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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1966 | 1 de febrero
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de la Tierra, alejada del Sol. Además, la oscuridad duró tres horas, desde las 12 del mediodía hasta las 3 p.m., pero un eclipse solar total rara vez dura, en un solo lugar, más de dos o tres minutos. Se calcula que bajo las más favorables condiciones la duración máxima de tal eclipse sería de 7,5 minutos. Por lo tanto la oscuridad asociada con el fijar a Jesús en el madero no se puede explicar como el resultado de un eclipse natural del Sol, causado cuando la Luna se coloca entre la Tierra y el Sol de tal manera que oculta al Sol de la vista humana.
Algunos se han esforzado por enlazar este suceso con un eclipse que menciona Flegón de Tralles, un liberto del siglo segundo E.C. Él escribió en cuanto a un notable eclipse que causó tan grande oscuridad que se vieron las estrellas en los cielos. La fecha que se asigna a esto, el año cuarto de la Olimpíada (períodos de cuatro años contando desde el 776 a. de la E.C.) número 202, parece coincidir con el año en que Jesús murió. Aunque es posible que una persona que tuviera conocimiento limitado de astronomía pudiera incorrectamente atribuir a un eclipse la oscuridad asociada con la muerte de Jesús, no podemos estar seguros de que éste fue el acontecimiento al cual hizo referencia Flegón, porque él no da detalles en cuanto al tiempo del año en que sucedió.
El que fallara la luz del Sol, de modo que hubiera horas de oscuridad desde el mediodía hasta las 3 p.m., cuando Jesús fue fijado en el madero tiene que atribuirse a un acto directo de Dios. Lo mismo es cierto del terremoto y el que se rasgara la cortina del templo cuando Jesús murió. (Mat. 27:51; Mar. 15:38) Los argumentos con los cuales se trata de despedir de la mente estos acontecimientos como nada más que coincidencias con explicaciones tomadas de lo natural no se basan en evidencia sólida.
Testigos oculares de estos acontecimientos, un oficial del ejército y otros que estaban con él y que observaban cuando se fijó a Jesús en el madero, al ver el terremoto y las cosas que sucedían, reconocieron que lo que sucedía era de origen sobrenatural, y “tuvieron muchísimo miedo, diciendo: ‘Ciertamente éste era Hijo de Dios.’”—Mat. 27:54.
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ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS
20 de febrero: El matrimonio en la sociedad del nuevo mundo. Página 73.
27 de febrero: Pesando el matrimonio en estos últimos días. Página 79.
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