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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
w66 1/7 págs. 389-391

El significado de la vuelta de Cristo

¿Debemos esperar una vuelta literal a este planeta? ¿Qué significa su vuelta para la humanidad?

RECIENTEMENTE un periódico canadiense entrevistó a varios clérigos de diferentes fes en cuanto a cómo entienden el significado de la vuelta de Cristo. Uno dijo que la segunda venida de Cristo se efectuaba por medio de que los individuos aceptaran las enseñanzas de Cristo y no por medio de que él volviera a la Tierra. Un ministro presbiteriano dijo que creía que “habrá una vuelta física de Cristo.” No obstante, otro expresó creer en dos venidas: una para recibir en el aire a los cristianos y llevarlos al cielo, y la segunda para volver a la Tierra y luego reinar allí para siempre con sus seguidores. Y, finalmente, un ministro admitió que no entendía la doctrina.

Es obvio que hay confusión sobre este tema entre las religiones del mundo. En vista de la importancia de la enseñanza bíblica sobre este tema ciertamente hacemos bien en investigar el significado verdadero de la vuelta de Cristo y en aprender cómo se efectúa.

La vuelta de Cristo no significa, como entrañan algunos clérigos, que a medida que el mundo se haga más cristiano la venida de Cristo se hará más completa, y que cuando se lleve a cabo la conversión mundial Cristo habrá vuelto en el sentido más completo. Si esa enseñanza fuese correcta, estaríamos obligados a decir que Cristo está saliendo en vez de estar volviendo, puesto que, no solo se está haciendo menos cristiano el mundo en proporción con las cifras de habitantes del mundo, sino que hasta los sectores cristianos nominales constantemente se están deslizando más y más de Sus enseñanzas y ejemplo. La propia respuesta que Jesús dio a la pregunta de sus apóstoles acerca de su vuelta muestra que él no creyó que se efectuaría tal conversión mundial.—Vea Mateo 24:3-14.

¿Nos deja eso solo con una sola otra alternativa: una vuelta literal de Cristo Jesús a nuestro planeta Tierra? De ninguna manera. Otra vez las palabras de Jesús descartan tal idea. En Juan 6:51 él dice: “Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo.” Por eso, Jesús entregó su cuerpo carnal en sacrificio para la humanidad. ¿Por cuánto tiempo habría de estar en vigor ese sacrificio? El apóstol Pablo contesta: “Hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.” (Heb. 10:10) Por lo tanto, Cristo Jesús no tomará de nuevo lo que entregó, a saber, su existencia carnal.

Los que se adhieren a la idea de que Cristo Jesús reinará desde un trono terrestre están, mediante ello, degradando la grandeza de la esperanza celestial que Jesús puso ante sus seguidores ungidos. Tales personas quieren hacer aparecer que las moradas celestiales que prometió preparar para sus discípulos solo son lugares de estancia temporal hasta que vuelvan a esta Tierra con él, como si éste, después de todo, fuese el mejor lugar donde estar. (Juan 14:2, 3) Jesús estimuló a sus seguidores a ser fieles, ofreciendo como galardón el privilegio de sentarse con él cerca del trono de su Padre. Su Padre dijo: “El cielo es mi trono, y la tierra es el escabel de mis pies.” (Hech. 7:49) Por eso, ¿por qué habría de traer de nuevo Jesús a estos seguidores al escabel de los pies?—Rev. 3:21; 2 Cor. 5:1, 16; Col. 3:1, 2.

EN QUÉ SENTIDO VUELVE

Se manifiesta que mucha de la dificultad estriba en no comprender que la palabra “vuelta” puede significar algo más aparte de regresar corporalmente a una previa ubicación geográfica. No obstante, en el habla cotidiana, frecuentemente hablamos de “volver” en otros sentidos. Por ejemplo, decimos que una persona ha “vuelto a la salud normal,” o que un gobernante depuesto ha “vuelto al poder” (aunque quizás nunca haya salido de su palacio).

Note el uso que hace la Biblia de esta palabra en Génesis 18:10. Allí Jehová Dios le dijo a Abrahán: “Ciertamente voy a volver a ti el año siguiente en este tiempo, y, ¡mira! tu esposa Sara tendrá un hijo.” Cumplió esta promesa, no por medio de visitar literalmente a Sara, sino por medio de extender su poder hacia ella para que en su vejez pudiera concebir y dar a luz a Isaac. (Gén. 21:1) La Biblia habla de varias ocasiones en que Jehová ‘visitó’ a la nación de Israel. Por eso, leemos en cuanto a Noemí, la suegra de Rut, que “había oído . . . que Jehová había dirigido su atención a [“visitado,” Mod] su pueblo.” ¿Cómo? “Dándole pan.” De modo que su visita no fue un literal ir a su país sino el dirigir su atención hacia su pueblo o el emprender cierta acción hacia su pueblo.—Rut 1:6; Gén. 18:21.

Por lo tanto, puesto que la vuelta de Cristo no significa el regresar literalmente a esta Tierra, debe significar que él toma el poder del Reino hacia esta Tierra y dirige su atención a la Tierra. No necesita dejar su trono celestial y descender corporalmente a nuestro pequeño planeta para hacer esto, así como el presidente de los Estados Unidos no tiene que ir a todos los cincuenta estados de la Unión con el fin de presidirlos. Antes de ascender al cielo, Jesús dijo a sus discípulos: “¡Miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 28:20) ¿Cómo estuvo con ellos? No de manera literal, sino por medio de espíritu santo, derramado en el Pentecostés, continuó guiándolos e instruyéndolos para que siempre que aun dos o tres se reunieran él pudiera estar “allí . . . en medio de ellos.” (Mat. 18:20) Sin embargo, su vuelta con poder del Reino significaría mucho más y resultaría en que se llevaran a cabo ciertos propósitos definidos que afectan a toda la humanidad.

LO QUE LLEVA A CABO SU VUELTA

La evidencia bíblica y los hechos históricos que la cumplen prueban que en 1914 E.C. llegó el debido tiempo de Dios para que su Hijo comenzara a gobernar desde su trono celestial y que fue entonces cuando se oyó el grito en el cielo: “Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo.” (Rev. 12:10) ¿Qué significaría ahora el que Cristo ejerciera la autoridad? Significó que no solo sus discípulos leales en la Tierra sino que todas las naciones serían “juntadas delante de él” y recibirían inspección y juicio. Cristo ha dirigido su atención hacia todos ellos desde su glorioso trono en los cielos y no necesita enviar un satélite equipado con cámaras de televisión para efectuar esto. Así lleva a cabo uno de los propósitos de su vuelta, el de juzgar a las naciones y separar a la gente como “ovejas” o “cabras.” (Mat. 25:31-33) Él no lleva a cabo esto solo por medio de ángeles sino también por medio de testigos cristianos fieles, enviándolos a toda la tierra habitada para anunciar las buenas nuevas de su reino establecido.—Mat. 24:14.

La vuelta de Cristo significa además que él dirige su atención a sus discípulos que sobreviven y a otros coherederos que duermen en los sepulcros terrestres. El apóstol nos dice: “Nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.” (1 Tes. 4:15, 16) Cuando Jesús estuvo en la Tierra se paró ante la puerta de la tumba de Lázaro y le pidió que saliera. Ahora, desde su puesto celestial de poder, puede enviar esta llamada simultánea a millares de sepulcros sobre todo el globo terráqueo y, por medio de espíritu de Dios, puede hacer que sus seguidores ungidos se levanten de la muerte a la vida como hijos espíritus de Dios y se unan a él en su dominio celestial. (Rev. 14:1) La evidencia bíblica indica que comenzó a hacer eso desde 1918 E.C.

Su vuelta también significa un tiempo en el cual mostrar favor a los cristianos fieles que todavía viven en la Tierra, y por eso, en el versículo que sigue al que se acaba de citar, leemos: “Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (1 Tes. 4:17) Esto no significa que estos cristianos que viven quedarán exentos de probarse fieles hasta la muerte, sino, más bien, significa que ahora su Rey expresa que los aprueba y que los une a él mismo espiritualmente, de una manera que es tan invisible a los ojos humanos como lo es el aire mismo. Los libra de cualquier cautiverio a la moderna “Babilonia la Grande,” el imperio mundial de la religión falsa, y los eleva a una posición de honor como los representantes aprobados de su reino glorioso. Revelación 11:11, 12 muestra simbólicamente que hasta sus enemigos son obligados a contemplar la evidencia del favor del Rey que se manifiesta hacia estos súbditos leales.

Con el tiempo su vuelta también significará el alivio completo de toda persecución y sufrimiento para los cristianos fieles que ahora dan testimonio sin temor acerca de su reino. El apóstol Pablo prometió: “A ustedes que sufren la tribulación, . . . alivio juntamente con nosotros en la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles.” (2 Tes. 1:7) En esta era de proyectiles radioguiados “de tierra al aire” y “de avión a tierra,” Cristo Jesús, con ‘toda autoridad en el cielo y en la tierra,’ que se ha investido en él, no tendrá que abandonar su trono celestial para viajar a una posición que se halle geográficamente cerca de los opositores enemigos de sus siervos en la Tierra a fin de eliminar a tales inicuos. Como una “aguda espada larga” y una vara de hierro, su poder por espíritu de Dios y por medio de las poderosas huestes angelicales llegará a todos ellos y los aplastará como ‘uvas en un lagar.’ Por lo tanto, su vuelta significará destrucción para ellos en la venidera batalla del Armagedón.—Mat. 28:18; Rev. 19:11-15; 16:14-16; Sal. 2:8, 9.

La vuelta de Cristo con poder del Reino tendrá un maravilloso significado para una multitud innumerable de personas que aman la justicia y que le servirán como súbditos terrestres. A éstos él les dirá: “Vengan, ustedes que tienen la bendición de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” (Mat. 25:34) El dominio de mil años de Cristo sobre ellos los elevará a la perfección humana y los capacitará para vida eterna en la Tierra paradisíaca.—Rev. 20:4-6; 21:1-4.

La nación de Israel esperó quince largos siglos para que llegara el Mesías y luego pasó por alto su significado cuando llegó. No pase por alto el significado de la vuelta de Cristo hoy en día. Estudie diariamente la Palabra de Dios y deje que ésta guíe su modo de pensar.

Que el Dios que da esperanza los llene de todo gozo y paz por el creer de ustedes, para que abunden en la esperanza con poder de espíritu santo.—Rom. 15:13.

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