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¿Cuál es el punto de vista cristiano del baile?La Atalaya 1973 | 1 de febrero
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Sant. 4:1; Efe. 5:4; Fili. 4:8; 1 Tim. 2:9.
De modo que una persona joven o un cristiano de más edad, al considerar el punto de vista cristiano del baile, puede preguntarse: ‘¿A qué grado cumple el baile que tengo pensado esos requisitos bíblicos?’ A medida que las normas morales de este inicuo sistema continúan derrumbándose, no sorprenderá el que usted halle que muchos bailes de hoy día no son decorosos para el pueblo santo de Dios. Por lo tanto, todos los cristianos, sin importar que sean jóvenes o ancianos, deben tener presente lo que aconsejó el apóstol Pablo: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.”—1 Cor. 10:31.
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La cristiandad... peleadora contra DiosLa Atalaya 1973 | 1 de febrero
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La cristiandad... peleadora contra Dios
¿REALMENTE pelea contra Dios la cristiandad, es decir, el dominio de las naciones que se llaman cristianas? Parece paradójico... ¡las mismísimas organizaciones que llevan el nombre de Cristo y que alegan estar en un pacto con Dios están enseñando y conduciendo a sus adherentes en desobediencia a Dios!
Sin embargo, eso no es tan raro cuando uno considera que el apóstol cristiano Pablo habló de algunos hombres en la congregación cristiana de su día que, dijo él, eran “falsos apóstoles, obreros engañosos, que se transforman en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla,” continuó Pablo, “porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz.”—2 Cor. 11:13, 14.
Además, tanto Pablo como el apóstol Pedro advirtieron de una gran apostasía que tendría lugar después de la muerte de los apóstoles. Como resultado, muchos que afirmaban ser cristianos, dijeron ellos, seguirían “enseñanzas de demonios” e hipócritamente hablarían mentiras. Tendrían “una forma de devoción piadosa” pero resultarían “falsos a su poder.” Hablarían “cosas torcidas para arrastrar a los discípulos tras sí.” ‘Explotarían [a discípulos cristianos] con palabras fingidas,’ repudiando “aun al dueño que los compró.”—1 Tim. 4:1, 2; 2 Tim. 3:5; Hech. 20:30; 2 Ped. 2:1-3; 2 Tes. 2:3-12.
También, al considerar lo que le sucedió a Israel, una nación que estaba en un pacto con Dios, podemos ver un paralelo notable, sí, un modelo de la condición de la cristiandad hoy día. Entre las cosas que sirven “para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado” está lo que Dios hizo que viera su profeta Ezequiel.—1 Cor. 10:11.
Ezequiel, aunque corporalmente estaba en Babilonia a 800 kilómetros de distancia, fue transportado en visión, para ser llevado en una gira de inspección del templo de Jehová en Jerusalén. Primero, contempló un idolátrico “símbolo de celos” en una entrada interior. Luego vino el desenmascaramiento de setenta líderes de Israel, en cámaras secretas, que estaban ofreciendo incienso a esculturas de asquerosas bestias y cosas que se arrastran. Esto era lo suficientemente detestable, pero Jehová le habló de nuevo a Ezequiel, diciendo: “Todavía verás de nuevo grandes cosas detestables que están haciendo.”—Eze. 8:13.
ADORACIÓN DE UN REBELDE CONTRA DIOS
Entonces, en un patio interior, Ezequiel informa: “¡Mire! allí estaban sentadas las mujeres, llorando por el dios Tamuz.”—Eze. 8:14.
¿Quién era este Tamuz? Según los babilonios y los sirios, era el dios de la vegetación. En el sudoeste de Asia, la vegetación crece durante la temporada de las lluvias con sus inundaciones benignas y muere durante la temporada de la sequía. Consideraban que la muerte de la vegetación representaba la muerte de Tamuz, y su muerte era lo que lloraban anualmente en el tiempo de más intenso calor los adoradores idólatras de Tamuz. Al volver la temporada de las lluvias se suponía que Tamuz regresaba del averno, según lo simbolizaba el hecho de que la vegetación crecía de nuevo.
¿Cómo sería posible inducir a los israelitas a adorar un ídolo? ¿A qué se debe que siguieran las prácticas de semejante culto? Cuando consideramos la historia y los antecedentes de la adoración de Tamuz esto se hace patente. En su libro The Two Babylons el Dr. Alexander Hislop identifica a Tamuz con Nemrod, el fundador de la ciudad de Babilonia, unos 180 años después del diluvio del día de Noé.
Nemrod fue bisnieto de Noé. Según Génesis 10:1, 6, 8-12, a Nemrod se le llegó a conocer como “poderoso cazador en oposición a Jehová.”a Llevó la delantera en la construcción de la religiosa Torre de Babel para contrarrestar el mandato de Dios de que la gente se esparciera y llenara la Tierra. La obediencia a este mandato habría establecido fortalezas de adoración verdadera a través de la Tierra. (Gén. 9:1) Pero Nemrod era como un héroe para sus seguidores. Según el historiador judío Josefo: “[Nemrod] gradualmente cambió el gobierno a tiranía..., pues no veía otra manera de apartar a los hombres del temor a Dios, salvo por medio de hacerles sentir constantemente dependientes de su poder. También dijo que se vengaría de Dios, si decidiera ahogar de nuevo al mundo; ¡pues edificaría una torre tan alta que las aguas no pudieran alcanzarla! . . . Entonces la multitud estaba muy dispuesta a seguir la determinación de Nemrod, y estimar una muestra de cobardía el someterse a Dios; y edificaron una torre.”—Antiquities of the Jews, Libro I, cap. IV, párrs. 2, 3.
La tradición religiosa relata que Nemrod fue ejecutado por su rebelión contra Jehová, el Dios de Noé. Los seguidores de Nemrod consideraron una tragedia o calamidad su muerte violenta, y lo deificaron. Anualmente conmemoraban su muerte el primer o segundo día del mes lunar llamado Tamuz, cuando las mujeres idólatras lloraban por su ídolo. Por lo tanto se entiende la razón por la cual los del culto babilónico lloraban por él. También, el hecho de que los doctos reconocen que Nemrod está identificado con Marduk, el dios principal de los babilonios, nos ayuda a ver por qué sería posible inducir a los judíos, entonces tributarios de Babilonia y en peligro de ser engullidos por esta Potencia Mundial del día, a adoptar la adoración de Tamuz.
A Tamuz se le representaba por la primera letra de su nombre, que es una tau antigua, una cruz. La “señal de la cruz” era el símbolo religioso de Tamuz. De modo que hubo un esfuerzo por introducir la adoración de la cruz pagana idolátrica en el templo de Jehová en Jerusalén.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con la cristiandad? ¿Se está efectuando la adoración de Tamuz allí, en oposición a Dios? Bueno, ante todo, ¿qué hay de la “señal de la cruz” en la cristiandad? La cruz, en la que las religiones de la cristiandad alegan que fue ejecutado Cristo (aunque realmente fue en un madero), se considera el símbolo preeminente del cristianismo. Algunos religiosos hasta se inclinan ante ella y la besan. Entre los judíos después de su restauración de Babilonia, el madero en el cual un hombre había sido ejecutado se consideraba detestable, algo que habrían de enterrar para no verlo. Dice la autoridad judía, Moisés Maimónides, del siglo doce: “El madero en el cual alguien ha sido colgado es enterrado; para que el nombre malo no permanezca con él y la gente diga: ‘Este es el madero en el cual fulano de tal fue colgado.’” Pero la cristiandad realmente honra la mismísima cosa que, según ellos, fue el instrumento en el cual Jesús fue atormentado hasta morir.
ENTREMETIÉNDOSE EN LA POLÍTICA
Pero, tal como Jehová dijo que sería la experiencia de Ezequiel, nosotros también veremos cosas aun más detestables que éstas relacionadas con la adoración de Tamuz o Nemrod en la cristiandad. La Biblia dice de Nemrod que “el principio de su reino llegó a ser Babel [o Babilonia] y Erec y Acad y Calne, en la tierra de Sinar. De esa tierra salió para Asiria y se puso a edificar a Nínive y a Rehobot-Ir y a Cala y a Resén entre Nínive y Cala: ésta es la gran ciudad.” (Gén. 10:10-12) Así Nemrod fue fundador de ciudades y de sistemas políticos de gobierno, contrario a la voluntad de Jehová Dios. Toda la religión falsa se derivó de Babilonia después del diluvio de los días de Noé. Génesis 10:8, 9 dice que “él [Nemrod] se exhibió poderoso cazador en oposición a Jehová.”
El término “cazar,” según la antigua costumbre babilónica y asiria, no solo se aplicaba a cazar animales salvajes, sino también a campañas militares contra criaturas humanas como presa. De modo que Nemrod se hizo derramador de sangre humana en guerra.
¡Qué bien cuadran también estos detalles acerca de Nemrod con la cristiandad! Como Nemrod, ella también ha establecido sus propios sistemas religiosos. Por lo general se cree que éstos están en armonía con la Santa Biblia pero, en realidad, están en armonía con enseñanzas religiosas de la Babilonia antigua. El emperador Constantino fue el gobernante que hizo del cristianismo la religión estatal del Imperio Romano. Según el historiador eclesiástico Eusebio, obispo de Cesarea, Constantino dijo que “al mediodía cuando el Sol estaba comenzando a bajar vio con sus propios ojos el trofeo de una cruz de luz en los cielos, arriba del Sol, que tenía la inscripción [en griego] POR ESTE SIGNO VENCERÁS.” Esto, por supuesto, tendería a dar sanción “santa” a sus miras políticas. Esta señal, la cruz, se usó entonces en los escudos de sus soldados, un ejército de adoradores del dios Sol, que salieron a matar y vencer.
Lo mismo que Nemrod, la cristiandad no se ha circunscrito meramente a la religión; se ha mezclado en la política mundana, estableciendo, dondequiera que le ha sido posible, una unión de Iglesia y Estado, en la cual la Iglesia ha tratado de decirle al Estado qué hacer. Ella ha afirmado que sus emperadores y reyes políticos han gobernado “Por la gracia de Dios.” El historiador H. G. Wells escribe de la coronación de Carlomagno como emperador del “Santo Imperio Romano” por el papa León: “León III (795-816), que invitó a Carlomagno para ser César y lo coronó a pesar de él mismo.” (Pocket History of the World, edición de marzo de 1944, pág. 233)
La cristiandad no solo ha entronizado y destronado a gobernantes, sino que hasta sus obispos, arzobispos y papas han sido honrados con “tronos” materiales y todavía se dice que “reinan” sobre sus obispados y sedes papales. Compare este proceder con las palabras del apóstol cristiano en 1 Corintios 4:8.
A los políticos de este mundo se les dan puestos prominentes y consideraciones en los sistemas eclesiásticos. ¡Qué contraste con el ejemplo de Jesucristo, que rehusó ser hecho rey en la Tierra por los hombres! Al gobernador romano Poncio Pilato, él dijo: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36) Al contrario de esto, la cristiandad insiste en que es deber de los miembros de sus iglesias participar en la política. A veces, y en algunos lugares, se esfuerza por dictarles en cuanto a los candidatos políticos por los cuales han de votar en las elecciones. Miembros de su clero hasta han actuado como gobernantes políticos, como presidente, o primer ministro, y así por el estilo.
CULPABILIDAD DE HOMICIDIO
Y, ¿qué hay del derramamiento de sangre desenfrenado que cometió “Nemrod poderoso cazador en oposición a Jehová”? Lo que Nemrod hizo ¡solo fue un prototipo en escala pequeña de la cristiandad! En una escala en sumo grado ensanchada, ella también ha participado como “cazadora” en campañas militares con armas carnales. Las guerras más sanguinarias de toda la historia humana han sido libradas por los miembros de la cristiandad, entre ellos mismos y con los llamados infieles y paganos. Nada de esto es semejante a Cristo. Es babilónico y huele a Nemrod.
La pérdida de vidas humanas en estas guerras ha causado indecible cantidad de llanto a las mujeres de la cristiandad. Anualmente se celebran días conmemorativos en los cuales los dolientes a quienes la guerra ha causado pérdida van a los cementerios a decorar las tumbas de sus combatientes muertos. Los miembros patrióticos y nacionalistas de la cristiandad lloran la muerte de los poderosos generales de las guerras y de otros jefes guerreros de alto rango, a los cuales se ensalza en las iglesias en que se celebran los servicios funerales. Todo esto en pleno acuerdo con el hecho notorio de que las iglesias han sido usadas como puestos de reclutamiento y centros de propaganda en tiempos de guerra. El conectar todos estos hechos políticos y militares con la “casa de Dios” (la iglesia) en la cristiandad nos hace recordar bien a aquellas israelitas sentadas y llorando por Tamuz dentro del patio interior del templo del Señor Soberano Dios en el día de Ezequiel.
¿Ha ensalzado la acción de la cristiandad el nombre de Jehová, el Dios de la Biblia? No, más bien le ha acarreado vituperio, y ha hecho que la gente de países no cristianos le tengan odio y enemistad al cristianismo. La manera en que la cristiandad ha representado al Dios de la Biblia en falsos colores, junto con las acciones no cristianas de ella, han preparado un criadero fértil para el comunismo.
Además, es precisamente en medio de la cristiandad que la evolución ha tenido algunos de sus más fuertes partidarios. ¿Por qué? Porque ella ha hecho que la Biblia parezca contradictoria, ridícula e inexacta a causa de sus propias doctrinas ridículas, falsas e irrazonables como la Trinidad, el fuego del infierno, la predestinación y sus enseñanzas en cuanto a la guerra, el entremeterse en la política y, no siendo lo menor, el darse a la crítica textual de la Biblia. Muchos de sus clérigos prominentes han ido al extremo de realmente apoyar la teoría de la evolución.
Las organizaciones religiosas de la cristiandad, en todas sus naciones, se han opuesto a la proclamación de las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios. El clero religioso ha conspirado para hacer que gobernantes políticos proscriban la obra y ha incitado arrestos y acción de chusmas contra los testigos de Jehová, los cuales están instando a todos a que estudien la Biblia para averiguar lo que ésta realmente enseña. La cristiandad, participando en la adoración de Nemrod, realmente es parte de Babilonia la Grande, el imperio mundial de religión falsa, y a todos los que están asociados con ella, el mandato de Dios es: “Sálganse de ella, . . . si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.”—Rev. 18:4.
La larga historia de la cristiandad de pelear contra Dios se acerca a su fin. Ella se ha mofado de Dios al arrogarse su nombre y el nombre de su Hijo y luego acarrearles la peor difamación. Pero “de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (Gál. 6:7) La cristiandad pagará con la pérdida de su existencia por su pelea contra Dios.
¿Es usted miembro de una de las iglesias de la cristiandad? Entonces escudriñe usted mismo las Escrituras con la ayuda de cristianos verdaderos, y abandone a la cristiandad culpable de homicidio. Diríjase al Dios verdadero y a su reino mesiánico para la vida.
[Nota]
a Vea The New World Translation of the Holy Scriptures, edición de 1953, nota al pie de la página sobre Génesis 10:9.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1973 | 1 de febrero
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Preguntas de los lectores
● Tomando en cuenta lo que está escrito en Deuteronomio 22:5, ¿es correcto que la mujer se ponga pantalones?—EE. UU.
Deuteronomio 22:5 dice: “Nada del ropaje de un hombre físicamente capacitado debe ser puesto sobre una mujer, ni debe un hombre físicamente capacitado llevar puesto el manto de una mujer; porque cualquiera que haga estas cosas es algo detestable a Jehová tu Dios.” Este texto no está considerando modas del vestir. La prohibición tiene que ver con el ponerse cosas diseñadas específicamente para el sexo opuesto.
La distinción entre los sexos es de origen divino y la ley expuesta en Deuteronomio 22:5 sirvió para conservar esta distinción. Cuando se trata del aspecto y la indumentaria, lo acostumbrado es que el hombre quiera verse como hombre y la mujer verse como mujer. El que un israelita hubiera obrado de manera contraria a este profundo sentido interno de lo que es adecuado podría haber resultado en homosexualidad. Por lo tanto la ley en Deuteronomio 22:5 también se oponía a este pecado.
Cuando se dio esta ley, tanto los hombres como las mujeres usaban largas ropas. Pero había una diferencia definitiva entre la indumentaria de los hombres y la de las mujeres. De modo similar, en algunas partes de la Tierra hoy día tanto los hombres como las mujeres se ponen pantalones. Pero las modas de los pantalones para las mujeres difieren de las de los hombres. Por consiguiente, el principio que se enseña en Deuteronomio 22:5 no excluiría el que la mujer llevara pantalones.
Además, los cristianos no están bajo la ley mosaica. (Rom. 6:14) El insistir en aplicar la letra de esta ley por lo tanto sería contrario a la enseñanza cristiana. Por eso si una mujer se pusiera un par de pantalones viejos de su esposo para efectuar una tarea en la casa o en la granja, no estaría obrando en contra del propósito evidente de la ley, a saber, el de impedir confusión de identidad sexual y abusos sexuales.
El hecho de que los cristianos no están bajo la ley mosaica sino que se guían por los principios de ésta requiere que usen discernimiento, buen juicio y ejerzan su conciencia. La cristiana aprecia que lo correcto de ponerse pantalones o no depende de otros factores además de sus gustos personales. Ella no querría servir de tropiezo a otros ni acarrearle vituperio a la congregación cristiana. Es posible que ropa que no se vea con disfavor si se usa en el retiro de la casa de uno o en el trabajo sea reprensible si se usa en las reuniones cristianas y cuando se proclama públicamente la Palabra de Dios o se lleva a cabo otra actividad pública. Las actitudes, también, pueden diferir de zona en zona. El consejo de la Biblia es que las mujeres “se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, . . . de la manera que es propio de mujeres que profesan reverenciar a Dios, a saber, por medio de obras buenas.”—1 Tim. 2:9, 10.a
● ¿Qué es el “baño que nos trajo a la vida” que se menciona en Tito 3:5?—EE. UU.
El apóstol Pablo se refería a los que habían llegado a ser cristianos ungidos por espíritu, cuando escribió: “Se manifestó la bondad y el amor para con el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, no debido a obras de justicia que nosotros hubiésemos ejecutado, sino que según su misericordia él nos salvó por medio del baño que nos trajo a la vida y por medio de hacernos nuevos por espíritu santo.”—Tito 3:4, 5.
La expresión el “baño que nos trajo a la vida” también puede traducirse el “baño de un renacimiento” o el “baño de regeneración.” En armonía con esto, este baño tiene que ser una limpieza que resulta en un renacimiento o una regeneración. La agencia por la cual se efectúa esta limpieza se identifica en 1 Juan 1:7: “La sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.” Y, con referencia a Jesucristo, Revelación 1:5 declara: “Al que nos ama y que nos desató de nuestros pecados por medio de su propia sangre.” El hecho de que esta limpieza del pecado produce una nueva vida lo confirman las palabras de Efesios 2:1: “Es a ustedes que Dios vivificó aunque estaban muertos en sus ofensas y pecados.”—Vea también Efesios 2:4, 5 y Colosenses 2:13, 14.
Por supuesto, la limpieza efectuada por la sangre de Jesús no se circunscribe a los cristianos
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