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    La Atalaya 1969 | 15 de febrero
    • al reino de Dios, pero nosotros sufrimos a manos de ellos por proclamar “estas buenas nuevas del reino” en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones antes de que venga el fin de ellos. (Mat. 24:14) Ellos se enfrentan a destrucción eterna. Nosotros nos enfrentamos a liberación eterna. Entonces, ¿por qué no levantarnos erguidos y llenos de esperanzas alzar nuestra cabeza, elevando, a la vez, nuestra voz al seguir proclamando el reino de Dios?—Mar. 13:10.

      21. ¿A causa de qué otras cosas, según se mencionan en la advertencia de Jesús, no debemos estar cabizbajos?

      21 Ahora especialmente jamás debemos estar cabizbajos y permitirnos el lujo de cabecear en soñolencia y sueño ligero debido a participar con exceso con las naciones mundanas en sus esfuerzos por olvidar y pasar por alto las cosas que están sucediendo desde 1914. Debido a que ya es tan tarde y hemos avanzado tanto en la corriente de los asuntos mundiales, éste es el tiempo de todos los tiempos para que nos mantengamos alerta a lo que está sucediendo en el acercamiento veloz del mundo a la culminación inevitable, y luego actuemos como cristianos observadores y entendedores. No nos atrevemos a pasar por alto lo que Jesús incluyó como advertencia en su profecía: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.

      22. (a) ¿Qué significará ello para los que sean cogidos por ese día comparado a lazo? (b) ¿Qué condición de corazón debemos evitar?

      22 Un lazo o trampa se ajusta para que coja a su víctima en una fracción de segundo antes de que pueda escapar. Por eso, el que aquel día esté sobre nosotros súbitamente, en un instante, como un lazo, significa el ser atrapados sin posibilidad alguna de poder soltarnos y significa muerte para nosotros. Ese día comparado a lazo viene rápidamente “sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra,” tan seguramente como que el día sigue a la noche. Es cosa segura que todos nosotros entraremos en ese día puesto que llegará súbitamente por toda la Tierra y no quedará fuera de su alcance ningún morador de la Tierra. Todos tenemos que enfrentarnos a él. Pero, ¿cómo? ¿Procediendo como procedió la gente de los días de Noé antes del diluvio, comiendo y bebiendo en exceso y cediendo a las “inquietudes de la vida,” entre éstas las inquietudes que vienen con la búsqueda de placeres? Esto es lo que hace la clase del “esclavo malo.” (Mat. 24:38, 39, 48-51) Estas no son las cosas en las que hemos de cifrar nuestro corazón, permitiendo que nuestro corazón llegue a estar cargado con estas cosas y se ponga gordo, grueso e insensible a la llamada de Cristo al servicio del Reino. En este tiempo en que se determinan destinos es preciso que prestemos atención a nosotros mismos a fin de evitar tal condición de corazón.

      23. Para ‘lograr escapar de todas estas cosas,’ ¿cómo debemos mantenernos mentalmente, y con la ayuda de qué?

      23 Es un tiempo en que tenemos que mantener nuestros poderes y facultades, en su plenitud, despiertos y activos en el servicio de Dios, un tiempo en que tenemos que hacer ruegos, porque no podemos hacer esto con nuestras propias fuerzas. Sin la ayuda de Dios no podemos tener éxito. Solo así evitaremos el participar de la angustia, temor y expectativa aterradora de las naciones mundanas y el ser entrampados en la destrucción con ellas en el Armagedón.

      24. Nuestro propósito, junto con nuestro fuerte ruego, es hacer ¿qué? y el cumplir este propósito ¿qué nos traerá?

      24 Lo que nos estamos esmerando por hacer con todo nuestro corazón es estar en pie delante del Hijo del hombre que viene “con poder y gran gloria” para ejecutar el juicio divino en este sistema de cosas y sus apoyadores. Que toda la cristiandad, el antitipo de Jerusalén y Judea, caiga condenada a la destrucción delante de este Hijo del hombre a quien hipócritamente ha afirmado servir. Nuestro propósito, acompañado de nuestro fuerte ruego, es estar en pie aprobados delante del Hijo del hombre como verdaderos seguidores de él que nos hemos mantenido erguidos, con la cabeza alzada, constantemente despiertos y jamás mirando atrás a la cristiandad y Babilonia la Grande, de las cuales hemos huido. Erguidos en la plena dignidad de nuestro servicio como siervos libres y dedicados del Dios Altísimo, mantendremos alzada nuestra cabeza, obedientemente proclamando el reino de nuestro Padre celestial, Jehová Dios, y sirviendo el interés de ese Reino. (Rom. 14:4) Este proceder activo y fiel en breve nos traerá el magnífico galardón de ser librados de este inicuo sistema de cosas y ser introducidos en el nuevo orden bendito de Dios, para adorarle y servirle por los siglos de los siglos en su templo imperecedero.

  • Los registros históricos de Asiria y la Biblia
    La Atalaya 1969 | 15 de febrero
    • Los registros históricos de Asiria y la Biblia

      DURANTE los muchos siglos los nombres de prominentes gobernantes asirios como Sargón, Tiglat-piléser (Teglatfalasar), Salmanasar y Senaquerib se han pasado de generación a generación de lectores de la Biblia. Con un sentido de realidad no igualado por ningún registro seglar, la Biblia relató los tratos de éstos con el pueblo de Judá e Israel. En el caso de Sargón, los historiadores seglares modernos por largo tiempo ni siquiera estuvieron seguros de su identidad.

      Entonces, en los siglos dieciocho y diecinueve vino la era del arqueólogo. Excavaciones en túmulos de Mesopotamia produjeron hallazgos pasmosos. Refiriéndose específicamente a la obra que emprendió el arqueólogo Paul-Emile Botta, el escritor C. W. Ceram, en Gods, Graves and Scholars, escribe en la página 225: “Hasta ahora solo la Biblia había dicho algo pertinente acerca de la tierra entre los dos ríos, y para la ciencia del siglo diecinueve la Biblia era una colección de leyendas.”

      Pero ahora aquellos guerreros-reyes de Asiria volvieron a vivir, a medida que salieron a luz sus propios anales, sus palacios, sus inscripciones de “despliegue” y sus “listas de reyes.” La asiriología vino a ser una ciencia aceptada, y los que se interesaban en su estudio penetraron en el volumen de datos que se desenterraron para formar la historia de un imperio poco conocido. Ahora se reconoció que los hechos relatados en la Biblia acerca de Asiria y sus gobernantes eran auténticos, pero los investigadores modernos se pusieron a desafiar la cronología o la fecha de los sucesos de la historia asiria según se hallan en la Biblia.

      De modo que ahora surge la pregunta: ¿Tienen material confiable los especialistas de la asiriología sobre el cual basar sus supuestas correcciones del Libro que por tantos siglos mantuvo vivo el conocimiento de aquellos nombres antiguos y los sucesos relacionados con ellos? ¿Han provisto los registros y monumentos arrebatados de los túmulos polvorientos del Cercano Oriente una base tan sólida que ahora la

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