BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Las bendiciones de la obediencia aprendida por medio de sufrir
    La Atalaya 1971 | 1 de febrero
    • obtienen la bendición de la obediencia, la salvación eterna. Note además lo fuertemente que Jesús apoyó esto cuando estuvo plenamente capacitado, después de su resurrección. Al dar su comisión a sus seguidores, comenzó diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra,” teniendo por eso el derecho de ordenar obediencia. Entonces dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos . . . enseñándoles a observar [a guardar y obedecer] todas las cosas que yo les he mandado.” Él no solicitó ni sugirió; mandó. La obediencia a él no puede ser evadida, ni por nosotros mismos ni por aquellos a quienes tenemos el privilegio de enseñar, aunque esto tiene que equilibrarse, como en nuestro sumo sacerdote, con misericordia y los otros frutos del espíritu. En vez de sentirnos atemorizados acerca de esto, ello realmente llega a ser un apoyo magnífico, pues Jesús agregó: “Y, ¡miren! estoy con ustedes [respaldándolos con toda autoridad] todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” ¿Qué más pudiéramos desear?—Mat. 28:18-20.

      12. (a) ¿Qué principio fundamental hace que se destaque la importancia de la obediencia? (b) A la luz de la Palabra de Dios, ¿cuán escrutadora es la prueba de obediencia?

      12 Ahora llegamos a la consideración de aquellas preguntas principales: ¿Cómo aprendió la obediencia Jesús? y ¿cómo fue hecho perfecto de ese modo? La cuestión de la obediencia envuelve un principio fundamental, o verdad fundamental, que no aplica solo a Jesús y a los que componen la descendencia de Abrahán, sino a todas las criaturas inteligentes de Dios. Esa gran verdad estriba en la realidad de la soberanía universal legítima y justa de Jehová sobre todas sus criaturas. Todos tienen que demostrar que reconocen esto plenamente, demostrando ser obedientes bajo cualquier prueba que Jehová suministre o permita. La primera prueba se hizo en Edén. La prueba final viene después del reinado de mil años de Cristo. (Rev. 20:7-10) En cada caso la Biblia muestra que esta prueba no se puede tratar a la ligera, que nadie puede dar por sentado que tendrá éxito. La prueba es verdadera, una que revela la actitud del corazón que impele a obedecer o desobedecer la voluntad explícita de Jehová. ¿Está usted dispuesto a acceder a la soberanía de Jehová sobre usted, sin condiciones, sobre su corazón y mente y toda su vida?

      13. ¿En qué dos sentidos se habla de la persecución en la Biblia y en el uso cotidiano?

      13 Antes de seguir considerando la obediencia, consideremos la cuestión de la perfección. Para entender esto apropiadamente, primero es preciso comprender que tanto en la Biblia como en el habla cotidiana, se habla de perfección en dos sentidos. (1) Cuando decimos que algo es perfecto a veces queremos decir que está enteramente exento de defecto y no puede fracasar. Está plenamente desarrollado, es el artículo acabado. Eso sería perfección en el sentido absoluto y final. Principalmente, esto aplica a Jehová. La Biblia dice de él: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.” (Deu. 32:4) (2) Sin embargo, perfección a menudo se usa y se menciona en un sentido relativo o limitado, limitado a cierta esfera y sin salir de ésa. Un diamante comercial producido sintéticamente, por ejemplo, es perfecto para usarlo en un taladro eléctrico, pero, por favor note, no para un anillo de compromiso.

      14. (a) ¿Cómo llegó Eva a errar el blanco de la perfección, y a qué pregunta lleva esto? (b) ¿Qué cualidad y habilidad especiales se le dieron al hombre, engrandeciéndose así el propósito de Dios respecto al hombre?

      14 En relación con esto, considere el ejemplo bíblico de Adán y Eva, en el cual también entra en el cuadro la obediencia. El hombre era perfecto en un sentido relativo en su propia esfera, perfectamente equipado para ejercer jefatura al llevar a cabo el propósito del Creador respecto a la Tierra y su familia inmediata. La mujer, en su esfera, estaba perfectamente adaptada para ser madre y compañera ideal de su esposo. Pero demasiado pronto fracasó. Pecó, es decir, erró el blanco de la perfección. ¿Cómo? Se salió de su asignación dada por Dios y trató de asumir la cualidad que Dios le dio a su esposo y obró como su propia cabeza. Resultó desobediente a su esposo y a su Creador. No obstante, surge la pregunta milenaria: ¿Cómo es posible que hayan pecado, evidentemente tan rápida y fácilmente, si eran realmente perfectos? Bueno, no olvide la otra cualidad maravillosa de la que cada uno disfrutaba en perfección, a saber, una mente y una voluntad perfectamente libres, el poder pensar y raciocinar, cada uno según su propia dirección de pensamientos si optaba por hacerlo, sacando sus propias conclusiones y tomando sus propias decisiones. Tenían perfecto libre albedrío. De hecho, si hubieran carecido de la potencialidad de ser obedientes o desobedientes, y no hubiesen podido escoger, entonces habrían sido imperfectos desde el punto de vista de Dios. Sírvase notar que el propósito de Dios es llenar esta Tierra, no simplemente de hombres y mujeres obedientes, sino de hombres y mujeres que hayan pasado con aprobación la prueba habiendo demostrado que le tienen devoción y lealtad voluntarias y profundamente arraigadas en reconocimiento de su soberanía legítima. Él no desea de ninguno de nosotros adoración y servicio automáticos, mecánicos, una cosa de cajón o a la fuerza. Más bien, desea un servicio que se rinda de buena gana, formulado por la razón, que brote espontáneamente de un corazón amoroso.

      15. (a) ¿Cómo explica la Biblia la operación del pecado desde su comienzo? (b) ¿Cómo debe considerarse y atesorarse el libre albedrío?

      15 Por eso, pues, el que el hombre cayera de la perfección fue el resultado de introducir en su mente pensamientos incorrectos. Primero Eva y luego Adán de su propio libre albedrío meditaron lo bastante en lo que era incorrecto como para que se arraigara en ellos y los impeliera a acción mala. Esto es exactamente como dice la Biblia: “Cada uno es probado por medio de ser provocado y atraído seductoramente por su propio deseo [es decir, opta por hacerlo su propio deseo, aunque, como sucedió con Eva, quizás no sea suyo al principiar]. Luego el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado.” (Sant. 1:14, 15) Este principio aplica a todos, sean perfectos o imperfectos. Si dijésemos que un hombre perfecto no podría fracasar, entonces tendríamos que decir que un hombre imperfecto no podría mantener un proceder correcto, especialmente bajo presión. Sin embargo hoy vemos que muchas criaturas imperfectas sí se adhieren a un proceder correcto al obedecer a Dios, aunque esto signifique sufrir; mientras que otras deliberadamente siguen tras un proceder incorrecto o se entregan a él. Es bueno comprender que la selección está puesta delante de nosotros tal como cuando Dios dijo a los hijos de Israel: “Mira . . . he puesto delante de ti la vida y la muerte . . . y tienes que escoger.” (Deu. 30:15, 19) El ser imperfectos no les impidió escoger, ¿verdad? El tener claros en nuestra mente los detalles acerca de la perfección y la obediencia nos ayuda y nos anima a obtener el punto de vista correcto en cuanto a nuestra responsabilidad y los privilegios disponibles a cada uno de nosotros. Convenimos en que somos imperfectos, pero a un grado extenso, aun después de seis mil años de pecado e imperfección, todavía tenemos libre albedrío en cuanto a cómo pensar y cómo decidir. Esta libertad de la mente y la voluntad es un don precioso y lleva consigo una gran responsabilidad. Debemos prestar más que la acostumbrada atención en cuanto a cómo la usamos.

      16. (a) Cuando estuvo en la Tierra y antes, ¿cómo era Jesús perfecto en un sentido relativo? (b) ¿Qué elevado cargo habría de dársele, que exigía qué cualidades?

      16 Estas mismas cosas aplican en el caso de Jesús. Vea cómo la perfección en un sentido relativo o limitado fue cosa cierta acerca de él. Cuando nació aquí en la Tierra, era un bebé perfecto, pero nada más que un bebé. Cuando a los doce años de edad interrogó a los maestros en el templo, era un muchacho perfecto, pero nada más que un muchacho. (Luc. 2:41-52) De manera semejante, en su existencia prehumana, era perfecto como “obrero maestro” de Dios (Pro. 8:30), pero Dios tenía presente una posición muy superior para él, una que exigía cualidades aseguradas en un grado superlativo de perfección, confiabilidad y madurez demostradas. Por eso, antes de llegar a este elevado cargo de ser rey y sumo sacerdote, fue propio que el Hijo de Dios pasara por el desarrollo requerido, por el entrenamiento y la educación necesarios, por la disciplina y prueba necesarias, a fin de que fuera perfeccionado para su elevado cargo fuera de cualquier posibilidad de fracaso.

      17. ¿Cómo fue sometida a prueba crucial la obediencia de Jesús cuando estuvo en la Tierra?

      17 También entra en el cuadro el asunto de la obediencia. Es verdad que Jesús siempre había sido obediente antes de venir a la Tierra, pero su obediencia jamás había sido sometida a una prueba severa. Cuando estuvo en conflicto con criaturas espíritus, el ‘príncipe de Persia’ en el tiempo de Daniel, y también antes de eso con Satanás mismo acerca del cuerpo de Moisés, entonces no estaba sujeto a aquellos opositores. (Dan. 10:13; Jud. 9) No tuvo que pagar un precio elevado por ser obediente. Pero cuando vino a la Tierra y comenzó su ministerio, su servicio del campo, el caso fue totalmente diferente, ¿verdad? Desde el Jordán hasta el Calvario continuamente fue puesto a prueba, lo cual envolvió mucho sufrimiento. Después de un encuentro directo con el Diablo en el desierto, se presentaron todos aquellos grupos hostiles de presión religiosa que continuamente estuvieron asaltándolo y acosándolo hasta que finalmente lo prendieron. Sí, aprendió por experiencia, como pasando por un molino, por decirlo así, “con fuertes clamores y lágrimas.” Fue una terrible experiencia. Finalmente, fue aplastado hasta morir entre la piedra superior y la piedra inferior del molino figurado de los grupos de presión y de Roma. Sin embargo, no fue aplastado o quebrantado en espíritu, ni en su integridad y perfecta obediencia a su Padre celestial.—Mat. 4:1-11; Heb. 5:7.

      18. Por todo lo que sufrió y aguantó, ¿qué bendiciones consiguió Jesús para sí mismo, y qué beneficios para otros?

      18 Jesús siempre tuvo fe, pero ahora ésta tenía cualidad probada. Siempre fue genuino como el acero, mostrando lealtad y constancia, pero ahora era acero templado, templado por fuego. Así podemos apreciar más plenamente por qué fue necesario que Jesús aprendiera por experiencia verdadera lo que quería decir ser obediente bajo adversidad y sufrimiento extremados. Principalmente, fue debido a la posición singular que le esperaba a la diestra de Dios, cuando todas las cosas serían puestas en sujeción a él. Además, comprendemos que al pasar con aguante por aquella experiencia, manteniendo la fidelidad, fue hecho perfecto por ello en un sentido mucho más extenso y más profundo que nunca antes. Ahora estaba plenamente capacitado como sumo sacerdote para acudir en socorro de nosotros y suministrar ayuda al tiempo oportuno, llegando a ser así responsable de la salvación final, primero de los muchos hijos obedientes que han de participar con él en su trono celestial, y también para los muchos otros de la humanidad por quienes gustó la muerte. Éstos, también, tienen que aprender que ‘en el nombre de Jesús debe doblarse toda rodilla’ en sujeción, debido al “puesto superior” que bondadosamente le ha dado Dios a su Hijo fiel. Todo esto, por supuesto, es “para la gloria de Dios el Padre.”—Fili. 2:5-11.

      19. ¿Cómo sabemos que las pruebas no se le impusieron a la fuerza a Jesús, y cómo se predijo esto?

      19 Hay una cosa más que es digna de notarse en cuanto a Jesús. Las pruebas no se le impusieron a la fuerza. Él voluntaria y deliberadamente optó por emprender el ministerio, incluso el desenmascaramiento público de toda la religión y tradición falsas que se practicaban en su día, sabiendo plenamente bien que esto se atraería el fuego del enemigo. Fue como se predijo de su estado de ánimo y resolución: “Tuve fe, porque procedí a hablar. Yo mismo fui muy afligido.” Ante todo, Jesús tuvo fe en el reino de Dios y en que él sería instalado como rey de éste. Sobre la base de esta fe ‘procedió a hablar’ y a “dar testimonio a la verdad” en toda ocasión. Como resultado, fue “muy afligido.” Sin embargo, aun cuando se vio frente al fin y pudo decir: “Las sogas de la muerte me rodearon y las circunstancias angustiosas del Seol mismas me hallaron,” también dijo al mismo tiempo: “Mis votos pagaré a Jehová, sí, enfrente de todo su pueblo.” Él fue la persona más preeminentemente leal a Jehová, y probablemente le fue de gran consuelo en aquel tiempo recordar que estaba escrito: “Preciosa a los ojos de Jehová es la muerte de sus leales.”—Sal. 116:3, 10-15; 2:6; Juan 18:37.

      20. Además de apreciar su ministerio a nuestro favor, ¿desde qué otro punto de vista debemos considerar a Jesús e interesarnos vivamente?

      20 Como ya hemos indicado, estas experiencias que Jesús tuvo al aprender obediencia de la manera difícil no fueron solo de provecho para él mismo, capacitándolo también como sumo sacerdote para servir de provecho nuestro, sino que con ello puso el ejemplo para que nosotros lo sigamos en ciertos respectos. Esto aplica a los que tienen la esperanza de vida en un paraíso terrestre restaurado, además de a los que tienen la esperanza de compartir con Jesús el trono celestial de éste. Deseamos considerar esto más cabalmente con usted y le invitamos a fijar su interés en nuestra consideración. Confiamos en que experimente envolvimiento en ello pero quizás diga, como muchos: “No puedo interesarme desde este ángulo. Eso estuvo bien para Jesús; él era perfecto. Yo estoy demasiado al tanto de mis propias imperfecciones, que me impiden ir más allá de simplemente aceptar agradecidamente los beneficios del sacrificio de rescate de Jesús.” ¿Es eso buen razonamiento? ¿Es pensamiento correcto?

  • ¡Estamos en la hora de prueba!
    La Atalaya 1971 | 1 de febrero
    • ¡Estamos en la hora de prueba!

      1. ¿Por qué es difícil considerar objetivamente la situación mundial, y qué prueba que así es?

      UN SOLDADO que esté participando activamente en lucha enconada no puede formarse un cuadro que abarque la batalla entera. No se espera que lo haga. Está demasiado ocupado en otra labor, y su modo de ver todo el asunto es afectado considerablemente por su propia experiencia. De manera semejante, si estalla dificultad en el frente industrial, que envuelva una huelga y quizás violencia, es probable que el obrero de término medio solo haya escuchado la arenga y propaganda de los que se supone están de su parte. A semejanza del soldado, ve todo el asunto subjetivamente, es decir, conforme le afecta a él personalmente. Lo contrario de esto es considerar una cosa objetivamente, lo cual significa adoptar un punto de vista desprendido, no influido ni predispuesto por sentimientos o envolvimiento personales. Hablando humanamente, quizás el historiador sea quien esté en la mejor posición para hacer esto cuando puede remontarse al pasado y ver el incidente en su entero contento. Si esto es verdad en cuanto a ocasiones en que hay gran presión, ¿qué hay de una entera situación mundial que diariamente está haciéndose más amenazadora? ¿Qué individuo está en una posición tan superior que pueda evaluar correctamente la situación verdadera, entender apropiadamente los principios envueltos y suministrar guía confiable de la cual puedan depender

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir