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  • Cómo beneficia la resurrección a todos los muertos que están en el infierno
    La Atalaya 1973 | 15 de abril
    • estanque de fuego. Esta es la muerte segunda. Y cualquiera que no se halló escrito en el libro de la vida, fue arrojado al estanque de fuego.” ¡Qué glorioso día de juicio será ése! Al “infierno” se le dará el golpe de muerte. A la muerte que todo el género humano ha heredado de los pecaminosos Adán y Eva se le hará morir, dejará de existir porque se habrá hecho que toda la humanidad obediente alcance la perfección de vida humana en un paraíso de placer restaurado. Se hará que cese el cometer maldades por medio de destruir a todos los que se vuelvan voluntariosamente inicuos y que tendrán que sufrir la pena de la muerte segunda.

  • Los que se benefician de ser resucitados del “infierno”
    La Atalaya 1973 | 15 de abril
    • Los que se benefician de ser resucitados del “infierno”

      1, 2. (a) ¿Qué patriarca hebreo dijo que esperaba ir al “infierno”? (b) Cuando Jesús defendió la doctrina de la resurrección, ¿cómo afirmó la certeza de que Jacob se beneficiaría de ella?

      ENTRE los que están muertos en el “infierno” y a quienes la resurrección de entre los muertos beneficiará, ¿quiénes se contarán? Recordamos que el patriarca Jacob esperaba ir al “infierno” o el Seol. (Gén. 37:35) ¿Se contará él entre los que serán beneficiados? Sí. Recordamos las palabras de Jesucristo, quien, antes de levantar a su amigo Lázaro de su estado de muerte que duró cuatro días, dijo a la hermana Marta: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:25, Douay) Solo unas semanas después de eso, Jesús tuvo que defender la enseñanza de la resurrección ante incrédulos judíos, los saduceos. Al hacerlo se refirió a Jacob. En respuesta a la pregunta entrampadora que le plantearon los saduceos, Jesús dijo:

      2 “Ahora bien en cuanto a que los muertos vuelven a levantarse, también Moisés lo mostró, junto a la zarza, cuando llamó al Señor, El Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob; pues él no es el Dios de los muertos, sino de los vivos: pues para él todos viven.”—Luc. 20:37, 38, Douay.

      3. (a) ¿Desde el punto de vista de quién están vivos ahora Abrahán, Isaac y Jacob, y por qué? (b) ¿De qué clase de personas es Jehová el Dios?

      3 Por lo tanto, desde el punto de vista de Dios, Abrahán, Isaac y Jacob vivían en aquel entonces. La resurrección de estos fieles patriarcas era cosa tan segura al tiempo señalado de Dios, que Dios se refirió a esos tres hombres como si estuvieran vivos entonces, aunque entonces estaban muertos, inconscientes, en el “infierno,” en el Hades o Seol. Si habían de permanecer muertos para siempre y nunca salir del “infierno” (Hades o Seol), Jehová jamás le hubiera dicho al profeta Moisés al hablar con él junto a la zarza ardiente en el desierto de Sinaí que él era el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. Por eso Jesús dijo que el haber hecho Dios esta declaración era prueba de que habría una resurrección de Abrahán, Isaac y Jacob, y, por supuesto, de todos los otros que estuvieran con ellos en el “infierno.” Jehová no es un Dios pasado de gente del pasado muerto, sino el Dios de sus adoradores fieles que vivirán en el futuro por medio de la resurrección de los muertos.

      4. ¿Cómo prueba Hebreos 11:17-19 que Abrahán creía en una resurrección para su hijo Isaac?

      4 El patriarca Abrahán creía en una resurrección para su hijo Isaac. Como prueba de esto tenemos las inspiradas palabras de Hebreos 11:17-19: “Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a su hijo unigénito, aunque se le había dicho: ‘Lo que será llamado “descendencia tuya” será por Isaac.’ Pero estimó que Dios podía levantarlo aun de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración [figurativamente, The Jerusalem Bible; como tipo, Catholic Confraternity Version].”

      5. ¿Cómo indica el capítulo 11 de Hebreos que hombres aun antes de Abrahán, Isaac y Jacob, y hombres de fe después de ellos, creían en la resurrección de los que están en el “infierno”?

      5 Evidentemente antes del tiempo de Abrahán, Isaac y Jacob, los hombres de fe que se llamaban Abel, Enoc y Noé creían en la resurrección de los muertos del “infierno,” porque están alistados entre la “tan grande nube de testigos” que se mencionan en el capítulo 11 de Hebreos. (Hebreos 11:1 a 12:1) Cuando el escritor inspirado se refiere al hecho de que el profeta Elías levantó a la vida al hijo de la viuda de Sarepta y que el profeta Eliseo levantó a la vida al hijo de la mujer hospitalaria de Sunem, dice: “Mujeres recibieron a sus muertos por resurrección; pero otros fueron atormentados porque rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor. . . . Y no obstante todos éstos, aunque se dio testimonio de ellos por su fe, no obtuvieron el cumplimiento de la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para nosotros, para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros.” (Heb. 11:35-40) De modo que tenemos la prueba inspirada de que, antes de la venida de Jesucristo, hombres y mujeres de fe en el Dios Todopoderoso Jehová esperaban con confianza la resurrección de los muertos del “infierno” o el Seol.

      6. ¿Cómo expresaron Marta de Betania y Ana la madre de Samuel fe en la resurrección de los que están en el “infierno”?

      6 Por eso la mujer Marta de Betania le dijo a Jesús, antes que él le levantara a su hermano Lázaro de entre los muertos: “Yo sé que volverá a levantarse, en la resurrección en el último día.” (Juan 11:24, Douay) Por eso, también, la mujer Ana que vivió más de mil años antes, dijo al tiempo de presentar su hijo Samuel al sumo sacerdote de Israel: “El Señor mata y hace vivir, hace bajar al infierno [latín, inferi; hebreo, Seol] y hace volver de nuevo.”—1 Rey. 2:6 (o, 1 Samuel) 2:6, Douay.

      LA IGLESIA VERDADERA VUELVE DEL “INFIERNO”

      7, 8. (a) ¿De qué manera no prevalecerán las “puertas del infierno” contra la congregación verdadera de Cristo? (b) ¿De qué manera requiere Revelación 2:10 que Jesús prevalezca contra las puertas del infierno?

      7 No solo fue Jesucristo mismo al infierno y volvió a salir de allí, sino que aseguró a sus apóstoles que la Iglesia verdadera, la congregación cristiana verdadera, lo imitaría en cuanto a esto. Al hablarle al apóstol Pedro, y estando presentes oyendo los otros apóstoles, Jesús dijo: “Tú eres Pedro [griego, Petros]; y sobre esta roca [griego, petra] edificaré mi iglesia y las puertas del infierno [griego, Hades; latín, infernus] no prevalecerán contra ella.” (Mat. 16:18, Douay) Por medio de morir los miembros de la congregación cristiana verdadera pasarían por las puertas del “infierno” y entrarían en él. (Isa. 38:10, 18, Douay) Pero esas “puertas del infierno” no prevalecerían sobre la congregación cristiana permaneciendo cerradas para siempre sobre la congregación. ¿Por qué no? Porque el resucitado Jesucristo, quien tiene las “llaves de la muerte y del infierno,” usará la llave y abrirá esas puertas y dejará salir a su congregación por medio de una resurrección.

      8 Así las “puertas del infierno” no prevalecerán sobre la congregación de Cristo, sino que Cristo prevalecerá sobre las “puertas del infierno” a favor de su congregación. Esto explica por qué le dijo a la congregación: “Sé fiel hasta la muerte: y yo te daré la corona de la vida.”—Apo. Rev. 2:10; 1:17, 18, Douay.

      9. ¿De cuántos se compondrá esta congregación cristiana, y qué es lo “algo mejor” que “Dios previó” para ellos?

      9 A esta congregación verdadera que se compone de solo 144.000 miembros fieles se le hace salir del “infierno” (Hades o infernus) a una resurrección espiritual, celestial. Así llegan a ser “la novia, la esposa del Cordero.” (Apocalipsis Rev. 21:9 a 22:17, Douay) Lo mismo que una esposa fiel, están unidos al Novio celestial Jesucristo en matrimonio para siempre. En cuanto a su resurrección está escrito: “Se siembra cuerpo natural, se levantará cuerpo espiritual.” (1 Cor. 15:42-44, Douay) Esta condición espiritual y celestial es el “algo mejor” que “Dios previó” para la congregación de fieles seguidores e imitadores de su Hijo Jesucristo.—Heb. 11:39, 40.

      LOS MUERTOS DE LA HUMANIDAD REDIMIDOS SALEN DEL “INFIERNO”

      10. (a) ¿A favor de quiénes más prevalecerá Jesús sobre las puertas del infierno, y cómo? (b) ¿Qué fue, pues, lo que el apóstol Juan vio acontecer en visión que otros verán acontecer en realidad?

      10 El resucitado Jesucristo hará más que prevalecer contra las “puertas del infierno” a favor de su congregación novia. También prevalecerá contra esas “puertas” a favor de toda la humanidad por quien dio su vida como redención. (Mat. 20:28, Douay) Usará sus “llaves de la muerte y del infierno” y abrirá esas “puertas” simbólicas y dejará salir a todos estos de la humanidad por medio de una resurrección a vida en la Tierra bajo el reino celestial de sí mismo y su novia espiritual. A los que tuvieron un sepulcro acuoso en el mar se les hará volver a la vida en tierra seca. A los que fueron enterrados en la tierra en sepulcros individuales, o cementerios, también se les hará salir a vida en la Tierra bajo el nuevo gobierno, el reino celestial de Dios por su Hijo Jesucristo. Centenares de miles de personas que viven hoy sobrevivirán a la venidera “grande tribulación” para ver en realidad lo que el apóstol Juan vio meramente en la visión apocalíptica, la cual él describe, diciendo: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie en la presencia del trono, . . . y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el infierno [latín, infernus; griego, Hades] entregaron sus muertos que había en ellos.”—Apo. Rev. 20:12, 13; 7:14, Douay.

      11. ¿Esto incluye a quiénes que fueron al “infierno” antes del Pentecostés de 33 E.C., y a quiénes incluye que fueron allá desde entonces, según 1 Juan 2:2 y 1 Timoteo 2:5, 6?

      11 Esto incluirá a Abel, Enoc, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, Job, Moisés, sí, a todos los muertos que están en el “infierno” y que fueron allá antes que se fundara la congregación cristiana en el día del Pentecostés del año 33 E.C., cuando el apóstol Pedro les habló a miles de judíos acerca de la resurrección de Jesucristo del “infierno” (el sepulcro común del género humano muerto). También incluirá a todos los del género humano que han ido al “infierno” desde aquel día del Pentecostés y que no llegaron a ser miembros de la congregación novia de Jesucristo. Ninguno de éstos pertenecen a la “iglesia de los primogénitos, que están escritos en los cielos.” (Heb. 12:23, Douay) Jesucristo murió como sacrificio de redención por todos éstos, así como escribió el apóstol cristiano Juan, diciéndole a la congregación: “Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:2, Douay) Concuerda con eso lo que el apóstol cristiano Pablo le escribió a Timoteo, a saber: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador de Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús: que se dio en redención por todos.”—1 Tim. 2:5, 6, Douay.

      12. ¿Por qué pudiera alarmar a algunas personas el pensar que vuelvan todos estos del “infierno”?

      12 Sin embargo, puede que algunas personas se alarmen al pensar en esto. Tal vez digan: ‘¿No inundará esto la Tierra de miles de millones de malhechores, y no llenará la Tierra de más iniquidad y violencia que la que haya tenido en cualquier otro tiempo? Pues, ¿no es verdad que el apóstol Pablo dijo: “Habrá una resurrección de justos y de injustos”?’ (Hech. 24:15, Douay) Ciertamente en la resurrección de los que están en el “infierno” habrá muchos más injustos que justos. Y para los gobernantes humanos comunes es verdad que eso crearía un problema serio.

      13, 14. (a) ¿Qué fuerzas no serán soltadas sobre los habitantes de la Tierra al abrirse las puertas del “infierno,” y por qué no? (b) ¿Qué hay de los gobiernos humanos imperfectos en aquel tiempo y de los que están apoyándolos al fin?

      13 El abrir las “puertas del infierno” no soltará sobre los habitantes de la Tierra legiones de demonios y su príncipe, Satanás el Diablo. Estos nunca han estado allá en el “infierno” esperando que Jesucristo usara la llave y abriera las puertas del “infierno.”

      14 Felizmente para la humanidad, al tiempo que se vacíe el “infierno,” Satanás y sus ángeles demonios estarán atados

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