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  • El único templo verdadero en el cual adorar
    La Atalaya 1973 | 1 de junio
    • El único templo verdadero en el cual adorar

      “Y fue abierto el santuario del templo de Dios que está en el cielo, y se vio en su santuario del templo el arca de su pacto.”—Rev. 11:19.

      1. ¿Qué clase de publicidad reciben los asuntos terrestres del mundo hoy día?

      LAS noticias de hoy día fluyen desde todas partes del mundo en tan gran cantidad que nosotros el común de la gente no podemos mantenernos al paso con ellas. Es tanta su variedad que nos deja atónitos. Los asuntos terrestres del mundo reciben mucha publicidad por todo medio de difusión de noticias, como las revistas, los periódicos, el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión.

      2. ¿Qué noticia de consideración seria han pasado por alto con regularidad estos medios modernos de comunicación?

      2 No obstante, hay una muy importante noticia que con regularidad está siendo pasada por alto por todos estos conductos de comunicación. Esta noticia merece nuestra muy seria atención. Ha ocupado su lugar en la procesión de acontecimientos que ha pasado ante la humanidad en esta era de guerras internacionales y cambios en los gobiernos políticos desde el año, notable en las noticias, de 1914, en esta era común nuestra. Esta rara noticia fue fijada de antemano en el tiempo para nuestro período del siglo veinte de la historia humana. En historia inspirada que fue escrita de antemano, es decir, en profecía divina, fue predicha y descrita para nosotros hace casi diecinueve siglos. Al leer nosotros ahora este escrito profético, podemos ver la conexión que tiene esta noticia con lo que ha estado aconteciendo en los asuntos mundiales.

      3. ¿De dónde sacamos esta noticia, y qué dice?

      3 Sacamos esta noticia del último libro de la Sagrada Biblia, llamado Revelación 11:15-19 o Apocalipsis, capítulo once, y versículos quince hasta diecinueve inclusive. Dice: “Y el séptimo ángel tocó su trompeta. Y ocurrieron voces fuertes en el cielo, diciendo: ‘El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.’ Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados sobre sus tronos delante de Dios cayeron sobre sus rostros y adoraron a Dios, diciendo: ‘Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, el que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has empezado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.’ Y fue abierto el santuario del templo de Dios que está en el cielo, y se vio en su santuario del templo el arca de su pacto. Y ocurrieron relámpagos y voces y truenos y un terremoto y un granizo grande.”

      4. (a) Al comentar en cuanto a esa noticia, ¿qué se tiene que decir acerca de la gobernación del mundo por el Reino? (b) ¿Qué representa la presencia del “arca de su pacto” en el santuario del templo?

      4 Bueno, ¿qué comentario es digno de hacerse en cuanto a esa noticia profética hoy? Este: A pesar de la pelea desde 1914 entre el bloque democrático de naciones y el bloque dictatorial de naciones por la dominación del mundo de la humanidad, es el siempre viviente Jehová Dios, el Todopoderoso, quien ha tomado su gran poder y ha comenzado a gobernar como rey desde aquel año de 1914. En aquel año “el reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor [Dios] y de su Cristo,” es decir, de Jesucristo el Hijo de Dios. Jehová Dios, el Todopoderoso, como el Poseedor actual del “reino del mundo,” ha venido a su santuario del templo. Su presencia en ese lugar santo fue simbolizada por el receptáculo sagrado, llamado “el arca de su pacto.” El que vio esto, el apóstol cristiano Juan, no nos describe precisamente qué tamaño y forma tenía esta “arca”; pero representaba la presencia del Señor Dios, a quien se nos hace imposible ver y no podemos describir plenamente en lengua humana. Esta simbólica “arca” es el arca del “nuevo pacto” de Dios con los hombres, el cual ha estado en vigor desde el año 33 E.C.

      5. Históricamente, ¿qué es un templo, y en qué templo tienen que adorar todas las naciones para adquirir vida sin fin?

      5 Los registros de la historia muestran que un templo es un edificio o lugar que está dedicado al servicio y adoración de una deidad o deidades. En el caso del “arca de su pacto” simbólica, el santuario del templo es el de Jehová Dios, el Todopoderoso. Es a este templo divino que todavía han de venir todas las naciones a adorar unidamente, aunque sea necesario hacer volver de entre los muertos a las gentes de las naciones por la prometida resurrección de los justos y los injustos. (Rev. 11:18; Hech. 24:15) Esta es la única y singular manera por la cual las gentes de todas las naciones pueden adquirir vida sin fin en nuestra Tierra, que será a su tiempo transformada en un paraíso global. Todas tienen que reconocer y adorar y servir al Poseedor divino del “reino del mundo,” quien gobernará como Rey en el santuario de su templo para siempre jamás.—Rev. 11:15.

      6, 7. ¿Qué pregunta surge en cuanto a rendir adoración en este templo los habitantes de Paraíso, y qué dijo Salomón acerca de morar Dios en un edificio usado como templo?

      6 ¿Significa esta adoración, al efectuarse en una Tierra paradisíaca, que las gentes de las naciones no irán al cielo? Si no hacen eso, ¿cómo pueden ir al templo de Dios, puesto que Revelación 11:19 al referirse a él lo llama “el santuario del templo de Dios que está en el cielo”? Esa es una pregunta apropiada aquí, pero ¿es porque pensamos que el santuario del templo de Dios sea un edificio arriba en los cielos invisibles que tenga paredes y una entrada? Pues, entonces, recordemos lo que un sobresaliente edificador de un templo del siglo once antes de nuestra era común dijo al inaugurar el templo. Este fue el sabio rey Salomón, quien construyó el primer templo de su clase sobre el monte Moría de Jerusalén. Dirigiéndose a Dios, Salomón dijo:

      7 “Pero ¿verdaderamente morará Dios sobre la tierra? ¡Mira! Los cielos, sí, el cielo de los cielos, ellos mismos no pueden contenerte; ¡cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado!”—1 Rey. 8:27.

      8. ¿Dónde estaba ubicada el “arca del pacto,” qué representaba, y por lo tanto qué representaba el Santísimo del templo?

      8 En el santuario del templo construido por el rey Salomón, al cuarto más interior se le llamaba el Santísimo y era un cubo perfecto de veinte codos de largo, ancho y alto. Ciertamente era lo suficientemente grande como para acomodar la terrestre y material “arca del pacto de Jehová,” arca que contenía las dos tablas de piedra en las cuales el dedo de Dios había escrito los Diez Mandamientos. (1 Rey. 6:19, 20; 8:6-9; Éxo. 34:1, 27, 28; 40:20) Pero aquel cuarto más interior o Santísimo del templo difícilmente era lo suficientemente grande como para contener la presencia personal de Jehová Dios, el Creador del cielo y la Tierra. El arca del pacto era la cosa sagrada hacia la cual el sumo sacerdote de Dios rociaba la sangre de los sacrificios de expiación de pecados en el Día de Expiación anual. De este modo el arca representaba el trono de Jehová Dios en los cielos. En armonía con este hecho, el Santísimo del templo, donde estaba ubicada el arca, representaba aquella parte de los cielos ilimitados donde Dios tiene su santa residencia. Ese lugar es lo suficientemente grande como para contenerlo.

      LA “TIENDA” O “TABERNÁCULO”

      9. ¿Qué patrón se siguió en la edificación del templo de Salomón, y quiénes fueron los que entraron en los compartimientos de esa estructura?

      9 El santuario del templo del cual el rey Salomón fue edificador siguió el patrón de la tienda sagrada o tabernáculo que el profeta Moisés construyó en el desierto del monte Sinaí en Arabia. Aquella tienda tenía dos compartimientos, separados el uno del otro por una cortina interior. Al primer compartimiento, en el cual entraban los sacerdotes pasando la cortina exterior que daba al patio, se le llamaba el Santo. Al compartimiento más interior, en el que entraba el sumo sacerdote pasando la cortina interior, se le llamaba el Santísimo. Cuando el sumo sacerdote entraba en el Santísimo llevaba consigo un quemador de incienso o incensario para llenar el Santísimo de humo de incienso. Esto se hacía para preparar la situación para que el sumo sacerdote rociara la sangre de los sacrificios del Día de Expiación hacia el arca dorada del pacto. El apóstol cristiano Pablo describe esto, en Hebreos 9:2-10, diciendo:

      10. Según Hebreos 9:2-10, ¿cuáles eran las cosas que había en aquellos compartimientos, y quiénes entraban en los compartimientos, y cuándo?

      10 “Fue construido un primer compartimiento de la tienda en el cual estaba el candelabro y también la mesa y la exhibición de los panes; y lo llaman ‘el Lugar Santo.’ Pero detrás de la segunda cortina estaba el compartimiento de la tienda llamado ‘el Santísimo.’ Este tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la cual estaban la jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón [el sumo sacerdote] que echó botones y las tablas del pacto; pero arriba, sobre ella, estaban los querubines gloriosos que cubrían con su sombra la cubierta del propiciatorio. Pero el presente no es el tiempo para hablar en detalle respecto a estas cosas. Habiéndose construido estas cosas de esta manera, los sacerdotes entran a todo tiempo en el primer compartimiento de la tienda para llevar a cabo los servicios sagrados; pero en el segundo compartimiento el sumo sacerdote entra solo, una vez al año, no sin sangre, que él ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo. Así el espíritu santo aclara que el camino al lugar santo todavía no se había puesto de manifiesto entre tanto que estaba en pie la primera tienda. Esta misma tienda es una ilustración para el tiempo señalado que está aquí ahora, . . . el tiempo señalado para rectificar las cosas.”

      11. ¿Fue aquella “tienda” una ilustración de algo pasado o algo futuro?

      11 Notemos que el escritor dice que la tienda sagrada que construyó el profeta Moisés fue una “ilustración para el tiempo señalado que está aquí ahora.” El “tiempo . . . que está aquí ahora,” en el caso del escritor, era alrededor del año 61 E.C., o nueve años antes que el templo de Jerusalén fuera destruido por los ejércitos romanos en el año 70 E.C. También era veintiocho años después de la muerte y resurrección de Jesucristo y su ascensión al cielo. De modo que aquella tienda que construyó Moisés fue una “ilustración” de algo futuro y no de algo de antes de los días del profeta Moisés. En los días del sumo sacerdote Elí a aquella “tienda” ilustrativa se le llegó a llamar un “templo.” (1 Sam. 1:9; 3:3; note también 2 Samuel 22:7; Salmos 18:6; 27:4.) Por lo tanto, la tienda o templo construido por Moisés no fue una ilustración de un templo que hubiera existido antes del tiempo de Moisés.

      12. ¿Habían construido templos en la Tierra los testigos fieles de Jehová que vivieron antes de Moisés, y tenía Jehová mismo un templo en el cielo en aquel entonces?

      12 Cuando miramos atrás al tiempo de antes de Moisés, no hallamos registro de que algún fiel adorador de Jehová Dios hubiese construido un templo en la Tierra, ni siquiera el hombre Melquisedec, que era “rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo.” (Heb. 7:1; Gén. 14:18-20) Aunque testigos fieles de Jehová Dios como Abel, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y Job ofrecieron sacrificios a Dios, no le construyeron un templo. Pues bien, ¿tenía Jehová Dios un templo en el cielo, aunque no tenía templo material en la Tierra? ¡No! Es decir, no un templo como el que fue ilustrado por la tienda que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón.

      13. ¿Por qué no se necesitaba un templo al fin del sexto día de la actividad creadora de Dios, y cómo han de entenderse las referencias al templo de Jehová en los escritos proféticos?

      13 Ciertamente, cuando Jehová Dios creó a Adán y Eva en perfección humana en el jardín de Edén, no se necesitaba tal templo en el cielo. ¿Por qué no? Porque en aquel tiempo después de la creación del hombre y la mujer perfectos al fin del sexto día de creación, cuando “vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno,” no había pecado en toda la creación, ni en el cielo ni en la Tierra. No había necesidad de que Dios tuviera un sumo sacerdote para ofrecer sacrificios para expiación de pecados, ni se necesitaba un altar en un patio de un templo en el cual ofrecer ofrenda por el pecado. (Gén. 1:26-31; 2:7-24) Referencias a un templo como las que se encuentran, por ejemplo, en Salmo 11:4, Miqueas 1:2 y Habacuc 2:20 eran proféticas y se escribieron después que Moisés había construido el templo-tienda o Salomón había construido el templo en Jerusalén. Estos ilustraron o fueron tipo de un templo espiritual que todavía no había llegado a existir.

      14. ¿Por qué preguntamos si el verdadero templo de Jehová llegó a existir en el día del Pentecostés del año 33 E.C.?

      14 En vista de eso, pues, ¿cuándo llegó a existir el verdadero templo que fue ilustrado por la tienda construida por Moisés y el templo edificado por Salomón? ¿Fue en el día de fiesta del Pentecostés en el año 33 E.C., cuando la congregación o iglesia cristiana fue fundada? Preguntamos esto porque el apóstol Pablo escribió a la congregación cristiana de su día y dijo: “¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, el cual son ustedes.” (1 Cor. 3:16, 17) De esas palabras pudiera razonarse que la tienda construida por Moisés y los templos construidos en Jerusalén por el rey Salomón y el gobernador Zorobabel y el rey Herodes el Grande representaron o fueron tipo de la congregación cristiana como templo figurativo. Pero, ¿es cierto esto? ¿Qué respuesta nos da Pablo mismo en cuanto a la pregunta?

      15. ¿Qué dice Hebreos 9:11, 12 acerca de Jesucristo como sumo sacerdote?

      15 De modo que regresamos a Hebreos, capítulo nueve, al lugar donde nos quedamos, y seguimos leyendo estas palabras explicativas de Pablo: “Sin embargo, cuando Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han venido a realizarse, por medio de la tienda más grande y más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta creación, él entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros.”—Heb. 9:11, 12.

      16. En el Día de Expiación judío, ¿entró Jesús con su propia sangre en el Santísimo del templo en Jerusalén o fue en la congregación cristiana como templo que él entró?

      16 Jesucristo no murió como sacrificio el Día de Expiación judío (10 de Tisri) para entrar con su propia sangre en el Santísimo del templo de Herodes en Jerusalén. Nunca podría haber hecho eso. No era sumo sacerdote levita. El sumo sacerdote judío era entonces Caifás, y éste entró con la sangre de un torillo y de un macho cabrío en el Santísimo del templo de Jerusalén el Día de Expiación. Pero no Jesucristo. Pues bien, ¿en qué “lugar santo” entró él con su propia sangre? No en la congregación cristiana en la Tierra, porque ésa todavía no había sido fundada en el día de la resurrección de Jesús ni en el día de su ascensión al cielo diez días antes del día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C. Por eso, ¿qué era el “lugar santo” en el cual entró Jesucristo antes de aquel día del Pentecostés? De nuevo acudimos a Hebreos, capítulo nueve, y dejamos que Pablo dé la respuesta:

      17. Según Hebreos 9:23, 24, Jesucristo como Sumo Sacerdote entró ¿en dónde?

      17 Dice él: “Por lo tanto fue necesario que las representaciones típicas de las cosas que están en los cielos fuesen limpiadas por estos medios, pero las mismas cosas celestiales con sacrificios que son mejores que dichos sacrificios. Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor nuestro.”—Heb. 9:23, 24.

      EL TEMPLO VERDADERO VIENE A LA EXISTENCIA

      18, 19. (a) ¿Cómo mora Dios en aquel verdadero Santísimo en el cual entró Jesucristo? (b) ¿Qué barrera tenía que pasar Jesucristo para entrar, y cómo fue representado esto según Hebreos 6:18-20?

      18 Gracias, Pablo, porque nos alegramos de saber que el lugar santo en el cual entró el resucitado Jesucristo con el valor de su propia sangre de sacrificio no fue un lugar santo en la Tierra donde estuvieran entonces sus pocos discípulos, sino que era “el cielo mismo,” donde está la “persona de Dios,” donde Dios mismo mora personalmente más bien que morar allí por espíritu. No obstante, ese verdadero “lugar santo,” a saber, “el cielo mismo,” no era todo lo que componía el templo verdadero. ¿Por qué no? Porque el Santísimo de la tienda terrestre y de los templos terrestres hechos con manos y donde Dios moraba por su espíritu no era todo lo que componía aquellas estructuras sagradas. El Santísimo era solo el cuarto más interior de aquellas estructuras terrestres, y estaba separado de un primer compartimiento por una cortina. (Mat. 27:50, 51) Esta cortina interior ilustraba la barrera carnal que Jesús tenía que pasar para poder entrar en el Santísimo celestial, a saber, su cuerpo carnal, su humanidad. Hablando de su esperanza, Pablo dice:

      19 “Tengamos nosotros, los que hemos huido al refugio, fuerte estímulo para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y entra hasta dentro de la cortina, donde un precursor ha entrado a favor nuestro, Jesús, que ha llegado a ser sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre.”—Heb. 6:18-20.

      20. ¿Cómo estaba separado del patio el Santo de la tienda, y qué artículo de cobre había en ese patio?

      20 Recordamos que el primer compartimiento de la tienda o tabernáculo era llamado el Santo y que estaba separado por una cortina o pantalla del patio que había fuera del santuario del templo. En ese patio y enfrente (o este) del santuario del templo había un gran altar de cobre.

      21. ¿De qué altar no tienen autoridad para comer los sacerdotes judíos, y con el sacrificio de quién tiene que ver este altar?

      21 Como el mismo santuario del templo, este altar era típico. El apóstol Pablo muestra esto, cuando habla de la diferencia entre los sacerdotes judíos y los discípulos bautizados de Cristo y dice: “Tenemos un altar del cual no tienen autoridad para comer los que hacen servicio sagrado en la tienda. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre es introducida en el lugar santo por el sumo sacerdote por el pecado son quemados fuera del campamento. Por eso Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta [es decir, fuera de la puerta de Jerusalén].” (Heb. 13:10-12) Por lo tanto, el altar cristiano tiene que ver con el sacrificio humano de Jesús. Pero, ¿qué es este altar antitípico? Además, ¿qué es el antitipo del primer compartimiento o Santo de la tienda o templo terrestre? Averigüemos esto con la ayuda de la Biblia.

      22. (a) ¿Qué fue ilustrado por la cortina interior del templo, y cómo la pasó Jesús? (b) Por lo tanto, todo lo que estaba fuera de esa cortina o al este de ella tenía que ver con ¿qué clase de cosas?

      22 Aquella cortina interior entre el Santísimo y el Santo del templo representa una línea divisoria. Ilustra la barrera carnal que Jesucristo tuvo que pasar por medio de entregar su carne humana perfecta en sacrificio, entregándola para siempre. Ahora bien, puesto que el compartimiento del Santísimo al lado del interior de la cortina interior representa “el cielo mismo,” donde Dios mora, no por espíritu, sino en persona, todo lo que está fuera de esa cortina (o al este de ella) representaría algo que no está en los cielos invisibles, sino aquí abajo en la Tierra. Tendría que ver con la carne de los que adoran y sirven a Jehová Dios aquí en la Tierra. Esta regla aplica, por lo tanto, al altar de cobre. En los casos de los templos de Salomón y de Herodes, el altar estaba ubicado en el patio interior o en el patio o atrio de los sacerdotes, donde el sumo sacerdote y sus subsacerdotes cumplían sus deberes conectados con los sacrificios. ¿De qué fue tipo este altar?

      EL ALTAR ANTITÍPICO

      23, 24. (a) Cuando Jesús vino “al mundo,” ¿qué dijo acerca de la actitud de Dios para con los sacrificios, y por qué? (b) De modo que ¿qué fue quitado, y por qué cosa son santificados los cristianos por medio del sacrificio de Cristo?

      23 Esto nos lo aclara el apóstol Pablo en Hebreos, capítulo diez. Después de haber descrito que Jesucristo como Sumo Sacerdote de Dios entró en el cielo mismo para comparecer con el valor de su propia sangre delante de la persona de Dios a favor nuestro, Pablo pasa a decir:

      24 “Puesto que la Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas, nunca pueden los hombres con los mismos sacrificios que ofrecen continuamente de año en año hacer perfectos a los que se acercan . . . porque no es posible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados. Por eso cuando viene al mundo dice: ‘“Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. No aprobaste holocaustos y ofrenda por los pecados.” Entonces dije yo: “¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.”’ Después de primero decir: ‘No quisiste ni aprobaste sacrificios y ofrendas y holocaustos y ofrenda por los pecados’ —sacrificios que se ofrecen según la Ley— entonces realmente dice: ‘¡Mira! He venido para hacer tu voluntad.’ Elimina lo primero para establecer lo segundo. Por dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.”—Heb. 10:1-10.

      25. ¿Qué, pues, fue el altar sobre el cual Jesús vino y se presentó para ser ofrecido como sacrificio?

      25 De esto se hace patente que el equivalente antitípico del altar de cobre en el patio del templo es la “voluntad” de Dios, el estar anuente él a aceptar un sacrificio humano perfecto para el cual había hecho preparación, habiéndose predicho esta “voluntad” de Dios en lo que estaba escrito en el rollo del libro. (Sal. 40:6-8) Dios no había estado anuente a aceptar el sacrificio humano imperfecto de Isaac el hijo de Abrahán, pero estaba anuente a aceptar el sacrificio humano perfecto de su Hijo unigénito, Jesucristo. No quería y no aprobó los sacrificios animales del Día de Expiación anual para siempre, sino que, según Su voluntad y propósito, sí quiso un sacrificio humano perfecto que expiara los pecados humanos, que verdaderamente ‘quitara los pecados.’ Jesucristo vino a hacer la voluntad de Dios, y fue basándose sobre la voluntad de Dios como sobre un altar que se aceptó la presentación del perfecto Jesús para sacrificio humano y su cuerpo humano perfecto y preparado fue ofrecido. Este sacrificio humano perfecto sobre el altar de la “voluntad” de Dios verdaderamente trajo santificación a los discípulos de Cristo. Por eso Pablo añadió: “Por dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo.”—Heb. 10:10.

      26. ¿Por qué es que los sacerdotes judíos no tienen autoridad para comer del “altar” del cual comen los subsacerdotes cristianos?

      26 Por eso, también, Pablo dijo más tarde: “Tenemos un altar del cual no tienen autoridad para comer los que hacen servicio sagrado en la tienda. . . . Por eso Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta.” (Heb. 13:10-12) Es decir, nosotros los cristianos que somos subsacerdotes espirituales tenemos un sacrificio que expía los pecados sobre el altar de la “voluntad” de Dios del cual los sacerdotes que sirven en el templo de Herodes en Jerusalén no tienen autoridad para comer el sacrificio debido a su falta de fe en el verdadero Sumo Sacerdote de Jehová, Jesucristo, el Mediador del nuevo pacto de Jehová.

      27. ¿Cuándo se presentó Jesús para sacrificio, y qué base para sacrificio entonces llegó a existir, y qué “día” antitípico entonces comenzó?

      27 ¿Cuándo fue que Jesús como ser humano perfecto vino a presentarse para sacrificio sobre el altar de la “voluntad” de Dios según se prescribía en el rollo del libro? Esto fue cuando se presentó a Juan el Bautista en el año 29 E.C. para ser bautizado en el río Jordán. Es patente que Jehová Dios aceptó el sacrificio que de sí mismo presentó Jesús, porque después del bautismo de Jesús en agua Jehová derramó su espíritu santo sobre Jesús y lo hizo el Cristo o Ungido y audiblemente dijo desde el cielo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” (Mat. 3:13-17; Juan 1:29-34) Por consiguiente fue en ese tiempo que llegó a existir el “altar” antitípico de Dios y hubo una ofrenda aceptable por el pecado sobre éste. Desde entonces en adelante Jesucristo estuvo andando en el patio sacerdotal antitípico superentendiendo su sacrificio humano hasta la muerte. El gran Día de Expiación antitípico había comenzado, y Jesucristo como Sumo Sacerdote de Dios estaba sirviendo al “altar” espiritual verdadero de Dios de manera similar a como servía el sumo sacerdote aarónico en el templo de Jerusalén en el Día de Expiación anual, el 10 de Tisri.—Heb. 8:1-6.

  • El recogimiento de todas las naciones a un solo templo para adorar
    La Atalaya 1973 | 1 de junio
    • El recogimiento de todas las naciones a un solo templo para adorar

      1. ¿Cómo hizo Jehová a Jesús sacerdote espiritual, y qué santuario espiritual entonces adquirió forma?

      Ahora adquirió una forma el gran santuario-tabernáculo espiritual de Jehová Dios. ¿Por qué? Porque ahora vino a la existencia el “Santo” antitípico del templo espiritual de Dios. Esto fue porque Dios derramó sobre Jesús su espíritu santo e hizo a Jesús sacerdote espiritual. Dios engendró a Jesús con su espíritu para hacerlo Hijo espiritual de Dios, investido de la honra de un sacerdocio más alto que el del sumo sacerdote judío terrestre de la familia de Aarón.

      2. ¿En qué condición llegó a estar así Jesús, y en qué parte del templo espiritual de Dios podía entrar, para hacer qué allí?

      2 Por eso Pablo escribe: “El hombre no toma esta honra de su propia cuenta, sino únicamente cuando es llamado por Dios, así como también lo fue Aarón. Del mismo modo también el Cristo no se glorificó a sí mismo llegando a ser sumo sacerdote, sino que fue glorificado por el que habló respecto de él: ‘Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre.’ Así como dice también en otro lugar: ‘Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.’” (Heb. 5:4-6) Jesús así llegó a estar en una condición de engendrado por espíritu, aunque todavía estaba en la carne. En esta condición podía entrar en el “Santo” antitípico del templo espiritual de Jehová. En ese “Santo” podía ofrecer incienso de oración, alabanza y servicio a Dios como incienso.

      3. (a) ¿Qué otro compartimiento del templo espiritual de Jehová también tomó forma, y con qué rasgos dentro de él? (b) Así el templo espiritual de Jehová empezó a funcionar ¿desde cuándo en adelante?

      3 Ahora, también, tomó forma el Santísimo del templo espiritual de Dios, es decir, aquella zona definitiva del cielo en la cual Jehová Dios está en su trono en persona sobre los querubines celestiales, como sobre un asiento de misericordia o “cubierta del propiciatorio.” (Sal. 80:1; Núm. 7:89; Heb. 9:4, 5) En esta zona celestial que ahora ha adquirido las características de un compartimiento Santísimo o cuarto más interior, Jehová está en su trono como sobre la cubierta del propiciatorio del arca del nuevo pacto, enteramente dispuesto a ser propiciado, apaciguado, ablandado, por una ofrenda satisfactoria por los pecados, el sacrificio humano perfecto de su Sumo Sacerdote Jesucristo al culminar el gran Día de Expiación antitípico. (Lev. 16:1-34) Así ahora el gran templo espiritual antitípico de Jehová Dios había venido a la existencia, con sus antitípicos Santísimo y Santo y patio con su altar de sacrificio. Desde el bautismo de Jesús en el río Jordán en 29 E.C. el templo verdadero de Jehová estaba funcionando, y a toda la humanidad le esperaban bendiciones.

      4. (a) ¿Cuándo hizo Jehová que Jesucristo dejara tras de sí la “cortina” y entrara en el Santísimo verdadero, y cómo? (b) ¿Cuándo terminó el Día de Expiación antitípico, y cómo?

      4 Ahora bien, lo único que separaba a Jesucristo como Sumo Sacerdote del Santísimo verdadero de Jehová era aquella “cortina” simbólica, aquella barrera del organismo carnal. “Carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios.” (1 Cor. 15:50) Por esta razón Jesucristo completó su sacrificio humano perfecto sobre el “altar” de Dios muriendo como víctima inocente el Día de la Pascua, el 14 de Nisán, del año 33 E.C. Pero al tercer día de la muerte de Jesús, a saber, el 16 de Nisán, el Dios Todopoderoso hizo que su Sumo Sacerdote Jesucristo dejara tras de sí aquella “cortina” interpuesta, levantándolo de entre los muertos, no como Sumo Sacerdote de carne y sangre, sino como Sumo Sacerdote en el espíritu, participante de la “naturaleza divina” y vestido de inmortalidad. (1 Ped. 3:18; 1 Cor. 15:42-54; 2 Ped. 1:4) La “cortina” del templo, que ilustraba la barrera carnal, estaba ahora ciertamente pasada para el resucitado Jesucristo, y por eso en el día cuadragésimo desde su resurrección pudo ascender al cielo mismo y comparecer ante la presencia de Dios con el precioso valor de su sangre que expía los pecados, para presentarlo en el trono de propiciación de Dios a favor de toda la humanidad. Con esa presentación terminó el gran Día de Expiación antitípico.

      LA CONGREGACIÓN DE SUBSACERDOTES ESPIRITUALES

      5, 6. (a) ¿Cuándo comenzó Jesucristo a edificar su congregación sobre sí mismo como la Roca? (b) ¿Cómo llegaron a ser subsacerdotes espirituales los miembros de la congregación, y cómo se refiere a esto 1 Pedro 2:5, 9?

      5 A la luz de toda la información precedente, nada podría ser más claro que el hecho de que la tienda que construyó Moisés y los templos que edificaron Salomón, Zorobabel y Herodes en Jerusalén no representaron a la congregación de los discípulos de Cristo. Aquella congregación cristiana no vino a la existencia sino hasta el día quincuagésimo después de la resurrección de Jesús y por lo tanto después que él había ascendido al cielo y comparecido en “el cielo mismo” delante de la persona de Dios a favor de ellos. Refiriéndose a sí mismo como la Roca simbólica, Jesús dijo a sus doce apóstoles: “Sobre esta masa de roca edificaré mi congregación, y las puertas del Hades no la subyugarán.” (Mat. 16:18) Él comenzó a edificar esta congregación espiritual el día de fiesta del Pentecostés diez días después de su ascensión al cielo en 33 E.C. Él recibió espíritu santo de Dios y lo dirigió a sus discípulos que esperaban en la Tierra en Jerusalén. De esta manera ellos llegaron a ser engendrados por espíritu y esto resultó en que llegaran a ser hijos espirituales de Dios. Por ese mismo espíritu fueron ungidos para llegar a ser subsacerdotes espirituales bajo su Sumo Sacerdote Jesucristo. (Hech. 2:1-36) El apóstol Pedro habla de esto, diciendo:

      6 “Ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios por medio de Jesucristo. Pero ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.”—1 Ped. 2:5, 9.

      7. Como subsacerdotes espirituales, ¿en qué zona antitípica son introducidos y también en qué compartimiento del templo espiritual, a fin de hacer qué en dichas ubicaciones?

      7 Esta “casa espiritual” está compuesta de “piedras vivas” que son subsacerdotes de Jesucristo. A ellos se les dice: “Por consiguiente, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren al apóstol y sumo sacerdote que nosotros confesamos: a Jesús.” (Heb. 3:1) Como casa de subsacerdotes de esa índole, han de “ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios por medio de Jesucristo.” (1 Ped. 2:5) Esto significa que han sido introducidos en el patio antitípico donde está ubicado el “altar” antitípico de Dios, para ofrecer allí sus “sacrificios espirituales,” teniendo como base la “voluntad” de Dios. Esto significa también que, en su condición de engendrados por espíritu como hijos espirituales de Dios, han sido introducidos en el antitípico primer compartimiento o “Santo” del templo espiritual de Dios. Allí disfrutan de iluminación espiritual como de un candelabro dorado de siete ramas, y comen alimento espiritual como de la mesa dorada de panes de proposición y ofrecen oración, alabanza y servicio a Jehová Dios como si estuvieran de pie ante el dorado altar estacionario de incienso que estaba delante de la cortina interior.

      8. (a) Entonces, ¿qué representó el Santo de la tienda o del templo? (b) ¿Qué representó el patio de los sacerdotes?

      8 Desde este punto de vista, el Santo del templo representó o fue tipo de la condición de engendrados por espíritu del sacerdocio espiritual de Dios aun durante el tiempo en que los miembros de éste todavía están en el cuerpo terrestre, en la carne. Es una relación espiritual especial con Dios que está ocultada como por una cortina de los que están fuera de ella de modo que éstos no pueden discernirla o apreciarla. El patio sacerdotal donde estaba ubicado el altar de cobre representa la posición especial que como humanos tienen con Dios. Él no los considera pecadores imperfectos y bajo condenación que no son aptos para servir a su “altar” espiritual, sino como discípulos arrepentidos, convertidos y bautizados de Jesucristo a quienes cuenta como justos, sin pecado, debido a su fe en Dios y por medio de la sangre expiatoria del Sumo Sacerdote Jesucristo. (Rom. 5:1, 9; 8:1; 3:24-26) Por lo tanto el patio del templo con su altar de cobre representó o fue tipo de la condición de justos de los subsacerdotes espirituales de Dios en cuanto a sus cuerpos carnales.

      9. (a) ¿Cómo consiguen entrar en el Santísimo antitípico estos subsacerdotes espirituales, y es con un sacrificio que expíe pecados? (b) ¿Cómo servirán en ese Santísimo?

      9 Ya que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción,” estos subsacerdotes engendrados por espíritu bajo Cristo también tienen que pasar la barrera carnal que fue representada por aquella “cortina” interior del templo. Hacen esto cumpliendo con su sacerdocio espiritual en la Tierra hasta la muerte humana, después de la cual, al debido tiempo de Dios, él los resucita de entre los muertos con la resurrección de Cristo, es decir, como criaturas espíritus de la naturaleza divina y enriquecidos con inmortalidad e incorrupción. Como está escrito: “Se siembra [en la muerte] cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual.” (1 Cor. 15:42-44; Rom. 6:4, 5) De esta manera serán puestos ante la presencia personal del Dios Altísimo, pero, por supuesto, no como ofreciéndole sacrificios algunos que expíen pecados. Todo eso ha sido logrado ya por el Sumo Sacerdote de Jehová, Jesucristo, en el Día de Expiación antitípico. (Heb. 10:19-22) Pero, al ser unidos entonces con su Sumo Sacerdote en el cielo, podrán servir de “sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.”—Rev. 20:4, 6.

      10. En 1 Corintios 3:9, 16, 17, ¿con qué “edificio” compara Pablo a la congregación cristiana, pero qué no debe entenderse que esto significa, y por qué?

      10 Entre tanto que están en la Tierra, se les compara a varias cosas. Por ejemplo, en 1 Corintios 3:9, el apóstol Pablo les dice: “Ustedes son campo de Dios bajo cultivo, edificio de Dios.” Preguntamos: ¿Qué “edificio”? La respuesta se da en los 1 Cor. 3 versículos dieciséis y diecisiete: “¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, el cual son ustedes.” Esto no dice o significa que son el templo representado o prefigurado por la tienda construida por Moisés y por los templos que hubo en Jerusalén. En aquel templo del cual habla Pablo en el libro de Hebreos Dios mora en persona, estando personalmente presente allí. Pero el templo como el que Pablo dice que la congregación es no tiene la presencia personal de Dios. Meramente el espíritu de Dios mora en este templo simbólico. Dios mora allí meramente por su espíritu, porque los miembros de éste están en la carne en la Tierra.

      11. ¿Cómo muestra el asunto de un fundamento que hay una diferencia entre la congregación como templo y el templo de Jehová que está en los cielos?

      11 El templo de Dios en los cielos no está edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas cristianos. Pero la congregación cristiana como templo está edificada sobre los apóstoles y profetas cristianos. En Efesios 2:20-22 el apóstol Pablo escribe: “Han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular de fundamento. En unión con él el edificio entero, unido armoniosamente, va creciendo para ser templo santo para Jehová. En unión con él ustedes, también, están siendo edificados juntamente para ser lugar donde habite Dios por espíritu.”

      12. (a) Debido a que mora ¿qué? en ella se compara la congregación en la Tierra a un templo, y sin embargo, ¿dónde está ella en el gran templo espiritual de Dios? (b) Como “templo” del Dios verdadero en la Tierra, ¿qué no debe admitir dentro de ella la congregación?

      12 Es debido a que el espíritu de Dios mora dentro de este cuerpo armoniosamente organizado de subsacerdotes espirituales de Cristo que a esta congregación se le llama “templo” de Jehová Dios. Su presencia personal está arriba en el Santísimo celestial de su gran templo espiritual. En el compartimiento “Santo” del gran templo espiritual se encuentra esta clase del templo que todavía está en la Tierra. Porque se les compara a un templo en la Tierra en el cual mora Jehová por su espíritu, esta congregación engendrada por espíritu no debe admitir ninguna clase de idolatría o adoración de dioses falsos dentro de ella. “¿Qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos?” pregunta el apóstol Pablo, y entonces añade esta explicación: “Porque nosotros somos templo de un Dios vivo; así como dijo Dios: ‘Yo residiré entre ellos y andaré entre ellos, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.’”—2 Cor. 6:16.

      PATIOS DEL TEMPLO ATESTADOS DE ADORADORES

      13. Al pasar de la escena terrestre la congregación engendrada por espíritu, ¿qué condición, según representada por un compartimiento del templo, pasará de la existencia?

      13 A esta congregación engendrada por espíritu que es comparada a un templo hay que tratarla como santa. Al debido tiempo esta congregación pasará de la escena terrestre. Con el pasar de ellos, la condición de engendrados por espíritu de los subsacerdotes espirituales (según representada por el compartimiento del Santo del templo de Jerusalén) pasará de la existencia. Estos subsacerdotes espirituales habrán pasado a más allá de la barrera carnal (representada por la cortina interior del templo) y habrán entrado en el Santísimo celestial por su muerte en la carne y su resurrección en el espíritu.

      14. ¿Cómo representa Revelación 21:1, 2 a la congregación de 144.000 subsacerdotes en el Santísimo celestial?

      14 ¡Qué santo privilegio será para los 144.000 subsacerdotes del templo espiritual de Jehová hallarse en su Santísimo, delante de la persona misma de Jehová Dios! Este rasgo no fue representado en el caso de los subsacerdotes que servían en el templo de Jerusalén, pero se representa hermosamente en el último libro de la Santa Biblia. Allí a la congregación de 144.000 subsacerdotes que sirven bajo el Sumo Sacerdote de Jehová, Jesucristo, se le asemeja a su novia en el día de sus bodas. Con bella fraseología el apóstol cristiano Juan describe a esta novia compuesta, diciendo: “Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como novia adornada para su esposo.”—Rev. 21:1, 2.

      15. ¿Qué comparación hay entre la antigua Jerusalén terrestre y la Nueva Jerusalén celestial en cuanto a tener un edificio como templo?

      15 Recordamos que la antigua Jerusalén terrestre, hasta el año de su destrucción por los ejércitos romanos en el año 70 E.C., tuvo un suntuoso templo en ella. Pero, ¿qué se dice de la celestial Nueva Jerusalén, vista por el apóstol Juan unos veintiséis años después de la destrucción del templo de la Jerusalén vieja en 70 E.C.? Juan nos informa, mientras continúa su deleitable descripción de la Nueva Jerusalén celestial, diciendo: “Y no vi en ella templo, porque Jehová Dios el Todopoderoso es su templo, también lo es el Cordero. Y la ciudad no tiene necesidad de que el sol ni la luna resplandezcan sobre ella, porque la gloria de Dios la alumbró, y su lámpara era el Cordero. Y las naciones andarán por medio de su luz.”—Rev. 21:22-24.

      16. ¿Qué acerca de la ubicación de los 144.000 subsacerdotes hace innecesario un edificio como templo en la Nueva Jerusalén, y cómo es Jehová mismo su templo?

      16 ¿Por qué debería la Nueva Jerusalén celestial tener en ella un templo, un edificio separado para que los 144.000 subsacerdotes sirvieran en él y así rindieran servicio sagrado a Dios indirectamente mediante un edificio intermedio? ¿Por qué, cuando están delante de la persona misma de Dios y ‘ven su rostro’? (Rev. 22:4) Jehová Dios mismo es el templo de la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén celestial no es el templo. No, Jehová Dios el Todopoderoso es el templo. Él llena el lugar, toma el lugar, de un templo para la ciudad celestial. Puesto que él no está allí por espíritu, sino en persona misma, elimina la necesidad de un edificio separado por medio del cual los habitantes de la Nueva Jerusalén, los 144.000 subsacerdotes, estarían adorándolo y sirviéndole indirectamente. Por eso ellos le rinden servicio sagrado directamente bajo el sumo sacerdocio del Cordero, Jesucristo.

      17. ¿Cómo es el Cordero también, con Jehová Dios, el templo de la Nueva Jerusalén?

      17 Es por eso que el Cordero comparte con Jehová en ser el templo de la Nueva Jerusalén. Tal como dice Revelación 21:22: “También lo es el Cordero.” Está allí en persona en el Santísimo del templo espiritual de Jehová. Ya ha ofrecido a Dios directamente el sacrificio de expiación de pecados del antitípico Día de Expiación. Como Sumo Sacerdote de Jehová a la manera de Melquisedec, está sentado a la diestra de Dios.

      18. ¿En qué zona del templo espiritual de Jehová se beneficiará del Día de Expiación la gente, y por quiénes se ofrecían los sacrificios del Día de Expiación a fin de indicar esto?

      18 A pesar de no haber más una condición de engendrados por espíritu de los 144.000 subsacerdotes según lo representado típicamente por el compartimiento del Santo del templo, los patios terrestres del gran templo espiritual de Jehová continuarán. La gente en la Tierra que se beneficiará del Día de Expiación de Jehová lo hará en esos patios. Eso encaja felizmente con el hecho de que la ofrenda por el pecado del Día de Expiación no se ofrecía simplemente por la familia sacerdotal, sino también por todo el resto del pueblo que adoraba a Jehová en su templo.

      19. (a) ¿Quiénes dijo el profeta Zacarías que se unirían a Jehová “en aquel día” e implorarían su favor? (b) Como si fuera una provisión para esto mismo, ¿qué patio adicional contenía el templo de Herodes en Jerusalén, y por cuáles no israelitas oró Salomón al inaugurar el templo?

      19 Cuando Zacarías el profeta de Dios estuvo profetizando respecto a la reedificación del templo en Jerusalén en el sexto siglo antes de nuestra era común, fue inspirado a decir: “Y muchas naciones se unirán a Jehová en aquel día, y serán mi pueblo; y yo habitaré en medio de ti.” “Además, muchos pueblos y poderosas naciones vendrán a buscar a Jehová de los Ejércitos en Jerusalem, y a implorar el favor de Jehová.” (Zac. 2:11; 8:22, Moderna) En armonía con esa profecía de la venida de personas que no eran israelitas a adorar a Jehová en su templo, el templo que fue construido por el rey Herodes, que reemplazó al templo que fue construido en el día del profeta Zacarías, no solo contenía un patio de sacerdotes con su altar, y también el patio de Israel y el patio de las mujeres, sino además el patio o atrio de los gentiles o no israelitas. Aun siglos antes de esto, el rey Salomón, al inaugurar el primer templo en Jerusalén, oró por los extranjeros que vendrían de países lejanos a adorar en el templo de Jehová.—1 Rey. 8:41-43; 2 Cró. 6:32, 33.

      20. ¿Desde cuándo, en particular, ha estado cumpliéndose esa profecía de Zacarías, y por qué lo vemos desde entonces en adelante?

      20 La profecía pronunciada desde mucho tiempo atrás por Zacarías está cumpliéndose ya en nuestro día, particularmente desde el año 1935 E.C. Eso significa un cumplimiento mientras todavía hay un resto de los subsacerdotes espirituales en la Tierra, que sirven en el compartimiento del Santo del templo espiritual de Jehová. Por esa razón la “grande muchedumbre” de extranjeros que van entrando como ríos de todas partes de la Tierra en los patios del único templo espiritual de Jehová están poniéndose en contacto y asociación con estos subsacerdotes espirituales que todavía están en la Tierra. La fecha de 1935 E.C. marca el año en que esta “grande muchedumbre” de adoradores no sacerdotales de Jehová comenzó a ser notada a su venida al templo, porque en aquel año memorable se explicó según los hechos del día la profecía de Revelación 7:9-17 acerca de la “gran compañía” o “grande muchedumbre.” (Vea The Watchtower del 1 y 15 de agosto de 1935.) Al mirar a la visión de Revelación vista por el apóstol Juan, es como si estuviéramos viendo la “grande muchedumbre” internacional de adoradores celebrando la antitípica Fiesta de las Cabañas en el templo de Jehová.

      21. ¿Cómo describe Juan a esta “grande muchedumbre” en Revelación 7:9-15?

      21 Contándonos lo que ve, Juan dice: “¡Miren! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había palmas en sus manos. Y siguen clamando con voz fuerte, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’ . . . ‘Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso es que están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.’”—Rev. 7:9-15.

      22. (a) En relación con el templo espiritual de Dios, ¿dónde le sirve día y noche la “grande muchedumbre”? (b) ¿Cómo muestra la visión de Juan que el templo espiritual ha sobrevivido la “grande tribulación,” y qué beneficios aceptan allí los de la “grande muchedumbre”?

      22 Esta hermosa visión presenta a la “grande muchedumbre” internacional sirviendo a Jehová en su templo, es decir, en los patios terrestres reservados para los que no son israelitas espirituales, como si fuera en el “atrio de los gentiles.” Ah, sí, en la visión del apóstol Juan, el gran templo espiritual de Jehová Dios ha sobrevivido la “grande tribulación” de estos últimos días, porque esta “grande muchedumbre” ha sobrevivido la “grande tribulación” y se encuentra en el templo de Jehová, ondeando palmas como la palma festiva tradicional (la lulaba) que ondeaba la gente durante la Fiesta de las Cabañas. A Jehová Dios y a su Cordero de sacrificio, Jesucristo, atribuyen su salvación, y ahora están en camino a una vida sin fin de felicidad y servicio divino en el nuevo orden de cosas de Dios en una Tierra paradisíaca. (Rev. 7:16, 17) Agradecidamente aceptan los beneficios de la ofrenda por el pecado que fue suministrada en el gran Día de Expiación de Jehová.—Lev. 16:1-34.

      23. (a) ¿Por qué no serán los de la “grande muchedumbre” los únicos que estarán en multitudes en los patios terrestres del templo espiritual durante el Sumo Sacerdocio de mil años de Cristo? (b) ¿En qué celebración tendrán que participar éstos a fin de adquirir vida eterna en la Tierra?

      23 Sin embargo, estos sobrevivientes de la “grande tribulación” con la cual terminará este sistema de cosas actual no son los únicos que estarán en multitudes en estos patios de salvación. Durante el Sumo Sacerdocio de mil años del Cordero Jesucristo junto con sus 144.000 subsacerdotes espirituales en la región celestial del templo espiritual de Jehová, habrá una “resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15; Rev. 20:4, 6, 11-14) Todos éstos tienen que venir a los patios del templo espiritual de Jehová y participar también en servirle y además gozosamente celebrar la gran antitípica Fiesta de las Cabañas. No hay salvación para vida eterna en el paraíso terrestre de ninguna otra manera. Los últimos seis versículos de la profecía de Zacarías 14:16-21 parecen indicar eso. Todos los resucitados que deseen vida eterna en la Tierra tienen que venir al templo espiritual “a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos,” y a “celebrar la fiesta de las cabañas.” ¡Qué tiempo inefablemente gozoso será para los que hagan eso!—Zac. 14:17, 18.

      24. (a) ¿Qué templo es el que Jehová Dios reconoce, y a qué templo tienen que venir todos para adquirir vida en el nuevo orden de Dios? (b) ¿Qué noticias actualmente tienen el privilegio de comunicar a otros los que ya están en los patios?

      24 Benditas, también, son las perspectivas de todos nosotros los de hoy que estamos en los patios del templo espiritual de Jehová ahora, sea que algunos de nosotros estemos en el patio interior de los sacerdotes o el número mayor de nosotros estemos en los patios de los adoradores no sacerdotales del Dios Altísimo, Jehová de los ejércitos. Este es el único templo que es reconocido por el Dios de la salvación. Es el un solo y único templo al cual gente de todas las naciones tiene que venir para participar en adoración pura y de ese modo adquirir salvación eterna en el nuevo orden justo de Dios. Ese templo está abierto ahora para el recogimiento a él de todos los que buscan al único Dios vivo y verdadero. Éstas son verdaderamente grandes noticias que están asociadas con los acontecimientos de nuestros maravillosos tiempos. Es el magnífico privilegio de todos nosotros los que estamos sirviendo en los patios del templo espiritual de Jehová comunicar esas buenas nuevas salvadoras de vida a todos los demás, antes de la “grande tribulación” que viene.

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