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“No te olvides jamás de todos sus beneficios”La Atalaya 1966 | 15 de enero
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Jehová ha bendecido abundantemente y me ha causado gran gozo. A menudo los hermanos dicen: “¿Puede usted recordar cuando colocó la primera ayuda para el estudio de la Biblia conmigo?” o, “Usted fue el primero que me visitó.” De vez en cuando tuvimos cursos recordativos adicionales, el más impresionante e instructivo de los cuales fue en la Escuela del Ministerio del Reino, al que tuve el privilegio de asistir en 1960. ¡Cuánto apreciamos las explicaciones amorosas de nuestro instructor! Desde entonces nos hemos esforzado por aplicar las cosas aprendidas, para bendición de nuestros hermanos.
Fue un gozo y sorpresa especiales para mí cuando recibí la invitación para la Asamblea Aumento de la Teocracia en Nueva York en 1950. El vuelo a través del gran océano, la enorme ciudad de Nueva York con sus muchos panoramas, la inmensa asamblea en el Estadio Yanqui, ocho días llenos de instrucciones maravillosas—todas estas impresiones son inolvidables. Una hermana nos tradujo las conferencias al alemán, e hicimos muchos apuntes para ayudar a los hermanos en nuestro país. Puesto que yo había efectuado trabajo en conexión con las asambleas de Alemania, tenía interés especial en observar el funcionamiento suave de la organización de esta asamblea y me fijé en todo.
Dos años más tarde estuve lleno de alegría al enterarme de que iba a haber otra asamblea internacional del pueblo de Jehová en la ciudad de Nueva York en el verano de 1953. Por la bondad inmerecida de Jehová pude estar presente otra vez. Verdaderamente aquí estaba un pueblo que se hallaba separado del mundo para servir los intereses de Jehová. Más tarde en el año, en la asamblea de Nuremberg, conocí a una hermana celosa y diligente que participaba en el ministerio de tiempo cabal. En 1954 nos casamos, y desde entonces me ha acompañado en el ministerio de circuito. Tuvimos el privilegio de asistir juntos a la inolvidable Asamblea Voluntad Divina en la ciudad de Nueva York en 1958. Aquí también recibimos bendiciones que nos estimularon a permanecer despiertos y a cumplir con nuestra obligación de jamás olvidar los beneficios que Jehová nos ha mostrado.
Experimenté las horas más felices de mi vida en estas tres asambleas internacionales en Nueva York. Jamás habría gustado de estas cosas buenas si no me hubiera aprovechado de la oportunidad del servicio de tiempo cabal mientras era joven. Vez tras vez he visto que no le es difícil a Jehová ayudarnos con mucho o con poco.
Todos los años pasados han probado que puedo tener paz de corazón y satisfacción si me esfuerzo cuanto puedo y cumplo con mis obligaciones poniendo primero los intereses del Reino. Es verdad, hay obstáculos, pero cuando éstos han sido salvados contribuyen grandemente a nuestra fortaleza espiritual.
Mi oración y deseo sinceros es que mi amor y fidelidad continúen aumentando a fin de que, cuando envejezca más y mis fuerzas y salud disminuyan, pueda continuar siendo rico en obras de alabanza a Jehová, que me ha mostrado tantos beneficios.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1966 | 15 de enero
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Preguntas de los lectores
● Puesto que a los que fueron destruidos en el Diluvio y a los que perecieron en Sodoma y Gomorra se les menciona juntos en 2 Pedro 2:4-6 y Lucas 17:26-30, ¿pudiera indicar esto que los que perecieron en el Diluvio serán resucitados?—J. B., Inglaterra.
Al determinar si esto es lo que se quiere decir en 2 Pedro 2:4-6 y Lucas 17:26-30, sería bueno leer estos textos cuidadosamente y considerar el contexto.
Cuando examinamos el capítulo dos de Segunda de Pedro 2 hallamos que el apóstol Pedro estaba advirtiendo que en las congregaciones aparecerían cristianos falsos. (2 Ped. 2:1-3)
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