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¿Qué clase de Dios es Jehová?La Atalaya 1972 | 1 de julio
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infiel. En aquella ocasión Babilonia y los enemigos de Judá se regocijaron.
Hablando por su profeta Ezequiel a los desterrados judíos en Babilonia, Jehová los consoló, prediciendo que serían restaurados, y diciendo: “‘Ciertamente santificaré mi gran nombre, que estaba siendo profanado entre las naciones, que ustedes profanaron en medio de ellas; y las naciones tendrán que saber que yo soy Jehová,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová, ‘cuando yo sea santificado entre ustedes delante de los ojos de ellas.’”—Eze. 36:23, New World Translation.
En 539 a. de la E.C. Babilonia fue derrocada por los medos y los persas y en 537 a. de la E.C., después de setenta años de destierro, se les permitió a los judíos regresar a Jerusalén para reedificar su templo. A los enemigos de Jerusalén se les obligó a reconocer lo que Dios había hecho por ellos.
HABRÁ DE SER CONOCIDO HOY DÍA
Hoy, ¿es importante que este conocimiento de que él es Jehová se disemine tanto? ¡Sí! Tan solo en la entera profecía de Ezequiel el Señor Soberano Dios indica la importancia de ello al declarar repetidas veces que las naciones y los pueblos y los individuos tienen que “saber que yo soy Jehová,” haciendo esta declaración sesenta y dos veces. En la profecía de Ezequiel aparece 215 veces la expresión “Señor Soberano Jehová.”
En esta última tercera parte del siglo veinte, hay una cosa que no debe pasarse por alto tocante a la declaración, en la profecía de Ezequiel, del propósito de Dios de que “conocerán las naciones que yo soy Jehová.” ¿Cuál es ésa? Ésta: la profecía tiene que cumplirse “en los años postreros,” “en la parte final de los días.” (Eze. 39:7; 38:8, 16, American Standard Version, Traducción del Nuevo Mundo) Cuando consideramos las cosas que han acontecido desde la I Guerra Mundial, que estalló en 1914 E.C., hace más de cincuenta y siete años, ¡los predichos años y días postreros, la parte final de los años y los días, deben sobrevenirnos pronto! Todas las naciones de hoy están al borde de llegar a conocer a este único Dios vivo y verdadero, Jehová, como jamás lo han conocido antes. Ninguno de nosotros puede evitarlo. Todos formamos parte de esas naciones. ¿Tenemos probabilidad de ganar, o de perder, cuando se nos imparta ese conocimiento sumamente importante de Jehová?
En la profecía de Ezequiel Dios hizo muchas declaraciones acerca de lo que las naciones y los pueblos tienen que llegar a saber. En consecuencia, sea que ahora nos guste Jehová y su nombre o no, ciertamente nos vale la pena escudriñar ese libro profético. Si lo hacemos, observaremos cómo partes sobresalientes de él se han cumplido en el día moderno. Hoy muchas personas de corazón sincero y honrado todavía están desorientadas en cuanto al Ser Supremo, el Dios Todopoderoso. No pueden menos que sacar provecho al descubrir su consejo sabio y oportuno para hoy. ¿Por qué vernos obligados a saber que él es Jehová de la manera que lo fue Faraón, el gobernante antiguo de Egipto? Es mucho mejor que nosotros como amadores de la vida y la felicidad aceptemos su bondadosa invitación de llegar a conocerlo a Él ahora de manera pacífica y amigable.
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¡Malas nuevas! ¡Buenas nuevas!La Atalaya 1972 | 1 de julio
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¡Malas nuevas! ¡Buenas nuevas!
● Cuando un señor comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, su ministro vino a visitarlo a su casa. El ministro le dijo al señor: “Me enteré de unas malas nuevas acerca de usted. Se me ha dicho que usted se ha pasado a los testigos de Jehová.” El señor contestó: “Permítame decirle algo; quizás sean malas nuevas para usted, pero son buenas nuevas para mí. Todos los años que he estado en la iglesia no he aprendido una sola cosa. Pero los testigos de Jehová me han enseñado la verdad de la Biblia y me da gusto poder llevarla a otros.” El clérigo se marchó inmediatamente.
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