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Dios selecciona sabiamente a los gobernantes de la TierraLa Atalaya 1972 | 1 de febrero
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en nuestra vida. Si lo hacemos, nos ponemos en la debida posición para recibir la protección de Dios a través de la “grande tribulación” que señala el fin de la administración imperfecta de hechura humana. Muchos están haciendo esto hoy día. (Rev. 7:9, 10, 14-17; Mat. 25:31, 32) Si nos hallamos entre éstos, podremos ser los primeros súbditos terrestres de ese Reino. Podemos esperar con deleite ver la resurrección de innumerables millones de muertos, que así tendrán la oportunidad de vivir bajo ese Reino.—Rev. 20:11-13.
De modo que el Soberano Universal, al seleccionar a los gobernantes de la Tierra, ha tomado a pechos los intereses de la humanidad. No ha pasado por alto a nadie. Por su manera de seleccionar a estos administradores reales y sacerdotales ha colocado sabiamente un fundamento sólido para la fe, revelando sus cualidades y atributos para que los hombres puedan amarlo y servirlo inteligentemente. Ha creado una administración inmovible e incorruptible para la Tierra.—Efe. 2:6, 7.
Los “gobiernos y . . . las autoridades en los lugares celestiales” ven la sabiduría de Dios al realizar así su propósito. (Efe. 3:10) Estas huestes angelicales gozosamente se colocan bajo el mandato del Rey Mesiánico de Dios. (Heb. 1:6) Ciertamente podemos exclamar al unísono con ellas: “La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fuerza sean a nuestro Dios para siempre jamás.”—Rev. 7:12.
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¡Escoja las cosas grandes de la vida!La Atalaya 1972 | 1 de febrero
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¡Escoja las cosas grandes de la vida!
¿QUÉ es grande y qué es pequeño en su vida? Esa es una pregunta importante. Por su habla y sus actos uno da a saber a todos los que están en derredor de uno lo que considera pequeño y lo que considera grande.
Tocante a esto todos los seguidores verdaderos de Jesucristo afrontan un desafío. Ellos saben cuáles deben ser las cosas grandes en su vida. Están ‘buscando primero el reino de Dios y Su justicia.’—Mat. 6:33.
¿En qué estriba entonces el desafío? Estriba en esto: las cosas grandes son las que se ven principalmente con los ojos de la fe. (2 Cor. 4:16-18) También las cosas grandes envuelven el futuro. Además, las cosas grandes requieren esfuerzo concienzudo, y el disfrutar de ellas envuelve disciplina del cuerpo, mente y corazón.
La Palabra de Dios, la Biblia, nos da muchos ejemplos de hombres que verdaderamente apreciaron las cosas grandes. Estos mismos hombres reconocieron las cosas pequeñas por lo que realmente eran... pequeñas.
Considere a Moisés, para quien todos los tesoros y placeres de Egipto fueron como cosas pequeñas en comparación con la cosa grande, el privilegio de servir como el ungido de Dios, o “Cristo,” aunque con este privilegio tendría que sufrir vituperio. (Heb. 11:26) ¿Quedó demostrado que Moisés tuvo razón en su juicio? ¡Certísimamente!
Jehová Dios usó a Moisés para escribir más de la cuarta parte del contenido de las Escrituras Hebreas. Por medio de él Jehová ejecutó muchas obras poderosas y sorprendentes milagros, y por medio de
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Los libros de las Crónicas... ¿por qué se escribieron?La Atalaya 1972 | 1 de febrero
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Los libros de las Crónicas... ¿por qué se escribieron?
¿HA LEÍDO usted la Biblia de principio a fin? Quizás cuando usted llegó al libro de Primero de Crónicas encontró allí poco que lo animara a continuar leyendo. Se enfrentó con listas aparentemente interminables de nombres desconocidos. La narración histórica, que trata principalmente de los acontecimientos del reinado del rey David, no comienza sino hasta el 2 Cró. capítulo diez. Además, en Segundo de Crónicas usted encontró que la historia básicamente abarcaba acontecimientos desde el reinado del hijo de David, Salomón, hasta la desolación de Judá y Jerusalén, un período acerca del cual usted ya había leído en los libros de Primero y Segundo de Reyes.
Sí, es posible que usted se haya preguntado: ‘¿Por qué se escribió y se preservó esta información en la Biblia? ¿Qué propósito verdadero cumple?’ Para aprender la respuesta a esas preguntas, considere el marco de circunstancias del pueblo judío cuando Esdras, sacerdote y escriba, escribió Primero y Segundo de Crónicas.
Habían pasado más o menos ocho décadas desde que regresó un resto judío fiel del destierro en Babilonia. El destierro mismo había roto sus vínculos con el pasado. De modo que había mucho que los judíos necesitaban aprender acerca de su historia para evitar los errores desastrosos de sus antepasados. Especialmente era importante el que ellos llegaran a comprender con aprecio el papel vital de la adoración verdadera. Necesitaban ser fortalecidos en su fidelidad a Jehová y en cumplir las obligaciones que tenían debido a su pacto con Jehová. En estos respectos los libros de Primero y Segundo de Crónicas suplieron admirablemente lo que necesitaban los desterrados que habían regresado. Veamos cómo.
Las genealogías enlazaban directamente a los judíos con su historia pasada. Estas genealogías suministraron la base para establecer la descendencia real y las herencias de familia. También revelaron quiénes estaban autorizados para servir en el templo como sacerdotes o en otras capacidades. La genealogía que envolvía la línea real era de valor particular, ya que suministraría un medio para identificar al Mesías.
Aunque básicamente abarca el mismo período de que tratan Primero y Segundo de Reyes, escritos más de un siglo antes por el profeta Jeremías, la narración histórica posterior de Primero y Segundo de Crónicas da mayor prominencia a la adoración en el templo. ¿Por qué? ¿Se debe a que Esdras, por ser sacerdote, estaba más interesado en la adoración en el templo que el profeta Jeremías? No, pues Jeremías también fue sacerdote. Más bien, lo mismo que Jeremías, Esdras escribió bajo inspiración y según las necesidades de sus contemporáneos. En ese entonces los judíos necesitaban recibir estímulo para continuar sosteniendo la adoración verdadera según se llevaba a cabo en el templo, y los libros de Primero y Segundo de Crónicas cumplieron ese propósito de manera excelente.
El relato está escrito de tal manera que muestra que los acontecimientos de la historia de Israel fueron afectados por la actitud de los gobernantes y sus súbditos para con Jehová y su ley justa. La historia misma se convierte en instrucción. Establece el hecho de que la fiel adherencia a la adoración verdadera resulta en bendiciones, mientras que el abandono de la adoración verdadera significa desastre. ¡Qué fuerte estímulo fue éste para que los judíos evitaran el proceder que les había acarreado calamidad a sus antepasados!
Hoy nosotros también podemos sacar provecho de estos ejemplos históricos que sirven para estimularnos a ser fieles a Jehová. Al sostener lealmente la adoración verdadera, podemos demostrar que no hemos desaprovechado el propósito de los libros de Crónicas.
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