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Dios reajusta el pensar de su puebloLa Atalaya 1973 | 1 de enero
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de la verdad sabemos que hay que predicar el reino de Jesucristo, y su sacrificio propiciatorio para los pecados, como la única esperanza de la humanidad. ¿Quién está efectuando esta predicación? ¿A quién está bendiciendo Dios con paz y prosperidad espiritual en toda la Tierra? ¿Qué sucede con los individuos que pelean contra la obra y la organización del pueblo de Dios hoy día? Tratan de derribar, pero, ¿a quién están edificando? Si permitimos que alguna piedra de tropiezo nos haga caer permanentemente, nos haga apartarnos de Dios y su pueblo, ¿adónde iremos por la vida?
Cuando ciertas personas se opusieron a algunos dichos de Jesús que no podían entender, Jesús preguntó a sus discípulos allegados: “¿Esto los hace tropezar?” Entonces dijo a sus apóstoles: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” y Simón Pedro contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios.”—Juan 6:61, 67-69.
La Biblia aconseja que ejerzamos paciencia. (Sant. 5:9-11) ¿No les debemos paciencia, ante todo, a nuestros más grandes Amigos, Jehová Dios y Jesucristo, hasta que revelen las razones por sus actos? ¡Qué tontería sería el que pusiéramos nuestro conocimiento y juicio en competencia con los de ellos! El profeta de Jehová dijo: “¿Quién ha tomado las proporciones del espíritu de Jehová, y quién como su hombre de consejo puede hacerle saber algo?”—Isa. 40:13.
Y en cuanto a la congregación cristiana, compuesta como está de humanos imperfectos, ¿no podemos ser pacientes con ella a medida que ella sigue la guía de Dios? Ciertamente nos sentimos felices y agradecidos cuando se nos muestra paciencia a nosotros. Hacemos bien en imitar la paciencia de Dios, pues por medio de Cristo él sostendrá la congregación sin mancha y sin tacha.—2 Ped. 3:15; Efe. 5:25-27; Rev. 19:7, 8.
De veras, el único lugar de felicidad y vida se encuentra al seguir la dirección de Jehová. Ahora, en el umbral de su justo nuevo orden, mostrémonos dispuestos a dejar que Jehová reajuste nuestro pensar. Procediendo así, nos fortaleceremos unos a otros para permanecer firmes contra el Diablo, “para que no seamos alcanzados por Satanás con sus engaños, porque no estamos en ignorancia de sus designios.”—2 Cor. 2:11; Efe. 6:11.
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Una apreciativa niña de ocho añosLa Atalaya 1973 | 1 de enero
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Una apreciativa niña de ocho años
● Recientemente una carta escrita a mano llegó a las oficinas de la Sociedad Watch Tower, editores de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Era de una niña de ocho años cuyos padres son testigos de Jehová. Su carta reflejaba el vivo aprecio que le tiene al trabajo que hace el personal de la central de la Sociedad (Familia Betel) para preparar las publicaciones. Ella escribió:
“Estimados hermanos, tengo 8 años de edad, y estoy en 2.do año en la escuela. No hace mucho el Departamento Forestal Estatal llevó a cabo un concurso de ensayos. El tema sobre el cual habríamos de escribir era ‘¿Por qué plantar un árbol?’ Entré en el concurso.
“Cuando llegué a casa de la escuela le dije a mi madre acerca de ello. Mi madre me dijo que buscara en el ‘Watch Tower Index.’ Así lo hice. Hallé mucha información acerca de árboles. El artículo que más me gustó fue el que está en ‘Awake!’ [¡Despertad!] del 8 de abril de 1956.
“Esta semana se me notificó que gané el primer lugar en el concurso de más de 600 ensayos. Me tomaron una fotografía para el periódico, y me dieron un premio de $15,00 [dólares]. Puesto que yo sé que no lo habría ganado si no hubiera sido por la ‘Awake!’ me gustaría darles $10,00 de este dinero para que lo usen en algo que necesite la Familia Betel. Sinceramente.”
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