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  • Manteniendo equilibrio en las relaciones humanas
    La Atalaya 1969 | 15 de marzo
    • perfectamente bien el propósito. (1 Ped. 3:8) Fue una lección que aprendieron cabalmente los fieles, pues el registro bíblico revela que mantuvieron este punto de vista equilibrado y trabajaron juntos en unidad para edificar la congregación cristiana. Ninguno de ellos se esforzó ambiciosamente por conseguir prominencia o prestigio. De hecho, unos años después cuando surgió la cuestión polemística de la circuncisión, “los apóstoles y los hombres de mayor edad se reunieron” en Jerusalén y la consideraron de manera ordenada. Y evidentemente no fue uno de los apóstoles quien presidió, sino el discípulo Santiago, hermanastro de Jesús.—Hech. 15:6-29; 12:1,2.

      UN NUEVO MANDAMIENTO

      18. ¿Cómo llamó de nuevo la atención más tarde Jesús al ejemplo que les había puesto a sus seguidores?

      18 Más tarde, después de lavarles los pies a sus apóstoles y de despedir a Judas Iscariote, Jesús de nuevo llamó atención al ejemplo que había puesto, diciendo a los once restantes: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:34, 35) Como judíos circuncisos bajo el pacto de la Ley, los apóstoles ya estaban bajo el mandato de amar a su prójimo como a sí mismos. (Mat. 22:39; Lev. 19:18) Pero ahora Jesús dijo que sus seguidores verdaderos serían reconocidos por demostrar un amor más extenso, superior... imitando el ejemplo que él les puso.

      19. ¿Qué ejemplo singular de demostrar amor puso Jesús?

      19 Jesús de veras puso un ejemplo singular tocante a mostrar amor. Incansablemente se gastó en servir a otros, considerando los intereses de ellos antes que los de él. Debido a absorberse completamente en ayudar a la gente en el camino que lleva a la vida a menudo sacrificó las comodidades normales a las cuales están acostumbrados los humanos. (Luc. 9:58) Esto fue demostrar amor a un grado mayor que el amor al prójimo que requería el pacto de la Ley. Usted recordará que, cuando los dos apóstoles persuadieron a su madre a pedir a favor de ellos puestos principales en el Reino, Jesús dijo: “Porque aun el Hijo del hombre no vino para que se le sirviese, sino para servir [a otros] y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mar. 10:35-45; Mat. 20:20-28) Jesús nunca buscó autoglorificación, sino que humildemente sirvió a sus seguidores, hasta que finalmente se humilló al grado de dar su vida a favor de ellos. ¡Qué amor superior, ejemplar!—Fili. 2:8; Juan 15:12, 13.

      20. ¿Cómo afectará a nuestra relación con nuestros hermanos cristianos el imitar el ejemplo de Jesús de mostrar amor?

      20 Como cristianos, estamos obligados a copiar este ejemplo de Jesús. No solo tenemos que amar a Jehová Dios como él lo hizo, sino también tenemos que imitar el amor altruista que él mostró a sus seguidores. (1 Juan 4:20, 21) ¿Tiene usted amor de la clase que él demostró? ¿Entregaría usted su vida por sus compañeros cristianos? Es verdad, posiblemente no se nos pida que sacrifiquemos literalmente nuestra vida a favor de ellos, pero nuestro amor tiene que ser de tal calidad que lo haríamos de buena gana si surgiera la necesidad. “Nosotros estamos obligados a entregar nuestras almas por nuestros hermanos,” explicó el apóstol Juan. (1 Juan 3:16; Rom. 16:3, 4) Piense ahora: Si tenemos ese grado de amor, ¿no debemos estar dispuestos a servir humildemente en el interés de nuestros hermanos? ¿No debemos ser tiernos, bondadosos y considerados para con estos por quienes de buena gana entregaríamos nuestras almas? ¿No fue esto una lección que Jesús se esforzó por inculcar en sus seguidores?

      REHACIENDO LA MENTE

      21. ¿Por qué es preciso que los cristianos se transformen rehaciendo su mente?

      21 ¡Cuán evidente es que para mantener una relación apropiada con sus hermanos cristianos uno tiene que ‘cesar de amoldarse a este sistema de cosas, mas transformarse rehaciendo su mente’! (Rom. 12:2) La actitud mental del cristiano es muy diferente de la actitud de la gente mundana. ¡Cuán común es que personas que tienen educación especial, como el clero, los médicos, científicos o abogados, tengan una actitud de superioridad y piensen que son mejores que otros! Lo mismo aplica a personas que tienen talentos especiales, como las personalidades de los deportes o de la cinematografía, o los que poseen atributos de notable belleza física o inteligencia excepcional. La admiración que reciben éstos con frecuencia hace que tengan un estado de ánimo de quien se considera superior. Pero recuerde que la actitud del cristiano equilibrado es la de estar “considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes.”—Fili. 2:3.

      22. ¿Qué significa tener humildad de mente y considerar que otros son superiores a uno?

      22 Sin embargo, ¿qué significa tener humildad de mente y considerar que otros son superiores a uno? No significa, por ejemplo, que un violinista experto piense que un compañero que jamás ha tocado ese instrumento puede tocarlo mejor que él. Obviamente no se trata de esto. Muchas personas han recibido entrenamiento o tienen talentos que las hacen sobresalir entre otros que no han recibido entrenamiento semejante ni poseen talentos comparables. Pero esto no los hace personas superiores. Tampoco debe hacerlos altivos, de modo que consideren que otros son inferiores a ellos. La Biblia se refiere aquí a la actitud mental de uno, y la actitud mental sincera del cristiano debe ser la de que otros son superiores a él. Nunca debe pensar que de alguna manera es una persona superior, y que por lo tanto otros deben servirle. Sin duda no hubo una actividad en la que los apóstoles de Jesús pusieran la mano o mente que Jesús no pudiera haber hecho muchísimo mejor. No obstante, Jesús humildemente les sirvió, ¡hasta arrodillándose y lavándoles los pies!

      23. ¿De qué manera son diferentes de muchas personas del mundo los cristianos que tienen un punto de vista equilibrado?

      23 ¡Cuán refrescantes y agradables son los que verdaderamente demuestran esta actitud de humildad de mente! ¡Qué excelente punto de vista equilibrado tienen éstos tocante a su relación con sus hermanos cristianos! Son completamente diferentes de las personas de este sistema de cosas. El solo hecho de que algunos quizás tengan más dinero o más posesiones materiales no los hace pensar que deben recibir consideración especial por encima de las personas de menos recursos. Reconocen que el dinero no los hace personas superiores, y obran de acuerdo con esto. (1 Tim. 6:17) Así mismo, personas que pertenecen a una raza o nacionalidad en particular comprenden que esto de ninguna manera las hace superiores a otros. Por lo tanto, siguen teniendo humildad de mente, considerando sinceramente que hasta personas de una raza o nacionalidad menos popular son superiores a ellas.—Rom. 10:12.

      24, 25. ¿Quiénes especialmente deben llevar la delantera en ejercer amor y demostrar humildad de mente?

      24 Este mismo estado de ánimo de humildad es algo que especialmente deben ejercer los que han sido nombrados superintendentes, siervos ministeriales y otros que disfrutan de privilegios especiales de servicio en la organización cristiana. Es verdad que a otros de la congregación se les insta a cooperar con tales individuos e imitar su fe, pero ninguno de estos que lleva la delantera jamás debe pensar que es superior porque preside en las reuniones, posiblemente tenga mayores habilidades para discursar u organizar, o pueda dedicar más tiempo al servicio de Jehová. (Heb. 13:7, 17) Note que después de instar a los hombres más jóvenes a estar en sujeción a los hombres de mayor edad que son responsables de pastorear el rebaño de Dios, el apóstol Pedro mandó: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Ped. 5:5) Ninguno está omitido. Todos, incluso el que lleva la delantera, han de ceñirse con humildad de mente. “Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo,” manda la Biblia.—Efe. 5:21.

      25 De hecho, el superintendente debe ser el que ponga el ejemplo tocante a ser humilde y tocante a tener humildad de mente. Eso es lo que hizo el Pastor Excelente Jesucristo. No escatimó esfuerzo para inculcar mediante ejemplo la necesidad de que sus seguidores tengan amor y humildad. Así, también, debe tenerlos el superintendente. No es capataz, sino siervo de sus hermanos. (Mat. 20:25-27) Esto es algo importante que él debe recordar. Sí, es un asunto que todo cristiano debe aprender bien, porque para mantener equilibrio en nuestra relación de unos con otros, es preciso que estemos amando a nuestros hermanos y jamás pensemos que somos superiores a ellos.—1 Juan 4:21; Fili. 2:2-4.

      26. ¿Cuál es un verdadero aliciente para mantener equilibrio cristiano ahora?

      26 Mirando adelante, ¡piense en el tiempo cuando todos los que vivan en la Tierra tengan esta misma actitud mental refrescante! ¡Qué agradable lugar será éste en el cual vivir! Entonces todos los que vivan estarán vestidos perfectamente de los “tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad,” y especialmente de amor. (Col. 3:12-14) Sí, todos amarán a Jehová Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas; y amarán a sus hermanos con un amor semejante al de Cristo. ¡Qué magnífico aliciente para mantener equilibrio ahora, a fin de vivir entonces!

  • ‘Sufriendo el mal como soldado de la clase correcta’
    La Atalaya 1969 | 15 de marzo
    • ‘Sufriendo el mal como soldado de la clase correcta’

      Según lo relató Gerhard Oltmanns

      ‘A TODA costa obedeceremos las leyes de Dios aunque esto signifique perder la vida y continuaremos reuniéndonos para adorar. Si su gobierno nos oprime tendrá que rendirle cuentas al Dios Todopoderoso.’ Estos fueron los pensamientos de conclusión de una resolución que se recibió en la Cancillería del Tercer Reich el 7 de octubre de 1934. Centenares de copias del mismo mensaje vinieron de congregaciones de los proscritos “estudiantes sinceros de la Biblia,” conocidos en otros países como testigos de Jehová.

      Nunca olvidaré ese día, porque a las diez de la mañana nos habíamos reunido para orar, y luego, después de tratar sobre ello, resolvimos unánimemente enviar este mensaje al gobierno de Hitler. Jamás podríamos seguir a Hitler como caudillo, ni reconocerlo como tal, porque ya habíamos emprendido el ser ‘excelentes soldados de Jesucristo,’ el genuino “caudillo y comandante a los grupos nacionales” dado por Dios. (2 Tim. 2:3; Isa. 55:4) Para mí especialmente fue una ocasión conmovedora.

      Pues, me había puesto en contacto por primera vez con los estudiantes de la Biblia en mayo de 1924. Sucedió cuando estaba ayudando a uno de mis compañeros de trabajo a mudarse a otra casa. Me topé con una mandolina vieja, y sin ningún motivo en absoluto me puse a rasguear en ella en tono bajo el himno antiguo: “Alabad al Señor, Poderoso Rey de gloria.” Eso bastó. Pronto nos enfrascamos en una seria consideración de la Biblia, porque el

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