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Produciendo al Agente Principal de la Gobernación DivinaLa Atalaya 1973 | 15 de mayo
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por la salvación eterna de todos los que le obedecen, porque ha sido llamado específicamente por Dios sumo sacerdote a la manera de Melquisedec.” Éste demostró ser digno de servir como el Agente Principal de la Gobernación Divina.
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Siguiendo al Agente Principal de la Gobernación DivinaLa Atalaya 1973 | 15 de mayo
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Siguiendo al Agente Principal de la Gobernación Divina
1. (a) ¿Por qué no contaba para los judíos circuncisos naturales la decisión que tomaron sus antepasados en el monte Sinaí ahora que se trataba del nuevo pacto? (b) ¿A quién tenían que imitar aquellos judíos, y de qué manera?
PARA los judíos circuncisos naturales las cosas no fueron iguales después que Jesucristo ascendió a la presencia celestial de Jehová Dios y le ofreció el precioso mérito de su sacrificio humano. Debido a esto el viejo pacto mosaico fue cancelado, y un nuevo pacto fue validado con la sangre del Hijo de Dios, el Mediador de este pacto. La oportunidad de ser introducidos en este nuevo pacto fue ofrecida primero a los judíos naturales. Sus antepasados de quince siglos antes le habían declarado al mediador Moisés: “Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo.” Pero esto no contaba para sus descendientes por lo que respecta al nuevo pacto. Para este último pacto hubo un nuevo Mediador mayor que Moisés, a saber, Jesucristo. Para ser introducidos en el nuevo pacto tenían que responder a este mejor y mayor Mediador: “Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo y a ser obedientes.” Imitando al Agente Principal de la Gobernación Divina, Jesucristo el Mediador, estos judíos naturales tenían que presentarse a Jehová, para hacer su voluntad según les fuera transmitida por medio de este Mediador nuevo y mayor.
2. Según lo que les dijo Pedro a los judíos en el Pentecostés de 33 E.C., ¿qué le había hecho Dios a Jesús que cambió la situación para los judíos naturales?
2 Verdaderamente una situación nueva había surgido para los judíos naturales y ellos individualmente tenían que ajustarse a ella. El apóstol cristiano Pedro les señaló esto el día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C., después que Jehová Dios por medio de Jesucristo derramó el espíritu santo sobre los fieles seguidores del Agente Principal de la Gobernación Divina. Después de explicar lo que había acontecido milagrosamente y por qué, Pedro dijo a aquellos miles de judíos congregados: “De hecho David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies.”’ Por lo tanto sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero.”—Hech. 2:34-36.
3. (a) ¿Cómo, según lo ilustraron sus antepasados en el monte Sinaí, mostrarían aquellos judíos que eran dignos de ser introducidos en el nuevo pacto? (b) Después de hacer lo que Pedro y los otros apóstoles les dijeron que hicieran, ¿qué manifestaría que esos judíos habían sido introducidos en el nuevo pacto?
3 ¿Cómo fue que ahora, bajo el nuevo conjunto de circunstancias, aquellos judíos que escucharon declararon: “Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo,” y así mostraron que eran dignos de ser introducidos en el nuevo pacto? Fue por aceptar a Jesús, que anteriormente había sido fijado en un madero, como su Señor y como el Cristo o Mesías de Jehová y como su Mediador que había sido predicho y prefigurado por el profeta Moisés. No les podía venir salvación de ninguna otra manera. Miles de aquellos judíos se sintieron heridos en el corazón por lo que oyeron a Pedro decir. Por eso, cuando les preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?” Pedro los dirigió al Agente Principal de vida de Dios, diciendo: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don gratuito del espíritu santo. Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para cuantos llame a sí Jehová nuestro Dios. . . . Sálvense de esta generación perversa.” (Hech. 2:37-40) Si después que se bautizaban en el agua recibían el don gratuito del espíritu santo de Dios por medio de Cristo, eso significaba que eran introducidos en el nuevo pacto.
4. ¿Qué, pues, simbolizaba el bautismo en agua de aquellos judíos?
4 Pues bien, ¿qué simbolizaba el bautismo de ellos en agua? Puesto que su bautismo había de ser “en el nombre de Jesucristo” y puesto que era precedido por su arrepentimiento para con Jehová Dios, simbolizaba la presentación de ellos a Dios para hacer su voluntad. El hacer la voluntad de él incluía el aceptar a Jesucristo como el “Señor” de ellos dado por Dios y como el “Cristo” o Mesías de ellos dado por Dios.
5, 6. (a) El que recibieran perdón de pecados vendría por medio ¿de quién? y ¿qué pecados eran los que ahora tenían que ser perdonados? (b) Según Hebreos 9:14, ¿en qué resultaría para ellos el perdón de sus pecados?
5 Sin aceptar a Jesucristo como “Señor y también Cristo” no podían adquirir “perdón de sus pecados.” Estos pecados que Dios ahora perdonaba por medio de Jesucristo no eran los pecados que habían cometido contra el pacto de la Ley Mosaica. Aquel pacto con el Israel natural ahora había pasado, había sido cancelado, y el nuevo pacto prometido había sido mediado ahora por el mejor Mediador, Jesucristo. Por consiguiente los pecados por los cuales tenían que arrepentirse para con Dios eran principalmente su pecado contra Dios por haber participado en haber fijado en el madero a su Hijo Jesucristo junto con sus pecados en general. El que de Dios y por medio de Cristo recibieran perdón de pecados resultaría en que obtuvieran una buena conciencia. Sobre esto leemos:
6 “¿Cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo?”—Heb. 9:14.
7. Según los términos del nuevo pacto, ¿qué se prometió respecto a los pecados, y por medio de quién fueron introducidos en ese pacto aquellos judíos bautizados?
7 Este perdón de pecados que resulta en una buena conciencia para con Dios era lo que Él había prometido en los términos del nuevo pacto. Cuando Jehová predijo el nuevo pacto por medio del profeta Jeremías, Jehová cerró esta profecía diciendo: “Porque perdonaré su error, y no me acordaré más de su pecado.” (Jer. 31:31-34) Siglos más tarde, cuando el apóstol Pablo escribió a los hebreos que habían llegado a ser cristianos, y que eran descendientes naturales de Abrahán, el “amigo de Jehová,” citó de la profecía de Jeremías y pasó a decir: “‘Porque seré misericordioso en cuanto a sus hechos injustos, y de ningún modo recordaré más sus pecados.’ Al decir él ‘un nuevo pacto’ ha hecho anticuado al anterior. Ahora bien, lo que se hace anticuado y envejece está próximo a desvanecerse.” (Heb. 8:12, 13) De eso se desprende lógicamente, por lo tanto, que los tres mil judíos que se arrepintieron y se bautizaron en el nombre de Jesucristo y recibieron el don gratuito del espíritu santo fueron introducidos en el nuevo pacto por medio del ‘mejor mediador,’ Jesucristo.—Hech. 2:41.
8, 9. Algunos días más tarde en el templo, ¿a quién dirigió la atención de los judíos Pedro, y qué declaró que tenían que hacer, con qué resultado para ellos?
8 Unos días después de aquella experiencia del Pentecostés, Pedro y Juan estaban en el templo en Jerusalén. Al hablar a la muchedumbre que se congregó alrededor de ellos, Pedro de nuevo dirigió la atención de los judíos al Agente Principal para la gobernación divina. Pedro también dirigió la atención de ellos a la necesidad que tenían de arrepentirse y convertirse, buscando el refrigerio que viene del perdón de sus pecados desde Dios mediante Cristo. Pedro añadió:
9 “El Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado este honor a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y repudiasteis delante de Pilato, habiendo éste decidido dejarle ir. Mas vosotros repudiasteis al Santo y Justo. Pedisteis que se os soltara un asesino, y disteis muerte a la fuente misma [el príncipe, Hispanoamericana; Jefe, Je; Agente Principal, NM] de la vida. Mas Dios lo levantó de entre los muertos, como nosotros podemos testificar. . . . Arrepentíos pues, y volveos a Dios, para que sean borrados vuestros pecados, y vendrán tiempos más felices de la presencia del Señor, y él enviará a Jesús, el Cristo destinado a vosotros. . . . Fue a vosotros que Dios primero envió a su siervo después de haberlo levantado de entre los muertos, para bendeciros haciendo que cada uno de vosotros se aparte de su iniquidad.”—Hech. 3:13-26, AT; HA; Je; NM.
10. ¿Por qué no se efectuó un bautismo de judíos arrepentidos en aquella ocasión, y qué nombre le dijeron Pedro y Juan al Tribunal que era el único por el cual conseguir salvación?
10 Antes que Pedro y Juan pudieran hacer arreglos para que cualesquier judíos arrepentidos allí en el templo se bautizaran, la situación cambió, porque leemos: “Ahora bien, mientras los dos hablaban al pueblo, se les presentaron los principales sacerdotes y el capitán del templo y los saduceos, molestados porque enseñaban al pueblo y declaraban patentemente la resurrección de entre los muertos en el caso de Jesús.” (Hech. 4:1, 2) Así que Pedro y Juan fueron puestos en prisión por aquella noche, y el día siguiente se les celebró juicio y se les soltó. Delante del Tribunal declararon que no hay otro nombre bajo el cielo que haya sido dado entre los hombres por el cual ser salvo excepto el nombre del Agente Principal de la gobernación divina de Jehová. (Hech. 4:3-23) Los apóstoles rehusaron cesar de seguir a aquel que llevaba tan precioso nombre.
11. (a) ¿Cómo llegó Felipe el evangelizador a predicar en Samaria? (b) ¿En nombre de quién fueron bautizados los samaritanos creyentes, y por lo tanto de quién llegaron a ser discípulos?
11 Cruel persecución estalló más tarde en Jerusalén y el fiel judío cristiano Esteban fue muerto a pedradas. Los discípulos de Cristo fueron esparcidos de Jerusalén, excepto los doce apóstoles. Entre los esparcidos estaba Felipe el Evangelizador. Éste fue al norte a la ciudad de Samaria y “se puso a predicarles al Cristo.” Felipe le causó mucho gozo a la ciudad por lo que predicó y las señales milagrosas que ejecutó. Los samaritanos se apegaban al Pentateuco o cinco libros escritos por Moisés, y practicaban la circuncisión. Por consiguiente, muchos de ellos aceptaron a Jesucristo como el ‘mejor mediador’ que fue prefigurado por Moisés. En el caso de estos creyentes samaritanos, Felipe ejecutó lo que Jesús había mandado que se hiciera, porque leemos: “Pero cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres.” (Hech. 8:1-13; Mat. 28:19, 20; Hech. 1:8) Aquellos samaritanos fueron bautizados en el nombre de Jesús; llegaron a ser discípulos creyentes y bautizados de él.
12. (a) ¿Cómo llegó Felipe a predicarle a un eunuco etíope en su carro, y en nombre de quién lo bautizó Felipe? (b) Ese bautismo indicó que el etíope había emprendido ¿qué proceder?
12 Después de hacer muchos discípulos entre aquellos samaritanos circuncisos, un ángel de Dios dirigió a Felipe a un prosélito circunciso del judaísmo. Este hombre, un eunuco etíope, regresaba de haber adorado en Jerusalén. Cuando Felipe hizo
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