BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El registro de la gobernación humana
    La Atalaya 1973 | 1 de abril
    • $130; América Latina $370; Oriente Medio $330. Esto se compara con el promedio de ingresos por persona en los Estados Unidos de $4.000; Canadá $2.500; Alemania $1.900; el Reino Unido $1.800.

      El Dr. Reilly pasa a decir que en los países de ingresos bajos literalmente hay millones de personas que viven con la mitad del promedio. ¿Puede decirse que los esfuerzos de la gobernación del mundo, aun con la ayuda de las Naciones Unidas, está venciendo esta condición triste? No, pues el Dr. Reilly dice: “Hay temor de que la norma actual de vida de millones de personas sea menor en 1971 que lo que fue en 1960.” Continúa él:

      “Esto suministra un breve bosquejo de las condiciones de los países en desarrollo, un bosquejo que no transmite adecuadamente el cuadro total de la extensa hambre, privación, falta de oportunidad de educación, distribución desigual de la riqueza, predominio de la enfermedad, sin mencionar la represión política.”

      Aun en el país más rico del mundo, los Estados Unidos, ciudades enteras se ven ante una crisis financiera, debido a la avalancha de costos de beneficencia. En 1970, el costo de la beneficencia fue de 12.800 millones de dólares.

      La situación es una de la cual los economistas no ven ninguna escapatoria, como lo ilustró el economista Procter Thomson del Colegio Claremont para Hombres en California. Señala que, en una sociedad opulenta, a medida que más y más dinero se proporciona para la beneficencia, los que reciben ayuda presentan demandas que aumentan y se igualan a lo proporcionado. Por lo tanto, dice, “la pobreza persigue a la sociedad como la sombra sigue a un hombre que va corriendo.”

      LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA

      Con la población en su nivel actual, los gobiernos están cerca del punto de rompimiento, con problemas por todos lados y con lo que parece ser un callejón sin salida en cada avenida. Eso es suficientemente malo, pero ahora, agregado a ello, el crecimiento demográfico arroja un aura de ruina sobre sus planes para el futuro. En un informe del Fondo Victor-Bostrom para la Federación Internacional de Paternidad Planeada, Rudolph Peterson, administrador del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, comentó:

      “El crecimiento abrumador de la población mundial arroja una sombra oscura sobre todos nuestros esfuerzos por promover el desarrollo internacional. El mejorar las condiciones de vida en países donde la población se duplica cada 20 años es como la labor de Sísifo, empujando eternamente una roca cuesta arriba solo para verla rodar hacia abajo de nuevo.”

      Y A. H. Boerma, director general de la Organización para la Agricultura y la Alimentación, hace un llamamiento muy urgente:

      “No es necesario que me explaye sobre el hecho de que el presente ascenso repentino y no refrenado en la cantidad de habitantes en este planeta está empujando los problemas principales del mundo —hambre, pobreza y desempleo— hacia el precipicio. No es necesario que describa los horrores que resultarían, y no me toca entrar en los detalles de lo que debería hacerse. . . . Pero desde esta tribuna me gustaría hacer un llamamiento a todos los implicados a que acepten la importancia del control demográfico.”

      ¿Qué, pues, puede decirse en cuanto al registro de la gobernación humana? ¿Realmente ha resuelto siquiera uno de los problemas básicos de la humanidad de vivir juntos en paz: la libertad de carencia, temor, hambre, privación y crimen? ¿Le ha dado a la humanidad lo que realmente desea de un gobierno?

      Entonces, ¿qué hay más adelante para el continuado régimen de la Tierra por el hombre? Cada problema —la contaminación, las guerras, el hambre, las drogas, o cualquiera de los otros— tiene de por sí la potencialidad de acarrear catástrofe global. Juntos constituyen una situación compleja que la sabiduría y los esfuerzos humanos no han podido en absoluto minimizar, mucho menos resolver.

      ¿No es hora de que el hombre busque consejo superior, sí, de que escuche al Gobernante Divino del universo? Lo que él dice y lo que se propone en cuanto a la gobernación de la Tierra es asunto de vida o extinción, como se considerará en el siguiente artículo.

  • Gobernación divina... la única esperanza de toda la humanidad
    La Atalaya 1973 | 1 de abril
    • Gobernación divina... la única esperanza de toda la humanidad

      El mensaje inspirador contenido en este artículo se presentó el verano pasado en muchas partes de la Tierra como el discurso principal a auditorios cuya concurrencia combinada ascendió a 1.300.000

      “Vuélvanse a la plaza fuerte, prisioneros de la esperanza.”—Zac. 9:12.

      1. ¿Qué hay que decir en cuanto a lo que la gobernación humana le ha dado a toda la humanidad hasta ahora, y qué hay en cuanto a basar la esperanza para el futuro en la realización de la teoría de la evolución?

      ¿QUÉ puede dar la “gobernación divina” a toda la humanidad que ya no le haya dado a la raza humana la gobernación humana? Lo que el régimen humano ha dado a toda la humanidad hasta ahora ciertamente no ha sido “divino,” como a veces llamamos a algo que es “muy excelente.” A juzgar por la manera en que van las cosas en este mundo, el régimen humano no promete darnos nada mejor de lo que nos ha dado hasta ahora. Y eso está lejos de ser totalmente satisfactorio. En realidad es muy desilusionador. Durante todos los siglos y milenios del pasado, la humanidad ha probado que todo lo que puede darnos en cuanto a gobernación derivada de gobiernos es gobernación humana. Puesto que la humanidad es imperfecta, esto ha sido gobernación humana imperfecta. La extensamente aceptada teoría de la evolución del hombre no nos suministra base para esperar que los hombres evolucionarán, durante nuestra generación o en los centenares de millones de años del futuro, hasta convertirse en dioses, por “mutaciones” súbitos de clase sorprendente y provechosa. La esperanza de recibir alivio de la angustia mundial actual no puede estar basada en gobernación humana.

      2. (a) ¿Qué se ha explicado que es esperanza, y qué clase de esperanza sería una esperanza para toda la humanidad? (b) ¿Qué se puede decir de las Naciones Unidas como esperanza mundial, y qué pasaría si fueran puestas fuera de acción?

      2 Virtualmente al mundo entero de la humanidad se le ha dejado sin esperanza. Se ha explicado que esperanza es la “confianza de lograr una cosa,” o “estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos,” o “confianza que se tiene de recibir una cosa.” También se puede dar a esperanza el significado de “persona o cosa que es centro de dicha confianza.” Todos tenemos esperanzas y temores individuales de relativamente poca importancia, pero, ¿no sería maravilloso que hubiera una esperanza que pudiera compartir toda la humanidad, prescindiendo de raza, color, nacionalidad o posición social? Ciertamente sería maravilloso, porque no sería nada egoísta, nacionalista, racial, sino que satisfaría los deseos y necesidades comunes de toda la humanidad. Las Naciones Unidas como organismo para la paz y seguridad mundial, después de casi treinta años de funcionamiento, no ha sido ni ha suministrado una esperanza de ese tipo. El que se añadan más naciones a ella como miembros no convertirá su fracaso en buen éxito. En escala mundial, las Naciones Unidas han sido lo mayor que la humanidad ha podido ofrecer para urgentes necesidades humanas. Muchas personas se preguntan: Si las Naciones Unidas fueran puestas fuera de acción a la fuerza como le sucedió a la anterior Sociedad de Naciones, ¿qué otra cosa podría ofrecer la humanidad?

      3. ¿Qué anhelo tienen las muchas personas cuyas esperanzas basadas en los hombres han sido destrozadas?

      3 No hay duda en cuanto a ello: ¡la pericia de la humanidad no le ha servido de nada! Aumenta la cantidad de personas pensadoras que honradamente admiten que la gobernación humana ha fracasado. Sus esperanzas basadas en el hombre han sido destrozadas. Lo más triste es que no les queda ninguna otra esperanza con la cual consolarse ni consolar a otros. Todo lo que ahora tienen es el anhelo de algo, un deseo intenso de algo que no tiene forma definitiva ni perfil claro en su mente, y no tienen idea alguna de cómo ni de qué fuente ha de venir esta cosa que habría de satisfacer al corazón, ni de dónde se puede esperar.

      4. ¿Qué efecto han tenido las condiciones mundiales en las esperanzas de unas personas que estaban a la expectativa, y por lo tanto a qué marineros no se parecen éstas?

      4 No obstante, aunque las condiciones mundiales ya desesperadas y continuamente en deterioro han matado las esperanzas de una cantidad innumerable de personas, estas mismísimas condiciones impartieron vigor fresco a las elevadas esperanzas de otras. Estas no son como los marineros que surcan el mar en naves y que son atrapados en un huracán terrible, acerca de los cuales el antiguo escritor lírico dice: “Rodaban y vacilaban como ebrios, y toda su pericia no servía de nada.”—Sal. 107:23-27, Nácar-Colunga.

      5. (a) ¿Qué sano consejo del salmista siguen estas personas excepcionales? (b) ¿Contrario a qué teorías, qué hay a lo cual dirigirse que va más allá de la gobernación humana?

      5 ¿Quiénes son estas personas excepcionales, cuyas esperanzas van haciéndose cada vez más brillantes a medida que la angustia mundial continúa y empeora? ¿Qué tienen ellos que otros no tienen? Estos son los que siguen el sano consejo del antiguo escritor lírico que dijo: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna. Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” (Sal. 146:3, 4) Ese escritor de la antigüedad nos aconsejó que no pusiéramos nuestras esperanzas en la gobernación humana, y por eso los que siguen este consejo hoy dirigen su atención a más allá de la gobernación humana. Pero, ¿a qué más se ha de dirigir uno? Los que sostienen la teoría de la evolución humana y los que siguen la teoría filosófica del materialismo dicen que no hay nada más a lo cual dirigirse sino a cosas materiales como los hombres. Por eso es que se encuentran desesperanzados y al fin llegarán a estar desesperados. Sus teorías no solo no satisfacen, sino que tampoco convencen, porque son irrazonables y contrarias a los hechos de la historia. Pero ciertamente hay algo más allá de la gobernación humana a lo cual dirigirse. ¿Qué es? ¡La gobernación divina! ¡A esto se dirige la gente esperanzada de hoy!

      Lo que debe ser centro de nuestras esperanzas

      6. ¿A qué nos señala el escritor antiguo en Salmo 146:5-10?

      6 A esto nos señala el compositor lírico

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir