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Que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivirLa Atalaya 1971 | 1 de enero
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Que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivir
EL HECHO de que es posible que individuos de este siglo veinte dejen que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivir, tal como lo hicieron los apóstoles de Jesucristo, quedó demostrado por las setenta personas que constituyeron la clase cuarenta y nueve de la Escuela de Galaad. Estos estudiantes, procedentes de seis diferentes países, dieron a su adoración de Jehová, el Creador, y su servicio a él, un lugar de suma importancia en su vida personal. Demostraron esto recientemente al completar cinco meses de enseñanza intensa que recibieron en preparación para trabajo misional en veinte diferentes países.
El 13 de septiembre de 1970 estas setenta personas dedicadas se graduaron de la Escuela de Galaad, recibiendo en esa ocasión exhortación edificante. Por ejemplo, un conferenciante les recordó que la única manera sabia de proceder es la de siempre querer agradar a Dios. Citó Judas 20 y 21, donde se da la exhortación de ‘edificarse sobre su santísima fe’ y ‘mantenerse en el amor de Dios.’
El vicepresidente de la Sociedad Watchtower al pronunciar su discurso a la clase que se graduaba hizo mención de que ellos estaban por asumir una designación nueva, la de “misionero.” Pero hay algunos países que no los quieren porque saben que la palabra “misionero” quiere decir una persona que es enviada para convencer a la gente y hacer que adopte cierta forma de pensar, y no quieren eso. Ellos creen, dijo él, “que ustedes están en su país como misioneros del comunismo o que los ha enviado algún país extranjero que es enemigo de ellos y tiene algún propósito siniestro en su país. Los misioneros de la cristiandad le han dado mala cara a la cristiandad en estos países.” Entonces hizo notar que la palabra “evangelizador” indica con exactitud lo que ellos, los graduados, estarán haciendo.
Citando 2 Timoteo 4:5, según la Traducción del Nuevo Mundo, el conferenciante dio énfasis al punto de ser ellos evangelizadores. El texto dice así: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.” Les dijo a los que se graduaban que esto significa ser portador de buenas nuevas.
En conclusión, el vicepresidente de la Sociedad dijo: “Hoy ustedes se gradúan, y eso me hace recordar esto: que no es lo que ustedes comienzan lo que importa, sino lo que terminan. Eclesiastés 7, versículo 8 dice: ‘Mejor es el fin de un asunto posteriormente que su principio.’ Pues bien, el principio que ustedes están teniendo hoy como graduados de la Escuela Bíblica de Galaad es algo bueno, pero ¿se pondrá mejor el asunto? Puede hacerse mejor si ustedes hacen lo que el apóstol Pablo mismo hizo y lo que le dijo a Timoteo que hiciera... ‘efectuar su ministerio plenamente.’”
El presidente de la Sociedad Watchtower remató la serie de discursos dando su exhortación de despedida a la clase. Dio énfasis al hecho de que el propósito de Jehová para ellos es que prediquen las buenas nuevas del Reino. Les recordó que Jesús había sido enviado por Jehová para lograr la predicación de las buenas nuevas del Reino, y Jesús entrenó a otros en la predicación. Justamente antes de ascender a los cielos Cristo Jesús dio a éstos instrucciones definitivas de que serían testigos de él “tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) El conferenciante entonces pasó a explicar que los discípulos de Jesús realmente salieron y predicaron en todos estos lugares y en otros también.
El día del Pentecostés los discípulos de Cristo, especialmente Pedro, hablaron a personas de por lo menos quince nacionalidades, y 3.000 de ellas aceptaron a Jesucristo y se bautizaron, llegando a ser discípulos de él. El presidente de la Sociedad también comentó que cuando algunas de estas personas volvieron a Egipto y Libia, de donde habían venido, llevaron consigo allá el mensaje del Reino. Así las buenas nuevas se predicaron en África en el primer siglo E.C. Entonces hizo mención de que algunos de los estudiantes de esta clase cuarenta y nueve de Galaad han recibido asignaciones para ir a África y predicar allí las buenas nuevas. En el año 1942 había solo unos 10.000 testigos de Jehová que llevaban a cabo esta predicación en África. En abril de 1970 predicaban allá 242.000 Testigos. Hoy, por todo el mundo, hay 1.453.000 individuos que participan en esta obra como testigos de Jehová.
Entonces el conferenciante llamó a la atención del auditorio lo que está escrito en Hebreos 12:25, que dice: “Vean que ustedes no se excusen de oír al que está hablando.” Como parte de sus comentarios de conclusión dijo: “Este no es tiempo para que nos excusemos de llevar a cabo el trabajo que Dios nos ha dado.”
Concluido el discurso del presidente de la Sociedad, los setenta estudiantes pasaron en fila delante de él para recibir sus diplomas y las sinceras felicitaciones de él. Pero el programa no había terminado, pues los estudiantes habían preparado para el auditorio un excelente drama bíblico basado en el libro bíblico Rut.
Después de este drama conmovedor toda la clase canto junto con los 2.022 concurrentes la hermosa canción “¡Sean firmes como Rut!” Entonces una oración por el presidente de la Sociedad, afectuosa, animadora, puso fin a su programa de graduación. Los graduados y todos los que estuvieron presentes partieron de allí sintiendo la satisfacción de haber sido espiritualmente edificados y abrigando la determinación de seguir dejando que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivir.
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Estimulando a nuestros hermanos por nuestro propio celoLa Atalaya 1971 | 1 de enero
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Estimulando a nuestros hermanos por nuestro propio celo
¿Cuáles son algunos ejemplos excelentes de celo piadoso?
El mayor ejemplo de celo piadoso es el que da Jehová Dios mismo. Su celo da la certeza de que todo lo que ha prometido también lo llevará a cabo.—Isa. 9:7.
Jesucristo manifestó celo piadoso por la casa de su Padre, como cuando echó de ella a los que la habían hecho una cueva de ladrones. (Juan 2:13-17) Después del Pentecostés sus apóstoles exhibieron celo tan ardiente que se les acusó de trastornar la tierra habitada. (Hech. 17:6) Y a los cristianos corintios Pablo pudo escribir: “El celo de ustedes ha estimulado a la mayoría de ellos.”—2 Cor. 9:2.a
Para estimular a nuestros hermanos, ¿qué clase de celo debemos tener?
El celo se define de varias maneras, a saber, como ardor apasionado por una causa o persona; como una intensa ansiedad por promover algún fin. También se hace referencia a él como ahínco, entusiasmo, devoción y fervor. Para estimular a nuestros hermanos cristianos a ser celosos por Jehová, debemos tener celo de esa clase. Este es un celo genuino, que es un sincero interés afectuoso por la gloria de Dios y el bienestar espiritual de la humanidad. Sin tal celo no puede haber triunfo, ni personalidades cristianas perfeccionadas, ni galardón duradero ni hechos de fe cristiana.
Útil también para que estimulemos a nuestros hermanos a celo es el que ejerzamos cuidado para ver los valores espirituales como son en realidad, sin confundirlos con sustitutos engañosos. Tampoco ha de pasarse por alto el excelente ejemplo del servicio de tiempo cabal, como precursor general o especial, como misionero o miembro de la familia Betel, como una ayuda para estimular a nuestros hermanos a servicio celoso.—Mat. 6:33; Mar. 10:28-30.
¿Qué nos ayudará a sostener nuestro celo cristiano?
El celo genuino exige mucha energía. Esta energía o fuerza vital se sostiene por medio de adquirir la verdad de la Palabra de Dios, porque ésta es viva y ejerce poder. (Heb. 4:12) Por lo tanto existe la necesidad de estudiar la Palabra de Dios diariamente y meditar en ella para que, como sucedió en el caso de Jeremías, ésta llegue a ser “como un fuego ardiente encerrado en [nuestros] huesos.”—Jer. 20:9; Rom. 15:4.
Para sostener nuestro celo cristiano también debemos tener cuidado de no asociarnos con aquellos cuyos hábitos malos pueden enfriar nuestro celo y robarle su fuego. Los cristianos que solo hacen la obra cuando hace buen tiempo fácilmente pueden desanimarnos del servicio celoso debido a días calurosos, fríos o lluviosos.—1 Cor. 15:33.
Siga cultivando buen discernimiento espiritual, la percepción que siempre puede distinguir entre la verdad y el error, entre lo correcto y lo incorrecto. Para sostener nuestro celo también debemos tener presente la presencia del día de Jehová. Sí, el estar conscientes de la proximidad del Armagedón también nos servirá de advertencia y nos ayudará a sostener nuestro ardiente celo cristiano, a la vez que estimulamos a nuestros hermanos.
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