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Cómo ayuda la iglesia verdaderaLa Atalaya 1971 | 1 de diciembre
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grandes de ropa y alimento a sus compañeros creyentes de Alemania que habían sido libertados de los campos de concentración.
De modo semejante, en numerosas ocasiones los testigos cristianos de Jehová han suministrado ayuda física y humana cuando han azotado catástrofes y desastres, como cuando proveyeron ayuda para sus hermanos cristianos del Perú después del terremoto de mayo de 1970.
Sin embargo, el dar tal ayuda material no es la comisión principal de la congregación. La comisión principal de la congregación es ser una luz al mundo de la humanidad, por la vida que llevan y por predicar el reino de Dios y ayudar a los que buscan ese reino a llegar a ser cristianos verdaderos.
PUNTO DE VISTA CORRECTO ACERCA DE ANGUSTIA EN EL MUNDO
Así la congregación cristiana verdadera tiene presente claramente su comisión principal y mantiene el punto de vista correcto acerca de la angustia que existe en el mundo. No cierra sus ojos a la miseria y no se hace sorda al clamor de los que piden ayuda misericordiosa, sino que con confianza en Dios da la ayuda que puede y que está comisionada a dar.
Los cristianos tienen que servir amorosamente en el mundo y ayudar donde puedan. Sin embargo, confiando en Dios, tienen que tener presente claramente su comisión. Si emprenden otra tarea aparte de la que han recibido, fallarán de dos maneras: En primer lugar, no podrán cumplir la tarea que han emprendido, puesto que Jehová no bendecirá su trabajo. (Sal. 127:1) Y en segundo lugar, desatenderán la obra que deberían haber estado haciendo y así resultarán ser cristianos falsos. No, para ser cristianos verdaderos jamás deben perder de vista el hecho de que las buenas nuevas acerca del reino de Dios es la provisión más vital que pueden dar a la gente.
Es verdad que ven mucha angustia y miseria acerca de las cuales no pueden hacer nada. ¿Cómo pueden aguantar el ver todo esto? Hizo esa misma pregunta el difunto redactor de noticias Niels Jørgensen cuando escribió acerca de los testigos cristianos de Jehová que conoció en los campos de concentración alemanes. Dijo:
“Sin perder ánimo y sin transigir en cuanto a su convicción, estos hombres habían vivido por años en campos de concentración alemanes. . . . Los Estudiantes de la Biblia que por lo general eran respetados en los campos de concentración . . . se sometían pacientemente a sus pruebas y con alegría de corazón peculiar porque se les hubiera considerado dignos de andar en los pasos de Cristo y de soportar los mismos sufrimientos que su Señor y Amo había soportado antes en un mundo inicuo. Solo hay una cosa en cuanto a la actitud de estas personas que no puedo entender... y aun menos hoy que cuando los conocí por primera vez con profundo respeto por su fortaleza mental: Cómo podían aguantar el ver a otros sufrir tan terriblemente sin quedar completamente abatidos por la carga de la compasión.”
La respuesta es: Tienen confianza en que algún día ya muy pronto Jehová intervendrá y de manera perfecta eliminará toda la miseria y la angustia. Millones de criaturas que han muerto en nuestro tiempo y en años pasados, tanto “justos como . . . injustos,” volverán a vivir y durante el reinado de mil años de Cristo recibirán la oportunidad de mostrar su actitud para con Cristo y su reino mesiánico.—Hech. 24:15.
Ahora bien, si usted no está convencido de que Dios puede intervenir e intervendrá, su única confianza estará cifrada en los propios esfuerzos del hombre que anda a tientas. Entonces todo realmente parecerá sin propósito y sin esperanza. Pero no es preciso que las cosas sean así. Aprovéchese de la ayuda que dan los testigos cristianos de Dios. Aprenda las verdades de la Palabra de Dios, la Biblia, y tendrá un fundamento firme para una fe fuerte.
La iglesia o congregación verdadera de Dios seguirá siendo una minoría de testigos personales. No tiene legos pasivos. Todos son activos, están absortos en servir a otros amorosamente. Esta congregación está manteniéndose libre de este mundo, de acuerdo con estas palabras de Jesús: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:16) Su cristianismo no es “del mundo,” mundano o “seglar.” Por lo tanto, no asumirá tareas políticas. No permitirá que se le distraiga o emplee en otras tareas aparte de aquella que se le ha encargado. En todo tiempo tiene que mantener ante la gente del mundo la esperanza verdadera del reino de Dios.
Lo más importante para usted, para cada individuo —incluso los pobres y los afligidos— es entrar en una relación correcta con Dios y Cristo. Con ese fin los testigos cristianos de Jehová son enviados al mundo, no con pan material, lo cual solo sería una ayuda temporal, sino con alimento espiritual, la palabra de vida. Estas palabras de Dios abren el camino a la paz con Él, y al mismo tiempo el camino a la vida eterna en el nuevo orden de Dios, cuando habrá abundancia para todos.
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El apóstol que se hizo ladrónLa Atalaya 1971 | 1 de diciembre
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El apóstol que se hizo ladrón
Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos
¿TE HA robado algo alguien alguna vez? ¿Te gustó lo que hizo esa persona? El que te robó era un ladrón, y a nadie le gustan los ladrones.
¿Sabes que uno de los apóstoles de Jesús se hizo ladrón? Se llamaba Judas Iscariote.
Judas sabía lo que era correcto hacer. Hasta cuando era muchachito había oído la ley de Dios. Sabía que una vez Dios hasta había hablado desde el cielo con voz fuerte y había dicho a su pueblo: “No debes hurtar.” Hurtar es robar. Judas sabía que la ley de Dios era correcta.—Éxo. 20:15.
Cuando Judas creció llegó a conocer al Gran Maestro. A Judas le gustaron las cosas que Jesús decía. Judas se hizo discípulo de Jesús. Más tarde, Jesús hasta escogió a Judas para que fuera uno de sus doce apóstoles.
Jesús y sus apóstoles pasaban mucho tiempo juntos. Viajaban juntos. Comían juntos. Y el dinero del grupo se guardaba en una caja. Jesús le dio esa caja a Judas para que la cuidara.
Por supuesto, el dinero no era de Judas. Jesús era quien le diría cómo usarlo. Pero, ¿sabes lo que hizo Judas al pasar el tiempo? Empezó a tomar dinero de la caja cuando no debía hacerlo. Lo sacaba cuando los demás no estaban mirando. Se hizo ladrón. Ahora empezó a pensar en el dinero siempre. Trataba de hallar maneras de conseguir más.
Un día una mujer trajo un aceite muy fino y lo usó en los pies de Jesús para que él se sintiera bien. Pero Judas se quejó. Dijo que el aceite debería haberse vendido para que tuvieran más dinero para darlo a los pobres. La verdad es que quería tener más dinero en la caja para poder robarlo. ¿Qué dirías tú de una persona que hiciera eso?—Juan 12:1-6.
Jesús no le dijo a Judas en ese momento que era un ladrón. Pero sí le dijo que no
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