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Cómo se considera la moralidad cristianaLa Atalaya 1971 | 15 de diciembre
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de Corinto que vivía inmoralmente: “Remuevan al hombre inicuo de entre ustedes mismos.” Y relacionado con eso declaró: “Ahora les estoy escribiendo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que llamándose hermano sea fornicador, o avariento, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, ni siquiera comiendo con tal hombre.” (1 Cor. 5:11-13) ¿Se sigue esta instrucción en la iglesia a la cual usted asiste?
La regla en la Palabra de Dios es que ‘lo que una persona siembra eso segará.’ (Gál. 6:7, 8) ¿En qué resulta la tendencia moderna respecto al sexo? ¿No es verdad que el divorcio y los hogares rotos están aumentando y que estas familias desbaratadas son suelo fértil para la delincuencia juvenil? ¿No es verdad que las autoridades de la salud advierten ahora que es casi imposible controlar las enfermedades venéreas, puesto que están alcanzando proporciones epidémicas? ¿Y no es verdad que el número de hijos ilegítimos está montando estratosféricamente, y que cada vez son más jóvenes las muchachas solteras que llegan a ser madres o abortan para evitarlo? ¿Le parece que estos frutos son el producto de sembrar lo que es bueno?
Las leyes de Dios no solo tienen autoridad tras ellas, sino que también son sabias y para el bien del hombre. “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8) Sí, el vivir en armonía con los principios de la Biblia resulta en hogares felices y unidos y en el galardón de vida interminable en el favor de Dios. ¿Es esto lo que usted quiere? Si eso es, entonces sin duda reconoce la importancia de la moralidad cristiana. En un mundo que está sufriendo decadencia moral, ¿no debería usted evitar a los que muestran ser cristianos solo de nombre y en cambio tratar de asociarse con los que son moralmente limpios? Hallará que asociación de esta clase es refrescante y que lo estimula a conducta limpia y sana.
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Por qué debe aparecer el nombre de Dios en toda la BibliaLa Atalaya 1971 | 15 de diciembre
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Por qué debe aparecer el nombre de Dios en toda la Biblia
QUIZÁS en su lectura de la Biblia usted ha notado el nombre de Dios en el llamado “Antiguo Testamento.” Por ejemplo, tal vez haya leído en la Versión Valera: “Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.”—Sal. 83:18; Isa. 12:2.
Sin embargo, en su lectura del “Nuevo Testamento” o Escrituras Griegas Cristianas quizás nunca haya encontrado el nombre de Dios. La mayoría de los traductores lo han dejado fuera al traducir esa parte de la Biblia. ¿Por qué? Una razón es que hasta ahora no se han hallado copias manuscritas antiguas del texto original de las Escrituras Griegas Cristianas que contengan el nombre divino en su forma completa.
Pero, por otra parte, el nombre de Dios sí aparece en su forma abreviada, Yah o Jah, tanto en los manuscritos griegos antiguos como en las traducciones de ellos. En su lectura de la Biblia, ¿ha observado en Apocalipsis o Revelación 19:1, 3, 4, 6, la expresión “Aleluya” (del hebreo, Hallelú-yah)? El Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano bajo “Aleluya” dice: “Palabra
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