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Manifestando el espíritu de DiosLa Atalaya 1966 | 1 de noviembre
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cuidadores del campo y segadores. Ahora bien, ¿cómo debemos responder? Proverbios 12:11 dice: “El que cultiva su terreno será él mismo satisfecho con pan, pero al que sigue tras cosas sin valor le falta corazón.” Crezca, produzca, permanezca bajo las aguas llovedizas de la verdad y el calor del espíritu de Jehová que produce crecimiento y produzca de a ciento por uno para honra de Jehová.
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Siga creciendo bajo el espíritu de JehováLa Atalaya 1966 | 1 de noviembre
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Siga creciendo bajo el espíritu de Jehová
“Ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer.”—1 Cor. 3:7.
1. ¿Qué revela el crecimiento, y qué se requiere para observar su operación?
EL CRECIMIENTO es una cosa sumamente maravillosa que observar. Es fascinante. Aumenta en interés de muchas maneras. Es un milagro continuo delante de nuestros ojos. Revela a un magistral ingeniero diseñador en su desarrollo. ¿Qué inicia el crecimiento? ¿Qué dirige al crecimiento para que alcance equilibrio en el resultado final? ¿Qué detiene el crecimiento, manteniendo el nivel consistente de tamaño y habilidad de la creación? La vegetación crece, cada parte progresando en tamaño y madurez, desarrollando flores, semilla, fruto, y no obstante se realiza gradualmente. Por supuesto, si usted está interesado, tendrá que tener paciencia para observarlo. “Reparen en los lirios, cómo crecen; no se afanan, ni hilan; pero les digo: Ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos.” (Luc. 12:27) Se necesita una estación de cultivo para presenciar esta belleza: el resultado del crecimiento.
2. Describa el crecimiento y el tiempo relacionados uno con el otro, y ¿qué advertencia es oportuna respecto a impaciencia?
2 Nace un bebé; llega como otro miembro de la familia. Ya ha estado creciendo. “Tal como no estás consciente de cuál sea el camino del espíritu en los huesos en el vientre de la que está encinta, de igual manera no sabes la obra del Dios verdadero, quien hace todas las cosas.” (Ecl. 11:5) Pero ahora uno puede verlo y oírlo progresar. En unos cuantos meses habla y anda. Antes de saberlo, se va a la escuela, luego se gradúa. Un trabajo, se casa con un cónyuge, y tienen su nuevo bebé. Crecimiento, sí, pero se requiere tiempo. ¿Puede uno apresurarlo, detenerlo, o controlarlo? El crecimiento juzgado por las apariencias, es tan lento, que quizás uno llegue a impacientarse con uno mismo u otros. Esto particularmente aplica al crecimiento espiritual. Ciertamente, si uno da a un bebé alimento nutritivo con regularidad por varios años, tendrá un hombre o dama joven como resultado. “Por sí misma la tierra gradualmente fructifica, primero el tallo de hierba, luego la espiga, finalmente el grano lleno en la espiga.” (Mar. 4:28) Si uno le da a una persona recién interesada alimento de la Palabra de Dios, la Biblia, el libro
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