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  • El dador de testimonio dentro de nosotros
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • mostraron las propias enseñanzas de Jesús. (Mat. 5:21, 22, 27, 28, 31-48) Y claramente requiere mayor ejercicio de conciencia. Como cristianos somos probados en cuanto a si tenemos ‘escritos en nuestro corazón’ los caminos de Dios o no. El no estar colocados bajo un código detallado nos pone a prueba en cuanto a lo que hay realmente en nuestro corazón.

      21. Como cristianos, ¿qué conocimiento debe formar la base del testimonio que nos da nuestra conciencia? ¿Tienen que estar los textos en forma de mandato directo, prohibición o ley específica para que tengan un efecto modelador en nuestra conciencia?

      21 Por supuesto, como cristianos tenemos tanto las inspiradas Escrituras Hebreas como las Griegas dándonos discernimiento espléndido de la personalidad de Dios, de sus caminos y normas, propósitos y voluntad. En ellas tenemos los registros de las palabras y hechos del Hijo de Dios que vino a la Tierra y reveló o ‘explicó’ a su Padre a los hombres, para que por medio de él podamos ‘conocer plenamente al Padre.’ (Juan 1:18; Mat. 11:27) Por lo tanto, aunque las leyes y mandamientos específicos que se nos dan como cristianos sean pocos en comparación con el pacto de la Ley y sus centenares de estatutos y reglamentos, estamos mucho mejor equipados para saber cómo obrar a la ‘semejanza e imagen de Dios.’ En realidad, somos responsables de TODO lo que sabemos acerca de Dios, y TODO ese conocimiento debe tener su efecto en nuestra conciencia, sea que se declare como mandato, ley o prohibición directos para los cristianos o no.

      ¿DEBEN REEMPLAZAR LAS REGLAS A LA CONCIENCIA INDIVIDUAL?

      22. ¿Qué les gustaría a algunos que hiciera el cuerpo gobernante de la congregación cristiana, y por qué no se accede a esto?

      22 Pero muchas personas no están satisfechas con esto. Todavía quieren que se hagan reglas explícitas, que se señalen límites exactos, más allá de lo que manifiesta la Palabra de Dios. Por eso, ¿debe el cuerpo gobernante de la congregación cristiana hoy día asumir la responsabilidad de suministrar un conjunto cabal de reglas para abarcar toda situación concebible? No, porque esto sería acceder a un punto de vista incorrecto, un punto de vista similar al que prevalecía entre los judíos durante el ministerio terrestre de Jesús, aunque no principió ni terminó en aquel entonces.

      23, 24. ¿Quiénes tuvieron un interés similar en reglas específicas? Dé ejemplos.

      23 Los fariseos y otros líderes religiosos fueron los que fomentaron esa actitud. Por encima y más allá del pacto de la Ley edificaron un código suplementario de tradiciones y reglas, tratando de abarcar todo aspecto secundario de la aplicación del pacto de la Ley. Cada restricción que contenía la Ley fue dividida así en una multitud de restricciones menores.

      24 Por ejemplo, la ley del sábado prohibía hacer trabajo en el séptimo día. Pero, ¿qué se incluye en “trabajo”? Estos líderes religiosos trataban de definir con exactitud extremada lo que abarcaba dicho “trabajo.” El arrancar grano para comer (como lo hicieron los apóstoles un día de sábado) se dispuso que era una forma de segar, por consiguiente “trabajo” prohibido en sábado. (Mar. 2:23, 24) Una tradición disponía que hasta el coger una pulga el sábado era incorrecto porque era una forma de cazar. Abundaban los tecnicismos. Una regla sustentaba que ‘si un hombre desgarraba prendas de vestir y prendía fuego a objetos con la única intención de destruirlos, no era culpable de violar el sábado. Pero si los destruía con la mira de mejoramiento posterior (como al destruir un edificio a fin de reedificarlo) habría de ser castigado.’—The Jewish Encyclopedia, 1909, tomo X, pág. 599; compare con Mateo 15:4-6; 23:16-19.

      25. (a) ¿Qué había de peligroso en establecer tan complejo conjunto de reglas? (b) ¿Qué dijo Jesús acerca de este proceder?

      25 ¿Cuál era el efecto peligroso, perjudicial, de tratar de deletrear con tan fina exactitud la aplicación de cada ley? La Cyclopædia de M’Clintock y Strong reconoce la verdadera amenaza que presentaba este proceder de los líderes religiosos, diciendo que “trataban de observar dolorosamente la letra de la ley, y confiar tan poco como fuese posible en el juicio y conciencia de los individuos.” (Tomo IX, pág. 191; la letra cursiva la hemos puesto nosotros.) Lo que hicieron los líderes religiosos fue, de hecho, sobreponer su propia conciencia, escrúpulos y preferencias y prejuicios personales a todo el resto de la gente. Jesús asemejó esta adición de tradiciones a la ley mosaica a colocar “cargas pesadas” sobre los hombros de los hombres y advirtió que esta elevación de las tradiciones humanas al nivel de las Escrituras resultaba en invalidar la Palabra de Dios. (Mat. 15:1-9; 23:1-4) Jesús dijo a los líderes religiosos que condenaron a sus discípulos por arrancar grano en el sábado: “Si hubieran entendido qué significa esto: ‘Quiero misericordia, y no sacrificio,’ no habrían condenado a los inculpables.”—Mat. 12:1-7.

      26. ¿Qué ejemplo muestra cómo las reglas tradicionales impedían que los judíos ejercitaran correctamente sus conciencias? ¿Y qué efecto tuvo en sus corazones?

      26 Más tarde, en una sinagoga, Jesús hizo un llamamiento a sus conciencias al aplicar la ley de Dios. El pacto de la Ley no decía nada en cuanto a esfuerzos que se hicieran por cuidar de los enfermos en el sábado, pero la tradición judía permitía esto solo cuando la vida de la persona estaba en peligro. Ante un hombre que tenía una mano seca y ante la pregunta que los líderes religiosos le habían planteado en cuanto a si era ‘lícito curar en sábado’ o no, Jesús preguntó: ‘¿Qué hombre entre ustedes que tenga una sola oveja no la sacaría de un hoyo si cayera en él en sábado? En realidad, ¡de cuánto más valor es un hombre que una oveja! ¿Es lícito hacer una buena obra, una obra excelente, en sábado?’ Pero ellos rehusaron ejercitar sus conciencias; se quedaron callados. Entonces Jesús se indignó, “estando cabalmente contristado por la insensibilidad de sus corazones,” y procedió a sanar al hombre.—Mat. 12:9-13; Mar. 3:1-5.

      27. (a) ¿Por qué es incorrecto querer que otra persona tome nuestras decisiones personales por nosotros en asuntos morales? (b) ¿Qué preguntas surgen ahora, que se considerarán en el siguiente artículo?

      27 El querer que alguien, un anciano o cuerpo de ancianos en una congregación, o el cuerpo gobernante de la congregación cristiana exponga un código más allá de lo que contiene la Biblia, por lo tanto revela una actitud incorrecta. En asuntos en que la Palabra de Dios requiere que ejerzamos la facultad de la conciencia —de juicio, perspicacia, discernimiento y sabiduría— no debemos tratar de echar la responsabilidad a otra persona haciendo que expida una ‘regla.’ Sabiamente podemos buscar consejo y guía... sin embargo lo que se diga no puede ir más allá de eso ni debemos desear que lo haga. Pero, ¿cómo podemos tener la seguridad de que este “dador de testimonio” dentro de nosotros está dando testimonio correcto? ¿Cómo podemos mantener fuerte y clara su voz? Lea el siguiente artículo para las respuestas a estas preguntas.

  • “Recomendándonos a toda conciencia humana a la vista de Dios”
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • “Recomendándonos a toda conciencia humana a la vista de Dios”

      1. ¿Por qué no es la facultad de conciencia una guía segura en sí?

      EL QUE uno tenga la facultad de conciencia no basta. Esta no es en sí una guía segura en la vida. Esto se debe a que forma parte de nosotros, estando estrechamente enlazada a nuestro corazón y es afectada por la acción recíproca tanto del corazón como de la mente. De modo que en

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