“Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos”
1. ¿Qué tiene uno que tener primero a fin de llenar los requisitos establecidos por Dios para aquellos a quienes él favorece?
ANTES de que uno pueda emprender cualquier asignación en la vida y tener éxito tiene que saber algo acerca de los requisitos de la asignación. Básicamente, para que uno logre progresar al grado de dedicarse a hacer la voluntad de Jehová, uno debe tener un conocimiento exacto de la Palabra de Dios y saber lo que Dios requiere de aquellos a quienes favorece.
2. ¿Por qué es preciso que la persona que se esfuerza por servir a Dios reconozca que Jehová tiene un conducto terrestre visible?
2 Por ejemplo, para agradar a Jehová uno tiene que reconocer el conducto terrestre que Dios está utilizando para proveer conocimiento exacto a gente de todo el mundo. Desde la expulsión de Adán y Eva del jardín de Edén hasta este día han venido produciéndose dos descendencias, la descendencia de Jehová y la descendencia del Diablo. (Gén. 3:15) Por lo tanto, tal como Dios trató con ciertas personas en los días antes del diluvio, a saber, Noé y sus hijos, y en los días posteriores con Abrahán y su descendencia, así hasta este día Jehová está tratando con aquellos a quienes ha aprobado para que lo representen sobre la Tierra. La persona que reconoce quiénes son Jehová Dios y su Hijo Jesucristo, y lo que representa el espíritu santo, tiene que comprender también que Jehová Dios tiene en esta Tierra en este tiempo una organización visible que representa sus intereses. Jesús llamó a tal grupo el “esclavo fiel y discreto.” (Mat. 24:45-47) Así, la persona que desea hacer la voluntad de Jehová tiene que asociarse con la organización del “esclavo” que tiene a su cargo la superintendencia de todo lo que le pertenece al Amo, Cristo Jesús. Esa persona no puede creer que hay muchos caminos que conducen a la vida, sino que tiene que comprender que solo hay uno. Si todas las religiones simplemente fuesen diferentes caminos que conducen a la vida eterna y al favor de Dios, no hubiera sido necesario que Jesús organizara a sus seguidores para el trabajo que les comisionó hacer. Las enseñanzas judías habrían bastado. El cristiano, entonces, comprende que ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, pero que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida.—Mat. 7:13, 14.
3. ¿Qué información debe uno tener sobre la vida celestial y la terrestre?
3 Antes de que una persona pudiera ser aceptada para el bautismo en agua en símbolo de una dedicación aceptable de sí misma para hacer la voluntad de Jehová tendría que conocer y entender que hay dos posibilidades de vida disponibles al hombre. Jesús prometió que habría algunos de esta Tierra con él en el cielo, y se hace referencia a éstos como un “rebaño pequeño.” A ellos dijo Jesús: “No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.” (Luc. 12:32) Ese “rebaño pequeño” se limita a 144.000 individuos “comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.” (Rev. 14:4) En Juan 10:16 al resto de la humanidad que sigue a Jesucristo como Pastor se les llama “otras ovejas.” Su vida futura está en la promesa de Dios de que la Tierra llegará a ser un paraíso, donde no habrá más enfermedad, dolor o muerte. (Rev. 21:1-4) Cuando una persona se bautiza, ése es un paso hacia una de estas posibilidades de vida, celestial o terrestre.
4. ¿Qué espera Dios de una persona que quiere hacer su voluntad en lo que toca a amor y paz?
4 En cuanto a la vida personal de uno, hay que ajustarla para que esté en armonía con los requisitos de Dios. Porque aunque hay dos posibilidades de vida, celestial y terrestre, hay una sola norma justa determinada para ambas. Uno tiene que efectuar un cambio en su vida para amoldarse a tales requisitos antes de ser bautizado. Un examen de la Palabra de Dios revela muchas cosas acerca de lo que Dios espera de los que vienen a él para hacer su voluntad. Por ejemplo, cuando se le preguntó cuál era el mayor mandamiento de la Ley, Jesús dijo estas palabras: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas.” (Mat. 22:37-40) La persona que se dedicara a Jehová Dios se esforzaría en todo sentido por vivir en paz con su prójimo, sin importar su raza o nacionalidad. Jesús dijo además: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:35) El cristiano dedicado a Jehová Dios tiene que ser pacífico y amoroso, un seguidor de los mandamientos de Jesús en estos asuntos.
5. ¿De qué maneras tiene que estar la vida personal de uno en armonía con la Palabra de Dios?
5 La vida personal de un individuo también tiene que amoldarse a la Palabra de Jehová tocante a ser moralmente limpio y recto. La rectitud moral es un mandato desde hace mucho tiempo para los que quieren merecer la aprobación de Dios. Cuando escogió a los descendientes de Jacob, o Israel, como pueblo suyo, una de las leyes que Dios les dio sobre moralidad se encuentra en los Diez Mandamientos, y dice: “No debes cometer adulterio.” (Éxo. 20:14) Esta ley jamás ha sido revocada. De hecho, cuando la congregación primitiva de cristianos se reunió en Jerusalén para considerar problemas de congregación, el resultado fue el reafirmar la necesidad de mantenerse libres de fornicación. (Hech. 15:29) Al aconsejar a la congregación corintia sobre el asunto, el apóstol Pablo aconsejó: “Ahora bien, el cuerpo no es para fornicación,” y por eso dijo: “Huyan de la fornicación.” (1 Cor. 6:13, 18) Aunque posiblemente uno halle que muchos clérigos de la cristiandad consienten en esta práctica inmoral de una manera u otra, uno hallará que la Palabra de Dios, la guía para los que desean hacer la voluntad de Jehová Dios, la condena en palabras claras.
6-8. ¿Qué otras prácticas condena la Palabra de Dios?
6 Pero dicha inmundicia no es la única que tendrá que evitar el que quiera llegar a estar en una posición aceptable delante de Jehová Dios. Hay muchas otras prácticas inicuas que tienen que evitarse. Considere estas prohibiciones en las leyes dadas a los judíos pero que se transmitieron a los principios y leyes que gobiernan a la congregación cristiana:
7 Levítico 18:22 advierte: “Y no debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable.” En las Escrituras Griegas Cristianas el apóstol Pablo advierte a los cristianos que los que practican la homosexualidad no heredarán el reino de Dios. (1 Cor. 6:9, 10) Puede que algunos llamados consejeros sobre conducta estimulen a tales prácticas inicuas, diciendo que uno debe tener libertad para hacer lo que desee, para no llegar a estar inhibido en sus sentimientos y desarrollar un complejo de culpa, pero ése no es el mandato del Hacedor del hombre, Jehová Dios el Creador. Dios inspiró al apóstol Pablo a escribir a la congregación romana estas palabras acerca de los que se hacen detestables a su vista: “Porque sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno.”—Rom. 1:26, 27.
8 El consejo de la Palabra de Dios sobre el asunto de beber con exceso es claro en las escrituras: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso . . . Porque el borracho . . . [vendrá] a parar en la pobreza.” (Pro. 23:20, 21) “¡Ay de los que son poderosos en beber vino, y de los hombres con energía vital para mezclar licor embriagante!” (Isa. 5:22) En las Escrituras Griegas Cristianas encontramos que Pablo condena la borrachera en 1 Corintios 6:9, 10, y sus palabras en Efesios 5:18 son: “No anden emborrachándose con vino, en lo cual hay disolución.” La borrachera es inmoralidad. La persona que desea hacer la voluntad de Jehová no debe practicar este vicio malo.
9, 10. (a) ¿Cómo tiene uno que guardar sus procesos del pensar a fin de agradar a Dios? (b) ¿Debería uno limpiarse de cualesquier prácticas malas condenadas por la Palabra de Dios después de la dedicación y el bautismo, o qué?
9 Además, la Palabra de Dios condena el robo, el incesto, el asesinato, la avaricia, la injuria, la extorsión, el mentir, el dar falso testimonio, el codiciar, etc. La realidad es que las Escrituras hasta aconsejan contra el estar pensando y hablando acerca de tales vicios a fin de obtener placer sensual o inmoral de tal habla. Escuche las palabras de Pablo: “Que la fornicación e inmundicia de toda clase o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno, cosas que no son decorosas.” (Efe. 5:3-5) Más bien, al cristiano se le exhorta: “Quítense de ustedes toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa junto con toda nocividad. Mas háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.” (Efe. 4:31, 32) Claro está que para ser aceptable a Jehová uno tiene que haber dejado estas prácticas inicuas de la carne. Así pueden aplicar las palabras del apóstol Pablo, a saber: “Y sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados, mas ustedes han sido santificados, mas ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios.”—1 Cor. 6:11.
10 Si una persona ha sido negligente y así continúa, negligente en alguno de estos requisitos, entonces no se halla en la debida situación para hacer una dedicación aceptable para hacer la voluntad de Jehová. Si una persona quiere ser siervo de Jehová tiene que venir limpia, y eso significa que ha corregido sus faltas a fin de presentarse delante de Jehová. El hombre no puede excusarse debido a que es pecador, sino que tiene que desechar las prácticas de la carne y cultivar los frutos del espíritu.—Gál. 5:22, 23.
OTRO REQUISITO SERIO
11. (a) ¿Qué otro requisito tiene que satisfacer la persona que teme a Dios y guarda sus mandamientos? (b) ¿Es este proceder uno que se atraiga el favor del mundo en general? (c) ¿Cuál era la actitud de los cristianos primitivos tocante a esto?
11 Antes de partir de esta Tierra Jesús aclaró a sus seguidores que tenían que mostrar devoción con toda el alma a él y por su manera de servir en el interés de aquellos a quienes hablarían acerca del reino de Dios. Él dijo: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” (Juan 15:19) La conducta de los seguidores de Jesús tendría que confirmar que ellos no eran parte del mundo de la humanidad bajo el inicuo sistema de cosas del cual el Diablo es el dios. (2 Cor. 4:4) Esto les acarrearía gran presión y persecución, tal como dijo Jesús: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán; si ellos han observado mi palabra, también observarán la de ustedes.” (Juan 15:20) La gran mayoría de los habitantes del mundo en los días de los apóstoles y discípulos de Jesús, hasta nuestra presente generación, no puede o no quiere entender la importancia de que los seguidores del Señor Jesús estén separados del mundo, como él mandó. Hoy la persona que desea hacer la voluntad de Jehová a la manera de Jehová tiene que estar preparada para enfrentarse a esta oposición. No es algo nuevo, pues las páginas de la historia registran los muchos sufrimientos y persecuciones que padecieron los seguidores de Cristo debido a su esfuerzo resuelto de no ser parte de este mundo. De los cristianos primitivos se dijo: “Preferían el Reino de Dios a cualquier reino al que pudieran servir en la Tierra. Los cristianos primitivos estaban dispuestos a morir por su fe.”—Old World to the New, Eugenio A. Colligan y Maxwell F. Littwin.
12. ¿Debe uno temer que Jehová lo abandone a uno en alguna ocasión si uno es fiel? ¿Por qué?
12 Esta separación no trae popularidad al cristiano dedicado. Cualquiera que emprenda la obra que Cristo Jesús efectuó tiene que entender a grado cabal esta necesidad de no ser parte del mundo. Sin embargo, no debe temer que Jehová y su Hijo Jesús jamás lo abandonarán en tiempo de dificultad y opresión. Pablo dio esta seguridad a los seguidores de Jesús: “Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.”—1 Cor. 10:13.
HACIENDO LO QUE HIZO JESÚS
13. ¿Por qué sabemos que es preciso hacer lo mismo que Jesús cuando se trata del anuncio de las buenas nuevas del Reino?
13 Cuando un individuo desea presentarse delante de Jehová para hacer su voluntad reconoce que otra responsabilidad que tiene que aceptar es la de ser ministro de las buenas nuevas. No hay distinción de clero y legos entre los seguidores verdaderos del Señor Jesús. Se nos dice que los seguidores de Jesús en el primer siglo de nuestra era común empleaban tiempo diciendo a otros las buenas nuevas acerca de Jesús. En el Evangelio de Mateo encontramos información acerca de que Jesús envió a doce a esparcir las buenas nuevas del reino de los cielos. (Mat. 10:5-7) En otra ocasión comisionó a setenta de sus discípulos y los envió delante de él a las ciudades a predicar la venida del reino de Dios. (Luc. 10:1, 8, 9) Después de su resurrección y precisamente antes de ascender al cielo Jesús dijo a sus once discípulos: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 28:19, 20) El discípulo Lucas registra las palabras de la reunión de Jesús con algunos de sus discípulos después de su resurrección y relata que Jesús les dijo: “Mas recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.”—Hech. 1:8.
14. ¿Cómo muestran las palabras del apóstol Pablo que es necesario estar activos en efectuar la obra de predicación?
14 Algunos años después de la muerte de Jesús y en los escritos del apóstol Pablo a Timoteo se registra esta exhortación a ser ministros de las buenas nuevas: “Predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar.” (2 Tim. 4:2) Pablo también recordó a los hombres de mayor edad de la congregación de Éfeso que era necesario esparcir la Palabra de Dios hablando a otros acerca de ella. Dijo: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.”—Hech. 20:20.
15. ¿Cuán activo estuvo Jesús como ministro de Dios, y qué dijo él que sus siervos estarían haciendo al tiempo del fin de este sistema de cosas?
15 Jesús mismo puso este ejemplo para la predicación de las buenas nuevas. Se nos dice: “Y Jesús emprendió un recorrido de todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino.” (Mat. 9:35) Verdaderamente Jesús fue un ministro trabajador, e instó a todos sus seguidores a que siguieran el ejemplo que él puso durante el tiempo en que estuvo en la Tierra. Jamás se ha revocado este requisito. De hecho, Jesús lo estableció como parte de la señal que marca el fin de este inicuo sistema cuando dijo, entre otras cosas: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Reconociendo este requisito de Dios manifestado en su Palabra y ordenado por el Hijo de Dios, Jesús, el que se dedica a hacer la voluntad de Dios tiene el deseo de participar en dicha obra de predicación para honra y gloria de Jehová.
LA SERIEDAD DEL VOTO DE DEDICACIÓN
16. (a) ¿Por qué está emprendiendo un derrotero serio el que hace un voto de llevar a cabo la voluntad de Dios? (b) ¿Cuánto tiempo está envuelto en el voto que uno hace de dar su vida a Dios para su servicio?
16 De esta consideración desde luego se hace patente que el hacerse seguidor verdadero de Cristo Jesús no es emprender un derrotero fácil en la vida. Sin embargo, es el derrotero correcto, y el que puede traer bendiciones eternas. Pero tal como Jesús aconsejó: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?,” así se exhorta a la persona que está considerando dedicarse y bautizarse a calcular lo que se requerirá de ella. (Luc. 14:28) Jesús fue un estudiante de la Palabra de verdad, y bien sabía la seriedad de los votos hechos a su Padre. Jehová había hecho que se registraran estas palabras en Eclesiastés: “Siempre que le hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo.” (Ecl. 5:4) Este tiene que ser el punto de vista de la persona que ahora piensa en la dedicación y el bautismo. Sin importar cuánto más viva, o cuánto más continúe este inicuo sistema de cosas, el cristiano dedicado tiene que estar firmemente resuelto en su corazón a llevar a cabo su voto de dedicación. Ninguna dedicación a Jehová es aceptable acompañada de una estipulación de tiempo. Uno no puede decir que servirá solo por determinado período de tiempo. Más bien, es una promesa de toda la vida, y se espera que la persona que venga delante de Jehová Dios cumpla esa promesa.
17. (a) ¿Por qué solo es razonable concluir que Dios espera que cumplamos con nuestro voto? (b) ¿Es el darse a dilaciones sin actuar el derrotero sabio? ¿Por qué? (c) ¿Con qué condición de corazón debemos abordar a Jehová?
17 Solo es razonable esperar que Jehová exija una vida de fidelidad. Esperamos que Jehová cumpla su promesa de concedernos vida eterna si mantenemos fidelidad. Ni siquiera pensamos por un instante que Dios se volverá atrás en su promesa. Por otra parte, Jehová tiene derecho a esperar fidelidad de nuestra parte cuando nos dedicamos a Él para hacer su voluntad. Por eso son oportunas las palabras de Eclesiastés 5:2: “No te des prisa respecto a tu boca; y en cuanto a tu corazón, no se apresure a producir una palabra ante el Dios verdadero.” La persona que llega a reconocer la voluntad de Dios para ella tiene que comprender que es preciso fijar con firmeza en su mente cuáles son los requisitos de Jehová Dios. No quiere ser de corazón apresurado en un asunto tan serio. Sin embargo, al mismo tiempo, aunque es preciso ejercer precaución, el darse a dilaciones sin actuar acarrea el disfavor de Jehová. Pues dice la Palabra de Dios: “Por lo tanto, si uno sabe hacer lo que es correcto y sin embargo no lo hace, es para él un pecado.” (Sant. 4:17) Jehová conoce el corazón, y conoce nuestros motivos y manera de vivir. No se le engaña a él. Entonces no debemos engañarnos nosotros mismos, o creer que podemos engañar a Jehová. Es preciso que lleguemos delante de El con un corazón puro, con la misma manera de pensar que Jesús tuvo y acerca de lo cual escribió el salmista: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas.”—Sal. 40:8; Heb. 10:5-10.
UN PROCEDER QUE TRAE LA BENDICIÓN DE JEHOVÁ
18. ¿Qué consuelo hay de parte de Dios para los que le temen y guardan sus mandamientos?
18 Los que llegan a este aprecio de la relación que pueden tener con Jehová Dios ciertamente pueden esperar una gran bendición. El cuidado y la protección del Padre celestial han de apreciarse en sumo grado, y de esas provisiones se nos habla con estas palabras: “Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso. Ciertamente diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.’” Y dice Jehová: “Porque en mí ha puesto su cariño, yo también le proveeré escape. Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre. El me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré. Con largura de días lo satisfaré, y le haré ver la salvación por mí.”—Sal. 91:1, 2, 14-16.
19. ¿Qué podemos perder al dedicarnos a Jehová, pero qué ganamos?
19 Aunque posiblemente este proceder signifique la pérdida de amistad con aquellos que sean opositores, aun en el propio círculo familiar de uno, no obstante la bendición de Jehová por mucho excede en valor cualquier pérdida que uno parezca sufrir. Fue Jesús quien dijo: “Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.”—Mar. 10:29, 30.
20. Finalmente, ¿qué recibirán de Jehová Dios los que puedan contestar “sí” a las dos preguntas que se les presentan al tiempo del bautismo?
20 Delante de nosotros en estos “últimos días” críticos espera un tiempo de dificultad como el cual no ha sucedido uno desde la creación del mundo hasta este tiempo. Pero el resultado final de esos días será el fin de este inicuo sistema de cosas y un nuevo orden que promete vida eterna bajo el reino de Dios por medio de su propio Hijo Jesucristo. Hoy los de la humanidad que reconocen que son pecadores que necesitan salvación y que han reconocido que esa salvación proviene de Jehová Dios y es por medio de su Hijo Jesucristo, y que se han dedicado sin reservas para hacer la voluntad del Dios Todopoderoso, de veras están en la posición que traerá muchas bendiciones del Dios Todopoderoso por medio de su Hijo. Tal galardón de parte de nuestro Padre celestial es incomparable, porque “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.”—Pro. 10:22.