“Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos”
“Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y los que lo odian intensamente huyan a causa de él.”—Sal. 68:1.
1, 2. ¿A quiénes tiene Dios como enemigos, y algunos de éstos sin saberlo?
¡DIOS tiene enemigos! Hoy millones de personas son enemigas del mismísimo pensamiento de que hay un Dios, el Altísimo y Todopoderoso, el Ser Divino que no tuvo principio y no tendrá fin, el Creador del cielo y de la Tierra, el Hacedor del hombre, Aquel a quien todas las criaturas humanas inteligentes en la Tierra son responsables, pues dependen plenamente de Él.
2 Hay otros individuos que pretenden ser adoradores de Dios, pero que realmente son sus enemigos, muy probablemente sus peores enemigos en virtud de que lo presentan en falsos colores y por eso son hipócritas religiosos. Es como dijo hace mucho tiempo un amador de Dios: “Declaran públicamente que conocen a Dios, pero por sus obras lo repudian, porque son detestables y desobedientes y no aprobados para obra buena de clase alguna.” (Tito 1:16) Otros centenares de millones son enemigos de Dios sin saberlo, no porque adoran a dioses falsos, sino porque son amigos de este mundo: “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.” (Sant. 4:4, NM; TA) Sin contradicción alguna, Dios tiene enemigos, ¡por desgracia para ellos!
3. (a) ¿A qué grado se levantará ahora Jehová contra sus enemigos? (b) ¿Cuál es su propósito según se declara en Isaías 28:21, y en qué debería hacer pensar esto a los enemigos?
3 Ha llegado el tiempo para que Dios se levante contra sus enemigos en la Tierra en un movimiento final para disponer completamente de ellos. Hay casos en las páginas de la historia en que Dios se ha levantado contra ciertos enemigos del día para librarse de la resistencia de éstos. Pero ahora, según su propósito declarado, se levantará para eliminar de la Tierra a sus enemigos de hoy día en un solo gran movimiento abarcador, no permitiendo que ninguno escape. Él no ha olvidado su propósito declarado, aunque se registró hace veintisiete siglos: “Jehová se levantará tal como en el monte Perasim, se agitará tal como en la llanura baja cerca de Gabaón, para hacer su hecho —su hecho es extraño— y para obrar su obra —su obra es extraordinaria—.” (Isa. 28:21) La historia muestra lo que ocurrió en Perasim en aquella ocasión, y debe ser suficiente para hacer que los enemigos de Jehová de hoy día piensen en cómo sus fuerzas destructoras irrumpirán como aguas arrolladoras para barrerlos a ellos y sus ídolos.
4, 5. (a) ¿Quién fue testigo ocular de lo que hizo Dios en Perasim y Gabaón, y qué papel tuvo éste que desempeñar para con los enemigos de Dios en toda la tierra? (b) En el Salmo 68:1-3, ¿qué dijo en oración concerniente a los enemigos y los justos?
4 Un hombre que fue testigo ocular tanto de lo que aconteció en Perasim como de lo que aconteció más tarde en Gabaón en el siglo undécimo antes de nuestra era común fue el rey David de Jerusalén. (2 Sam. 5:17-25; 1 Cró. 14:8-17) El sacar a aquellos enemigos filisteos de Perasim y Gabaón no acabó completamente con todos los enemigos del reino de Dios que Jehová había establecido allí en el Oriente Medio con el rey David como su representante visible sobre el trono de Jerusalén. Había muchos otros enemigos que todavía permanecían en la faja de terreno que Jehová Dios había prometido dar al antepasado de David, el patriarca Abrahán, una faja de terreno que se extendía desde el gran río Eufrates hasta el río de Egipto. (Gén. 15:17-21; 12:1-9; 13:14-18) Otros enemigos poderosos, como los sirios, quedaban en esta zona general de terreno y tenían que ser o destruidos o subyugados y hechos vasallos. El rey David estaba bajo el mandato de Dios de tratar con estos enemigos de tal manera que se cumpliera la promesa de Dios de dar “toda la tierra” a los descendientes de su fiel amigo Abrahán. David debe haber estado pensando en estos enemigos cuando escribió las palabras de apertura del Salmo 68 (versículos uno a tres, inclusive):
5 “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y los que lo odian intensamente huyan a causa de él. Como se ahuyenta el humo, quieras ahuyentarlos tú; como se derrite la cera a causa del fuego, perezcan los inicuos de delante de Dios. Pero en cuanto a los justos, regocíjense, exulten delante de Dios, y alborócense con regocijo.”
6, 7. (a) ¿A quién citó allí el salmista David, y qué se le mandó a éste que hiciera para representar la presencia de Dios? (b) ¿Cuándo y por qué dijo éste las palabras que citó David?
6 Puesto que todavía había enemigos no subyugados en la Tierra de Promisión, la marcha victoriosa de Jehová Dios contra sus enemigos no se había efectuado completamente todavía. Apropiadamente, entonces, se inspiró al rey David a escribir y citar las palabras del hombre a quien Jehová Dios utilizó cuando comenzó esta marcha victoriosa, a saber, el profeta Moisés, en el siglo dieciséis antes de la era común. En aquel tiempo Moisés estaba en el desierto de Sinaí, en Arabia, junto con las doce tribus de los hijos de Israel y también con una “vasta compañía mixta” de no israelitas. (Exo. 12:38; Núm. 11:4) El campamento entero estaba compuesto de millones de personas. En la primavera del año anterior Jehová Dios había librado de Egipto milagrosamente a todas estas personas, aun destruyendo a los ejércitos de los egipcios bajo Faraón cuando éstos trataron de alcanzar a los israelitas en huida mientras éstos cruzaban por el lecho secado del mar Rojo. En el tercer mes después de esto los israelitas y la “muchedumbre mixta” llegaron al monte Sinaí, y allí Jehová Dios hizo un pacto o contrato nacional con ellos.
7 Según la ley de este pacto nacional se erigió un tabernáculo sagrado para la adoración de Dios. En el cuarto más interior de este tabernáculo se colocó el arca dorada del pacto para representar la presencia de Dios allí. Cuando los israelitas recogían sus tiendas y se transferían al siguiente lugar, el arca del pacto era transportada sobre los hombros de sacerdotes a aquella siguiente parada. Así Dios y su pueblo estaban en marcha para tomar posesión de la Tierra de Promisión. Había muchos enemigos en el camino antes de que ellos consiguieran posesión completa de toda aquella tierra. En reconocimiento de esto, Moisés como mediador entre Dios y la nación de Israel le pidió a Dios que llevara la delantera, como nos dice Números 10:35, 36 en estas palabras: “Sucedía que cuando el Arca emprendía la marcha, Moisés decía: ‘Levántate, sí, oh Jehová, y sean esparcidos tus enemigos; y huyan de delante de ti los que te odian intensamente.’ Y cuando ella se posaba, decía: ‘Vuelve, sí, oh Jehová, a las miríadas de millares de Israel.’”
8, 9. En el Salmo 68:4-6, ¿qué instó el rey David a su pueblo a hacer tocante a Dios?
8 Las victorias de Jehová y todo el trato misericordioso que dio a su pueblo merecían ser celebrados con canto en alabanza a Él. El rey y salmista David, quien era cantante y músico, instó a su pueblo, las doce tribus de Israel, a hacer eso:
9 “Canten ustedes a Dios, celebren con melodía su nombre; levanten una canción a Aquel que cabalga por las llanuras del desierto como Jah, que es su nombre; y estén jubilosos delante de él; padre de huérfanos de padre y juez de viudas es Dios en su santa morada. Dios está haciendo morar en casa a los solitarios; está sacando a los prisioneros a la plena prosperidad. Sin embargo, en cuanto a los tercos, ellos tienen que residir en una tierra abrasada.”—Sal. 68:4-6.
10. ¿Cómo, en el caso de Israel, se había mostrado Dios (a) padre de huérfanos de padre y (b) juez de viudas?
10 Ninguna nación o pueblo en la Tierra hoy día podría tener mejor gobernante que el que tenía la antigua nación de Israel en su Dios, su Rey invisible. La entera nación de ellos había sido prisionera involuntaria e inmerecidamente en el Egipto pagano; pero Jehová Dios desoló la tierra de Egipto con diez plagas milagrosas y los sacó a prosperidad, una prosperidad que llegó a su plenitud para el tiempo del rey David. En Egipto la nación de Israel había sido como un muchacho huérfano de padre, pero Jehová resultó ser un padre para ellos, llamando a la entera nación “mi primogénito.” (Éxo. 4:22) Cuando sacó a Israel su primogénito de la opresión bajo el Faraón que desafiaba a Dios, todos los varones primogénitos de Egipto fueron muertos. El pueblo de Dios allá era como una viuda indefensa que no tenía a nadie que la defendiera en un tribunal, y él actuó como el justo Juez del Tribunal Supremo y se encargó de que la nación afligida consiguiera justicia, una liberación. Él llegó a ser como un esposo para su pueblo.—Isa. 54:5; Jer. 3:14; 31:31, 32.
11. ¿Cómo trató Dios con los “solitarios” en contraste con los “tercos,” y con qué nombre cabalgó?
11 Tratados como esclavos peligrosos en Egipto, los israelitas eran como personas solitarias en un desierto inhospitalario, sin hogar adonde ir. Pero Jehová los sacó y los estableció como en una casa, en la Tierra de Promisión. A los que se mostraron enemigos de él y tercamente lo resistieron, él hizo que residieran sin las bendiciones refrescantes del favor divino como en una tierra abrasada por el sol. Su nombre es Jah, que es una abreviatura para el nombre Jehová. El dio a conocer su nombre Jehová a su pueblo allá en Egipto como ellos y sus antepasados fieles no lo habían conocido antes. (Éxo. 15:1, 2; 17:16) Con este nombre, sobre el cual él había amontonado fama, cabalgó a través de la llanura del desierto mientras conducía a su pueblo a través a la tierra prometida. ¡Levántese canción a Él!
LA MARCHA DESDE SINAÍ HASTA SIÓN
12, 13. Como el salmista David nos recuerda, ¿qué cosas puede mover Dios para mostrar su poder como Creador, y cómo demostró esto en Sinaí?
12 Para este Dios Todopoderoso Jehová no es nada el mover el cielo y la Tierra para mostrar que él es el Dios de la creación y de todas sus leyes. El exhibió el poder que tiene para hacer eso en el monte Sinaí en Arabia, adonde trajo a su pueblo en el tercer mes después de librarlos del Egipto esclavizador y opresor. Aun antes de declarar los Diez Mandamientos desde la cumbre del monte Sinaí, él causó manifestaciones aterrorizadoras en la Tierra y el cielo, para grabar en el pueblo de Israel el hecho de que su Legislador no era ninguna mera criatura humana endeble, sino que era el Dios de cielo y Tierra. Si las cosas inanimadas de la creación se mueven ante su presencia invisible, ¿por qué no habrían de ser movidas también sus criaturas humanas inteligentes que contemplan sus obras maravillosas de creación? Él puede mover cielo y Tierra para ejecutar su voluntad. La cualidad divina de poder para hacer esto la recordó y mencionó el salmista y rey David, para alabanza de Jehová, cuando dijo:
13 “Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto . . . la tierra misma se meció, el cielo mismo también goteó a causa de Dios; este Sinaí se meció a causa de Dios, el Dios de Israel. Un copioso aguacero empezaste a hacer caer, oh Dios; tu herencia, aun cuando estaba fatigada... tú mismo la reanimaste. Los de tu comunidad en tiendas... ellos han morado en ella; con tu bondad procediste a prepararla para el afligido, oh Dios.”—Sal. 68:7-10.
14. (a) ¿Cómo refrescó Dios a su herencia cuando estaba fatigada? (b) ¿Por cuánto tiempo fue su pueblo una “comunidad en tiendas,” y qué resistencia encontraron al fin?
14 El pueblo de Israel había sido sacado de naciones paganas para que fuera la propia posesión exclusiva de Dios, y él lo llamó su herencia. (Deu. 32:8, 9) Había sido afligido en Egipto; y cuando llegó al pie del monte Sinaí en el desierto, sin duda estaba cansado, como una tierra sedienta. Pero allí, al darles los Diez Mandamientos y todas las otras leyes de su pacto y al establecer su adoración organizada pura entre ellos, Jehová Dios empezó a hacer que cayera un aguacero de bendiciones espirituales. Esto fue espiritualmente reanimador al pueblo de su herencia y fortalecedor para ellos como alimento. Descubrieron que tenían que vivir, no solo por alimento físico, sino por toda palabra que procedía de la boca de Dios. Pasaron largo tiempo —cuarenta años— como una comunidad en tiendas en el desierto y fuera de los límites de la Tierra de Promisión. Pero en el año final Jehová los trajo a los límites de la ‘tierra que manaba leche y miel.’ Entonces los reyes locales empezaron a ofrecer resistencia. ¿Qué se había de hacer ahora? Escuche:
15, 16. Como se nota en el Salmo 68:11, ¿qué papel desempeñaban las mujeres de Israel con relación a las victorias de Dios por medio de sus hombres?
15 “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande. Aun los reyes de los ejércitos huyen, ellos huyen. En cuanto a la que permanece en casa, ella participa de despojo. Aunque ustedes se quedaron acostados entre los montones de ceniza del campamento, habrá las alas de una paloma cubiertas de plata y sus plumas remeras de oro verde amarillento. Cuando el Todopoderoso esparció a los reyes en ella, empezó a nevar en Salmón.”—Sal. 68:11-14.
16 En tiempos antiguos las mujeres no participaban en la batalla, pero cuando los soldados victoriosos regresaban ellas salían en grupos de los hogares para celebrar y para declarar las buenas nuevas con danza, canto y música. Míriam, la hermana de Moisés, dirigió a las mujeres israelitas en danza y canto después que su Dios Jehová derribó a los ejércitos egipcios en el mar Rojo. (Éxo. 15:20, 21) La hija de Jefté salió a encontrarse con él con danza y música cuando él regresó de su victoria sobre los enemigos amonitas. (Jue. 11:34) Cuando el rey Saúl en compañía de su general David regresó de alcanzar victoria sobre los filisteos, las mujeres salieron de todas las ciudades para saludarlos con música, canto y danza. (1 Sam. 18:6, 7) Las mujeres no habían de mantenerse en silencio en tales ocasiones. Eran sus hombres los que habían sido utilizados en el victorioso pelear bajo Dios, y ellas tenían derecho a unirse a la celebración de la victoria y dar la gloria y el crédito por la victoria a Dios, cuya voluntad habían hecho sus hombres.
17. (a) ¿Por qué están obligadas hoy las mujeres a decir las “buenas nuevas”? (b) ¿Cuál fue el “dicho” que Dios dio al antiguo Israel, y qué resultado habría por obedecer el “dicho”?
17 Mujeres de esa clase no son enemigas de Dios. Grandiosas como eran las buenas nuevas que estas mujeres tenían que anunciar allá en el tiempo del cual escribió el salmista David, las mujeres de este día moderno tienen buenas nuevas aun mayores que anunciar y por eso probar que son, no enemigas, sino amigas de Dios. Reciben las buenas nuevas de Dios, y es su derecho y obligación anunciarlas. Allá en los días de la joven nación de Israel, ‘Jehová mismo dio el dicho.’ ¿Qué fue el dicho? Al acercarse los israelitas a la Tierra de Promisión para arrancarla de las manos de los enemigos de Dios, Su “dicho” a ellos sería el ir adelante animosamente y tomar posesión de la tierra, ejecutando con armas de guerra a los enemigos de Dios que ocupaban la Tierra de Promisión sin derecho dado por Dios a ella. La obediencia a este mandato o “dicho” de parte de los hombres de batalla de Israel habría de tener ¿qué resultado? ¡El Dios al cual se elevaba la oración: “Levántate, sí, oh Jehová, y sean esparcidos tus enemigos,” garantizaba que el resultado sería victoria! Resultaría en “buenas nuevas” que impulsarían a las mujeres a celebrarlas con música y danza y a anunciarlas con canto.
18. (a) ¿En qué sentido se podía decir que Dios daba el “dicho” a las mujeres? (b) ¿De qué manera comenzó a “nevar” en Salmón cuando Dios esparció a los reyes enemigos?
18 Al pelear Jehová por su pueblo y darle victoria, Jehová estaría dando a las mujeres algo para anunciar. Les estaría suministrando el tema de su canto de celebración; les estaría dando las buenas nuevas. En este sentido se podía decir de él que estaba ‘dando el dicho.’ En la celebración de la victoria las mujeres anunciarían que los reyes paganos de los ejércitos enemigos habían huido de delante de Jehová Dios, cuando él se levantó contra ellos en batalla. Las mujeres anunciarían que, cuando Dios el Todopoderoso esparció a los reyes enemigos que estorbaban en el camino de Israel, los cadáveres de los ejércitos enemigos cubrieron el campo como nieve, como en Salmón; o, posiblemente, que, para otorgar victoria a su pueblo, él había causado nieve milagrosa en Salmón. Los victoriosos peleadores a favor de Dios regresarían a sus hogares después de despojar al enemigo muerto y compartirían el despojo con sus mujeres, a quienes habían tenido que dejar en el hogar para atender la casa.
19. ¿Cómo, aunque los hombres se acostaron entre los montones de ceniza del campamento, habría de haber una paloma cubierta de metales preciosos?
19 Puede que, aunque los ejércitos ejecutores de Dios tuvieron que acostarse entre los montones de ceniza durante la campaña, se haya hecho una paloma de metales preciosos, con plumas cubiertas de plata y sus plumas remeras de oro verde amarillento, para llevarla a casa como trofeo de la victoria de Jehová. Pero, también, a la nación de Israel se le llamaba la “tórtola” de Jehová. (Sal. 74:19) Desde este punto de vista, aunque los hombres de esta nación como tórtola de Dios habían tenido que acostarse entre los montones de ceniza del campamento, durante una campaña de pelear contra los enemigos de Dios, saldrían como una tórtola, de ala firme y limpia apariencia, brillando como si estuviera cubierta con plata y oro verde amarillento. Así Dios no daría su nación parecida a una tórtola en manos de Sus enemigos.
20. ¿Qué es lo que siguen haciendo los enemigos desde 1914, de modo que Jehová tiene que levantarse contra ellos en el Armagedón?
20 El vigor de esta narración poética de los tratos de Dios no se debe perder sobre los enemigos de Dios hoy día. Estos enemigos tratan de estorbar el que Dios logre su propósito en cuanto a su pueblo, el llevarlos con éxito al justo nuevo orden que él ha prometido. El “tiempo del fin” como se predijo en su Palabra les ha sobrevenido a las naciones de este mundo, comenzando en 1914 al fin de los Tiempos de los Gentiles, “los tiempos señalados de las naciones.” Ellas rehúsan salirse del poder durante este “tiempo del fin” y ceder lugar pacíficamente al ejercicio de soberanía de Dios sobre la Tierra creada por él. Por lo tanto se hace necesario que el Dios Todopoderoso las eche. Él tiene que levantarse contra ellas en batalla. Esto lo hará en el campo de batalla del Armagedón. Mientras tanto las naciones enemigas continúan estorbando el progreso del pueblo de Dios al trabajar éste por dar adelanto a los intereses terrestres del reino de Dios.
21. Como en el caso de David, ¿cómo trataron los enemigos de evitar que Jesucristo gobernara, y con cuánto éxito?
21 El reino no es el reino del David de la antigüedad en la Jerusalén terrestre, sino el del prometido Hijo de David, Jesucristo, quien nació en la línea de familia de David por medio de la virgen judía María por un milagro de Dios. Los enemigos trataron de evitar que David gobernara como rey sobre el monte Sion en Jerusalén, pero fueron vergonzosamente derrotados cuando Dios se levantó contra ellos. Igualmente los enemigos trataron de evitar que el Hijo de David, Jesucristo, gobernara como rey, pero ellos también tuvieron que inclinarse en derrota. Mataron a Jesucristo fuera de Jerusalén en el día en que se mataba el cordero de la pascua judía, pero al tercer día el Dios Todopoderoso lo levantó de entre los muertos como un glorioso e inmortal Hijo espíritu. El Hijo de David entonces ascendió a su Padre celestial. Allí Jehová Dios lo colocó como una Piedra real en el Sion celestial, para que comenzara a gobernar allí al tiempo debido de Dios, es decir, en 1914. Entonces Dios comenzaría a hacer de todas las naciones gentiles un banquillo bajo los pies del Hijo de David.—Luc. 21:24; Isa. 28:16-21; Sal. 110:1, 2; Hech. 2:34-36; Heb. 10:13.
22. ¿A qué han ofrecido resistencia las naciones gentiles desde 1914?
22 Desde 1914 las naciones gentiles han rehusado reconocer el fin de los “tiempos señalados de las naciones” y han resistido el que se les haga el banquillo de los pies del reinante Hijo de David. Pero su resistencia terca resultará en vano en el Armagedón.
DANDO NOTIFICACIÓN FORMAL A LAS NACIONES
23, 24. (a) ¿Cuál fue el “dicho” que Jehová dio en 1914? (b) ¿Qué predijo Jesús que acontecería después de 1914? ¿Se incluye esto bajo el “dicho” mandatorio?
23 Como el Salmo 68:11 dijo hace mucho tiempo: “Jehová mismo da el dicho.” Al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 Jehová Dios dio el dicho para que se echara a las naciones enemigas que estaban en la Tierra. Están en su “tiempo del fin.” (Dan. 11:40; 12:4) En lo que respecta a lo que había de suceder durante este “tiempo del fin,” el Hijo de David, Jesucristo, predijo, no solo guerra mundial, hambres, pestes, terremotos y angustia de naciones, sino también la proclamación de las buenas nuevas de un nuevo gobierno, el gobierno legítimo de la Tierra, a saber, el reino de Dios. Después que predijo las persecuciones que les vendrían a sus seguidores fieles, Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:7-14.
24 Así Dios está dando notificación formal a las naciones enemigas. Él ha dado el “dicho” para que se subyugue a tales enemigos, para hacerlos como un banquillo bajo los pies del Hijo de David. Este “dicho” mandatorio incluye también el dar la notificación formal a ellas antes que Él se levante contra ellas en el Armagedón. ¿Se ha dado esta notificación formal?
25. (a) ¿Qué ha significado para los testigos del Reino y para Dios el dar notificación formal? (b) ¿Qué significó igualmente el nacimiento del Reino, y qué clase de nuevas resultaron?
25 Sí, particularmente desde el año 1919. Esto ha querido decir una pelea de parte de los testigos del Reino de Jehová desde ese año. Pero estos testigos del Reino han orado: “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos.” En respuesta, Dios les ha abierto el camino para que ellos den notificación formal a las naciones enemigas por medio de predicar las buenas nuevas de que el reino de Dios se estableció en manos del Hijo de David en 1914. Esto ha querido decir una serie de victorias para Jehová, lo cual hace posible que hoy día la notificación formal sobre el Reino se esté dando a las naciones en 197 países y en 165 idiomas. El nacimiento mismo del reino de Dios en los cielos significó una victoria por El sobre Satanás el Diablo y sus demonios. (Rev. 12:5-12) La expansión de la obra de dar la notificación formal acerca del Reino a más y más naciones ha significado más victorias para Jehová Dios. Tales victorias divinas sirven como buenas nuevas que deben anunciarse a los pueblos.
26. (a) ¿Cómo es verdad hoy que “las mujeres que anuncian las buenas nuevas” son una gran cantidad? (b) ¿Por qué es la palabra “ejército” buena palabra para este grupo de mujeres?
26 Esas victorias espirituales de Dios hasta ahora se han celebrado por todo el mundo. El “dicho” de Dios no ha sido en vano. Como resultado de proceder él a ejecutarlo victoriosamente, “las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande.” (Sal. 68:11) Los hechos informados prueban eso. El año pasado, 1967, hubo por todo el globo terráqueo un máximo de 1.160.604 personas dando notificación formal acerca del reino de Dios y anunciando los hechos de El en su marcha victoriosa al Armagedón. Esa es una gran compañía de celebradores. Y si examinamos en cuanto a las personas de esta multitud de celebradores, descubrimos que la gran mayoría de éstos eran mujeres. Por lo tanto, de estos 1.160.604 celebradores el número de las mujeres haría un “ejército grande.” Y “ejército” es buena palabra para este grupo de mujeres que “anuncian las buenas nuevas.” ¿Por qué? Porque son peleadoras bajo Dios, cuyo nombre es Jah, o Jehová. Muchas de ellas quizás tengan que atender una casa como esposas, madres o hijas, pero participan de los despojos de las victorias de Dios por medio de sus testigos del Reino en la Tierra. Al ir de casa en casa a predicar, estas mujeres están, en general, haciendo más que todos los hombres.