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Cooperando plenamente con los individuos nombrados por DiosLa Atalaya 1972 | 15 de diciembre
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saber que por medio de la superintendencia amorosa provista por Jehová, su Hijo-Rey Jesucristo y la clase del “esclavo fiel y discreto,” se nos está instruyendo, corrigiendo y protegiendo a medida que caminamos juntos y cooperamos los unos con los otros, ayudándonos los unos a los otros a conseguir la entrada al nuevo sistema de cosas por la bondad inmerecida de Jehová Dios!
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Cuando el dinero no tendrá valorLa Atalaya 1972 | 15 de diciembre
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Cuando el dinero no tendrá valor
EL MUNDO tiene un adagio: “Poderoso caballero es don dinero.” A menudo el hombre que tiene dinero puede capear “tormentas” feroces. Puede evitar dificultades y salir victorioso en muchísimas situaciones.
La Biblia reconoce que el dinero tiene cierto poder para proteger a quien lo posee. Dice: “La sabiduría es para una protección lo mismo que el dinero es para una protección.” Pero, ¿en cuál debe confiarse más? La Biblia continúa, “pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.”—Ecl. 7:12.
Ha habido situaciones en que el dinero ha carecido de poder. Ha resultado débil, ineficaz, absolutamente sin fuerza para ayudar a sus dueños. Una situación de esta clase fue el sitio de Jerusalén por los babilonios en el siglo siete antes de nuestra era común. Entonces los que tenían sabiduría verdadera salieron mejor librados que los acaudalados. El conocimiento que habían usado de manera correcta los llevó a su preservación. ¿Acaecerá alguna vez semejante situación en escala mundial?—Jer. 35:18, 19; 39:16-18; 40:1-6.
Si miramos alrededor para ver dónde está el mayor caudal, hallamos que está entre las naciones en el dominio que se llama la “cristiandad.” Y en este dominio se ha confiado en el dinero, sí, se ha esperado en él a tal grado que hasta ha llegado a ser un “dios” para algunas personas. Para muchos que afirman ser cristianos el dinero ha llegado a ser el objetivo de la búsqueda de la vida.
EL CLERO HA PUESTO LA RELIGIÓN SOBRE UNA BASE MONETARIA
Sin embargo, peor que estos abusos del dinero, los sistemas religiosos, y muchos clérigos individuales, han cobrado dinero por sus servicios eclesiásticos a los miembros de las iglesias. Han cobrado por llevar a cabo bautismos y casamientos, por bendecir casas y propiedades de los miembros de las iglesias, por decir misas en la iglesia y por orar a favor de las “almas de los muertos que están en el Purgatorio,” por conceder indulgencias, por admisión a la iglesia o por asientos en ella, por educación en las escuelas religiosas, por servir de capellanes en los ejércitos, mientras que al mismo tiempo han aceptado dinero del Estado político donde sucedía que había una unión de Iglesia y Estado o una iglesia estatal. Por estos medios han acumulado gran caudal.
Además, parte del dinero tomado para tales servicios religiosos se ha invertido en empresas que las iglesias al mismísimo tiempo estaban condenando como incorrectas a los ojos de Dios. Escandalosamente, esta codicia de dinero y riquezas materiales ha hecho que los líderes religiosos de la cristiandad tropiecen y caigan en conducta errónea delante de Dios.—1 Tim. 6:10.
¿Ve Dios esto, y bendecirá él a dichas organizaciones y hombres debido a sus riquezas? Considere lo que él hizo con el Israel de la antigüedad en las mismísimas condiciones.
Fue una cosa vergonzosa y que deshonraba a Dios ésta que el profeta israelita Miqueas tuvo que informar acerca de los que afirmaban llevar el nombre de Dios delante del mundo. Pero el profeta Miqueas tenía que decir lo que Dios quería que se supiera, que “sus propios cabezas juzgan meramente por un soborno, y sus propios sacerdotes instruyen solo por precio, y sus propios profetas practican adivinación sencillamente por dinero; sin embargo sobre Jehová siguen apoyándose, diciendo: ‘¿No está Jehová en medio de nosotros? No vendrá sobre nosotros ninguna calamidad.’” ¿Iba a seguir protegiéndolos su dinero? ¿Intervendría Dios a favor de ellos? Dios contestó: “Por lo tanto, a causa de ustedes Sion será arada como un simple campo, y Jerusalén misma llegará a ser simples montones de ruinas, y la montaña de la casa [de Jehová] será como los lugares altos de un bosque.”—Miq. 3:11, 12.
EL DINERO HA DE SER TIRADO EN LAS CALLES
Seis años antes que esta calamidad realmente tuviera lugar en la destrucción de Jerusalén por los babilonios, el profeta Ezequiel, en Babilonia, les advirtió. En un sentido más amplio, que envuelve a más gente, de seguro sucederá semejante calamidad en nuestro tiempo, particularmente en la cristiandad, porque la actitud de ella para con el dinero es idéntica a la de Israel de aquel día. Dios no puede ser fiel a sus principios si no obra de la misma manera para con los religiosos hipócritas que acarrean reproche sobre Su nombre. La profecía de Ezequiel aplica, por lo tanto, con mayor fuerza a la cristiandad. (Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11) Dé cuidadosa atención a lo que afronta la cristiandad en el futuro muy cercano:
“En las calles arrojarán El dinero no tendrá valor.
su plata misma, y su Será una “cosa aborrecible”
propio oro llegará a ser para sus dueños cuando al
una cosa aborrecible. fin reflexionen en que el
codiciarlo les ha
acarreado la destrucción.
“Ni la plata ni el oro de No podrán rescatar su
ellos podrá librarlos en vida sobornando a Jehová
el día del furor de Jehová. y Sus agentes de ejecución
en la Tierra. Los elementos
políticos y seglares que
llevarán a cabo el ataque
no perdonarán a la
cristiandad así como
los ejércitos babilonios
no perdonaron a Jerusalén.
—Compare con Hechos 8:9-20.
“A sus almas no satisfarán, Será imposible consumir
y sus intestinos no oro y plata como alimento
llenarán, porque ha llegado para llenar sus intestinos
a ser un tropiezo que causa en medio de condiciones
su error. de hambre.
“Y la decoración del adorno Se han adornado de
de uno... uno ha puesto esto crucifijos, anillos,
como razón para orgullo. mitras, báculos pastorales,
insignias y tronos de oro
y plata, haciendo de esas
cosas costosas la
“decoración del adorno
de uno,” y las han puesto
como razón para
enorgullecerse,
considerándose
‘personajes,’ superiores a
los legos comunes y
ordinarios.
“Y sus imágenes detestables, Han usado ese oro y plata
sus cosas repugnantes, las para decorar las imágenes
han hecho de él. Es por eso y emblemas que usan en sus
que ciertamente lo haré para iglesias. Para Dios son
ellos cosa aborrecible. “imágenes detestables,”
“cosas repugnantes,” a
pesar de su construcción
artística.
“Y ciertamente lo daré en Como sucedió en el caso
mano de los extraños para de Jerusalén de la
saqueo y a los inicuos de la antigüedad, así ahora, en
tierra
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