Hallando seguridad personal
NADIE quiere estar inseguro. No obstante, siempre hay muchas cosas que pueden llevar a la pérdida de seguridad. Hay la enfermedad, la vejez, dificultades familiares, el crimen, la violencia y la soledad. También hay la inseguridad que surge cuando personas a las cuales consideramos amigos resultan desleales, indignas de confianza, o no ayudan en tiempo de necesidad.
Las amenazas a la seguridad personal no están disminuyendo en nuestro tiempo. En realidad, hoy más que nunca la seguridad personal está bajo amenaza. Como dijo el U.S. News and World Report del 25 de septiembre de 1967:
“Sea en lugares que tienen población grande —como la China, la India o la Unión Soviética— o en los países más pequeños del África o de la América latina o aun en los ‘sofisticados’ Estados Unidos, el esfuerzo por lograr contentamiento nacional está plagado de fricción, desorden y violencia.”
En medio de toda esta fricción, desorden y violencia, así como otras clases de dificultades, ¿adónde puede uno dirigirse para alcanzar mayor seguridad? ¿Cómo puede uno reducir al mínimo la congoja que trae la inseguridad?
LA FUENTE DE MAYOR SEGURIDAD
Sin importar la actividad que uno emprenda en la vida, mejorará su seguridad personal dirigiéndose a la fuente apropiada de dirección. Y puesto que es Dios quien creó al hombre y la mente del hombre, solo Él puede dar dirección verdadera que conduzca a la mayor seguridad personal. En su Palabra, la Biblia, dice: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos. Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.”—Pro. 3:1, 2, 5, 6.
Sí, la clave para la mayor seguridad personal en estos tiempos dificultosos es ésta: Aprenda las leyes de Dios y luego esfuércese por aplicarlas. Las leyes de Dios se establecieron para el provecho del hombre. Cuanto más amolde uno su vida a ellas, mayor beneficio y mayor seguridad recibirá. Del hecho de que así sucede pueden testificar centenares de miles de personas de todo el mundo que se asocian en una organización que se basa en las leyes y principios de Dios. Estos son los testigos de Jehová. Creen en Dios, obedecen sus leyes, y se asocian para su edificación en una organización unificada compuesta de más de 25.000 congregaciones en 197 diferentes países en todo el mundo. Disfrutan de una seguridad que no disfruta el resto del mundo.
LO QUE DICEN OTROS
No es presuntuoso el que los que obedecen las leyes de Jehová digan que disfrutan de mayor seguridad. Observadores imparciales dicen lo mismo. Note lo que dijo un escritor que no es testigo de Jehová acerca de una asamblea reciente que celebraron los Testigos en Asheville, Carolina del Norte:
“En estos días en que solo oímos o vemos artículos noticiosos acerca de motines, saqueo y propaganda de odio es hora de consolarnos con el equilibrio de las buenas noticias que se anotan en la columna de haber del libro mayor.
“Me refiero particularmente a la reciente asamblea de los testigos de Jehová que se celebró en Asheville por una semana a principios de este mes.
“El centro de operaciones de la reunión fue el Auditorio de la Ciudad... en los edificios del Hotel Jorge Vanderbilt. Inadvertidamente fui agasajado con un asiento de gradería para observar las actividades de estas personas maravillosas debido a que la ubicación de nuestra oficina está directamente enfrente de los dos edificios, al cruzar la calle. . . .
“Nunca se vio un policía. No había ruidos escandalosos, no había perturbaciones y no había altercados.
“La gente estaba de pie pacientemente en largas filas densas a la hora de cada una de las tres comidas que se servían diariamente.
“El orden era perfecto y no había gritos obscenos. Recuerde que a veces había hasta siete mil personas en torno del centro de operaciones... muchas de ellas de color.
“NO se tiraba basura. . . . Sin duda estaban motivados por el espíritu de buena voluntad hacia la humanidad.”—Citizen de Asheville del 26 de julio de 1967.
Este hombre observó a una sociedad de personas de todo ramo de actividad, de toda raza, motivada por las leyes de Dios. También estas personas estaban guiadas por el poderoso espíritu santo de Dios, ya que su espíritu acompaña a los que obedecen sus leyes. Y donde opera el espíritu de Dios, éste será el resultado: “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.”—Gál. 5:22, 23.
Por todo el mundo es igual. Por ejemplo, en Suecia durante una asamblea de los testigos de Jehová, comentó el periódico Expressen de Estocolmo:
“En ningún lugar es todo tan pacífico y tan decente como en la ciudad de tiendas de los testigos de Jehová. Los felices y alegres testigos no se emborrachan, no fuman.”
Hacia el fin de esa asamblea, el jefe de la policía comentó:
“Lamentamos que tengan que desmantelar sus excelentes instalaciones y que todas estas personas agradables y felices desaparezcan de nuestro vecindario.”
En Jerusalén, un director de giras dijo esto de los testigos de Jehová: “Este fue el grupo más grande que ha manejado una agencia turística de Jerusalén. Y fue el único grupo con el que he trabajado que ni siquiera se me quejó una sola vez.”
Cuando decenas de millares de testigos de Jehová se reunieron en Manila, Filipinas, el redactor en jefe del Evening News notó todo el trabajo que se requirió para la asamblea de ellos y dijo:
“Ninguno de ellos pensó en pedir paga. Si los católicos pudieran mostrar la misma unidad de espíritu, si pudieran participar en un esfuerzo de comunidad con el mismo celo y con la misma dedicación que están demostrando los Testigos, ¡piensen en la mar de bien que podrían hacer!”
Sí, el cristianismo que verdaderamente se basa en la Biblia es el mismo en todo el mundo. No importa que los que lo practican vivan en Europa, África, Asia, las Américas o en cualquier otro lugar; todos adoran exactamente de la misma manera. Tienen los mismos elevados principios. Tienen la misma seguridad y felicidad personales.
COMO ES POSIBLE
¿Cómo es posible que tantas personas vivan de esta manera mientras que el resto del mundo está alborotado? (Luc. 21:25, 26) Esto se debe a que todos éstos se han dirigido a la única fuente de seguridad, el Creador del hombre, Jehová Dios. Él sabe la mejor manera en que el hombre debe organizar y operar una sociedad. Él sabe mejor que nadie lo que hará segura y feliz a la gente.
Esta seguridad se basa en el conocimiento exacto de Dios que se encuentra en su Palabra, la Biblia. (2 Tim. 3:16, 17) Y hoy Dios hace disponible este conocimiento correcto a las personas escrutadoras y sinceras, lo cual hace posible que entren en una posición segura. El profeta Isaías predijo exactamente esto para nuestro día cuando dijo: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, . . . y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.’ . . . Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos.”—Isa. 2:3, 4.
Los que acuden a la instrucción que proviene de Jehová consiguen gran seguridad. Aprenden a confiar en Dios. Le escuchan a medida que habla desde su Palabra, las Santas Escrituras. Entienden claramente lo que es necesario que hagan para conseguir seguridad, y lo hacen. Tienen la misma actitud que los cristianos del primer siglo que dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Hech. 5:29) Al obedecer a Dios como gobernante llegan a estar bajo su guía, así como bajo su protección. El los conduce a organizar sus asuntos de la manera correcta. El espíritu santo de Dios, su fuerza activa invisible, dirige correctamente su modo de pensar y actividad, de manera muy semejante a un rayo de radar que guía a un avión a su destino correcto. Y solo los que obedecen a Dios como gobernante se benefician de esta manera de su espíritu: “El espíritu santo . . . Dios [lo] ha dado a los que le obedecen como gobernante.”—Hech. 5:32.
Es por eso que las sociedades, organizaciones, partidos políticos y religiones mundanos no tienen seguridad y se hallan en confusión angustiosa hoy en día. Realmente no están obedeciendo a Dios como gobernante, de modo que no tienen la guía y bendición de Dios. La Biblia predijo su condición, en contraste con la de los siervos de Dios, con estas palabras: “¡Miren! Mis propios siervos clamarán gozosamente a causa de la buena condición de corazón, pero ustedes mismos clamarán a causa del dolor de corazón y aullarán a causa de puro quebranto de espíritu.”—Isa. 65:14.
EN TODO ESFUERZO
Al obedecer a Dios como gobernante en todo aspecto de la vida, los cristianos verdaderos consiguen gran seguridad. Por ejemplo, la ley de Dios dice: ‘ama a tu prójimo como a ti mismo.’ (Mat. 22:39) Por eso, los siervos de Dios no cometen actos de violencia ni destrucción. En cambio, aprenden maneras amorosas y constructivas que infunden seguridad, que puedan ayudar a otros. Es por eso que entre ellos se está cumpliendo la bien conocida profecía de Isaías que dice: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”—Isa. 2:4.
El obedecer a Dios como gobernante también puede traer mejor salud. ¿A qué se debe esto? A que al adherirse uno a las leyes de Dios evita beber en exceso, fumar, comer inmoderadamente, inmoralidad, toxicomanía y otras prácticas que perjudican la salud de uno. Y al asociarse con los que también obedecen a Dios como gobernante, uno no está en la clase de compañía que conduce a prácticas que perjudican la salud. De modo que al obedecer las leyes de Dios es más probable que una persona disfrute de mejor salud que las que ceden a apetitos desenfrenados.
Es verdad que todavía todos estamos sujetos a enfermedad y vejez. No obstante, aquí también hay mayor seguridad entre los que obedecen a Dios como gobernante. Las leyes de Dios dan la instrucción de suministrar a los enfermos y los ancianos lo que éstos necesitan material y espiritualmente, de modo que los que necesitan ayuda y estímulo no son pasados por alto por sus familias. (1 Tim. 5:4, 8) Tales enfermos y ancianos reciben también la ayuda amorosa de sus muchos hermanos cristianos que les proveen asociación y estímulo. Esto es algo que ellos verdaderamente hacen.
Además hay la mayor seguridad que entra en la vida familiar cuando los matrimonios obedecen a Dios como gobernante. Cuando surgen problemas ambos cónyuges se dirigen a los mismos principios infalibles de la Palabra de Dios para guía. Comprenden que es Dios quien originó el matrimonio y quien da el mejor consejo para la felicidad en él. Y para los que piensan casarse, aconseja la Palabra de Dios: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”; cásense, “pero en el Señor.” (2 Cor. 6:14; 1 Cor. 7:39) El casarse solamente con alguien que también obedezca a Dios como gobernante aumenta en sumo grado las perspectivas de seguridad y felicidad maritales. En verdad, es el camino a la mayor felicidad en el matrimonio. Así que, debido a que edifican sus matrimonios en armonía con la Palabra de Dios, entre los testigos de Jehová no hay la misma cantidad ascendente de desbaratamientos de familias que hay en el mundo.
También, hay seguridad adicional en tener amigos en quienes uno realmente confía, amigos verdaderos que lo ayudan a uno en tiempo de necesidad, amigos que en el fondo procuran su bienestar. Los que obedecen a Dios como gobernante son amigos de tal clase. Puesto que obedecen las leyes de Dios en cuanto a la honradez, la moralidad y la integridad personal, no se les encuentra hurtando, cometiendo inmoralidad, emborrachándose ni abandonando a los amigos en tiempo de necesidad. Aman genuinamente a su semejante y no son motivados por intereses egoístas. Y cuando personas recién interesadas se asocian con ellos, los testigos de Jehová los ayudan a comprender que la conducta impía no se permite entre el pueblo de Dios. Pacientemente se les ayuda a estos nuevos a poner su vida en armonía con los principios bíblicos. Así, siempre se mantienen las elevadas normas de Dios en cuanto al comportamiento personal. ¡Qué gran sentimiento de seguridad proviene de estar entre el pueblo que obedece a Dios como gobernante!
AUN MAYOR SEGURIDAD EN EL FUTURO
En el futuro cercano vendrá aun mayor seguridad. Pronto, las cosas que estorban la seguridad personal, entre ellas este violento sistema de cosas que está tan lleno de iniquidad, serán eliminadas. ¡Dios ha garantizado que pondrá fin a estas cosas dentro de nuestra generación! (Mat. 24:34) La enfermedad, los achaques de la vejez, la muerte heredada de Adán y la iniquidad llegarán a ser cosas del pasado. Los que obedecen a Dios como gobernante disfrutarán de vida en un nuevo sistema de cosas. Y en ese nuevo sistema la Biblia promete que Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Rev. 21:3, 4) Así, al eliminarse lo que tiende a causar inseguridad, los que obedecen a Dios como gobernante podrán disfrutar de seguridad perfecta en un justo nuevo orden que durará para siempre.
La seguridad ahora, y la seguridad aun mayor que vendrá en el nuevo sistema de Dios, puede ser suya. Puede realizarse por medio de aprender lo que Dios requiere y luego haciéndolo. La segura promesa de Dios para los que lo hacen es: “En cuanto al que me escucha, él residirá en seguridad y estará libre del disturbio que se debe al pavor de la calamidad.”—Pro. 1:33.