar y servir a un dios falso. Ningún bien duradero se obtiene de adorar a un dios que no existe. El adorador solamente se engaña a sí mismo o se deja engañar por otros religiosos, y al final lo único que halla es desengaño. No deberíamos dejarnos llevar por la emoción y el sentimentalismo religioso. Deberíamos actuar como personas sensatas en asuntos de religión así como también en los asuntos seglares. No nos hace ningún bien el ocultar de nosotros mismos la evidencia concerniente a un Dios que es una realidad verdadera, viviente y poderosa. Si los dioses, el nuestro o los de otras personas, son falsos, entonces deberíamos querer saberlo. Si, entre los innumerables dioses que hoy se adoran, existe el único Dios vivo y verdadero, entonces deberíamos pedir la evidencia y considerarla seriamente. Por su mismísima evidencia y por la evidencia producida por medio de sus testigos en la Tierra, el verdadero Dios debe poder probar delante del tribunal del universo que él es el Dios, el Ser divino, merecedor de ser adorado por todos.

      9. ¿Por qué es apropiado el tiempo en que vivimos para que el Dios verdadero demuestre que es Dios?

      9 El tiempo en que vivimos proporciona al Dios verdadero la más grandiosa oportunidad para demostrar que es Dios. A pesar de los adelantos científicos, el mundo de la humanidad se encuentra en su más deplorable estado, no solamente afligido con enfermedades físicas y mentales y con hambre aumentante debido al aumento de la población mundial, sino también con cada vez más disturbios políticos, raciales y religiosos, culminando con lo que matemáticamente parece seguro, a saber, una tercera guerra mundial, en una era nuclear del espacio. La solución a la situación mundial está más allá del mero poder e ingenuidad humanos; pide acción por un poder inteligente sobrehumano. Por lo tanto, ahora más que nunca antes es el tiempo para que los adoradores religiosos acudan a sus dioses. Si el profeta Jeremías de hace veintiséis siglos estuviera aquí, repetiría su desafío a la gente afligida: “¿Dónde están tus dioses que has hecho para ti? Que se levanten si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad. Porque como la cantidad de tus ciudades han llegado a ser tus dioses.”—Jer. 2:28.

      10. ¿Qué se puede preguntar en cuanto a todos los que afirman ser Dios?

      10 No, cuando todas las religiones populares se combinan juntas no hay escasez de dioses, pero ¿qué pueden hacer todos esos dioses, ya sea por sí solos o en combinación, acerca de la situación mundial, que se hace cada vez peor? ¿Cómo explican ellos esta situación? ¿Qué pronóstico, qué predicción, qué profecía hacen ellos con respecto a lo que resultará del asunto? ¿Qué profecía hacen con respecto al futuro de la humanidad? ¿Qué prueba pueden darnos, por lo que hicieron en el pasado, de que pueden hacer que su profecía acerca del futuro se cumpla, para que podamos entonces creer que son verdaderos y confiables, capaces de cumplir sus promesas? Que digan con anticipación lo que sucederá y entonces hagan que se cumpla, o que admitan que son dioses falsos y que su adoración no trae ningún bien.

      11. (a) ¿Hay algún Dios que tenga el derecho de desafiar a todos los otros dioses, y por qué? (b) ¿Tiene él muchos adherentes en la Tierra?

      11 Hoy existe un Dios que lanza ese desafío a todos los que son llamados dioses y son adorados como dioses. ¿Qué derecho tiene él de desafiar a todos los demás? Él tiene ese derecho porque en el primer siglo de nuestra era común y aun anteriormente predijo la mismísima situación mundial de hoy día y explicó su significado y sus causas, y también predijo en qué resultaría y el maravilloso futuro que para la humanidad vendría después. De todos aquellos a quienes se adora como dioses hoy, él es el Único que ha hecho tan sobresaliente cosa. Naturalmente, debido a su desafío, causaría resentimiento y antagonismo de parte de los que adoran a los otros llamados dioses. Por lo tanto, resulta que hoy, igual que en el pasado, él es el Dios de una minoría perseguida, verdaderamente de un grupo pequeño de personas en comparación con el número total de adoradores religiosos. No, esta minoría no son los judíos naturales, cuyo número asciende a 12,792,800 en toda la Tierra en la actualidad. Se trata de un grupo aun más pequeño, que ahora lleva el nombre de su Dios. Estos han heredado la fe del verdadero y escogido pueblo de Dios de hace diecinueve siglos o del siglo primero E.C. Por esta razón se les llama por los mismos nombres que aplicaban allá en aquel tiempo.

      12, 13. ¿Cómo consuela este Dios a los que lo adoran, y qué nombre tiene?

      12 Antes de lanzar su desafío a los dioses de todos los demás grupos religiosos, el Dios de esta minoría habla proféticamente por medio de su profeta Isaías y consuela a la minoría perseguida, y al hacer esto su Dios revela su propio nombre. En Isaías 43:1-4 leemos sus palabras:

      13 “Y ahora esto es lo que Jehová ha dicho, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: ‘No temas, porque te he vuelto a comprar. Te he llamado por tu nombre. Eres mío. En caso de que pasaras a través de las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no se desbordarán sobre ti. En caso de que anduvieras a través del fuego, no te chamuscarás, tampoco la llama te achicharrará. Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel tu Salvador. He dado a Egipto como rescate por ti, a Etiopía y Sabá en tu lugar. Debido al hecho de que has sido precioso a mis ojos, se te ha considerado honorable, y yo mismo te he amado. Y daré hombres en lugar de ti, y grupos nacionales en lugar de tu alma.’”

      14. ¿A quiénes aplicó primero Isaías 43:1-4, y cómo fue esto?

      14 Esta declaración no tiene ninguna aplicación hoy en día a la República de Israel que fue establecida en la llamada Tierra Santa en 1948, aun cuando los de ésta tracen su descendencia natural desde el patriarca hebreo Jacob, que vivió hace treinta y siete siglos. En los días del profeta Isaías esas palabras de Jehová Dios sí aplicaron en sentido literal a los descendientes naturales de Jacob, y estas palabras se cumplieron en ellos en el siglo subsiguiente, el sexto antes de nuestra era común. ¿Cómo? Bueno, un resto sobreviviente de aquellos descendientes naturales de Jacob, o israelitas, fue libertado de su largo cautiverio en la tierra de Babilonia. Jehová su Dios los había vuelto a comprar, y la manera en que lo hizo tuvo repercusiones políticas en Egipto, Etiopía y Sabá en las manos del nuevo Imperio Persa establecido por Ciro el Grande. Entonces Jehová como su Salvador hizo que el fiel resto de su pueblo regresara a su patria en la tierra de Palestina, aunque tuvo que llevarlos a través de fuego y agua, por decirlo así, o a través de ríos y de desierto ardiente.

      15. (a) ¿Qué cambio mostró Jesús que se había efectuado en su día, y cómo se expresó éste poderosamente? (b) ¿A quiénes, después de eso, aplicaron las palabras proféticas de Isaías, y por qué a ellos?

      15 Sin embargo, en el primer siglo de la E.C., el gran profeta de Jehová, Jesucristo, señaló que Jehová, quien hasta entonces había sido el Dios de ellos, estaba rechazando a los descendientes naturales de Jacob, los israelitas, por haberle desobedecido a Él y por haber rechazado a sus profetas. Este rechazamiento de aquellos israelitas naturales se expresó poderosamente cuando se dejó que su ciudad sagrada de Jerusalén fuera destruida en el año 70 y que los sobrevivientes fueran esparcidos hasta los fines de la Tierra. Al mismo tiempo Jesucristo aclaró que la aplicación de las palabras proféticas de Isaías se había transferido a sus propios fieles seguidores a fin de que tuviese un cumplimiento más alto, completo y espiritual. En una expresión de esta transferencia, Jesucristo dijo a los israelitas o judíos desobedientes y carentes de fe: “El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43) Los fieles y dedicados seguidores de Jesucristo son los que forman esa nueva nación a la cual se le entrega el reino de Dios. Ellos producen su fruto por la clase de vida espiritual que viven y por su predicación mundial de las buenas nuevas del reino de Dios con sus bendiciones para todas las familias de la Tierra.

      16. En la relación de Dios con su pueblo, ¿quién creó a quién, lo cual prueba qué?

      16 Tal como fue con la antigua nación de Jacob o Israel antes de que Jehová Dios la rechazara, así es con esta nueva nación a la cual él entrega el reino de Dios, para que ellos reinen con Jesucristo en los cielos como bendecidores de toda la humanidad que quede en la Tierra. Ellos no crearon a Jehová en sus mentes como su Dios, sino que él los creó a ellos como una nación espiritual, un Israel o Jacob espiritual. Ellos no lo formaron a él, ni formaron estatuas imaginarias de él, sino que Jehová Dios los formó a ellos como nación espiritual con Jesucristo como el Rey de reyes. Por consiguiente, Jehová no es un dios falso, o un dios hecho por el hombre, sino que como Dios y Creador, él los creó a ellos.

      NECESARIO VOLVER A RECOGERLOS

      17. ¿Por qué era necesario volver a recoger a los que creían en el Dios verdadero, pero qué interrupción evitó esto por algún tiempo?

      17 Después de la muerte de Jesucristo y de sus doce apóstoles, sus seguidores fieles fueron esparcidos debido a persecución y opresores religiosos. En la segunda mitad del siglo diecinueve, un resto fiel de seguidores dedicados y bautizados de Cristo hizo un esfuerzo para unirse desde todas partes de la Tierra. Pero en 1914 vino la I Guerra Mundial, y el clero religioso de la cristiandad se aprovechó de las pasiones patrióticas y nacionalistas, las ambiciones y arreglos de emergencia de tiempo de guerra, para oprimir y esparcir, si no exterminar, a aquellos cristianos que adoraban a Jehová como el único Dios vivo y verdadero. Pero miles de años antes él había prometido volver a recoger a sus adoradores y usarlos de manera especial para su gloria. En el mismo capítulo de Isaías siguió diciendo:

      18. ¿Había hecho este Dios verdadero alguna declaración en cuanto a volver a recoger a los suyos que estaban esparcidos?

      18 “No temas, porque estoy contigo. Desde el levantamiento del sol traeré tu descendencia, y desde el poniente te recogeré. Diré al norte: ‘¡Da acá!’ y al sur: ‘No retengas. Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los extremos de la tierra, cada uno a quien se llama por mi nombre y a quien he creado para mi propia gloria, a quien he formado, sí, a quien he hecho.’”—Isa. 43:5-7.

      19. ¿Cómo mostró Jesucristo que él sabía de este recogimiento de ellos de nuevo que habría de acontecer?

      19 Jesucristo predijo este mismo recogimiento de ellos de nuevo en su profecía relativa al fin de este sistema de cosas mundano. Él no la aplicó al recogimiento de nuevo de los judíos sionistas a Palestina y el establecimiento de la República de Israel, sino al fiel resto de sus propios seguidores dedicados. Dijo: “Los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y juntarán a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo.”—Mat. 24:3,29-31.

      20. ¿De qué manera probó Jehová que era un Dios que cumplía su promesa en cuanto a volver a recoger a los de su nación?

      20 De modo que, en el siglo octavo a. de la E.C., por medio de su profeta Isaías Jehová Dios predijo que volvería a recoger a sus adoradores cristianos y le dio énfasis a esto por medio de la profecía de su propio Hijo Jesucristo hace mil novecientos años. ¿Cumplió Jehová Dios la profecía? ¿Probó él que es un Dios de profecía verdadera? ¿Ha probado él que sea el Dios fiel y todopoderoso que se apega a su promesa y que puede hacer que se cumpla? ¡Sí! Contrario a lo que el clero religioso de la cristiandad esperaba, y para su vejación e irritación, Jehová libertó del cautiverio babilónico a su resto fiel de adoradores y los recogió de nuevo en unidad mundial, más fuerte y extensa que nunca antes. Hasta los miembros más prominentes del resto que habían sido encarcelados durante la I Guerra Mundial fueron libertados de la prisión y exonerados de todas las falsas acusaciones que se habían usado para hacer que fueran llevados a la prisión.

      21. ¿Qué reconocimiento en cuanto a Jehová les vino ahora a los que habían sido recogidos de nuevo, y de qué cosa llegaron a darse cuenta?

      21 Por medio de su Palabra escrita, sobre la cual brillaba la luz de la profecía cumplida, Jehová hizo que el resto llegara a reconocer mejor la importancia y lo precioso de su nombre. Ellos reconocieron que eran un pueblo, no para el nombre de Jesús, sino para el nombre de Jehová, tal como el discípulo cristiano Santiago señaló hace mucho tiempo cuando aplicó la profecía de Jehová registrada en Amós 9:11, 12. (Hech. 15:13-19)d Debido al significado de las Santas Escrituras que se iba revelando ellos llegaron a estar cada vez más impresionados por el hecho de que tenían que servir como testigos cristianos de Jehová. Por medio de su espíritu santo Dios los había creado para Su gloria, pues él los había engendrado para que fueran sus hijos espirituales y los había ungido con su espíritu para predicar y para ser coherederos de Jesucristo en su reino celestial. Jehová los había formado como nación espiritual al introducirlos en Su nuevo pacto por medio del Mediador Jesucristo. Jehová los había constituido su organización visible en la Tierra, una organización teocrática. Ahora, por medio de libertarlos en 1919 y reorganizarlos para más servicio a él, él ha probado que es un Dios vivo para ellos.

      22, 23. (a) ¿Qué falla de parte de ellos les llamó a la atención Jehová? (b) ¿Cuáles fueron algunas de las acusaciones que se levantaron contra ellos, y a qué tendrían que encararse?

      22 Antes de esto ellos no habían apreciado tan cabal y claramente que él era su Dios. Con respecto a este hecho habían estado ciegos y sordos espiritualmente, tal como la cristiandad, que adora a lo que llama un “Dios trino,” una trinidad de tres personas coiguales y coeternas contenidas, según dicen, en un solo Dios. El que fueran lentos en cuanto a ver y oír se debió, en gran manera, a la influencia de la cristiandad, con la cual habían estado asociados por tanto tiempo y la cual los había oprimido y mantenido cautivos. Ellos no habían actuado como el “siervo de Jehová.” En el capítulo anterior de Isaías (42:18-25) Jehová había llamado atención a esto y a sus penosas consecuencias, diciéndoles:

      23 “Oigan ustedes, sordos; y miren adelante para ver ustedes, ciegos. ¿Quién es ciego, sino mi siervo, y quién es sordo como mi mensajero a quien yo envío? ¿Quién es ciego como el recompensado, o ciego como el siervo de Jehová? Era caso de ver muchas cosas, pero no seguiste vigilando. Era caso de abrir los oídos, pero no seguiste escuchando. Jehová mismo por causa de su justicia ha tenido deleite en magnificar la ley y hacerla majestuosa. Pero es un pueblo robado y saqueado, todos ellos entrampados en los hoyos, y en las casas de detención se les ha mantenido escondidos. Han venido a ser para saqueo sin libertador, para botín sin nadie que diga: ‘¡Devuelve!’ ¿Quién de entre ustedes dará oído a esto? ¿Quién prestará atención y escuchará para tiempos más tardíos? ¿Quién ha entregado a Jacob para mero botín, y a Israel a los saqueadores? ¿No es Jehová, contra Quien hemos pecado, en cuyos caminos no quisieron andar y a cuya ley no escucharon? Por lo tanto [Jehová] siguió derramando sobre [Jacob] furor, su ira, y la fortaleza de la guerra. Y esto siguió consumiéndolo [a Jacob] todo en derredor, pero él no hizo caso; y siguió ardiendo contra él, pero él no ponía nada en su corazón.”

      SE LLAMA A LOS TESTIGOS

      24. (a) ¿Cómo pudieran algunos considerar el que se robara o saqueara al pueblo de Jehová? (b) ¿Qué, entonces, era necesario?

      24 Por permitir que a su pueblo se le robara y saqueara por no ver ni oír ni obedecer a su Dios, Jehová dejó que pareciera que su Dios no era en realidad ningún Dios, o que era un Dios débil y que por lo tanto los dioses de sus perseguidores, robadores y saqueadores eran más fuertes que Jehová. Ahora había llegado el tiempo para cambiar la mala impresión que se había permitido que se desarrollara. Ahora había llegado el tiempo para que la disputa en cuanto al Dios verdadero se resolviera y se silenciara a todo dios falso. ¡Que se celebre un juicio legal! ¡Llamen testigos, y que todo el universo asista a la audiencia, particularmente todas las naciones de la Tierra! Más bien que pedir una unificación de todos los dioses y una combinación de su adoración en una religión ampliamente abarcadora, Jehová desafía a todos los que son adorados como dioses por las naciones a que prueben que son dioses.

      25, 26. ¿Qué hizo entonces Jehová para su pueblo, y cómo habló de esto proféticamente?

      25 Para que su pueblo dedicado pueda servir como sus representantes en este tribunal universal, Jehová abre los ojos y oídos de ellos de manera espiritual haciendo que salgan de su cautiverio en la organización religiosa babilónica en el año 1919, en cuyo año celebraron la histórica primera asamblea general de los estudiantes cristianos internacionales de la Biblia después de la I Guerra Mundial. Teniendo ahora sus propios representantes libres, Jehová Dios llama a todas las naciones de la Tierra para que aparezcan ante el tribunal. Su pueblo, que una vez era ciego y sordo, tiene que hacer frente a todas las naciones mundanas en la controversia sobre quién es el Dios verdadero.

      26 Emitiendo proféticamente la orden para la convocación de este tribunal en este siglo veinte, Jehová pasó a decir por medio de su profeta Isaías de hace dos mil setecientos años: “Saca a un pueblo ciego aunque los ojos mismos existen, y a los sordos aunque tienen oídos. Que todas las naciones se junten en un solo lugar, y que los grupos nacionales se reúnan. ¿Quién hay entre ellos que pueda decir esto? ¿O pueden ellos hacer que oigamos siquiera las cosas primeras? Que suministren sus testigos, para que sean declarados justos, o que oigan y digan: ‘¡Es la verdad!’”—Isa. 43:8, 9.

  • Parte dos
    La Atalaya 1964 | 15 de julio
    • Parte dos

      1. ¿A quiénes se dirigen las palabras desafiadoras de Jehová?

      ¿A QUIÉNES se refiere Jehová cuando dice concerniente a todas las naciones y grupos nacionales: “¿Quién hay entre ellos que pueda decir esto? ¿O pueden ellos hacer que oigamos siquiera las cosas primeras? Que suministren sus testigos, para que sean declarados justos”? Con estas palabras desafiantes Jehová se refiere a los dioses de todas aquellas naciones y grupos nacionales. Es a estos dioses a quienes se exige que produzcan testigos que por medio de su testimonio puedan probar que sus dioses son dioses de profecía y que son dioses justos, los dioses a quienes correctamente se deba adorar, dioses que puedan vindicarse de la acusación de ser dioses falsos. Que tales dioses defiendan su causa contra Jehová en el tribunal.

      2. Aunque ha habido suficiencia de tiempo para que se prueben verdaderas las palabras de Jehová, ¿qué preguntas concisas se hacen en cuanto a todos los otros dioses, incluyendo al dios trinitario de la cristiandad?

      2 La Palabra escrita de Jehová, la Santa Biblia, fue completada a fines del primer siglo de nuestra era común. Durante los más de dieciocho siglos que han transcurrido desde entonces ha habido mucho tiempo para que las profecías de Jehová escritas en su Palabra en su nombre se hayan cumplido. Pero, ¿qué hay acerca de los dioses de todas las naciones mundanas, incluyendo el dios trinitario de la cristiandad? ¿Había o hay de entre las naciones de este mundo algún dios que “pueda decir esto,” o sea, decir lo que Jehová ha dicho en su Palabra escrita? ¿O pueden estos dioses de las naciones “hacer que oigamos siquiera las cosas primeras,” es decir, cosas por adelantado? ¿Hicieron estos dioses en el pasado predicciones que más tarde se cumplieran? ¿Hicieron estos dioses predicciones concernientes al tiempo actual de perplejidad? ¿Prueban los sucesos y condiciones del mundo desde el año 1914 d. de J.C. que estos dioses hablaron la verdad y que son dioses verídicos de profecía que tengan el poder de hacer que sus profecías se cumplan?

      3. ¿Qué se exige que estos dioses hagan?

      3 Que estos dioses produzcan sus testigos de entre todas las muchas naciones cuya población total hoy día sobrepasa los tres mil millones. Sin duda que entre tanta gente los dioses deberían encontrar los requeridos dos o tres testigos que probaran que son dioses verdaderos. ¡Que oigan estos testigos lo que sus dioses dicen en sus libros religiosos sagrados a fin de que tales testigos señalen y digan con respecto a la profecía de sus dioses: ‘“¡Es la verdad!” ¡Nuestros dioses se han probado verdaderos!’

      4, 5. (a) ¿Cuántos de los dioses de las naciones pueden producir testigos para sostener que ellos son dioses? (b) ¿Qué dice Jehová ahora?

      4 Pero, en medio de la aflicción mundial, ¿dónde tienen esos dioses testigos que estén testificando así: “¡Es la verdad!” concerniente a sus dioses? ¿Quién de esos dioses ha predicho con cualquier tiempo de anticipación esta angustia actual de naciones con perplejidad y entonces ha provisto una explicación de ella y ha predicho en qué resultará? ¡Ninguno de esos dioses puede producir el número requerido de testigos para ello! A ninguno de esos dioses se les puede declarar justo por pruebas presentadas por testigos en la Tierra. Pero hay un Dios que ha hecho estas cosas por las cuales probar que es Dios. Ahora se dirige a sus representantes en el tribunal:

      5 “‘Ustedes son mis testigos,’ es la declaración de Jehová, ‘aun mi siervo a quien he escogido, para que conozcan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no hubo Dios alguno formado, y después de mí continuó sin que hubiese alguno. Yo—yo soy Jehová, y además de mí no hay salvador. Yo mismo lo he enunciado y he salvado y he hecho que sea oído, cuando no había dios extraño entre ustedes. De modo que ustedes son mis testigos,’ es la declaración de Jehová, ‘y yo soy Dios.’”—Isa. 43:10-12.

      6. ¿Quiénes son estos que sirven al Dios verdadero como sus testigos, y cómo se les hace testigos?

      6 El simple sentido común tiene que reconocer con toda honradez que las personas que sirven así en este juicio de tribunal espiritual son los testigos de Jehová. Una persona no prueba que es testigo de Jehová por solo adoptar el nombre y anunciarse como tal. Allá en el año 1931 cristianos estudiantes de la Biblia dedicados, habiéndose reunido en asamblea internacional en Columbus, Ohío, abrazaron ese nombre por una resolución formal, después de lo cual congregaciones cristianas alrededor de la Tierra adoptaron la misma resolución a fin de que se les identificara públicamente por tal designación. Hoy hay más de 22,761 congregaciones en 194 países que se conocen como de testigos de Jehová. El adoptar la resolución concerniente al nombre no los hizo en sí mismo sus testigos. Es Jehová mismo quien hace sus propios testigos y ellos tienen que satisfacer Sus requisitos antes que El los escoja.

      7. ¿Cómo se da prueba de que uno es testigo del Dios verdadero?

      7 Los testigos tienen que estar completamente dedicados a Jehová Dios por medio de Jesucristo como el Mediador del nuevo pacto, para que puedan ser miembros del Israel espiritual. Esto los pone bajo la obligación de ser testigos de Jehová, porque el nombre de Él se llama sobre ellos y ellos llevan su nombre. Sin embargo, deben probar que realmente son tales dando testimonio de su nombre, de este modo demostrando su fe por medio de sus obras. ¿Demostraron esto personas algunas de nuestro día antes del año 193l?

      8, 9. (a) ¿Qué pueden hacer los que tengan duda en cuanto a esto? (b) ¿Por qué es falsa la acusación de que los testigos de Jehová han interpretado arbitrariamente Isaías 43:10 y se lo han aplicado a sí mismos?

      8 Que cualquier persona que esté en duda examine la historia de los testigos de Jehová desde el año 1919, y particularmente desde 1926, hasta el 26 de julio de 1931, cuando se adoptó esta designación, y hallará que estos cristianos dedicados y bautizados satisficieron los requisitos de Jehová para ser Sus testigos. En un libro intitulado “Religion in the Soviet Union,” el bien conocido periodista y escritor sobre asuntos políticos Gualterio Kolarz, en las páginas 338 a 344, habla acerca de la campaña de la Rusia comunista para destruir a los testigos de Jehová, pero empieza diciendo:

      El nombre ‘Testigos de Jehová’ ha estado en uso desde 1931. Los miembros de la secta señalan como origen de éste a varios pasajes de la Biblia interpretados arbitrariamente, especialmente Isaías (43.10) ‘Vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y mi siervo a quien yo he escogido. . . .’ Esto se cambia a ‘Vosotros sois mis testigos, dice Jehová.’ Jesús mismo fue el ‘Principal Testigo de Jehová’. Hasta 1931 a los miembros de la secta se les conocía por varios otros nombres tales como ‘Estudiantes de la Biblia’ o ‘Russelistas’ . . .

      9 Sin embargo, en este respecto los testigos de Jehová no son culpables de lo que Kolarz llama “varios pasajes de la Biblia interpretados arbitrariamente,” y ellos no cambiaron la expresión “el Señor” al nombre “Jehová.” Meramente usaron traducciones modernas tales como la Versión Americana Normal, la Traducción Literal de la Santa Biblia por Roberto Young, etc., en lugar de la anticuada Versión Autorizada o del Rey Jaime de la Biblia publicada en 1611, o más de 300 años atrás. Tales traducciones modernas no traducen erróneamente el nombre de Dios.

      TESTIGOS PARA EL MESÍAS

      10. ¿Para quién más han de actuar de testigos los cristianos genuinos?

      10 Es verdad que los cristianos genuinos, como lo que son los testigos de Jehová de hoy día, tienen que ser testigos de Jesucristo. Poco antes de ascender al cielo Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han de ser testigos de estas cosas” (Luc. 24:48), y, “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) Y en el último libro de la Biblia se habla de los cristianos verdaderos como “los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.” (Rev. 12:17; 1:9; 19:10; 20:4) Por lo tanto, aun desde 1931, los testigos de Jehová han continuado dando testimonio de Jesús, y lo hacen porque “observan los mandamientos de Dios.”

      11, 12. (a) ¿Por qué tienen los testigos de Jehová que testificar a favor tanto de Jehová como de Jesús? (b) ¿Con qué se ungió a Jesús, y quién lo ungió?

      11 No obstante, en el último libro de la Biblia, el apóstol Juan, el escritor, dice concerniente a sí mismo como cristiano: “Juan, que dio testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo.” (Rev. 1:1, 2, Versión Americana Normal) El verdadero cristiano tiene que dar testimonio tanto de Dios como de su Cristo o Mesías. Que nadie olvide u oculte el hecho de que el título Cristo o Mesías significa “Ungido.” Para que haya un Ungido tiene que existir un Ungidor o uno que unja. De modo que para dar testimonio completo concerniente a Jesucristo, también tenemos que dar testimonio del que ungió a Jesús y lo hizo el Cristo o Mesías. Tenemos que dar testimonio tanto del Ungidor como del Ungido. Pues entonces, ¿quién ungió a Jesús, y con qué—con aceite, o con qué cosa? Jesús mismo nos dice quién lo ungió. Cuando en la sinagoga judía, le fue entregado el libro de Isaías, lo abrió en el capítulo sesenta y uno, versículos uno y dos, y los leyó en hebreo, como sigue:

      12 “El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí; porque Jehová me ha ungido para predicar albricias a los mansos; me ha enviado . . . ; para proclamar el año del favor de Jehová.” (Isa. 61:1, 2, AN) Después de leer estas palabras en el texto hebreo, en el cual aparece el nombre hebreo de Dios (יהוה), empezó su sermón a los judíos, diciendo: “Hoy se cumple este texto en sus oídos.” (Luc. 4:16-21, AN) Así, Jesús dijo públicamente que el Señor Jehová lo había ungido con espíritu santo. Estando en la Tierra Jesús no se ungió a sí mismo con espíritu santo desde el cielo. Tres años y medio más tarde bautizó a sus discípulos con espíritu santo desde el cielo, pero Jesús no se bautizó a sí mismo con espíritu. El Señor Jehová hizo eso; y Jesús dijo que el Señor Jehová fue Quien lo envió a predicar y “proclamar el año del favor de Jehová.” De modo que Jesús y Jehová no son el mismo individuo. Jehová es el Enviador; Jesús es el Enviado. Jehová es el Ungidor; Jesús es el Ungido o Mesías.

      13. ¿De quién fue testigo Jesús, y qué prueba dio de esto?

      13 Jesús estaba siempre dando testimonio de su Ungidor, quien es el Señor Jehová. Jesús nació bajo la obligación de ser testigo de Jehová, porque, por la virgen judía María, nació entre la misma nación a quien Dios por su profeta Isaías dijo: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo a quien he escogido.” (Isa. 43:10, AN) Con su vida en juicio ante el gobernador romano Poncio Pilato, Jesús dijo: “Con este fin he nacido, y con este fin he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad.” (Juan 18:37, AN) ¿Dar testimonio de la verdad de quién? En su última oración con sus apóstoles Jesús dijo a Dios que estaba en el cielo: “Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17, AN) Era la verdad del Señor Jehová.

      14. ¿Qué dijo Juan en cuanto a Jesús como testigo?

      14 Había toda razón para que el apóstol Juan, en el último libro de la Biblia, llamara a Jesucristo “el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, y el gobernante de los reyes de la tierra. . . . y nos ha constituido un reino, para ser sacerdotes para su Dios y Padre.” (Rev. 1:5, 6, AN) Y el apóstol Juan citó a Jesús indicando que éste le dijo: “Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.”—Rev. 3:14, AN; VA.

      15. ¿Qué otra evidencia tenemos que muestre que Jesús estaba obligado a ser testigo de Jehová?

      15 ¿De quién fue Jesucristo “el testigo fiel y verdadero”? Debido a su nacimiento entre la nación a la cual se dirigieron las palabras de Isaías 43:10-12, Jesucristo estaba obligado a ser testigo de Jehová. Él vivió en conformidad con esta obligación, porque el entero registro escrito en cuanto a lo que él dijo y en cuanto a todas las escrituras hebreas que él citó prueba que fue testigo de Jehová. Si a Jesucristo se le dirigiera hoy la pregunta: ¿De qué Dios es testigo usted? él contestaría: ¡De Jehová! Él fue y aún es en el cielo el “testigo fiel y verdadero” de “su Dios y Padre.”—Rev. 1:5, 6, AN.

      16. ¿A quiénes más además de los cristianos judíos se dirigen las palabras de Isaías 43:10-12?

      16 En este respecto todos sus discípulos tienen que imitarle, sean judíos naturales o sean gentiles. (1 Cor. 11:1) Tanto los cristianos gentiles como los cristianos judíos tienen que ser testigos de Jehová, porque en la conferencia de los apóstoles y ancianos en Jerusalén fue a los cristianos gentiles que el discípulo Santiago aplicó la profecía de Amós 9:11, 12 y dijo: “Simeón ha relatado cómo por primera vez Dios visitó a los gentiles, para tomar de entre ellos un pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas; como está escrito.” (Hech. 15:14, 15, AN) Por lo tanto, se llama el nombre de Dios Jehová tanto sobre los cristianos gentiles como sobre los cristianos que son judíos naturales, y por esta razón Isaías 43:10-12 se dirige tanto a cristianos gentiles que pertenecen al Israel espiritual como a judíos convertidos al discipulado de Jesucristo.

      17. Si la cristiandad viviera de acuerdo con su alegación, ¿qué serían todas las personas que la componen?

      17 Esto no es señalar como origen de la designación testigos de Jehová “a varios pasajes de la Biblia interpretados arbitrariamente,” como dice Kolarz. El espíritu de Dios por medio del discípulo Santiago muestra que tiene que haber personas que sean testigos de Jehová y también muestra quiénes son. Si la cristiandad estuviera viviendo de acuerdo con su alegación de ser cristiana, entonces cada individuo de la cristiandad que afirma ser cristiano sería un testigo de Jehová. No se puede evadir ese hecho.

      NINGÚN DIOS FORMADO ANTES O DESPUÉS

      18. ¿Cómo alegan los clérigos de la cristiandad que ellos son testigos de Jehová, y qué interpretación le dan a Isaías 43:10?

      18 Los clérigos de la cristiandad no pueden defenderse diciendo que ellos son testigos de Jehová por ser testigos de Jesús porque, como ellos dicen, Jehová es el nombre para Jesús en el Antiguo Testamento y así Jesús es Jehová y ellos (los clérigos) solamente usan Jesús en lugar del nombre Jehová. Ellos señalan a Isaías 43:10 en que Jehová no solo dice “Vosotros sois mis testigos” sino también estas palabras (según la Versión del Rey Jaime): “Antes de mí no fue formado dios alguno,a ni lo será después de mí.” Y también el versículo 11, que dice (en la misma Versión del Rey Jaime): “Yo, aun yo, soy el SEÑOR; y fuera de mí no hay salvador.” El clero afirma que esto prueba que Jehová y Jesús son el mismo Dios, porque aquí el Señor Jehová dice: “Fuera de mí no hay salvador,” y el Nuevo Testamento dice que Jesús es nuestro Salvador.

      19. ¿Qué pasan por alto los clérigos de la cristiandad con esta interpretación?

      19 Arguyendo de este modo estos clérigos no señalan a la profecía posterior de Abdías, versículo 21 (VA; AN; NR), que dice: “Y salvadores subirán al monte de Sion para juzgar el monte de Esaú; y del SEÑOR será el reino.” Por favor, nótese aquí que hay otros salvadores además del Señor Jehová. Estos clérigos tampoco señalan a los siguientes textos que hablan de otros salvadores: “Y el SEÑOR dio a Israel un salvador, de modo que ellos salieron de bajo la mano de los sirios.” (2 Rey. 13:5, VA) “Debido a tus muchas misericordias les diste salvadores, que les salvaron de la mano de sus enemigos.” (Neh. 9:27, VA) “Y será para señal y para testimonio al SEÑOR de las huestes . . . y él les enviará un salvador, y uno grande, y él los librará.” (Isa. 19:20, VA) De modo que Jehová puede levantar a otros para que actúen como salvadores.

      20. Explique cómo Jesús es un salvador para la humanidad.

      20 En armonía con este hecho las Santas Escrituras testifican que Jesucristo fue solamente un agente de Jehová Dios para la salvación de la humanidad. En Hechos 5:30-32 (VA) los apóstoles cristianos dijeron al Sanedrín judío: “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis y colgasteis en un árbol. A éste Dios lo ha ensalzado con su diestra para ser Príncipe y Salvador, a fin de dar arrepentimiento a Israel y perdón de pecados. Y nosotros somos sus testigos de estas cosas.” En Hechos 13:23 (VA) el apóstol Pablo dice: “De la simiente de este hombre [David] Dios, de acuerdo con su promesa, ha levantado a Israel un Salvador, Jesús.” En 1 de Juan 4:14 (AN) el apóstol escribe: “Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre ha enviado a su Hijo para ser el Salvador del mundo.” El argüir que Jesucristo es absolutamente el único Salvador sería, ante todos estos textos bíblicos, negar que Dios, el Padre de Jesucristo, es un Salvador. Pero Dios el Padre es la única Fuente de salvación por el hecho de que envió a su Hijo unigénito a esta Tierra para ser el hombre Jesucristo y morir como sacrificio rescatador; y Dios el Padre levantó a su Hijo de entre los muertos y por lo tanto también salvó a su propio Hijo.—Heb. 5:5-8.

      21, 22. ¿Qué argumento usa entonces el clero al explicar Isaías 43:10, y al hacer eso qué sucede?

      21 No obstante, no satisfechos enteramente con lo susodicho, los clérigos de la cristiandad señalan a Isaías 43:10, donde Jehová, dirigiéndose a sus testigos, dice: “Antes de mí no fue formado Dios [El] alguno, ni lo será después de mí.” (VA) Entonces señalan a Isaías 9:6 (VA), que llama a Jesucristo “El poderoso Dios [El] , El Padre eterno, El Príncipe de Paz,” y dicen que, ya que no fue formado Dios alguno antes de Jehová y no habría de formarse ningún Dios después de Jehová, esto prueba que Jehová y Jesús son idénticamente el mismo Dios y que Jehová es Jesús. Dicen que esto también prueba que la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras está equivocada al traducir Juan 1:1 como sigue: “En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios,” es decir, un dios además de Jehová.

      22 Al usar tal argumento los clérigos trinitarios sacan las palabras de Jehová en Isaías 43:10 fuera de su contexto y muestran que no entienden de qué hablaba Jehová por medio de su profeta.

      23, 24. ¿Precisamente qué le dice Jehová a Israel en este capítulo 43 de Isaías, y cómo debemos entender los versículos diez y once?

      23 En el primer versículo del capítulo cuarenta y tres Jehová le dice al pueblo de Isaías que Él es el Creador de la nación de Jacob, que Él es el Formador de la nación de Israel. Jehová creó y formó aquella nación. La nación de Israel no creó y formó a Jehová como su Dios. Las otras naciones, las naciones gentiles, habían creado a sus dioses y habían formado imágenes que representaran a sus dioses, pero éste no era el caso con la nación de Israel y su Dios Jehová. Debido a este hecho vital Jehová desafía a los muchos dioses de las naciones y les dice a tales dioses que produzcan a sus testigos para testificar con prueba de que ellos realmente son dioses que saben de antemano el futuro y que predicen el futuro. Pero la nación de Israel podría presentar muchos hechos históricos reales acerca de su Dios en prueba de que es un Dios vivo y real, aunque no permite que se hagan imágenes materiales que como ídolos le representen. Por esto Jehová Dios dice a los israelitas que ellos son sus testigos y son el siervo que él ha escogido. ¿Por qué?

      24 Jehová lo explica, diciendo: “Para que conozcan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no hubo Dios alguno formado, y después de mí continuó sin que hubiese alguno. Yo—yo soy Jehová, y además de mí no hay salvador.” (Isa. 43:10, 11, Traducción del Nuevo Mundo) Jehová el Dios de su pueblo escogido no es semejante a los dioses creados y formados de las naciones gentiles. En Isaías 43:10 Jehová no dijo: ‘No he formado a ningún dios antes de mí, y no he formado a ningún Dios después de mí.’ No; él dijo: “Antes de mí no hubo Dios alguno formado,” es decir, por otros. De modo que está hablando acerca de otras personas que forman sus dioses.

      25-27. ¿Qué dice Jehová ahora en cuanto a que sean dioses los dioses de metal, piedra y madera?

      25 El hecho de que Jehová aquí está hablando acerca de que las naciones no judías creaban a sus propios dioses y formaban imágenes o ídolos metálicos, de piedra o madera de ellos es muy evidente por el contexto de antes y después de Isaías 43:10. Después de decir en el resto del capítulo cuarenta y tres que él libraría a su pueblo de Babilonia, a donde serán desterrados por haber pecado y transgredido contra él, Jehová sigue diciendo en el capítulo siguiente:

      26 “Y ahora escucha, oh Jacob mi siervo, y tú, oh Israel, a quien he escogido. Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Hacedor y tu Formador, quien siguió ayudándote aun desde el vientre [donde fuiste hecho y formado]: ‘ . . . No estén en pavor, y no se atolondren. ¿No les he hecho escuchar individualmente y se lo he declarado desde aquel tiempo? Y ustedes son mis testigos. ¿Existe Dios además de mí? No, no hay Roca alguna. No he reconocido a ninguno.’

      27 “Los que forman la imagen esculpida son todos ellos una irrealidad, y sus preciadas mismas no serán de ningún beneficio; y como sus testigos no ven nada ni saben nada, a fin de que se avergüencen. ¿Quién ha formado un dios o fundido una mera imagen esculpida? De ningún provecho en absoluto ha sido. ¡Miren! Todos sus compañeros se avergonzarán, y los artífices son de los hombres terrestres. . . . En cuanto al tallador de hierro con el hocino, él ha estado ocupado en ello con las ascuas; y con los martillos procede a formarlo, y sigue ocupado en ello con su poderoso brazo. También, le ha dado hambre, y por lo tanto llega a estar sin poder. No ha bebido agua; por lo tanto [el formador de un dios metálico] se cansa.” ¿Cómo puede, entonces, el que trabaja en metal, quien siente sed y se cansa y quien siente hambre y pierde el poder, formar con metal un dios que no se canse ni pierda el poder?

      28. ¿Cómo muestra él la insensatez absoluta del que adora dioses de madera?

      28 Entonces Jehová por medio de su profeta Isaías sigue hablando acerca del tallador en madera que forma un dios de madera. Con este propósito selecciona un buen árbol para obtener la madera. “También trabaja en un dios al cual inclinarse. Lo ha hecho una imagen esculpida, y se postra a él. . . . y le ora y dice: ‘Líbrame, porque tú eres mi Dios.’” Pero el resto de la madera de este mismo árbol no llega a ser un dios, sino que el artífice la hace arder para calentarse o para cocer pan o carne. El artífice en madera nunca se detiene a razonar y decir: “La mitad de él [el árbol] la he quemado en el fuego, y sobre sus brasas también he cocido pan; aso carne y como. ¿Pero del resto de él haré una mera cosa detestable [un ídolo]?” ¿Cómo podría ser un dios tal ídolo hecho de madera al cual el entallador en madera puede quemar en el fuego?—Isa. 44:1-20.

      29, 30. ¿Qué invitación da entonces Jehová a sus testigos, y qué dice entonces para dar prueba añadida de que es un Dios de profecía?

      29 Después de este sencillo razonar, Jehová Dios se dirige a su pueblo escogido y dice: “Recuerda estas cosas, oh Jacob, y tú, oh Israel, porque tú eres mi siervo. Te he formado [no tú a mí]. Tú eres un siervo que me pertenece. Oh Israel, no serás olvidado de parte mía. Limpiaré tus transgresiones como con una nube, y tus pecados exactamente como con una masa de nube [de modo que no pueda verlos desde el cielo]. Vuélvete a mí, sí, porque te recompraré.”—Isa. 44:21, 22.

      30 Después de eso Jehová Dios el Recomprador predice, con más de ciento noventa años de anticipación, el mismísimo nombre del que derribaría la poderosa potencia mundial de Babilonia y libertaría a su pueblo para que regresara a su tierra y reedificara a Jerusalén y el templo. Jehová mencionó por nombre a Ciro, el conquistador persa que la historia seglar dice derribó a Babilonia en 539 a. de J.C. y después libertó a los cautivos judíos. Así recompró Jehová a su pueblo. (Isa. 44:23-28) ¿No es ése uno de los muchos hechos que prueban que Jehová es Dios, el Dios de la profecía verdadera? ¡Ciertamente que sí!

      31. (a) Resuma ahora la manera correcta de entender Isaías 43:10. (b) ¿Qué declaró Jehová que él haría, no obstante, a favor de su Hijo unigénito?

      31 Por lo tanto, volviendo a Isaías 43:10, las naciones gentiles de la Tierra no existieron antes de Jehová, y por lo tanto no fue formado ningún dios por las naciones idólatras antes de Jehová, el cual es sin principio. (Sal. 90:2) También es cierto que, en todas las naciones que llegaron a existir después del diluvio del día de Noé hace cuatro mil trescientos años, ningún dios vivo y real capaz de profetizar en verdad ha sido formado por las naciones. Por esto, después de Jehová, ha continuado sin haber Dios alguno como El. Pero de acuerdo con su misma profecía en Isaías 9:6, en el siglo octavo antes de Cristo, él declaró su propósito de hacer a su Hijo unigénito “Maravilloso, Consejero, El poderoso Dios, El Padre eterno, El Príncipe de Paz.” (VA) Jehová no cumplió su profecía en los días de Isaías o en el año en que dijo las palabras de Isaías 43:10, 11. Entonces, ¿cuándo cumplió Jehová la profecía de Isaías 9:6, 7? Esto es lo que Jehová Dios hizo con su Hijo en el primer siglo de nuestra era común, el cual Hijo de Dios llegó a ser Jesucristo.

      32. ¿A qué conclusión llegamos entonces en cuanto a Jehová Dios?

      32 ¿Hay, entonces, algún Dios semejante a Jehová, el Padre del Señor Jesucristo? No, podemos dar testimonio de que no hay ninguno. Hasta el día presente sigue siendo cierto que, como el Dios Todopoderoso de profecía verdadera, él es el Primero y el Ultimo, y ninguna criatura en el cielo o en la Tierra puede formar algún dios como él; ninguna criatura ni siquiera puede constituirse un dios comparable a Jehová. Como está escrito en Isaías 44:6, 7: “Esto es lo que ha dicho Jehová, el Rey de Israel y el Recomprador de él, Jehová de los ejércitos : ‘Yo soy el primero y yo soy el último, fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién hay como yo? Que clame, para que lo diga y me lo presente a mí. Desde que asigné al pueblo de hace mucho tiempo, que digan de parte suya tanto las cosas venideras como las que entrarán.’”

      33. (a) ¿Ha habido algún Dios que pudiera encararse al desafío de Jehová en cuanto a probar quién es Dios? (b) Por lo tanto, ¿qué debe resolverse a ser cada uno de nosotros?

      33 Hasta el día actual ningún dios de las naciones mundanas ha contestado a ese desafío divino. Ni siquiera uno de sus dioses ha producido testigos y les ha dado evidencia en prueba de ser dios. Pero, por el contrario, Jehová el Desafiador ha dado a sus representantes evidencia en prueba de ser Dios. En su Santa Biblia, y en los hechos históricos registrados está delante de nosotros la evidencia acerca de que Jehová es Dios. Si usted no es ateo o agnóstico, pero si usted sigue alguna religión dentro o fuera de la cristiandad, a usted se le hace la pregunta: ¿De qué Dios es testigo usted? Sin importar cómo conteste el resto del mundo, nosotros como seguidores e imitadores del Señor Jesucristo, contestamos: ¡Nosotros somos los testigos cristianos de Jehová!

      [Nota]

      a En la Biblia Versión del Rey Jaime con referencias marginales se da otro modo de leer para “no fue formado Dios alguno,” a saber: “nada formado de Dios.”

      [Ilustración de la página 437]

      Con parte de la madera hace un dios para adorarlo y con otra parte cocina su alimento

  • Predicando con denuedo la Palabra de Dios
    La Atalaya 1964 | 15 de julio
    • Predicando con denuedo la Palabra de Dios

      EN FRANCIA

      ◆ ¡Ciertamente el libro Paraíso es un instrumento maravilloso! Una señora católica que era catequista aceptó este libro de una hermana que era precursora especial. La hermana usó este libro para contestar las preguntas de esta señora en cuanto a la religión católica. Esta señora ahora comprendió su responsabilidad y empezó a usar el libro Paraíso como su principal libro de texto como catequista. Pero al fin descontinuó sus actividades militantes católicas. Poco después dejó de asistir a la iglesia y en vez de esta asistencia a la iglesia aceptó un estudio de la Biblia con toda su familia, siete personas en total. Seis meses después esta señora se bautizó, y su proceder fue seguido tres meses después por su esposo y su hijo. Por su celo, habló a su hermana, que no esperó mucho en hacer que su hija no volviera adonde el catequista. La entrevista que hizo que se produjera entre el sacerdote y la testigo de Jehová le abrió los ojos a la verdad claramente, y pronto ella también se bautizó, así como su esposo y sus tres hijas. ¡Así, el grupito de publicadores de la precursora especial logró rápidamente diez publicadores nuevos!

      EN SINGAPUR

      ◆ Una hermana relata esta experiencia: “Mi esposo y yo éramos presbiterianos bautizados y éramos trabajadores activos en la iglesia. Debido a disensión, dejamos de ir a la iglesia, entrando, por decirlo así, en un vacío espiritual. Fue entonces que un testigo de Jehová me visitó e inmediatamente empezamos a estudiar la Biblia con ellos. Recordando que mi esposo había quemado algunos libros de la Sociedad en 1941, no me sorprendí cuando rehusó escuchar el mensaje y me prohibió salir a testificar. Especialmente me prohibió enseñar esta doctrina a los niños. Insistió en que fueran a la escuela dominical. Fue entonces que comprendí el consejo de Pedro en 1 Pedro 3:1, 4: ‘Estén en sujeción . . . a fin de que . . . sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas.’ Dejé que los niños fueran a la escuela dominical, pero les enseñé la verdad en casa. Todos los domingos el padre los llevaba al cine. Se llevó la primera sacudida un domingo cuando los niños rehusaron ir al cine, diciendo que el estudio de La Atalaya era más importante. Pronto iba a recibir otra sacudida. Me hice activa en el ministerio, sujetándome a la voluntad de Jehová. Pospuse el bautismo, con la esperanza de que mi esposo y mis hijos me acompañaran en ello. Finalmente los hijos empezaron a seguirme en el servicio del campo, y decidí simbolizar mi dedicación por bautismo en agua. Para este tiempo mi esposo empezó a darse cuenta de que esta religión tenía que ser significativa de algún modo, cuando dos de nuestros hijos también se bautizaron. Ahora me llegó a mí el turno de recibir una sacudida, pues él pidió que alguien estudiara con él. Ahora nuestra copa de bendición está rebosante porque él se bautizó.’”

      EN MAURICIO

      ◆ Un precursor especial informa que un joven católico con quien él estudia ahora había pedido antes una Biblia católica de Francia. Deseando servir a Dios, preguntó al sacerdote si él también podía ser ministro. La contestación fue que él no tenía suficiente educación. Este joven ahora está lleno de regocijo al saber, como ha aprendido de su propia Biblia católica, que puede ser ministro, porque asiste con regularidad a las reuniones y ahora ayuda a presentar sermones de casa en casa leyendo los textos bíblicos. Todos los que desean servir a Dios pueden ser ministros, como muestra Pablo en 1 Corintios 1:26, 27.

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