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  • ¿Tiende usted a tropezar?
    La Atalaya 1973 | 1 de enero
    • una excusa para salir. El apóstol Juan escribió que algunos se habían apartado. Dijo: “Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron para que se mostrase a las claras que no todos son de nuestra clase.” (1 Juan 2:19) Jehová solo quería a los de la clase leal, amorosa, comprensiva, la clase que aguanta. Los que se salieron sin duda hallaron alguna queja que justificó sus acciones en su propia mente y corazón. Pero “Jehová conoce a los que le pertenecen.” El fundamento firme de su congregación no fallará. Él inspiró al salmista a escribir: “Paz abundante pertenece a los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.”—2 Tim. 2:19; Sal. 119:165.

      LA ACTITUD CORRECTA

      Surgirán dificultades, dudas y causas para tropezar. ¿Qué hará una persona, entonces? El apóstol expresó el espíritu que todos deberíamos tener cuando dijo: “Olvidando las cosas que quedan atrás y extendiéndome hacia adelante a las cosas más allá, estoy prosiguiendo hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba, llamada de Dios por medio de Cristo Jesús. Nosotros, pues, cuantos somos maduros, seamos de esta actitud mental; y si mentalmente se inclinan ustedes de otro modo en sentido alguno, Dios les revelará la actitud mencionada. De todos modos, hasta donde hemos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina.”—Fili. 3:13-16.

      Si usted tiene dificultades, pruebas, o si usted observa cosas que no puede comprender bien dentro del armazón de la verdad como usted la conoce, ore a Dios. Santiago dice: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos y sin reconvenir; y le será dada. Pero que siga pidiendo en fe, no dudando nada.” (Sant. 1:5, 6) Acérquese a Dios libremente en tiempos de prueba fuerte o juicio, pues el apóstol Juan dice: “Es así que el amor ha sido hecho perfecto con nosotros, para que tengamos franqueza de expresión en el día de juicio.” (1 Juan 4:17) Si nos acercamos al “trono de bondad inmerecida” en cualquier tiempo de necesidad, podemos esperar ayuda confiadamente. Entonces Dios nos revelará la actitud correcta.—Heb. 4:16.

      Luego, actúe en armonía con sus oraciones. Considere: ¿A qué grado he progresado en mi servicio a Jehová? ¿Dónde lo he logrado? ¿No fue por medio del estudio de la Palabra de Dios, asociación con el pueblo de Dios, aplicando los principios bíblicos en la vida cotidiana, haciendo comentarios en las reuniones y cumpliendo con otras asignaciones? ¿No fue también al participar en la actividad de predicar? ¿No es de estas maneras que usted desarrolló su franqueza de expresión en la fe y su habilidad para presentar las buenas nuevas a otros? Entonces Pablo aconseja: “Sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina.”

      Si usted hace estas cosas cuando esté en peligro de tropezar, Dios restaurará su felicidad y gozo en servirle, y usted podrá expresar la convicción del apóstol Pablo, que escribió: “Porque estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.”—Rom. 8:38, 39.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1973 | 1 de enero
    • Preguntas de los lectores

      ● Cuando se corta la carne al prepararla para cocinarla, o cuando se rebana después de haber sido cocida, quizás salga de ella un fluido rojizo. ¿Es correcto que el cristiano coma esta carne?—EE. UU.

      El cristiano solo puede comer carne de animales que han sido desangrados al tiempo de ser degollados. La Biblia manda: “Que sigan absteniéndose . . . de sangre y de cosas estranguladas.”—Hech. 15:29, New World Translation.

      Por supuesto, hasta la carne de animales debidamente desangrados puede parecer muy roja o puede tener fluido rojo en la superficie. Esto se debe a que el desangrar no quita todo vestigio de sangre del animal. Pero la ley de Dios no requiere que se quite toda gota individual de sangre. Simplemente declara que el animal debe ser desangrado.

      Por otra parte, también, hay un fluido extravascular en la carne. Este fluido puede mezclarse con vestigios de sangre y asumir un color rojo. El fluido extravascular que llena los espacios entre las células se conoce como fluido intersticial y se asemeja al plasma sanguíneo. Pero no es sangre y por lo tanto no está incluido en la prohibición respecto a la sangre. Por consiguiente la presencia de un fluido rojizo en sí no hace inadecuada a la carne como alimento. Con tal que el animal haya sido desangrado debidamente, se puede usar su carne conforme a la Biblia como alimento.

      Sin embargo, puede haber ocasiones en que el cristiano tenga razón para creer que un animal no haya sido desangrado correctamente. Si no hay modo de que él lo verifique, quizás opte por no comer la carne y así evitar el perturbar su conciencia. Esto está en armonía con el principio que se declara en Romanos 14:23: “Si tiene dudas, ya es condenado si come.”

      ● Segunda a Timoteo 3:6, 7 dice: “De éstos se levantan aquellos hombres que se meten a hurtadillas en las casas y se llevan como cautivas suyas a mujeres débiles cargadas de pecados, llevadas de diversos deseos, que siempre están aprendiendo y sin embargo nunca pueden llegar a un conocimiento exacto de la verdad.” ¿Quiénes son los hombres y mujeres a quienes se hace referencia en este pasaje?—EE. UU.

      El versículo precedente (2 Tim. 3:5) revela que estos hombres corrompidos vienen de entre personas que ‘tienen una forma de devoción piadosa mas resultan falsos a su poder.’ Son semejantes a los que describe el apóstol Pablo como “falsos apóstoles, obreros engañosos, que se transforman en apóstoles de Cristo” y ‘ministros de Satanás que siguen transformándose en ministros de justicia.’ (2 Cor. 11:13-15) En el primer siglo E.C. estos maestros falsos amenazaban la posición cristiana de la congregación corintia, impeliendo al apóstol Pablo a escribir: “Tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo. Porque, como están las cosas, si alguien viene y predica a un Jesús que no sea el que nosotros predicamos, o si ustedes reciben un espíritu que no sea el que recibieron, o buenas nuevas que no sean las que aceptaron, con facilidad lo soportan.”—2 Cor. 11:3, 4.

      Los hombres de esta clase no solo trataban de corromper a los cristianos por medio de enseñanzas falsas, sino que también trataban de envolver a otros en conducta inmoral. Como hizo notar el discípulo Judas: “Ciertos hombres se han metido disimuladamente que desde hace mucho han estado señalados por las Escrituras a este juicio, hombres impíos, que tornan la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada y que demuestran ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.”—Jud. 4.

      Segunda a Timoteo 3:6 indica que los apóstatas dirigen su atención principalmente a “mujeres débiles.” Esto no se refiere a las mujeres en general en el sentido de ser ‘vasos más débiles’ en contraste con los hombres, como en 1 Pedro 3:7. Más bien, se refiere a mujeres que son débiles espiritual o moralmente, como indica el contexto. Los apóstatas no promueven abiertamente sus puntos de vista incorrectos de manera varonil, sino que “se meten a hurtadillas en las casas.” Buscan el favor de estas “mujeres débiles” y, por medio de éstas, se esfuerzan por influir en el resto de la casa. No estando bien establecidas en la enseñanza cristiana, estas “mujeres débiles” sucumben fácilmente a los maestros falsos que quizás con un porte elegante y habla lisonjera se presentan como ministros de justicia.

      Estas “mujeres débiles” también se describen como estando “cargadas de pecados” y “llevadas de diversos deseos.” Esto evidentemente significa que las inclinaciones y deseos pecaminosos pesan fuertemente en ellas. Ellas realmente no odian lo que es malo ni tienen un amor genuino a lo recto, lo virtuoso. Sus inclinaciones pecaminosas las hacen presa fácil de los maestros falsos, algunas de estas mujeres sin duda hasta permitiendo que las convenzan a cometer inmoralidad sexual sobre la base de que Dios entiende las debilidades humanas y es muy misericordioso y perdonador.

      Fácilmente se puede ver por qué estas “mujeres débiles” ‘siempre estarían aprendiendo y sin embargo nunca podrían llegar a un conocimiento exacto de la verdad.’ Puesto que no tienen la motivación que se necesita para adquirir un entendimiento y aprecio pleno de la verdad cristiana, jamás mejoran su posición espiritual. Quizás continúan aprendiendo cosas, pero jamás llegan a saber y apreciar el sentido de todo el cuerpo de enseñanzas cristianas para comportarse en armonía con ello. Al permitirse llegar a estar bajo la influencia de maestros falsos, su situación solo empeora.

      Por supuesto, hay muchas mujeres excelentes, tal como hay hombres, que aprenden la

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