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  • Las obligaciones adicionales del superintendente
    La Atalaya 1966 | 1 de agosto
    • superentender el trabajar el territorio, encargarse de que haya suficiente abastecimiento de literatura bíblica y revistas, llevar registros apropiados de la actividad de servicio o de las cuentas o conducir una u otra de las reuniones de instrucción. Cada siervo será diligente para aprender bien su trabajo y para ser fiel en llevarlo a cabo. “Lo que se espera de los mayordomos es que el hombre sea hallado fiel.”—1 Cor. 4:2.

      10. ¿Qué obligaciones han asumido los superintendentes viajantes, y no obstante qué deben tener presente?

      10 Luego hay los superintendentes viajantes de circuito y de distrito. Todos éstos también tienen las obligaciones principales de los cristianos, y tienen que llevar la delantera en enseñar a otros en todo rasgo de la testificación. Estos hombres tienen la responsabilidad de inspeccionar las organizaciones de congregación y de instruir a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en todos sus deberes. Además, tienen obligaciones en conexión con la organización y con el programa de las asambleas de circuito cada seis meses y otras asambleas más grandes que se arreglan. No obstante, importantes y trascendentales como son éstas, no libran a estos superintendentes de las obligaciones principales de predicar, estudiar y, si son casados, de atender a sus esposas, así como de llevar vidas limpias, morales.

      11. (a) ¿Qué obligaciones han asumido los ministros de tiempo cabal y los misioneros? (b) ¿Qué principio bíblico deben tener presente éstos, y quiénes más deben ser guiados por él?

      11 Luego están los ministros precursores y precursores especiales de tiempo cabal y los misioneros. Todos éstos tienen también las obligaciones principales de predicar las buenas nuevas y llevar vidas cristianas ejemplares. También han asumido obligaciones adicionales de predicar cierto número de horas cada mes. Y se han obligado a ajustar su vida y gustos personales en algunos respectos a las necesidades particulares del territorio; especialmente los misioneros tienen esta obligación. Aquí el principio bíblico es: “Me he hecho el esclavo de todos, para ganar el mayor número de personas. . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para que de todos modos salve a algunos. Mas hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros.” (1 Cor. 9:19-23) Sí, la manera en que vive la gente, sus hábitos y su modo de pensar imponen obligaciones definidas a los ministros que quieren ayudarla; tienen que adaptarse a ella, ser pacientes y estar anuentes a aguantar muchas incomodidades sin quejarse al ayudar a estas personas a entrar en el camino de la vida. Los que sirven donde hay mayor necesidad de ayuda, así como los que piensan hacer esto, harían bien en tener presente este principio misional de 1 Corintios 9:19.

      12. ¿Qué obligaciones tienen los que sirven en una de las casas Betel, oficinas o imprentas de la Sociedad?

      12 Los que sirven en una de las oficinas de sucursal y casas Betel de la Sociedad, desde donde se envía literatura y revistas a las congregaciones, también se hallan bajo las obligaciones cristianas principales. Además, al haber solicitado y al haber aceptado el servicio en la casa Betel, tales individuos han asumido la obligación de cooperar con el entero arreglo de la casa, de ser seguros y confiables y de atender apropiadamente el trabajo asignado. Estas personas tienen la obligación de esforzarse por trabajo de mejor calidad y por producción aumentadora. El cuidado concienzudo del equipo y los materiales confiados a éstos es una obligación. Los que están asignados a atender la correspondencia tienen la obligación de ser diligentes, prestos y dar buen consejo que se base en la Biblia, y hacer esto con el deseo urgente de ayudar, mostrando amor, bondad y utilidad.

      CAPACITÁNDOSE PARA ASUMIR LAS OBLIGACIONES DE SUPERINTENDENTE

      13. (a) ¿Qué cualidades bíblicas necesita el superintendente? (b) ¿Qué principio bíblico aplica para determinar cuándo debe ser recomendado uno, y cómo puede uno prepararse para tal servicio?

      13 Si uno es superintendente, o se está esforzando por el trabajo excelente de superintendente, es bueno que sepa exactamente qué cualidades se necesitan. En primer lugar, hay las cualidades bíblicas que se esbozan en 1 Timoteo 3:1-10 y Tito 1:1-9. Debe poseer los frutos del espíritu. (Gál. 5:22, 23) Debe ser un cristiano maduro, bien equilibrado, bien fundado en las Escrituras y en la verdad presente. Debe tener estas cualidades antes de ser nombrado como superintendente. “También, que éstos sean probados primero en cuanto a aptitud, entonces que sirvan como ministros, al estar libres de acusación.” (1 Tim. 3:10; Éxo. 18:21) También hay ciertas cualidades o habilidades naturales que se necesitan para atender las obligaciones, y éstas se pueden desarrollar con esfuerzo, estudio y entrenamiento. Sabiendo cuáles son éstas el que asume las obligaciones de superintendente puede saber cómo prepararse, y saber de qué manera debe esforzarse por progresar.

      14, 15. (a) ¿Qué habilidades debe desarrollar especialmente un superintendente para que pueda atender apropiadamente su asignación? (b) ¿Por qué son tan importantes éstas?

      14 Se puede colocar en la categoría de habilidades algunas de estas cualidades. Por ejemplo, el superintendente debe ser hábil en el arte de enseñar. (1 Tim. 3:2; 4:13, 16; 2 Tim. 2:2, 15, 24; 4:2; Tito 1:9) Debe poder enseñar doctrina sana de la Biblia, explicar claramente la profecía y dar consejo sobre el vivir según los principios bíblicos. Debe poder enseñar para que sus oyentes entiendan y estén llenos de un deseo de aplicar el conocimiento. El superintendente también debe ser diestro en enseñar a otros cómo enseñar, diestro en enseñar a sus auxiliares en sus deberes, diestro en planear las reuniones de instrucción para que se use una variedad de eficaces métodos de enseñanza, conferencias, discusiones, preguntas y respuestas, y demostraciones o escenas “en vivo.” Usando el libro Capacitados para ser ministros y observando los métodos de enseñanza que se usan en la literatura de la Sociedad y en las asambleas el superintendente tendrá muchas ideas que usar.

      15 Necesita habilidad para comprender o entender las ideas en lo que lee y oye, discerniendo los puntos principales y su relación, para que los pueda explicar a otros. Necesita habilidad en hablar para que pueda formular sus ideas y expresarlas de manera clara y coherente. (Efe. 3:18-21) Otra habilidad es el arte de escuchar. Es muy importante que el superintendente aprenda a ser un buen oyente, a oír lo que realmente se esté diciendo, no simplemente lo que él piense que se está diciendo. Solo así puede ayudar verdaderamente a las personas que necesitan consejo espiritual. Solo siendo un buen oyente puede aplicar en realidad el consejo necesario que se le da. Debe aprender a recordar con exactitud las instrucciones orales. Necesita alguna habilidad para escribir, para poder formular apropiadamente preguntas a la Sociedad, y para hacer informes sobre ciertas situaciones. Debe aprender a escribir completa, clara y entendiblemente, evitando el ser ambiguo.

      16. ¿Por qué conocimiento debe esforzarse el superintendente?

      16 Otra categoría de cualidades se podría llamar conocimiento, conocimiento de enseñanzas bíblicas, profecía e historia bíblica, así como principios bíblicos. Sí, un entendimiento del entero conjunto de enseñanza que conocemos como “la verdad.” “Sigue reteniendo el modelo de sanas palabras que oíste de mí.” (2 Tim. 1:13) Luego hay el conocimiento de la organización de los testigos de Jehová, su historia y funcionamiento y su norma para operar. Además, hay el conocimiento de naturaleza especial, que tiene que ver con la congregación, de llevar registros, cuentas, y el conocimiento de las cosas prácticas que tienen que ver con el mantenimiento del Salón del Reino. Se puede aprender todo este conocimiento.

      17. (a) ¿Qué hábitos debe formarse el superintendente? (b) ¿Cómo pueden afectar a otros sus hábitos?

      17 Los hábitos también son un campo de cualidades en que el superintendente puede progresar. Querrá desarrollar hábitos útiles y edificantes. Es bueno examinarse uno mismo de vez en cuando. Los hábitos que no son edificantes deben romperse, porque los hábitos pueden convertirse en un modelo de pensar. Evite las asociaciones que echan a perder los hábitos útiles. (1 Cor. 15:33) Forme buenos hábitos de estudio, el hábito de asistir con regularidad a las reuniones y el de participar con regularidad en la predicación. Forme el hábito útil de comenzar a buena hora sus asignaciones, sea una corta conferencia estudiantil, asignación de reunión de servicio o conferencia de una hora. Los buenos hábitos del habla en la vida cotidiana, de indumentaria y de postura serán buenos para el superintendente, porque otros propenderán a imitarlo. Y lo mismo aplica a sus hábitos de comer, de beber y de esparcimiento; sea moderado en éstos.—1 Tim. 3:3; Tito 2:2.

      18. ¿Qué actitud debe desarrollar el superintendente, y qué es especialmente importante?

      18 Un cuarto campo de cualidades es la actitud. Esta debe ser positiva, una anuencia a hacer cuanto pueda con el máximo esfuerzo, y la actitud debe ser alegre. “Siempre regocíjense en el Señor. Una vez más diré: ¡Regocíjense!” (Fili. 4:4; 1 Tes. 5:16) Haga cuanto pueda para ser útil y considerado con otros. Esté anuente a admitir sus propios errores y aprender de ellos. Muestre respeto a la organización visible de Dios, coopere y esté presto a obedecer las instrucciones teocráticas y esté anuente a aceptar consejo.

      19. (a) ¿Qué opinan algunos en cuanto a asumir obligaciones adicionales como superintendentes? (b) ¿Qué ayuda recibió Pablo que está disponible a todos los cristianos?

      19 Al estar consciente de estos campos de cualidades naturales para llevar a cabo las obligaciones de un superintendente, uno puede entender mejor en qué trabajar para mejorar. Pero algunos no se sienten capacitados para asumir más responsabilidad de la que tienen al atender a sus familias y al predicar las buenas nuevas. Otros que han sido superintendentes han renunciado, no pudiendo llevar la carga de responsabilidad. Ahora bien, ¿a qué se debe? ¿Se debe a que las cargas son demasiado grandes? ¿Solo pocas personas muy capacitadas pueden llevarlas? ¿No escribió el apóstol Pablo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”? (Fili. 4:13) ¿Está limitada la mano de Jehová? De ninguna manera.

      20, 21. (a) ¿Qué cosas pudieran ser la causa de que las cargas se hagan demasiado grandes para un superintendente? (b) ¿Qué principios bíblicos tiene que aprender para poder asumir estas obligaciones?

      20 Los que creen que las cargas del trabajo seglar y de su familia son tan grandes que no tienen el vigor espiritual para aguantar más pueden crecer espiritualmente. También puede ser asunto de actitud. ¿Acepta uno de buena gana las cargas adicionales, con regocijo, o con resentimiento? Las cargas del puesto no serán demasiado grandes si uno mantiene su salud espiritual y es feliz. Jehová impartirá poder a tal superintendente. Pero el resentimiento socava la fuerza de uno, consumiéndola. Es posible que quien haya renunciado no se esforzó por progresar en las cualidades naturales que se necesitan, o falló en las cualidades espirituales. Es posible que el superintendente no aprendió a echar su inquietud sobre Jehová. “Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios . . . a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.” (1 Ped. 5:6, 7) ¿Ha aprendido usted a echar su inquietud sobre Jehová? Se requiere una anuencia a esperar en Jehová en vez de insistir en que las cosas salgan de la manera que uno quiere. Pero es el esperar uno en Jehová y el aguardar uno en él lo que da fuerza. (Isa. 40:31) La inquietud puede llegar a ser una carga si el superintendente es perfeccionista, exigiendo demasiado de otros así como de sí mismo. El superintendente puede desalentarse debido a creer que no tiene suficientes auxiliares capacitados, pero debe aprender a trabajar con los que tiene disponibles, ayudándolos a crecer, así como él ha sido ayudado.

      21 Por supuesto, la presión pudiera provenir de inquietud a causa de otras cosas, del estar descontento con el trabajo seglar de uno, de inquietud a causa de cosas materiales, del desear cosas de este mundo que no son necesarias. “Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán.” (Mat. 6:25-33; 1 Tim. 6:1-10) Este es consejo muy sano de una persona que tenía muchas cargas que llevar. Y muy importante: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:6, 7) Este es consejo vital para todo superintendente que desea tener éxito en su asignación, y debe aprenderlo bien.

      22, 23. (a) ¿Cómo se hace uno disponible para las responsabilidades de un superintendente? (b) ¿Qué principios bíblicos le ayudarán a uno a tener éxito?

      22 ¿Cómo se hace uno disponible para las responsabilidades de ser superintendente? No por medio de abrirse camino, lisonjeando a un superintendente o hablando de las propias cualidades superiores de uno para la asignación. Tampoco es por medio de tratar de crear apoyo entre otros en la congregación por medio de criticar a los siervos presentes como lo hizo Absalón. (2 Sam. 15:2-6) No, más bien, es por medio de primeramente llevar a cabo apropiadamente todas las obligaciones principales de los cristianos que se mencionan en el artículo anterior. Por medio de progresar en desarrollar los frutos del espíritu. Luego demostrando celo, diligencia y regularidad en apoyar todas las reuniones de congregación y la actividad en el servicio. Participar en el programa de entrenamiento, mostrando anuencia a ayudar a otros, y todas las cosas semejantes. Otros observan esto. Fue así que Timoteo se hizo disponible para responsabilidades adicionales. “Daban buenos informes acerca de él los hermanos.” (Hech. 16:2; 1 Tim. 4:12-16) También es vital el ser fiel en llevar a cabo cada obligación, prescindiendo de cuán pequeña o insignificante parezca ser. “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho.”—Luc. 16:10.

      23 De modo que todos ustedes que pueden, esfuércense por las obligaciones adicionales, por el trabajo excelente de ser superintendente. Y ustedes, que son superintendentes, asuman sus obligaciones adicionales. “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena voluntad; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con verdaderas ganas; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño.”—1 Ped. 5:2, 3.

  • No dejó de revisitar
    La Atalaya 1966 | 1 de agosto
    • No dejó de revisitar

      ✔ En Liberia un mahometano obtuvo un ejemplar suelto de una revista de parte de un testigo de Jehová que fielmente mantuvo un registro e hizo la revisita. Al principio parecía un esfuerzo inútil, pues el hombre razonaba lentamente en cuanto a las Escrituras. Se hicieron otras revisitas, sin embargo, y finalmente se obtuvo una suscripción y entonces se le colocó el libro “Babylon.” Se comenzó un estudio. Pero cierto día quedó muy perturbado, porque su esposa le advirtió que, si seguía a los testigos de Jehová, su gente lo abandonaría. El Testigo lo estimuló leyéndole del Anuario acerca del mahometano firme de Nigeria que entró en la verdad con otros miembros de su familia. Hasta Mahoma mismo, explicó el Testigo, quizás vuelva a la vida y tenga que reconocer a Jesús como el Hijo de Dios y Rey. Esto lo impresionó. Desde entonces el mahometano se ha mostrado alegre y estudia voluntariamente, contento porque el Testigo no dejó de revisitarlo.

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