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  • Cuando otros son faltos de honradez, ¿qué hay en cuanto a usted?

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  • Cuando otros son faltos de honradez, ¿qué hay en cuanto a usted?
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
w67 15/8 págs. 483-484

Cuando otros son faltos de honradez, ¿qué hay en cuanto a usted?

“NADIE es honrado,” así expresó rigurosamente su opinión Lincoln M. Zonn, especialista en detectores de mentiras de Nueva York. “Diógenes no halló jamás a un hombre honrado ni yo tampoco,” dijo él. ¿Conviene usted con Zonn? La realidad penosa es que hay más y más evidencia para apoyar la conclusión de que la gente en general se está haciendo menos y menos honrada. ¿Qué hay en cuanto a usted?

Normando Bell, gerente de la agencia nacional de detectives de Pinkerton, Toronto (Canadá), dijo: “En nuestras investigaciones hemos hallado, como promedio, que uno de cada tres empleados básicamente es falto de honradez... lo cual significa que procurará robar de un modo u otro; que uno de cada tres empleados será falto de honradez si se le da la oportunidad y que el tercer empleado es el único que merece la plena confianza de su patrón.” ¿Qué hay en cuanto a usted? ¿En cuál de estas estadísticas figura usted? ¿Es usted básicamente honrado?

Se ha descubierto que la falta de honradez es bastante contagiosa. Las inmoralidades de un solo individuo pueden debilitar las restricciones interiores de muchos, por medio de la inútil explicación justificativa de que “todo el mundo lo hace.” Aquí aplica el principio bíblico: “Un poco de levadura hace fermentar toda la masa.” (1 Cor. 5:6) Por ejemplo, en compañías donde se descubrió que los funcionarios de mayor rango robaban, los investigadores descubrieron que otros empleados imitaban su conducta nefanda hasta el empleado más subordinado. El investigador privado Juan Jurens expresó que en compañías donde descubrió que los presidentes de las compañías robaban, “todo el mundo estaba robando.” ¿Permitiría usted que esto influyera en la moralidad de usted? Si el presidente y otros funcionarios donde usted trabaja fuesen faltos de honradez, ¿seguiría usted siendo honrado a pesar de eso?

La falta de honradez llega a ser una tentación abrumadora para muchas personas cuando parece que otras se están saliendo con la suya. (Ecl. 8:11) Una empresa electrónica de Chicago empleó a dos vigilantes durante las noches y los fines de semana para proteger un almacén, que estaba lleno de radios y magnetófonos. Los dos guardias convirtieron el establecimiento en un centro donde todo se podía comprar a precio reducido los domingos por la tarde. Los clientes, con la apropiada contraseña, entraban en tropel al almacén y se les permitía escoger libremente los modelos que quisieran a una cuota fija de uno por 25 dólares o dos por 35 dólares. La empresa perdió 300.000 dólares en nueve meses antes de que fueran aprehendidos los vigilantes. Los guardias estaban corrompidos y corrompieron a otros. No obstante algunos “clientes” no consideraron que lo que estaban haciendo era falto de honradez. ¿Qué hay en cuanto a usted? ¿Cree usted que es correcto comprar artículos robados?

En Toronto recientemente el dueño de un hotel descubrió que catorce de sus empleados se habían puesto de acuerdo y habían robado dinero, comestibles, licor, ropa blanca, máquinas de escribir, muebles y otra propiedad del hotel, con un valor total de 36.000 dólares. Una persona dijo: “Llegó a ser un hábito.” El administrador de un supermercado en los Estados Unidos descubrió que el “90 por ciento de sus empleados se había estado llevando a casa 1 ó 2 dólares a la semana en efectivo o en mercancía.” “Todo el mundo lo hacía, por eso, ¿por qué no lo puedo hacer yo?” ha sido el criterio de algunos empleados.

La gente ha justificado sus actos diciéndose: “La compañía me lo debe, porque no me aumentaron el sueldo.” O exculpa su falta de honradez al decir: “Todo el mundo lo hace.” También ha justificado su culpa de ser desfalcadora con actitudes como: “El derecho de todo buen empleado es llevarse a casa cierta cantidad de herramientas eléctricas al año.” ¿Opina usted así?

Poco comprenden las personas faltas de honradez que no solo están perjudicando a muchas personas con su falta de honradez, sino también y principalmente, a sí mismas. Las empresas norteamericanas se ven perjudicadas con una pérdida total de 5.000.000.000 de dólares al año por restituciones ilegales, gratificaciones y sobornos. Los oficinistas roban unos 4.000.000 de dólares cada día laborable. Unas 250 empresas en los Estados Unidos anualmente se ven obligadas a ir a la quiebra tan solo a causa de fraude y robo. ¿Quién dice que la falta de honradez no perjudica a nadie? Los supermercados sufren una pérdida anual calculada en 100.000.000 de dólares debido a prácticas ilegales de los empleados. Esta pérdida cancela todo centavo de ganancia que resultaría de 5.000.000.000 de dólares de ventas. Las fuentes de industrias alimenticias calculan que el dinero que se pierde anualmente ya sea por robo o por paquetes abiertos que ya no se pueden vender fluctúa entre los 330.000.000 y los 3.000.000.000 de dólares. La clientela paga por la falta de honradez al aumentar los precios. ¡Y el aumento de precios perjudica!

¿Qué hay en cuanto al daño que se le causa a la propia moral de uno? Cada vez que uno demuestra falta de honradez pierde algo de estimación propia, de pundonor. Sufre una pérdida de bondad y aprecio a lo que pertenece a otros. La conciencia se cauteriza y se pierde su verdadera estimación.

También hay pérdida de confianza una vez que otros descubren que uno demuestra falta de honradez, y el no tener la confianza de otros causa dolor. La falta de honradez puede afectar profundamente la relación de familia y perjudicarla irreparablemente. ¿Quiere usted pagar ese precio por la falta de honradez?

Cabe mencionar el efecto que la falta de honradez tiene en la moralidad de otros. Quizás el que una persona robe al supermercado signifique tener bistec en la mesa, pero quizás también signifique destruir la moralidad de los hijos de tal persona, induciéndoles a que hagan trampas en la escuela y roben a otros, lo cual sería un precio carísimo que pagar por un bistec.

Lo que la falta de honradez puede causar en la relación de uno para con Dios, también se puede considerar. Puede romper esa relación para siempre y hacer que uno pierda la vida eterna. ¿Cree usted que vale la pena pagar ese precio por la falta de honradez?

Mientras que la falta de honradez y la maldad abruman a una persona con invisibles cadenas de culpa, el estar consciente de hacer lo correcto lo alboroza y lo fortalece a uno. Lo llena a uno de pundonor, con fuerza moral para hacer lo correcto. Por eso cuando otros son faltos de honradez, si usted es prudente, hará lo que es correcto y lo que es honrado.

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