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  • Protejan la nueva generación
    La Atalaya 1964 | 1 de enero
    • consejo autoritativo de Jehová, ponga la mente de Jehová en los hijos, no solo cuando son infantes o jovencitos sino continuamente, progresivamente.

      13. ¿Cómo pueden los padres dar a los hijos la mente de Dios a una edad temprana, y cuál ejemplo muestra que puede hacerse esto?

      13 Para dar a los hijos la mente de Dios es necesario que los padres les enseñen lo mandamientos de Dios, usando lenguaje e ilustraciones apropiadas para su edad. Simplifique las palabras de Dios en forma digerible para que aun los niños muy jóvenes puedan entenderlas. ¿No puso Eunice la mente de Dios en Timoteo “desde la infancia”? Esto puede hacerse. Se requiere paciencia, bastante tiempo y la necesidad de aclarar los principios divinos a la mente pueril. Pero, como en el caso de Timoteo, ¡cuán grandes los beneficios!—2 Tim. 3:15.

      14, 15. (a) ¿Qué deben aclarar los padres a sus hijos? (b) Expliquen cómo los padres podrían poner la mente de Dios en sus hijos concerniente a tales asuntos como robar y mentir.

      14 Los padres realmente están poniendo la mente de Dios en los hijos cuando aclaran completamente el que ellos tienen que sostener y sostendrán la supremacía de la ley de Jehová. Por ejemplo, al enseñar a los hijos a que no roben, expliquen por qué—que hay mucho más que el simple deseo de los padres envuelto en el asunto. Expliquen a los hijos que esto no solo es la mente de ustedes sobre un asunto sino que es la mente de Dios y que a los ojos de Dios ustedes son responsables de poner en vigor la ley divina. De modo que después de explicar lo que es robar, tomen la Biblia, ábranla en sus versículos apropiados y lean al niño lo que es la mente de Dios: “No debes robar” es lo que Dios manda. Pero vayan más allá de Éxodo 20:15 y lean otros versículos, como Efesios 4:28: “Que el que hurta ya no hurte más.” Al hacer esto el niño sabe que es un asunto serio, que la voluntad de Dios es de principal importancia y que sus padres siempre apoyarán los mandamientos de Dios.

      15 Progresivamente protejan a la nueva generación con la mente de Dios. Después de haber aclarado un punto, prosigan a otro. Por ejemplo, expliquen al niño lo que es mentir, quién fue el primer mentiroso, por qué la falsedad desagrada a Dios y cuál será el destino de los mentirosos. Siéntense otra vez con el niño y abran la Biblia, mostrándole al niño lo que es la mente de Dios. Además de leer textos que expresen que Dios desaprueba el mentir, muestren que Dios mismo pone el ejemplo, leyendo, por ejemplo, los textos: “Todas las sendas de Jehová son bondad amorosa y fidelidad.” “Es imposible que Dios mienta.” (Sal. 25:10; Heb. 6:18) El uso de textos que expresen la voluntad divina sobre asuntos de conducta y que Dios mismo pone el ejemplo, junto con buen ejemplo de los padres en todas estas cosas, dará al niño protección poderosa contra los males del día.

      16. A una edad apropiada, ¿qué deberían saber los jóvenes, y por eso, qué deberían hacer los padres acerca de ello?

      16 A medida que los niños crecen más, llega el tiempo cuando los padres necesitan darles la mente de Dios sobre la apropiada conducta moral entre los sexos. Otra vez, las simples declaraciones de los padres que prohíben lo que es incorrecto no bastan. Den el “consejo autoritativo” de Jehová dirigiéndose a la Biblia y leyendo los textos en cuanto a la conducta casta que Dios requiere de los cristianos. También puede darse el conocimiento de los peligros mundanos. Por ejemplo, a las muchachas adolescentes de padres cristianos se les puede advertir qué es lo que probablemente suceda al crecer ellas en atracción: cómo los muchachos y los hombres mundanos pueden acercarse a ellas, colocando tentaciones delante de ellas. Antes de que sucedan estas tentaciones, los padres necesitan proteger a la nueva generación dándole el consejo autoritativo protector de Jehová.

      AGUZANDO LOS MANDAMIENTOS DE DIOS EN SU MENTE

      17. (a) Además de progreso en el entrenamiento de los hijos, ¿qué más es importante, y por qué? (b) ¿Cómo recalca Moisés su importancia?

      17 Exactamente tan importante como el progresar, para proteger a la nueva generación, es la repetición. Una vez que al niño se le ha instruido con la mente de Dios sobre ciertos principios de conducta, el asunto no ha terminado. Es fácil el que un mandamiento se haga vago, indistinto, oscuro. Cuando una persona se enfrenta a una tentación, necesita tener la palabra de Dios tan agudamente grabada en la mente que pueda resistir la tentación tan rápida y seguramente como José resistió la tentación que la esposa de Potifar le puso en su senda. No había la duda más leve en la mente de José de que si cedía a la tentación, él estaría pecando contra Dios. (Gén. 39:7-12) La repetición para aguzar los mandamientos de Dios en nuestra mente es la idea detrás de las palabras de Moisés en Deuteronomio 6:6, 7: “Estas palabras que te estoy mandando hoy deben resultar estar en tu corazón; y debes inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.”

      18. (a) ¿Por qué mandó así Moisés a los israelitas, y por qué son tan aptas sus palabras hoy día? (b) ¿Cuáles son los beneficios dobles de poner atención a este consejo divino?

      18 Esto de inculcar repetidamente la mente de Jehová en todas las cosas es para protección tanto de los hijos como de los padres. En este mundo en que la iniquidad es tan común, en que las tentaciones de ir por mal camino están casi en todas partes, es más vital que nunca el mantener la Palabra de Dios, los mandamientos de Dios, siempre frescos en nuestra mente. Moisés les advirtió a los israelitas de las condiciones que vendrían cuando se pusiesen en comunicación o trato con las naciones paganas. Sabía que habría una tendencia a apostatar de las leyes de Dios; por eso Moisés los exhortó a la fidelidad y les mandó proteger a la nueva generación por medio de inculcar con regularidad las leyes de Dios en la mente de los jóvenes. De manera semejante sucede con los cristianos hoy día, en este mundo donde es imposible evitar todo tacto con los que no son adoradores verdaderos de Dios, se consigue protección por medio de mantener claros en la mente los mandamientos de Dios. Y cuando los padres inculcan estas leyes divinas en sus hijos ‘y hablan de ellas cuando se sientan en su casa y cuando andan por el camino y cuando se acuestan y cuando se levantan,’ los padres también consiguen beneficios reflejados de todo esto. Los padres han grabado en su propia mente la mente de Dios. La idea, entonces, es poner la mente de Dios en los hijos y continuamente aguzar el que estén conscientes de los mandamientos divinos en su mente mediante repetición, para que no haya error en cuanto a lo que ellos dan a entender.

      19. ¿Qué hecho concerniente a la ley divina debe aclararse en sumo grado a los hijos, y, cuál, por lo tanto, debe ser la conducta tanto de los adultos como de los hijos bajo esas circunstancias?

      19 Aclare, también, que la ley divina aplica de igual manera cuando los niños están lejos de casa como cuando están en casa. Los jóvenes a veces quizás vayan a diferentes lugares o ciudades donde están lejos temporalmente de los ojos de sus padres. Enseñen a los hijos que, aunque tal vez no estén bajo la esfera inmediata de superintendentes humanos, ¡jamás están lejos de los ojos de Jehová Dios! “Los ojos de Jehová están en todo lugar, vigilando a los malos y a los buenos.” (Pro. 15:3) Este texto muestra que nada pasa inadvertido para Jehová Dios. Él tiene los medios para observarlo todo, pequeño o grande. Pero, desemejante a los espías y la policía secreta de las naciones mundanas, Jehová vigila para nuestro bien. Los niños deben saber esto y se les debe enseñar que, cuando están lejos de casa, no están libres para entregarse a prácticas mundanas que jamás harían cuando se hallan bajo los ojos de los padres y de los siervos de la congregación cristiana. Los adultos mismos siempre deben poner un ejemplo excelente para la nueva generación cuando visitan ciudades extrañas y están lejos de su congregación local.

      20. Explique algo del consejo autoritativo de Jehová que debe darse a los hijos. ¿Cuál será el resultado?

      20 Muchos, entonces, son los principios de conducta que se les deben enseñar a los niños desde la infancia. ¡Qué extenso alcance abarca el consejo autoritativo protector de Jehová! Enseñen a los hijos el punto de vista bíblico sobre el dinero para que ni le atribuyan valor excesivo ni lo desestimen. Enséñenles moderación en todos los hábitos. Enséñenles la ley de Dios en cuanto a asociación y cómo la mala asociación sin duda echará a perder sus hábitos buenos. Enséñenles a leer lo que es saludable y edificativo. Enséñenles a resistir a la muchedumbre mundana, a huir de la tontería y la maldad sin importar cuánto ridículo amontonen sobre ellos los jóvenes mundanos. Enséñenles a ‘cesar de amoldarse a este sistema de cosas.’ (Rom. 12:2) Enséñenles responsabilidad por medio de darles responsabilidad. Enséñenles respeto a la propiedad de otros. Enséñenles la santidad de la vida humana. ¡Cuán a menudo hablan los diarios de que algún niño disparó un arma de fuego a otra persona, accidentalmente o de otra manera! Para empezar, ¿por qué deberían los niños estar apuntando con armas, de juguete o reales, a la gente? Enséñenles a los niños a ponerse “las armas de la luz” y a esgrimir la Palabra de Dios, “la espada del espíritu.” Denles una copia personal de la Biblia a una edad temprana. Enséñenles la ley divina en cuanto al matrimonio, que el cristiano está ‘libre para casarse solo en el Señor.’ Expliquen a los niños los resultados aciagos del mofarse de las leyes de Jehová. Todo esto es una responsabilidad tremenda, el poner la mente de Dios en los hijos; pero el resultado es protección para la nueva generación.—Rom. 13:12; Efe. 6:17; 1 Cor. 7:39.

      21. Para evitar la tendencia mundana, ¿qué harán los padres cristianos, resultando en qué bendición para sus hijos?

      21 Aunque la tendencia mundana es que los adultos necesitan protección de la nueva generación, los padres cristianos no permitirán que esta tendencia se desarrolle en su propia casa. Comiencen desde la infancia, como lo hicieron los padres de Moisés. Sigan dando a los hijos el consejo autoritativo de Jehová, asegurándose de que los mandamientos del gran Protector estén implantados en su mente sin que puedan ser desarraigados, por medio de la repetición. Den a las personas jóvenes la mente de Dios a través de los años críticos de la adolescencia cuando se enfrentan a más lazos. Protejan a la nueva generación con interés y amor de todo corazón. Entonces, la nueva generación será usada tanto ahora como en el nuevo mundo para glorificar para siempre a aquél cuyo consejo autoritativo hace posible la protección —¡Jehová Dios!

  • Cada uno rendirá cuenta
    La Atalaya 1964 | 1 de enero
    • Cada uno rendirá cuenta

      “Todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios. De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios.”—Rom. 14:10, 12.

      1, 2. ¿A quién tenemos todos que rendir cuenta? ¿Tocante a qué, y por qué?

      NINGUNA persona puede evitar el rendir cuenta a Dios. El gran Juez, se nos asegura, “hará un ajuste de cuentas sobre la tierra.” No importa dónde vivamos ni qué religión profesemos, “no hay creación que no esté manifiesta a la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”—Rom. 9:28; Heb. 4:13.

      2 Sea que se haga en público o en secreto, rendiremos cuenta por nuestros hechos.

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