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  • ¿Cómo está su corazón?
    La Atalaya 1971 | 1 de agosto
    • ¿Cómo está su corazón?

      “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.”—Pro. 4:23.

      1. ¿Qué hechos impresionantes y que ponen a uno sobrio se saben acerca del corazón humano?

      EL CORAZÓN humano, en cuanto a tamaño, solo es de aproximadamente el tamaño de un puño. Sin embargo es una verdadera central generadora. ¡Imagínese! Cada pocos minutos el corazón de uno hace circular los aproximadamente cinco a seis litros de sangre del cuerpo alrededor de la red de aproximadamente 97.000 kilómetros de arterias, venas y vasos capilares, bañando a cada una de los billones de células del cuerpo con el precioso fluido de la vida. Desde antes de haber sido separado uno de la matriz de su madre, ha dependido completamente de que este órgano de intrincado diseño lata día y noche sin cesar. Si deja de latir por más de unos cuantos minutos, las células del cuerpo comienzan a morir, empezando con las frágiles células cerebrales, que, al ser privadas de oxígeno vital y otro nutrimento de la sangre, empiezan a perecer, lo cual hace inminente la muerte.

      2, 3. (a) A pesar de los adelantos de la medicina, ¿qué continúa siendo la causa principal de muertes? (b) ¿Qué se puede hacer físicamente para salvaguardar el corazón?

      2 Para efectuar su enorme trabajo durante una vida media de aproximadamente setenta años, el corazón forzosamente tiene que ser vigoroso. Lo es, pero el corazón resulta muy afectado por la manera en que vive y piensa el individuo. Las tensiones y hábitos de vida de este mundo moderno ejercen una carga aplastante en el corazón. Le puede pasar algo malo, y a pesar de los adelantos de la investigación médica que ha producido trasplantes de corazón, corazones mecánicos y otros artefactos y técnicas en el campo de la terapia cardiovascular, todavía es relativamente poco lo que pueden hacer los doctores por uno si su corazón le empieza a fallar. Las enfermedades del corazón todavía son el asesino número uno por amplio margen.

      3 Sin embargo, los médicos nos dicen que uno puede hacer mucho para salvaguardar su corazón, pero esto tiene que hacerse antes que comiencen las dificultades. El comer impropio, el fumar, el beber en exceso, la inquietud, la tensión prolongada, los violentos arranques emocionales, el no obtener la cantidad apropiada de descanso y ejercicio, todas estas cosas ejercen efectos perjudiciales en este órgano vital, apresurando la muerte o tal vez dejando inválida a la persona por el resto de su vida. Sabiamente la Biblia aconseja: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos.”—Pro. 14:30; Ecl. 2:23.

      4. Aunque el salvaguardar físicamente el corazón es vital, ¿qué es mucho más importante? ¿Por qué?

      4 Tratamos un asunto serio cuando hablamos acerca de este órgano pequeño del cual tanto depende la vida. Solo tenemos uno. Cuando se va, la muerte de veras ha hecho otra víctima. Al leer estos hechos que nos hacen pensar con seriedad, usted quizás hasta sienta que su propio corazón comienza a latir un poco más aprisa y que cierta inquietud se deja sentir por todo su organismo. Pero a pesar de la urgencia de proteger nuestro corazón desde el punto de vista físico para vivir una vida media, más urgente todavía es salvaguardar el corazón debido a su papel importante en generar motivos, en originar deseos y afectos, si esperamos vivir para siempre en el nuevo orden de Dios tan cerca ahora. Es por eso que la Biblia advierte: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.” La manera en que desarrollemos y protejamos nuestro corazón espiritualmente, y la manera en que nuestro corazón nos mueva, serán factores concluyentes para Aquel que “está avaluando los corazones,” al determinar si viviremos en el justo nuevo sistema de cosas que Dios hace, o si iremos a muerte perpetua debido a que nuestro corazón nos habrá fallado espiritualmente.—Pro. 4:23; 21:2; 24:12.

      MIRANDO EN LO HONDO DEL CORAZÓN

      5. ¿Es el “corazón” parte de la mente? Explique.

      5 ¿Dónde está su corazón, y qué es? Quizás usted diga: ¿A qué corazón se refiere? Usted sabe que tiene un corazón en el pecho, uno que impulsa la sangre por todo su cuerpo, sirviendo a cada célula individual con ese río o corriente de la vida. Pero, ¿tiene usted otro “corazón” en la cabeza, un “corazón figurativo”? ¿Forma éste parte de su cerebro o es aquella facultad abstracta del cerebro que llamamos la “mente”? ¡No! El cerebro, donde está la mente, es una cosa, y el corazón en nuestro tórax, con su poder de mover es otra cosa.

      6. ¿Cómo se usa en la Biblia la palabra “corazón”?

      6 Con muy pocas excepciones, el uso de la palabra “corazón” en la Biblia está circunscrito a las operaciones o funcionamientos del corazón del hombre como la central generadora de los deseos, emociones y afectos de uno, el lugar que viene a abarcar las capacidades generadoras de motivos. La Biblia no habla de un corazón simbólico o espiritual a distinción del corazón carnal o literal, tal como no habla de una mente simbólica, y por eso no queremos cometer el error de considerar el corazón literal simplemente como una bomba carnal como lo hace hoy día la fisiología ortodoxa. La mayoría de los psiquiatras y psicólogos tienden a atribuir más de lo debido a la mente y dejar lugar a poca influencia, si acaso alguna, de parte del corazón carnal, considerando la palabra “corazón” simplemente como una metáfora aparte de su uso al identificar el órgano que bombea nuestra sangre.

      7, 8. (a) Describa la acción recíproca entre el corazón y la mente del individuo. (b) ¿Qué influencia tiene el corazón en cuanto a rasgos de la personalidad?

      7 Sin embargo, el corazón está intrincadamente conectado con el cerebro por el sistema nervioso y está bien provisto de terminaciones nerviosas sensorias. Las sensaciones del corazón se registran en el cerebro. Es aquí que el corazón hace que tengan efecto en la mente sus deseos y sus afectos en el proceso de sacar conclusiones que tienen que ver con motivos. A la inversa, la mente alimenta al corazón con interpretaciones de los impulsos recibidos de los sentidos y con conclusiones sacadas que se basan en el conocimiento que ha recibido, ya sea en el mismo instante o de la memoria. Hay una estrecha interrelación del corazón y la mente, pero son dos facultades diferentes, que tienen su centro en diferentes ubicaciones. El corazón es una bomba muscular diseñada maravillosamente, pero, más significativamente, nuestras capacidades para emoción y motivos están construidas dentro de él. El amor, el odio, el deseo (bueno y malo), la preferencia de una cosa en vez de otra, la ambición, el temor... de hecho, todo lo que sirve para movernos en relación con nuestros afectos y deseos brota del corazón.

      8 La Biblia establece una distinción definida entre el corazón y la mente. Jesús distinguió entre las dos cosas cuando dijo que tenemos que amar a Jehová con ‘todo nuestro corazón’ así como con ‘toda nuestra mente.’ (Mat. 22:37) Lo que somos en el corazón determina a amplio grado lo que somos en cuanto a personalidad. Con relación a esto el apóstol Pedro habla de “la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios.”—1 Ped. 3:4.

      9. ¿Qué creen algunos científicos acerca del corazón, aparte del hecho de que es una bomba para la sangre?

      9 Consideremos algunos puntos significativos acerca del órgano carnal encerrado en su pecho, el corazón, que en hebreo se llama lev y levav y en griego kardía (de donde obtenemos la palabra “cardíaco”). Algunos hombres de la ciencia médica y psiquiatras creen que el corazón hace considerablemente más que bombear sangre. Por ejemplo, el Dr. D. E. Schneider, neurólogo y psiquiatra de Nueva York, ha indicado que, cuando el embrión humano está formándose, el corazón y el cerebro se desarrollan de la misma zona, que el corazón es en parte tejido nervioso y, adicionalmente, tiene capacidad para manufacturar y almacenar ciertas sustancias químicas altamente potentes que ejercen un efecto regulador en el cuerpo, incluso, según esta investigación, en el cerebro. La conclusión que sacó es que hay “evidencia de que existe una relación recíproca entre mente y corazón,” y que, así como la mente tiene su efecto en el corazón, “el corazón [sí, el corazón carnal en su pecho] a su vez puede influir en la mente intensamente.” Ciertos otros investigadores han sacado conclusiones bastante similares.

      10. En los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón, ¿que, concebiblemente, produce el comportamiento psicopático serio?

      10 Es significativo que los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón, casos en que los nervios que conectan el corazón con el cerebro se cortan, tienen graves problemas emocionales después de la operación. El nuevo corazón todavía puede funcionar como bomba, pues tiene su propio abastecimiento de fuerza y mecanismo regulador del tiempo, independiente del sistema nervioso general, para dar impulso al músculo del corazón, pero tal como ahora solo responde perezosamente a influencias exteriores, el nuevo corazón a su vez registra pocos, si acaso algunos, factores claros de motivo en el cerebro. No está manifiesto a qué grado las terminaciones nerviosas del cuerpo y el nuevo corazón pueden establecer conexiones con el transcurso del tiempo, pero esto no puede excluirse como uno de los varios factores que producen las serias aberraciones y desorientación mentales que los médicos informan que se observan en los pacientes en los cuales se han efectuado trasplantes de corazón. Estos pacientes tienen bombas para su sangre suministradas por donantes, pero, ¿tienen ahora todos los factores que se necesitan para que se diga que tienen un “corazón”? Una cosa es segura, al perder su propio corazón, se les han quitado las capacidades de “corazón” que se han formado en ellos a través de los años y que contribuían a hacerlos lo que eran en cuanto a personalidad.

      11, 12. (a) ¿Qué se ha informado sobre el comportamiento de pacientes en que se han efectuado trasplantes de corazón? (b) ¿Qué observaciones significativas se hacen sobre la estructura y función del corazón además de ser bomba para la sangre?

      11 El Medical World News (23 de mayo de 1969), en un artículo intitulado “¿Qué le hace un nuevo corazón a la mente?” informó lo siguiente: “En el Centro Médico de la Universidad de Stanford el año pasado, un hombre de 45 años recibió un nuevo corazón de un donante de 20 años y pronto anunció a todos sus amigos que iba a celebrar su vigésimo cumpleaños. Otro recipiente resolvió vivir en conformidad con la pura reputación del prominente ciudadano local que fue el donante. Y un tercer hombre expresó gran temor de adquirir características de feminidad al recibir el corazón de una mujer, aunque se tranquilizó algo cuando se enteró de que las mujeres viven más que los hombres. Según el psiquiatra Donald T. Lunde, consultor del equipo de trasplantes del cirujano Norman Shumway en Stanford, estos pacientes representan algunas de las menos severas aberraciones mentales [la bastardilla es nuestra] que se observaron en la serie de 13 trasplantes por Shumway durante los últimos 16 meses.” Continúa el artículo: “Aunque cinco pacientes de la serie habían sobrevivido hasta principios de este mes, y cuatro de ellos se hallaban en casa llevando vidas más o menos normales, tres de los que no sobrevivieron se hicieron psicopáticos antes de morir el año pasado. Y otros dos se han hecho psicopáticos este año.”

      12 Aunque el Dr. Lunde menciona la administración de la droga prednisona y los efectos de agotamiento de la mente de una operación seria y el tener que guardar cama por largo tiempo bajo atención intensa como las causas principales de estos extraños desórdenes de la personalidad, es interesante observar que el Dr. Schneider, “neurólogo-psiquiatra neoyorquino y estudiante de la acción recíproca cerebro-corazón, ve otros factores que modifican las explicaciones que da el Dr. Lunde para las psicosis que se hallaron en la serie de trasplantes de corazón por Shumway. El Dr. Schneider . . . sostiene que ‘el corazón es más que la bomba de un plomero... es una batería neuroendocrina. Tiene un pequeño cerebro propio, los nódulos S-A y A-V y el haz conductor, y las pequeñas ondas procedentes de este haz se pueden discernir junto con cada onda del corazón en un ECG [electrocardiograma]. Más allá de esto, la manufactura y el almacenamiento extensos de catecolaminas por el corazón pueden afectar las concentraciones de estas neurohormonas en el hipotálamo.’” (Ib., página 18) El Dr. Schneider observó que a muchos pacientes a quienes no se les hizo trasplantes de corazón y a los cuales se les administró prednisona o que estuvieron en cama por largos períodos no desarrollaron psicosis.

      13. (a) ¿Cómo es posible que una persona esté viviendo y sin embargo esté muerta a la vista de Dios? (b) ¿De qué manera más vital puede decirse del corazón que “procedentes de él son las fuentes de la vida”?

      13 Prescindiendo de lo que todavía aprenda la ciencia médica acerca del corazón humano, la Biblia definitivamente hace una distinción entre la mente y el corazón; los separa. Y, al considerar que el corazón desempeña un papel tan vital, ¡qué importante es salvaguardarlo, no solo por gobierno dietético de uno mismo y por otros medios físicos, sino vigilando lo que penetra profundamente en nuestro corazón a medida que llegan a él impresiones procedentes de los sentidos y como resultado de las acciones recíprocas del corazón y la mente! Si el corazón se detiene y el cuerpo no recibe sangre vivificante, perecemos, incluso nuestras facultades de corazón y mente; pero aunque estemos viviendo, si no hay una corriente constante de motivos, deseos y afectos apropiados desde nuestro corazón, no podemos esperar agradar al Dador de Vida, Jehová. “La que se entrega a la satisfacción sensual está muerta aunque está viviendo.” (1 Tim. 5:6) A la luz de esto, las palabras: “procedentes de él son las fuentes de la vida” asumen mayor significado. Es desde el corazón que se nos mueve a adorar. “Con el corazón se ejerce fe para justicia.” (Rom. 10:10) Tenemos que amar a Jehová con todo el corazón y adorarlo “con espíritu y con verdad.” (Juan 4:24) Al crear al hombre, Jehová hizo un lugar especial en el corazón del hombre para sí mismo, el cual, por supuesto, tiene que ser cultivado y alimentado por cada uno. Es el tonto o insensato quien “ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová.’” Dios puede ser reemplazado en el corazón por otras personas, objetos, o conceptos, si uno opta por hacerlo, pero las criaturas humanas son hechas naturalmente para de corazón adorar a su Creador.—Sal. 14:1; Pro. 3:1-7.

      14. ¿Cómo está envuelto el corazón en la expresión de nuestras emociones?

      14 Es interesante observar, también, que el corazón es uno de los primeros órganos del cuerpo que es afectado por circunstancias emocionales. Nuestro corazón salta de gozo; el peligro súbito acelera violentamente el corazón. El temor produce trepidación del corazón. El pesar y la aflicción le producen dolor. Desde las alturas del gozo y el placer hasta las profundidades de la desesperación y el dolor, se sienten por todo el cuerpo las sensaciones del corazón. Apropiadamente tenemos muchas frases que incorporan la palabra “corazón.” Para mencionar unas cuantas, las siguientes: Tener uno mucho corazón, encogérsele a uno el corazón, ser blando de corazón, no tener uno corazón, de corazón, arrancársele a uno el corazón, poner una cosa en el corazón de uno, no caberle a uno el corazón en el pecho, abrir uno su corazón, etc.

      CONTRASTE DEL CORAZÓN Y LA MENTE

      15. Describa la facultad de “mente.”

      15 La mente, según usamos el término en español, es el intelecto o centro donde se somete a procedimiento el conocimiento. Recoge información, piensa en ella y, por el procedimiento de razón y lógica, saca conclusiones. Con sus facultades de aprendizaje y percepción, la mente relaciona los fragmentos de información que recibe y forma conceptos y modelos. (2 Tim. 1:13) Cuando los fragmentos encajan con claridad, se puede decir que uno tiene conocimiento de un asunto. La sabiduría y el entendimiento aparecen cuando uno puede convertir este conocimiento en valor práctico y ver claramente cómo las partes relacionadas encajan juntas en el todo con significado, utilidad y practicabilidad.

      16. Tocante a los israelitas en el desierto, ¿qué percepción de la naturaleza interior nos suministra el registro bíblico en cuanto al impulso por motivos del corazón?

      16 El corazón carnal, en contraste, está asociado íntimamente con el afecto y los motivos. El salmista escribió: “En mi corazón he guardado cual tesoro tu dicho, a fin de no pecar contra ti.” (Sal. 119:11) Podemos ver que el corazón es lo que mueve con motivos la mente de uno y su proceder si examinamos el caso de los israelitas cuando estaban haciendo preparativos para la tienda de reunión en el desierto y construyéndola. El relato dice que “todo aquel cuyo corazón lo impelió,” todos “cuyo corazón los incitó,” contribuyeron materiales, habilidad y labor. (Éxo. 35:21, 26, 29) Es porque el corazón tiene esta facultad de impulsar con motivos que enfoca atención en lo que la persona realmente es en lo interior, en lo que el apóstol Pedro llama la “persona secreta del corazón.”—1 Ped. 3:3, 4.

      17. Ilustre la diferencia entre la mente y el corazón.

      17 Una ilustración sencilla nos ayudará a ver la diferencia en el papel que desempeña cada uno. Casi cualquier persona puede obtener un conocimiento de la mecánica por estudio y aplicación. Sin embargo, la persona que no haya desarrollado un amor de corazón a las cosas mecánicas tendría poco impulso movedor, o ninguno, para aprender acerca de los motores. Si su auto dejara de funcionar, probablemente no sabría dónde empezar para efectuar la reparación. Sin embargo, esta persona pudiera ser un músico diestro, un abogado experto o una devota ama de casa, y cada una de estas personas pudiera amar su trabajo y dedicarse a él porque de corazón esto es lo que él (o ella) quiere efectuar como profesión. Pero, al examinar cuidadosamente la historia actual y pasada de un mecánico diestro, es probable que uno descubra que a él le encanta trabajar con motores, y que, de muchacho, siempre quería saber por qué las cosas funcionaban como lo hacían. El oír el arranque y funcionamiento sin asperezas de un motor poderoso es música a sus oídos. Ahora bien, ¿de qué estamos hablando? ¡Sí, del corazón! Estamos considerando sus afectos, motivos y deseos, no simplemente la habilidad mental de aprender acerca de la mecánica.

      18, 19. (a) ¿De qué maneras trabajan juntos la mente y el corazón? (b) ¿Cómo influye en el corazón lo que se introduce en la mente?

      18 Ahora bien, aunque la Biblia muestra que el corazón y la mente son cosas separadas y distintas, esto todavía hace posible que haya entre ambas cosas dependencia mutua y relación y acción recíprocas. El corazón puede ser alimentado por la mente, porque es realmente con el cerebro consciente que vemos, oímos, sentimos y recibimos los efectos de nuestros otros sentidos físicos. A su vez, su mente, que está situada en el cerebro, puede ser movida o impulsada con motivos por su corazón.

      19 Desde la juventud la mente está ejerciendo una fuerte influencia en el corazón. Si se adquiere la clase correcta de información en la mente, se forman conclusiones e impresiones correctas, y, a medida que éstas penetran profundamente en el corazón, hay una influencia buena para modelar, controlar y dirigir los motivos, deseos y afectos del corazón. Si se adquiere información incorrecta en la mente, se forman conceptos incorrectos, y como resultado se arraigan en el corazón y se reflejan en la personalidad del individuo prejuicio, odio, temor, orgullo, codicia, obstinación y otros rasgos despreciables, especialmente si estas conclusiones e impresiones incorrectas se han formado temprano en la vida. Es por eso que uno, al llegar a ser cristiano, tiene que ‘transformarse rehaciendo su mente.’ Pablo exhortó: “Sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente.” Esta nueva fuerza de la mente es vigorizada a medida que hacemos que la Palabra de Dios sea implantada firmemente en nuestra mente y respondemos a grado cabal al espíritu de Dios, vigilando cuidadosamente después para que nuestras mentes no sean “corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo.”—Rom. 12:2; Efe. 4:22-24; 2 Cor. 11:3.

      20. Describa el ambiente general que da forma al corazón y la mente de la mayoría de las personas hoy día.

      20 Hoy a la mayoría de la humanidad se le cría en hogares y vecindarios donde no hay buen ambiente para aprender. El consentir en el hogar y en la educación escolar ha llegado a su punto máximo, produciendo una generación rebelde, que anda en busca de emociones. El aprender acerca de lo malo y el participar en ello hace circuitos profundos en la mente y corrompe el corazón de los individuos, de modo que cuando crecen hacen lo que ya ha llegado a ser natural para ellos. Lo anormal se hace normal. Las relaciones sexuales son para momentos pasajeros de emoción y algo acerca de lo cual bromear obscenamente, en vez de para lo que Dios las hizo, el acto limpio y agradable dentro de los límites del matrimonio para producir hijos. Diviértase, gane dinero, progrese, llegue a ser alguien, no deje que nadie lo mande, mímese, robe si puede hacerlo sin ser sorprendido... éstas son solo algunas de las actitudes y metas que graba o impresiona casi imborrablemente en el corazón desde la juventud en adelante el ambiente de este mundo.

      21, 22. (a) ¿Cómo se describen los corazones de los que se apartan de Dios? (b) En contraste, ¿qué está sucediendo en el corazón de los que reciben bien la Palabra de Dios?

      21 Cada generación, y la presente generación aun más, ha producido una mayoría que se ha apartado de Dios, se han hecho “tontos en sus razonamientos” y “se les oscureció su corazón fatuo,” de modo que “en conformidad con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la inmundicia.” Resultaron como la mayor parte de la nación de Judá de quienes Jehová dijo que tenían ‘grabados sus pecados en la tabla de su corazón’ como con punta de diamante. Porque Dios no ha ejecutado velozmente a los inicuos, “es por eso que el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo.” (Rom. 1:18-32; Jer. 17:1; Ecl. 8:11) Sin embargo, a través de la corriente del tiempo ha habido muy pocas personas que han obrado contra grandes desventajas para cultivar en su corazón amor a Dios y a la justicia. Hoy, aun muy dentro del “tiempo del fin,” los testigos de Jehová están hallando a millares de personas cuyo corazón demuestra recibir bien la Palabra de Dios y que prestan atención al consejo que dice: “Desechen toda suciedad y esa cosa superflua, la maldad moral, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas.” “En cuanto a [la semilla] que está en la tierra excelente, éstos son los que, después de oír la palabra con un corazón excelente y bueno, la retienen y llevan fruto con perseverancia.”—Sant. 1:21; Luc. 8:15.

      22 Aunque a menudo está envuelto el efectuar cambios drásticos en la vida, como el apartarse de un proceder inmoral, controlar su tendencia a ser de genio arrebatado por la ira, reorientar sus ambiciones, ser completamente honrados e industriosos siervos de Dios, valerosamente efectúan estos cambios. Si ‘de corazón limpio invocamos al Señor’ y trabajamos para tener un buen corazón, tenemos la promesa de Jehová de que él nos ayudará a obtener uno.—2 Tim. 2:22.

      23. ¿Qué examen honrado debemos hacer de nuestro corazón?

      23 Por eso, ¿cómo está su corazón? Hasta donde usted sabe, su corazón, hablando médicamente, quizás esté sano por el momento, pero la pregunta más importante es: ¿Cómo está su corazón cuando usted pesa los motivos, afectos y deseos que surgen de él? Cuando usted examina su corazón a la luz de la Palabra de Dios, ¿descubre que éste lo está moviendo a usted en la dirección correcta, y tiene deseos y afectos correctos? Donde hay deficiencias, ¿está usted renovando y fortaleciendo con éxito su corazón así como su mente, para pensar correctamente y resistir las tendencias de la carne imperfecta y las tentaciones que lo rodean? Si está teniendo éxito hasta cierto grado ahora, es vital que siga vigorizando y salvaguardando su corazón.

  • El corazón humano es traicionero
    La Atalaya 1971 | 1 de agosto
    • El corazón humano es traicionero

      “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo? Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, . . . aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.”—Jer. 17:9, 10.

      1. ¿Qué nos dice francamente la Biblia acerca de la inclinación del corazón del hombre?

      NUESTRAS propias experiencias y las experiencias de otros nos hacen recordar diariamente que uno no nace con un buen corazón y una inclinación de la mente hacia la justicia. A pesar de la inocencia de un bebé recién nacido, el pecado y la imperfección ya han estado obrando dentro de él desde que fue concebido. El salmista David lo expresó así: “¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5) Aun padres concienzudos que están esforzándose por criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” muy a menudo llegan a darse cuenta, dolorosamente, de que “la tontedad está atada con el corazón del muchacho,” y han descubierto que se necesita “la vara de la disciplina” y sus diversas aplicaciones para ‘alejarla de él.’ (Efe. 6:4, New World Translation; Pro. 22:15) Jehová tomó nota misericordiosamente de esta herencia desdichada que se pasa de padres a hijos al aceptar el sacrificio de Noé y su familia después del diluvio global: “Nunca más invocaré el mal sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud.”—Gén. 8:21.

      EL CORAZÓN PUEDE SER ENGAÑOSO

      2. (a) ¿Cómo es que “el corazón es más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado”? (b) ¿De qué se dio cuenta y qué admitió el apóstol Pablo, aún después de rehacer su mente?

      2 El trabajar con el corazón es engañoso. Si no tenemos cuidado, llegamos a ser víctimas del engaño de uno mismo. La Biblia advierte: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?” (Jer. 17:9) La persona traicionera se caracteriza por una pronta disposición a revelar secretos o violar promesas de fidelidad; es desleal, indigna de confianza, realmente traidora. ¡Imagínese! ¡Todos tenemos, en nuestra condición de imperfección, un posible traidor encerrado en nuestro pecho! ¿Verdad que a veces quedamos consternados, sí, avergonzados, por cosas que comienzan a arraigarse en el corazón? Y cuando el corazón quiere algo desesperadamente, esto puede llevar a grave dificultad. Es vital que rápidamente hagamos ajustes, para acallar esos nuevos afectos, para eliminar esos deseos súbitos. El apóstol Pablo confesó que su mente renovada estaba siendo atacada por los deseos malos que surgían del corazón así como abrumada por pesos impuestos por la carne imperfecta: “Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” (Rom. 7:22, 23) Reconoció que solo Jehová por medio de Cristo podría rescatarnos de esta condición desdichada. Dejados a nuestras propias inclinaciones, ciertamente nos descarriaríamos muchas veces. “Son muchos los planes que hay en el corazón del hombre, pero el consejo de Jehová es lo que subsistirá.”—Pro. 19:21.

      3. Aunque la mente puede influir en el corazón con conclusiones sacadas por medio de razonamiento, ¿qué puede suceder si el corazón no se inclina a escuchar?

      3 Como hemos aprendido antes, el corazón no siempre escucha a la mente. Hay veces que el corazón abruma a la mente a pesar de la fuerza de su lógica. Tenemos que recordar que el corazón raciocina, también, aunque esto no tiene que ver tanto con la lógica como con lo que está sucediendo en el corazón a medida que nuestros motivos, afectos y deseos cobran forma y obtienen ímpetu en cierta dirección, sea para bien o para mal. David oró: “Que . . . la meditación de mi corazón [llegue a ser placentera] delante de ti, oh Jehová.” En contraste, Jesús dijo: “Del corazón salen razonamientos inicuos.” (Sal. 19:14; Mat. 15:19) La mente puede influir en el corazón, hacerle recomendaciones lógicas, hacerle una súplica, quizás teniendo como base la experiencia pasada, y en algunos casos instarlo vigorosamente a emprender determinado proceder porque conoce los peligros envueltos en la situación, pero si el deseo de cierta cosa y el afecto que se le tiene se han vigorizado fuertemente en el corazón, el corazón puede salir victorioso.

      4. Ilustre el funcionamiento de la mente y el corazón en relación con comprar un traje o vestido nuevo.

      4 Como ilustración, supongamos que llega el tiempo en que usted tiene que tomar una decisión en cuanto a comprar un traje o vestido nuevo. Primero, la mente se encuentra ante ciertos hechos. Quizás la ropa que se ha tenido por algún tiempo esté perdiendo su utilidad o haya necesidad de hacer un cambio por alguna buena razón. El corazón desempeña un papel bastante importante en el asunto también, ya que existe un deseo de corazón de verse presentable. El corazón y la mente están de acuerdo en que se obtenga un vestido o traje nuevo. Ahora la mente reúne información sobre precios, calidad, moda, etcétera, de modo que cuando usted va de compras tiene una idea bastante clara de cuál traje o vestido debe comprarse. Pero cuando llega a la tienda, ahí en el escaparate hay un vestido o un traje muy llamativo, sí, ahí está aguardando a la persona que compra por impulso. Realmente no es práctico para usted; cuesta mucho más dinero; es de estilo algo extremado; pero ¡cómo atormenta con su atractivo al corazón! “¡Es el deleite del corazón!”

      5. ¿Qué se necesita para mantener unificado nuestro corazón para efectuar la voluntad de Jehová?

      5 Ahora bien, ¿qué se hará? ¿Qué decisión se tomará? ¿Será una decisión práctica, razonada, o una decisión de acuerdo con este nuevo deseo del corazón? Si usted no tiene mucho cuidado, el corazón vencerá a la mente. Se le moverá a adoptar un proceder que estará contra su mejor juicio. Por otra parte, éste pudiera ser un caso, como sucede a veces, de un corazón que se divide momentáneamente. Si así es, los motivos y afectos buenos sobrepujantes del corazón ganarán, con el resultado de que se tome la decisión correcta de comprar la indumentaria que más prácticamente satisface sus necesidades de ropa. Pero se nos recuerda además que para estar seguros de tomar decisiones correctas hay que fortalecer y entrenar el corazón de antemano en el consejo de Jehová. “El que está confiando en su propio corazón es estúpido, pero el que está andando con sabiduría es el que escapará.” Los más poderosos deseos que de corazón haya cultivado una persona, de poner los intereses y principios de Jehová en primer lugar en su vida, pueden vencer intereses y deseos fascinantes que broten súbitamente en el corazón.—Pro. 28:26.

      6. ¿Por qué tiene uno que obrar inmediatamente si el deseo incorrecto comienza a arraigarse en el corazón?

      6 Ahora sigamos con este razonamiento dando un paso más, a aspectos más serios de la vida. ¿Qué respuesta viene del corazón cuando afrontamos la tentación de cometer inmoralidad, de hurtar, de causar daño a otros? Aun más seriamente, ¿qué pasa cuando una persona empieza a hacer planes deliberadamente para satisfacer los deseos del corazón? ¿Es el corazón de usted lo bastante fuerte como para moverlo a apartarse de un proceder incorrecto, o sucumbe de modo que llegue a abrigar en secreto la posibilidad de entregarse a los deseos de la carne? El demorarse en tomar una decisión correcta puede ser desastroso. Se genera una fuerza poderosa cuando el corazón empieza a meditar, cuando se despiertan las emociones y la carne empieza a hacer preparativos para lo malo. “Pero cada uno es probado por medio de ser provocado y atraído seductoramente por su propio deseo [que comienza en el corazón]. Luego el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte.”—Sant. 1:14, 15.

      7. Ilustre cómo el corazón puede salir ganando al optar por obrar de manera contraria a los argumentos de la mente.

      7 Considere, por ejemplo, el caso de un hombre casado que se halla frente a la tentación de cometer adulterio con una mujer que no es su cónyuge. Su mente, debido a estudio y a lo que ha oído y visto, puede tener información que pesa ponderosamente contra tal proceder. Razonando sobre lo que les ha resultado a otros que han procedido de ese modo y considerando las dificultades y malas consecuencias a las cuales esto lógicamente lleva, puede que su mente produzca argumentos que señalen poderosamente en la dirección opuesta a la de la tentación, información que recomienda urgentemente salirse de la zona de peligro. Pero, supóngase que el corazón del individuo no tiene el deseo de apartarse de la tentación. Entonces su corazón toma una decisión contraria a lo que su mente ofrece y recomienda, y, en realidad, el corazón le dice a la mente: “No; es de ésta manera que procederemos.” El poder emocional del corazón de la persona en cuestión hace que se quede en la zona de peligro contrario al consejo y razonamiento de su mente.

      8. ¿Cómo describe la Biblia el poder del corazón para escoger el proceder que uno ha de emprender?

      8 Este poder del corazón para escoger entre procederes optativos y fijar su deseo en uno de ellos explica por qué la Biblia, refiriéndose al corazón del hombre, dice que ‘hace planes’ y que ‘idea su camino,’ es decir, el camino en el cual su mente ha pensado primero y que atrae al corazón. (Pro. 19:21; 16:9) Esto es especialmente cierto en asuntos morales y espirituales.

      9. Si el corazón tiene un fuerte deseo de hacer lo malo, ¿qué puede suceder al hacer éste sentir su influencia en la mente?

      9 Más que esto, sin embargo, posiblemente el corazón entonces mueva a la mente a ponerse a buscar algún pretexto o excusa para emprender el proceder incorrecto, empleando razonamiento falso. Tal vez el individuo entre en acción pecaminosa, y, al mismísimo tiempo que esté pecando, su corazón quizás haga que su mente invente justificaciones. Puede que abuse de la bondad amorosa de Dios, diciendo: ‘Dios es muy misericordioso; él me perdonará debido a mi debilidad carnal,’ y al mismo tiempo siguiendo en su proceder erróneo. Se hace como el inicuo que “ha dicho en su corazón: ‘Dios ha olvidado. Ha ocultado su rostro. Ciertamente nunca lo verá.’” (Sal. 10:11; compare con Romanos 1:21, 24.) No es extraño, pues, que las Escrituras nos adviertan que el corazón del hombre pecaminoso es “más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado.”—Jer. 17:9.

      10, 11. (a) ¿Qué dijo Jesús acerca de cometer adulterio en su corazón el hombre? (b) ¿De qué manera puede un hombre, a los ojos de Dios, ir al grado de cometer adulterio en su corazón, aunque no toque a una persona que no sea su esposa?

      10 Esto también nos ayuda a comprender por qué una persona puede aparecer ante el punto de vista de Dios como persona que ha cometido adulterio aunque ni siquiera haya tocado a la otra persona envuelta en la situación. Un hombre puede de una ojeada mirar a una mujer hermosa que no sea su esposa y en su corazón decir: “Es bastante atractiva,” haciéndose esto casi antes que él haya tenido tiempo para pensar en ello. Esta deducción pasajera no tiene que ser incorrecta ni impura, pero si el hombre “sigue mirando” a esta mujer, el deseo no puede menos que desarrollarse de modo que forme una pasión por ella en su corazón. Jesús aconsejó: “Pero yo les digo que todo [casado] que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella [¿dónde?] en su corazón.”—Mat. 5:28.

      11 Este individuo no ha participado en el acto físico verdadero, tal vez debido a que las circunstancias no se han prestado para ello; no le parece que podrá hacerlo y escapar de tener que pasar por muchos problemas desagradables. Quizás su mente le haya advertido acerca de esto. Pero si las circunstancias cambiaran, parecieran favorables, si pensara que hubiese alguna posibilidad de escapar sin consecuencias serias, entonces su corazón ya está dispuesto a cometer el acto, quiere hacerlo. El impulso completo de los motivos está allí... solo falta la oportunidad. A los ojos de Dios el que está en esa situación ya es culpable. (Compare con Santiago 1:13-15.) De la misma manera uno pudiera hacerse culpable de hurto, o hasta de asesinato. (1 Juan 3:15) ¿Podemos ver, entonces, por qué es tan importante que comprendamos claramente y apreciemos la distinción que la Biblia hace entre mente y corazón, y que el corazón, y no la mente, es el centro del motivo?

      12. ¿Cómo permitió David que su corazón lo descarriara, en contraste con José?

      12 Se dijo de David que era un hombre de acuerdo con el propio corazón de Dios, pero en una ocasión sucedió que estaba andando en su azotea y a lo lejos estaba Bat-seba bañándose, quizás inocentemente. En vez de apartarse antes de que pudieran despertarse pensamientos eróticos en su corazón, él siguió mirando y formó una pasión por ella. A su vez, esto resultó en que vergonzosamente cometiera adulterio y maniobrara los asuntos para que el esposo de ella fuera muerto a fin de poder tomarla como esposa. En contraste, José huyó cuando fue tentado por la esposa de su amo enloquecida por el sexo. Es cierto que fue a dar a la prisión acusado falsamente y perdió su libertad por algún tiempo, pero no había perdido su buena conciencia y posición con Dios.

      JEHOVÁ CONOCE EL CORAZÓN Y SUS NECESIDADES

      13. ¿Qué muestran las Escrituras en cuanto a conocer Jehová acertadamente el corazón?

      13 ¿Quién puede conocer el corazón humano? Bueno, tenemos que confesar que en nuestra condición de imperfección nosotros no podemos conocerlo a grado cabal, pero, ¡qué agradecidos podemos estar de que Jehová sí lo conozca! “Porque no de la manera que el hombre ve es la manera que Dios ve, porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón.” “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón . . . aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.” “Tú has examinado mi corazón, has hecho inspección de noche, me has refinado.” (1 Sam. 16:7; Jer. 17:10; Sal. 17:3) Jesús también conoce acertadamente el funcionamiento del corazón del hombre. “Las cosas que proceden de la boca, del corazón salen, y esas cosas contaminan al hombre.” (Mat. 15:18) Ahora bien, ¿cuáles son esas cosas?

      14. (a) ¿Qué análisis penetrante hizo Jesús de la capacidad del corazón? (b) ¿Estamos trabajando contra desventajas imposibles al esforzarnos por tener un buen corazón?

      14 Aunque el corazón humano es capaz de generar los motivos más nobles y elevados, ¡mire qué cosas detestables y repugnantes pueden proceder también del corazón, según las enumeró Jesús! “Porque de dentro, del corazón de los hombres, proceden razonamientos perjudiciales: fornicaciones, hurtos, asesinatos, adulterios, codicias, actos de iniquidad, engaño, conducta relajada, el ojo envidioso, blasfemia, altanería, irracionalidad. [El relato de Mateo añade “testimonios falsos.”] Todas estas cosas inicuas de dentro proceden y contaminan al hombre.” (Mar. 7:20-23) Encarándose a la capacidad para tan formidable conjunto de cosas inicuas con origen en el corazón, uno fácilmente podría darse por vencido y decir que es inútil luchar. Eso es lo que casi todas las personas hacen. Esa es una de las razones por las cuales el camino ancho que lleva a la destrucción está lleno de tantos millones de personas, mientras que en el camino angosto y estrecho que lleva a la vida hay tan pocas personas. Pero Jesús no propuso una meta imposible al abrir el camino angosto que lleva a la vida eterna. En verdad dijo: “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar mas no podrán.”—Luc. 13:24.

      15. Al empezar a remodelar y moldear nuestros deseos y afectos para tener motivos apropiados, ¿qué debemos recordar?

      15 La manera en que adquirimos conocimiento y nos sometemos a la disciplina determina a gran grado qué afectos o deseos, sean buenos o malos, se desarrollan en nuestro corazón, y con qué intensidad brotan del corazón. No podemos alimentar el corazón y la mente con una dieta constante de inmundicia y esperar tener buenos deseos y motivos. Además, la mente necesita buenas razones para hacer recomendaciones al corazón en cuanto a por qué algo debe hacerse o no debe hacerse. Se requiere educar y disciplinar al corazón. (Pro. 23:12) Entonces finalmente se gana al corazón, si hay alguna tendencia a ser renuente, a medida que éste prueba los buenos resultados que vienen de hacer lo correcto. No es caso de simplemente levantarse por la mañana y decir: “Hoy voy a ser más amoroso,” o alguna expresión similar, como si el aplicarse a uno mismo esa psicología suministrara la respuesta. Primero, tenemos que cultivar buenas cualidades como modo de vivir por aplicación cotidiana para poder formar buenos hábitos y rasgos, y entonces ser honrados con nosotros mismos al procurar conocer las causas básicas de las cualidades y tendencias malas que tenemos enclavadas en el corazón. Entonces podemos aplicar principios bíblicos para eliminarlas o controlarlas. “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y el conocimiento mismo se le haga agradable a tu mismísima alma, la habilidad misma para pensar te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará, para librarte del mal camino.”—Pro. 2:10-12.

      16, 17. (a) Describa la situación del corazón de una persona que ha pasado gran parte de su vida en ambiente inmoral. (b) ¿Qué conflictos se desarrollan al aprender la verdad de la Palabra de Dios?

      16 Para ilustrar esta reorientación del corazón, consideremos lo que sucede en el corazón cuando una persona oye con deleite la verdad de la Palabra de Dios después de haber pasado una buena porción de su vida asociándose con personas inmorales y frecuentando lugares que se han establecido para suministrar placer sensual. Esa persona ha mostrado gran deficiencia en buenas capacidades relacionadas con los motivos, puesto que “cualquiera que comete adulterio con una mujer es falto de corazón.” (Pro. 6:32; 9:1-5, 13-18) El leer novelas sórdidas, el ver revistas pornográficas y el escuchar y contar bromas obscenas pueden haber acrecentado este deseo vehemente de estimulación sexual. Ahora se entera de que, en vez de envejecer y morir, puede esperar con deleite el vivir para siempre en medio de condiciones de perfección. Esto le atrae de corazón. Pero también aprende que solo los que cumplen los requisitos justos de Jehová vivirán allí. ¿Qué hará?

      17 Los fuertes y vehementes anhelos inmorales del corazón y la carne, formados a través de los años, no se disipan de la noche a la mañana. ¡Qué consciente llega a estar de esto! Comienza un terrible conflicto entre la mente y el corazón. (Sal. 38:7-10) La mente ve la lógica de servir a Jehová: Se puede evitar la ira de Dios; uno puede quedar libre de la enfermedad, el sufrimiento y la muerte, y esto lleva a vida eterna; la buena conducta realmente resulta en lo mejor para el cuerpo de uno, física, mental y emocionalmente; y la asociación sana y edificante entre el pueblo de Dios está disponible para reemplazar a las amistades anteriores que estimulaban y contribuían a su delincuencia. Pero el corazón quiere las cosas ahora, ¡todas las cosas que le han proporcionado deleite secreto en el pasado! Es verdad que hay el deseo de adorar a Dios, aunque algo débil ahora. En lo profundo, hay un deseo de hacer lo correcto, pero éste no es muy fuerte ahora. La mente le recuerda al corazón las consecuencias malas, como el posiblemente contraer una enfermedad venérea o engendrar un hijo ilegítimo o ser cómplice de un aborto, puntos que el corazón no puede negar, pero todavía están allí esos deseos.

      18. ¿Cómo se gana finalmente al corazón, de modo que encuentre su más elevado deleite en hacer la voluntad de Jehová?

      18 Este es un punto crucial en su vida. Muchos, habiendo progresado hasta este punto, no avanzan más. La vida en el nuevo sistema parece muy buena, pero las atracciones hacia el viejo sistema son demasiado fuertes en el corazón. Pero el que sigue cobrando valor en su corazón para progresar, sí, obligándose a hacer lo correcto, a introducir la ley de Dios en su corazón, pronto descubre que le es más fácil hacer lo correcto. Más que esto, el corazón prueba por experiencia efectiva lo que le agrada a Dios, y mientras más hace esto el corazón, tiene que sacar la conclusión de que se puede obtener placer también en esto. Junto con la mente, el corazón ve los beneficios. Estos deseos anteriores comienzan a ser reemplazados en el corazón con las cosas correctas. Dos cosas no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo. De hecho, ha habido una ‘circuncisión del corazón.’ (Rom. 2:29; Col. 2:11) Ahora se aleja de los conocidos de antes y de las malas influencias porque de corazón quiere hacerlo, no porque tenga que obligarse. El corazón ha llegado a encontrar su más elevado deleite y su más puro placer en hacer la voluntad de Dios y asociarse con su pueblo. Las cosas anteriores se le hacen repugnantes. Ha edificado amor, afecto profundo, a la ley de Dios en su corazón. “La ley de su Dios está en su corazón; sus pasos no titubearán.”—Sal. 37:31.

      OTROS MOTIVOS DEL CORAZÓN

      19. ¿Qué influencia tiene el corazón en la lengua?

      19 Moralmente, tal vez tengamos controlado nuestro corazón, pero, ¿qué hay de los otros motivos del corazón? ¿Cómo estamos usando la lengua, por ejemplo? Jesús enunció el principio: “De la abundancia del corazón habla la boca.” (Mat. 12:34, 35; Pro. 15:28) El buen corazón lo mueve a uno a hablar cosas buenas. Sin embargo, si alguien “no refrena su lengua, sino que sigue engañando su propio corazón, la forma de adoración de este hombre es vana.” El chismear es mala medicina para el corazón. Si no tenemos cuidado, el corazón simplemente se deleita mucho en saborear detalles “suculentos” acerca de otros y en esparcirlos por todos lados. Pero el esparcir rumores y semiverdades es desamorado.—Sant. 1:26.

      20. (a) ¿Por qué es necesario seguir amándonos “unos a otros intensamente desde el corazón”? (b) ¿Por qué es significativo que el perdón tenga que proceder del corazón y no solo de la mente?

      20 Más seriamente, “si ustedes tienen en su corazón amargo celo y espíritu de contradicción, . . . allí hay desorden y toda cosa vil.” (Sant. 3:14-16) “No debes odiar a tu hermano en tu corazón.” Más bien, se nos manda que nos amemos “unos a otros intensamente desde el corazón.” (Lev. 19:17; 1 Ped. 1:22) Si su hermano ha pecado contra usted, esto debe arreglarse “entre ti y él a solas” antes que usted forme una actitud de odio para con él. De los que no perdonan dijo Jesús: “Del mismo modo también tratará mi Padre celestial con ustedes si no perdonan de corazón cada uno a su hermano.” (Mat. 18:15, 35) Una de las siete cosas que Jehová odia, según se alistan en Proverbios 6:16-19, es “un corazón que fabrica proyectos perjudiciales.”—Sal. 140:2.

      21. ¿Qué tendencias comunes del corazón pueden manifestarse si no se ejerce cuidado riguroso?

      21 En nuestra relación con Jehová y su organización, no hay lugar para hipocresía, codicia, arrogancia u obstinación. (1 Tim. 1:5; Sal. 101:5; 131:1) Tanto los de “corazón doble” como los de “pensar irresoluto” son condenados por la Palabra de Dios. (Sal. 12:2; 119:113) La tendencia del corazón es presentar una apariencia, justificar, salirse de una situación mintiendo. Si esta táctica no surte efecto, entonces se recurre a lisonjear o posiblemente a amenazar con habla injuriosa o con denuestos. (Rom. 16:18) Hay que entrenar al corazón en cuanto a veracidad y obediencia para que seamos honrados no solo con Jehová sino también con nosotros mismos y con nuestros hermanos. Si hemos pecado, y nuestro corazón ‘empieza a darnos golpes’ rápidamente debemos dirigirnos a Jehová en oración y descubrir nuestro corazón delante de él, buscando perdón y una limpieza de corazón. (2 Sam. 24:10; Sant. 4:8-10) Si se ha cometido un pecado serio, tenemos que revelar esto a los individuos responsables de la congregación y buscar su ayuda. El corazón no debe despreciar la censura ni ser “insensible tal como grasa.” Jehová “está sanando a los quebrantados de corazón, y está vendando sus partes doloridas.” (Sal. 119:70; 147:3; Pro. 5:12-14) Si apreciamos la misericordia de Jehová y esta provisión hecha con el fin de cubrir los pecados por el sacrificio de rescate, confiadamente podemos acercarnos a Jehová sin seguir condenados en el corazón, a medida que desde entonces en adelante andamos circunspectamente delante de él.—Heb. 10:22; 1 Juan 3:18-24.

      22. ¿Por qué es importante el ser diligente en guardar el corazón a todo tiempo?

      22 Es preciso que guardemos nuestro corazón con toda diligencia, mientras acudimos a Jehová para que nos ayude a ‘guiar nuestro corazón por el camino.’ Debido a que el corazón es engañoso y puede retroceder a caminos malos anteriores antes que nos demos cuenta de ello, cada día tenemos que recordar la exhortación de la Palabra de Dios: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento.” Al proceder así, tenemos la seguridad de que “la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.”—Pro. 23:19; 3:5; Fili. 4:6, 7.

      23. ¿Por qué, “más que todo lo demás,” debe salvaguardarse el corazón?

      23 ¿Podemos ver más claramente ahora por qué es que “más que todo lo demás que ha de guardarse,” debemos salvaguardar el corazón? Las “fuentes de la vida” proceden de él, y esto no se debe solo a que el corazón, como bomba muscular, haga que la sangre vivificante corra por todo el cuerpo a todas las células para mantenerlas vivas y sanas. Lo más importante es que el corazón puede, si lo desarrollamos apropiadamente, originar los motivos, deseos y afectos que, con la ayuda y bondad inmerecida de Jehová, nos asegurarán vida eterna en salud perfecta en su nuevo sistema de cosas. El gran Cardiólogo, Jehová, ha diagnosticado correctamente la condición de corazón de toda la humanidad y él es el único que tiene la receta apropiada para nuestro corazón defectuoso: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos.”—Pro. 3:1, 2.

  • Sirviendo a Jehová con corazón completo
    La Atalaya 1971 | 1 de agosto
    • Sirviendo a Jehová con corazón completo

      “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.”—Mat. 22:37.

      1, 2. (a) ¿Qué consejo serio dio el rey David a su hijo Salomón tocante a la importancia de servir a Jehová con corazón completo? (b) ¿Cómo mostró Jesús lo necesario que es servir a Jehová con corazón completo?

      ERA un anciano y no le quedaba mucho tiempo para vivir. Ante un grupo de gente congregada habló a su hijo, y le dijo: “Hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.”—1 Cró. 28:9.

      2 Ya hace mucho que el anciano, su hijo, y la gente que oyó lo que se dijo pasaron de la escena. Pero aquellas palabras del rey David a su hijo Salomón contienen consejo y verdad que son eternos y que son vitales hoy día para usted y para mí. Todo el registro de la Biblia, incluso el ministerio de Cristo Jesús, el Hijo de Dios, testifica al hecho de que el Dios Soberano Jehová quiere que uno le sirva con corazón completo... o que no le sirva. Cuando se le preguntó: “¿Cuál es el mandamiento más grande de la Ley?” Jesús contestó: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” (Mat. 22:36-38; Mar. 12:28-30) Ciertamente ninguno de nosotros queremos que Dios nos ‘deseche para siempre,’ ¿verdad? Por eso, dado que nuestros corazones están entre aquellos que Jehová está escudriñando, ¿cómo podemos estar seguros de que le estamos sirviendo con “corazón completo,” con ‘todo nuestro corazón’?

      3. ¿Por qué es esencial ver claramente la distinción entre el corazón y la mente?

      3 El discernir claramente la distinción que hace la Biblia entre la mente y el corazón nos ayudará a salvaguardar el corazón y a servir a Jehová con corazón completo. Es posible que una persona tenga excelente conocimiento de la Biblia, que pueda contestar preguntas sobre numerosos puntos y mostrar que está “al día” respecto a la información más recientemente publicada. Pero es posible que esa persona esté en peligro grave. Porque las “fuentes de la vida” no son procedentes de la cabeza, del cerebro o mente, sino, como nos dice Proverbios 4:23, ‘procedentes del corazón.’ Fácilmente podemos engañarnos a menos que comprendamos esto. Recuerde, aun individuos que se han vuelto en contra de la verdad, que se hacen apóstatas, no pierden al instante todo conocimiento de la Biblia. Aunque el corazón de éstos ha rechazado decisivamente el camino de Dios, queda conocimiento en su mente, aunque va desvaneciéndose con el tiempo. Por eso el conocimiento mental de por sí no es guía segura que nos lleve a salud espiritual.

      4. ¿Qué significa servir a Jehová con corazón completo?

      4 Pregúntese, entonces: ¿Qué clase de persona soy yo en la ‘persona secreta de mi corazón’? ¿Estoy sirviendo a Jehová ahora con “corazón completo,” con ‘todo mi corazón’? Servir con “corazón completo” quiere decir servir con un corazón cuyos motivos tienen una sola dirección, es servir con un corazón que no es irresoluto (Sal. 119:113) ni doble. (1 Cró. 12:33; Sal. 12:2) Si estamos sirviendo con todo nuestro corazón, entonces el complacer a Jehová Dios es la cosa más grande de nuestra vida, el deleite de nuestro corazón. Igual que el salmista, oramos: “Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre.” (Sal. 86:11) De modo que nuestro corazón está unido, tiene sencillez de propósito. (Pro. 23:19) El tener esa clase de corazón nos mueve constantemente en una sola dirección, el camino de Jehová.

      BUEN MOTIVO, VITAL EN TODO LO QUE HACEMOS

      5. El tener corazón completo ¿qué punto de vista nos hará tener de los diversos aspectos del servicio de Dios?

      5 Servir con corazón completo también quiere decir que nuestro corazón tiene buena disposición en cuanto a toda la extensión o el alcance completo de lo que el servicio a Dios incluye. Esto incluye la relación matrimonial, el entrenamiento de los hijos, el trabajo seglar, las relaciones con los vecinos, el estudio personal, las reuniones y asambleas cristianas, el interés en el bienestar de nuestros hermanos, el atender asignaciones y responsabilidades de congregación. Nuestro corazón no puede estar solo parcialmente en armonía con la voluntad de Jehová.

      6, 7. (a) Aunque los corazones de los israelitas los movieron a ser generosos, ¿qué condición de corazón manifestaron muchos solo poco tiempo después? (b) ¿De qué manera es esto un ejemplo para nosotros?

      6 Considere, por ejemplo, el tiempo en que el tabernáculo o tienda de reunión había de construirse. La Biblia muestra que los corazones de los israelitas los movieron a contribuir tan generosamente que lo que dieron, mucho de lo cual ellos tuvieron que producir por trabajo manual, “resultó ser suficiente . . . y más que suficiente.” En realidad, Moisés tuvo que decirles que ya no trajeran más. (Éxo. 36:4-7) Esto fue excelente. Pero poco tiempo después esta misma gente se hallaba murmurando y quejándose acerca de sus circunstancias. (Núm. 11:1-6, 10) Míriam, la hermana de Moisés, (que con tanto gozo había cantado la alabanza a Jehová después de la destrucción de las fuerzas de Faraón en el mar Rojo) en acción unida con su hermano Aarón habló contra el superintendente que Dios había nombrado para dirigir la nación. (Núm. 12:1-8) La gente en general cedió al temor y la falta de fe al oír los malos informes de los espías que habían sido enviados a Canaán, y hasta habló de apedrear a Moisés y Aarón. (Núm. 13:1, 2, 25-33; 14:1-10) Habían contribuido bienes materiales y labor, pero ¿estaban sirviendo a Jehová con “corazón completo,” con ‘todo su corazón’?—Sant. 3:13, 14.

      7 ¿Somos así algunos de nosotros? Damos de buena gana de nuestros medios materiales, tal vez hasta rindiendo excelentes servicios cuando se está efectuando un esfuerzo de gran magnitud para lograr un proyecto importante, como en una asamblea o cuando se construye un Salón del Reino; pero después, posiblemente cuando las cosas no marchan tan bien como quisiéramos que marcharan, ¿nos ponemos a murmurar, a quejarnos, mostrando hasta un espíritu de rebeldía?

      8. ¿Por qué se tiene que salvaguardar el corazón a todo tiempo, no dando por sentado que siempre impulsará correctamente?

      8 Recordando que su corazón es capaz de obrar traicioneramente, el cristiano, aunque conoce la verdad y quizás se considere en perfecta seguridad, tiene que proteger su corazón si quiere mantenerlo “completo” en servicio a Jehová. Tiene que ejercer mucho cuidado para no ponerse en el camino de la tentación. El apóstol Pablo cita el ejemplo de los pecados de los israelitas, entre los cuales estuvo la fornicación crasa, y luego dice: “En consecuencia, el que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:6-12) Y el escritor inspirado de Proverbios dice: “El que está confiando en su propio corazón es estúpido, pero el que está andando con sabiduría es el que escapará.”—Pro. 28:26.

      PROVISIONES PARA TENER CORAZÓN COMPLETO

      9. ¿Cómo podemos estar seguros de los “pensamientos e intenciones del corazón”?

      9 Para ‘andar con sabiduría’ tenemos que examinar nuestro corazón con regularidad, someter a prueba nuestros motivos, descubrir nuestras debilidades y trabajar para remediarlas. Es bueno que pensemos detenidamente así: “Yo sé lo que mi mente dice, pero ¿qué hay en mi corazón? ¿Por qué quiero hacer esto o lo otro? ¿Qué motivo es el que me impele? ¿Es verdaderamente sincero mi razonamiento, o en realidad trato de engañarme a mí mismo, de excusarme?” En vista de lo traicionero que es el corazón, necesitamos ayuda. Dios la suministra por medio de su Palabra. “Porque la palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir alma y espíritu, . . . y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.”—Heb. 4:12.

      10, 11. (a) ¿Qué provisiones hace Jehová para ayudarnos a tener corazón bueno y completo? (b) ¿A qué grado depende del individuo el tener un corazón completo?

      10 Pero para que la Biblia discierna con provecho para nosotros los pensamientos e intenciones en los cuales se ha fijado nuestro corazón, tenemos que hacer lo que nos atañe. Tenemos que ‘ablandar nuestro corazón’ al consejo que se nos da, ‘inclinar nuestro corazón’ para recibirlo. Tenemos abundancia de alimento espiritual procedente de la organización visible de Dios para ayudarnos ‘a prestar atención a la sabiduría con nuestro oído, para que inclinemos nuestro corazón al discernimiento,’ para que no tengamos el corazón “embotado e incapaz de entender,” sino que tengamos iluminados ‘los ojos del corazón.’ Puesto que “el corazón del entendido adquiere conocimiento, y el oído de los sabios procura hallar conocimiento,” se nos proveen reuniones cristianas con regularidad a las cuales asistir, donde la instrucción y la asociación son sanas y edificantes. También tenemos el “consejo en el corazón de” hombres maduros que sirven de superintendentes, consejo que con discernimiento podemos ‘sacar’ como aguas profundas de sus pozos de experiencia para efectuar aplicación práctica de las leyes de Jehová.—2 Cró. 34:27; Pro. 2:1, 2; 18:15; 20:5; Mar. 6:52; Efe. 1:18.

      11 Pero es preciso que hagamos el esfuerzo que se necesita para obtener estos beneficios, para usarlos diligentemente en edificar y salvaguardar nuestro corazón. Jehová dio encomio al rey Josafat por ‘preparar su corazón para buscar al Dios verdadero.’ (2 Cró. 19:3) “El corazón entendido es el que busca el conocimiento.” (Pro. 15:14) Es verdad que David oró que Dios ‘creara en él aun un corazón puro,’ pero Jehová no hace esto milagrosamente, puesto que “al hombre terrestre le pertenecen los arreglos que hace el corazón.”—Sal. 51:10; Pro. 16:1.

      12. ¿Por qué no es suficiente un entendimiento mental de la verdad?

      12 No basta con obtener un entendimiento mental, tenemos que ser movidos por lo que aprendemos, sentirlo en nuestro corazón. Por medio del escritor inspirado nuestro Padre celestial dice: “Hijo mío, de veras presta atención a mis palabras. A mis dichos inclina tu oído. No se escapen de tus ojos. Guárdalos en medio de tu corazón. Porque son vida a los que los hallan y salud a toda su carne. Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.” (Pro. 4:20-23) Sí, tenemos que escribir lo que aprendemos ‘sobre la tabla de nuestro corazón’ (Pro. 3:3; 7:3), y podemos hacer esto solo si tomamos tiempo para dejar que la verdad de Dios penetre profundamente en nuestro corazón, en el centro mismo de él, para que nos mueva de manera correcta. (Sal. 37:31) ¿Es eso lo que usted hace cuando lleva a cabo su estudio personal en casa? ¿cuando asiste a las reuniones?

      13. (a) En vez de ser la mente lo que esté vagando ¿qué puede revelarse que esté vagando al hacerse un examen más estrecho? (b) ¿Qué advertencia se da en Hebreos 3:12, y cómo a menudo empieza a reflejarse primero un “corazón inicuo y falto de fe”?

      13 A veces decimos que cuando estamos efectuando nuestra lectura personal o estamos en las reuniones ‘nuestra mente vaga.’ Tal vez sea así. Tal vez algo que un niño haga o alguna otra cosa distraiga o desvíe nuestra atención momentáneamente. Pero, siendo del todo honrados con nosotros mismos, ¿pudiera ser que algunas veces no sea nuestra mente, sino nuestro corazón, lo que comience a vagar? ¿Nos encontramos pensando en cosas materiales, en algo que vamos a comprar, en algún proyecto en casa en que estamos interesados, en asuntos monetarios, o descubrimos que estamos pensando en cosas de la carne: alimento, diversiones, alguien del sexo opuesto? Si estas cosas siguen pareciéndonos más interesantes que la consideración de la Palabra de Dios y su excelente consejo, de modo que quizás hasta estemos deseando que termine la reunión para poder dedicar atención a estos otros asuntos, entonces estamos en dificultad, en peligro de que nuestro corazón se haga insensible como si estuviera cubierto de grasa (Sal. 119:70), o se haga duro y resistente a la guía de Dios. (Heb. 3:8) Esto muestra falta de fe en la bondad de Jehová, en el hecho de que nos recompensa por nuestra fiel devoción a él, y muestra que hemos comenzado a buscar de otra procedencia la recompensa que queremos. A los cristianos se les advierte que deben tener cuidado “por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo.” (Heb. 3:12) El comienzo de ese proceder desastroso generalmente se deja ver primero en nuestra actitud para con la Palabra de Dios y el aprecio que tenemos a lo que leemos y oímos de ella.

      14. Ilustre cómo el corazón entra en juego en lo que tiene que ver con aprecio a las reuniones cristianas y asistencia a ellas.

      14 Lo mismo sucede, también, con la asistencia misma a las reuniones o la participación en el ministerio. Es normal que una persona se enferme de vez en cuando, y a veces la enfermedad puede ser tan seria que obligue a la persona a quedarse en casa. Tampoco es raro el que a veces una persona simplemente se sienta cansada y con poca energía para reuniones o servicio del campo... la carne es débil aunque el espíritu tenga voluntad de hacer algo. Por eso, de vez en cuando tenemos que empujarnos para comenzar, sabiendo que nos alegraremos de haberlo hecho. Así, pues, se necesita disciplina para no ir de acuerdo con los deseos egoístas del corazón y la carne caída. Ilustrémoslo así: Supongamos que ésta es la noche en que hay que ir al Salón del Reino para recibir instrucción bíblica, y a medida que se acerca el tiempo un hermano descubre que físicamente no puede ir. ¡Ah, cómo quisiera ir! Bueno, no puede. Sencillamente está demasiado enfermo. Pero, ¿dónde está su corazón? Por otra parte, otro hermano llega a casa después de trabajar bastante duro todo el día. Su corazón le dice sutilmente: ‘Sería muy agradable no salir de casa esta noche.’ (Recuerde, el corazón es el centro del deseo y el motivo.) Pero tiene que haber alguna clase de razón para quedarse en casa y no ir a las reuniones. De modo que el corazón impulsa a la mente a ponerse a trabajar en esto, y casi antes que el hermano se percate de ello, surgen varias razones que parecen buenas para que se quede en casa. Si no tiene mucho cuidado, no va a estar esa noche en el Salón del Reino. Ahora bien, lo mismo podría suceder tocante a cualquiera de nuestras actividades cristianas. El punto es: ¿Dónde está nuestro corazón? Si quiere, si desea, si le encanta, por lo general encontrará la manera. Jesús resumió esto cuando dijo: “Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón.”—Mat. 6:21.

      15. Cuando nos encontramos buscando razones para no participar en el ministerio o asistir a las reuniones, ¿qué medidas correctivas debemos adoptar inmediatamente?

      15 Los individuos también tienen responsabilidades personales y de familia, y cada uno tiene que arreglar sus propios asuntos del modo que le parezca mejor. Quizás en algunos meses al individuo le sea posible dedicar más tiempo al ministerio del campo que en otros. Este es su asunto personal. Pero cuando vemos que andamos buscando razones para quedarnos en casa alejados de las reuniones o de participar en el servicio del campo, buscando excusas o pretextos para evitar estas cosas... ¡entonces estamos en peligro! Ahora nuestro corazón está moviéndonos a ir por el camino incorrecto. Cuando esto sucede es preciso que hagamos lo que dice Santiago: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos.” (Sant. 4:8) Tenemos un problema y es preciso que se lo llevemos a nuestro Padre celestial y lo consideremos con él en oración.

      16. (a) ¿Qué revelan nuestras oraciones acerca de nuestro corazón? (b) ¿Qué se da a entender por esta invitación que Jehová hace: “De veras dame tu corazón”?

      16 En esto, también, hay una manera de examinar nuestro corazón. Posiblemente tanto como cualquier otra faceta de nuestro servicio a Jehová Dios, nuestras oraciones revelan lo que es nuestra relación para con él, cómo nos sentimos para con él en la “persona secreta del corazón.” ¿Qué clase de relación muestran sus oraciones que usted tiene con él? Solo usted y él lo pueden saber. Pero debe ser una relación afectuosa, confiada e íntima, como la de un hijo o hija con su Padre a quien le tiene respeto y ama con todo su corazón. (Pro. 4:3, 4) ¿Es ésa la clase de relación que sus oraciones revelan? ¿O es su relación solo la de un conocido con quien se trata superficialmente, como con un vecino, con el patrono de uno, o con una amistad? Si la relación no es lo que debe ser, usted puede estar seguro de una cosa: No es por culpa de su Padre celestial. Lo mismo que el escritor de Proverbios 23:26, Él dice: “Hijo mío, de veras dame tu corazón, y que esos ojos tuyos se complazcan en mis propios caminos.” Ábrale su corazón en sus oraciones, dígale lo que hay en su corazón, pida que le ayude a realizar los deseos rectos de su corazón y a revelarle sus debilidades y el remedio para éstas. Entonces déle su corazón llevando a cabo lo que él le dirige a hacer por medio de su Palabra, su espíritu y la congregación cristiana.

      FORTALECIENDO CON ANTICIPACIÓN EL CORAZÓN

      17. ¿Por qué es importante fortalecer y salvaguardar el corazón antes que venga la tentación?

      17 Vivimos en un sistema que cada día va haciéndose más degenerado. Esto somete a nuestro corazón a pruebas cada vez más grandes en cuanto a la entereza de nuestra devoción a Jehová Dios y su servicio. Si queremos proteger nuestro corazón tenemos que mantener el corazón bien vigilado, recordar la importancia que tiene debido a su capacidad de suplir motivo y sentir afecto. No debemos esperar hasta que las pruebas y tentaciones nos golpeen con plena fuerza, sino ir fortaleciendo nuestro corazón mucho antes para hacerles frente.

      18. ¿Qué preguntas nos ayudarán a examinar nuestros motivos?

      18 Cuando hasta los primerísimos pensamientos de inmoralidad se manifiestan, debemos preguntarnos: “¿Realmente quiero yo hacer tal cosa, sabiendo cuáles serán los resultados? ¿Quiero yo acarrearle oprobio a mi familia, a la congregación con la cual estoy asociado? ¿Qué hay de mi cónyuge? Es cierto, ella (o él) tiene sus faltas, sus debilidades... pero yo también las tengo. ¿Quiero yo causar la herida profunda que ciertamente resultaría de tal acto? ¿Es ésa mi gratitud por los años de vida que mi cónyuge ha compartido conmigo? Más que eso, ¿realmente soy tan ingrato (o ingrata) que desdeñaría la dádiva que Jehová nos ha hecho de su Hijo, trataría la muerte de Jesús en el madero de tormento como si fuera cosa de poca monta, desecharía toda la bondad inmerecida de Jehová por solo unos cuantos momentos de placer ilícito? ¿Dónde está mi amor a la decencia, la rectitud, la honradez?”

      19. ¿Qué preguntas podemos hacernos apropiadamente cuando comenzamos a sentir el tirón del materialismo?

      19 Cuando empezamos a sentir el tirón del materialismo, la llamada del sistema actual para que participemos más de lleno de sus supuestos provechos y ganancias, debemos preguntarnos, sí, preguntar a la “persona secreta del corazón”: “¿Puedo yo decir honradamente que las cosas materiales me han ocasionado en algún tiempo un gozo que pueda compararse con el servicio de Jehová, con mi asociación con los hermanos, con el placer de saber que he sido una verdadera ayuda a otros, ayudándolos a emprender el camino a la vida? ¿Qué futuro puede ofrecerme este mundo que un corazón justo realmente pudiera querer? ¿Quiero cifrar mis afectos en este sistema de cosas cuando sé sin lugar a dudas que solo me usaría por un rato y entonces me echaría a un lado cuando ya no me necesitara?” Es cierto que tenemos que esperar las bendiciones del nuevo orden de Dios. Pero, como aconseja Santiago: “Ustedes también ejerzan paciencia; hagan firme su corazón, porque se ha acercado la presencia del Señor.”—Sant. 5:7, 8.

      20. Cuando afrontamos cuestiones que envuelven neutralidad, ¿qué debemos repasar en nuestro corazón?

      20 Así mismo, cuando lo apremien para que abandone su posición neutral respecto a los sistemas de este mundo o para que viole o quebrante de alguna manera su integridad a Dios, repase en su corazón las cosas despreciables que el dios de este mundo, Satanás el Diablo, ha fomentado entre las naciones... el derramamiento de sangre, los crímenes, la avaricia y la crueldad. ¿Cómo pudiéramos convenir aun por un momento en ponernos de parte de él? Aunque nos persiga, nos encarcele, nos atormente, ¿cómo pudiéramos negar a Jehová, el Dios del nuevo sistema de cosas, y manifestarnos a favor de Satanás y sus sistemas corruptos, empedernidos y semejantes a bestias?

      21. (a) ¿Cómo podemos impedir que nuestro corazón llegue a estar ‘cargado,’ en vista de que estamos muy dentro del “tiempo del fin”? (b) ¿Cómo falló Salomón en cuanto a seguir el consejo de su padre de mantener un corazón completo?

      21 De maneras similares podemos fortalecer nuestro corazón en su amor a todo lo que es correcto, decente y honrado y cultivar un odio genuino a todo lo que Jehová condena y detesta. (1 Cró. 29:17; Heb. 1:9) Pero una vez que hayamos desarrollado un buen corazón, no puede darse por sentado. Tiene que ser salvaguardado. “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.” (Luc. 21:34, 35) Salomón oró a Jehová pidiéndole un corazón obediente y discernimiento para juzgar al pueblo de Dios. Aunque “Dios continuó dando a Salomón sabiduría y entendimiento en medida sumamente grande y una anchura de corazón,” ¡qué tristeza causa leer que “aconteció al tiempo de envejecerse Salomón que sus esposas mismas habían inclinado el corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre”! (1 Rey. 4:29; 11:1-6) ¡Imagínese! ¡Después de habérsele bendecido tan abundantemente con sabiduría procedente de Jehová y de haber disfrutado de tantos privilegios en relación con el reino típico de Jehová y de construir el magnífico templo de Jehová, dejó que sus esposas paganas apartaran su corazón para adorar a otros dioses! Y él fue aquel que, bajo inspiración, escribió tanto acerca del corazón.

      22. ¿Por qué es esencial que sirvamos a Jehová no solo porque tenemos que hacerlo, sino también porque queremos hacer su voluntad?

      22 Entonces, sea lo que sea que hagamos y en todo lo que hagamos, hagámoslo de todo corazón como para Jehová. A él le complace mucho esa clase de servicio. Él no es un Dios desagradecido. Él aprecia todo lo que hacemos; se deleita en recompensarnos, bendecirnos, hacernos dádivas. Pero nuestro servicio tiene que ser sincero, genuino, con todo nuestro corazón. Él puede ver lo que hay detrás de cualquier subterfugio, ver cuando hacemos las cosas por otras razones. Puede ver cuando estamos pensando más en un informe que en la alabanza que le damos a Él, o preocupándonos por nuestra apariencia, la impresión que causamos en otros, o haciendo las cosas simplemente porque creemos que tenemos que hacerlas. Es cierto que tenemos que servirle si queremos vida. Pero jamás aguantaremos, jamás perseveraremos, jamás lograremos la meta a menos que queramos hacer esto, a menos que tengamos un anhelo sincero de servir a Jehová, anhelemos vivir en un tiempo en que podamos servirle perfectamente, libres de todas las cosas que nos hacen cometer errores en la actualidad e impiden que alcancemos sus normas perfectas.

      23. (a) ¿Cuáles pueden ser las razones por las cuales algunos se retiran de la carrera para la vida? (b) ¿Cómo podemos orar confiadamente como lo hizo Pablo, a favor de los que se esfuerzan por tener corazón completo?

      23 Todo señala a lo cercano que está el nuevo orden de Dios. No obstante, aun a esta hora avanzada algunos que han estado en el servicio de Jehová por muchos años están retirándose. ¿Por qué? ¿Pudiera ser el espíritu de independencia, o que se dan cuenta de que dentro de poco el gobierno de Dios asumirá pleno control sobre todos los habitantes terrestres sobrevivientes y que, en su corazón, ellos realmente no quieren esto, no quieren esta plenitud de control que el régimen justo traerá? Dado que usted ha buscado a Jehová y lo ha hallado, mantenga completo su corazón para con él, ámelo y sírvale con todo su corazón. No lo deje, o él lo desechará para siempre. Tal como oró Pablo por sus hermanos en su día, así oramos nosotros ahora por usted: “Que el Señor continúe dirigiendo los corazones de ustedes con éxito al amor de Dios y a la perseverancia por el Cristo.”—2 Tes. 3:5.

      [Ilustración de la página 468]

      Cuando dejamos que nuestra mente se distraiga o vague, ¿podría tratarse realmente de que nuestro corazón anda vagando?

      [Ilustración de la página 470]

      Nuestras oraciones revelan cuál es nuestra relación con Dios. ¿Qué clase de relación revelan sus oraciones?

  • ¿Prestan atención?
    La Atalaya 1971 | 1 de agosto
    • ¿Prestan atención?

      ● En Bélgica una madre que es testigo de Jehová estaba escuchando un discurso bíblico público mientras su hijito, de unos tres años de edad, estaba sentado junto a ella. Parecía que él no estaba prestando ninguna atención a lo que decía el orador. La conferencia trataba del matrimonio. Cuando el orador leyó 1 Corintios 7:38: “Por consiguiente, también el que da su virginidad en matrimonio hace bien, pero el que no la da en matrimonio hará mejor,” el muchachito se inclinó, miró a su madre y le preguntó: “Mamá, ¿por qué te casaste tú?”

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