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  • Uno se beneficia de la sabiduría de Jehová
    La Atalaya 1973 | 15 de agosto
    • Si disfrutamos de relativamente buena salud, nos es fácil ajustarnos a los cambios de estación o a climas completamente diferentes en otras partes de la Tierra.

      Hay un “margen” generoso en el cual la vida puede continuar existiendo con comodidad. Aunque los caminos imprudentes e impuros del hombre han acarreado la muerte a millones de personas, sin embargo la vida ha continuado por milenios. Hoy vapores venenosos están contaminando el aire. Desperdicios perjudiciales están vertiéndose en arroyos, ríos, lagos y océanos. Grandes zonas terrestres están quedando arruinadas debido al descuido, codicia e ignorancia del hombre. Sin embargo la vida puede continuar.

      Es verdad, los fracasos del hombre lo están acercando cada vez más al desastre, al borde del margen generoso en el cual puede sobrevivir la vida. Sin embargo, Jehová Dios tiene la sabiduría así como el poder para enfrentarse a esto. Se ha propuesto “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” y conservarla como un hogar para la humanidad obediente.—Rev. 11:18; 21:3-5.

      LA SABIDURÍA DE DIOS SE VE EN LA CONCIENCIA HUMANA Y EN LA BIBLIA

      Para continuar beneficiándonos de la sabiduría de Dios después que él destruya a todos los que están arruinando la Tierra, es preciso que demostremos ser personas que deseamos ser guiadas por los mandamientos sabios expuestos en su Palabra, la Biblia. Leemos: “El mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17) ¿Está usted familiarizándose con la voluntad de Dios y haciéndola?

      Hoy a muchas personas les parece que basta con llevar una vida buena y que no se necesita la Biblia para hacer eso. Quizás digan que no es preciso conocer la Biblia para usar buen juicio al manejar uno sus asuntos, tratar decentemente a sus vecinos y ser ciudadano observante de la ley. No debe sorprendernos el que haya gente que lleva una vida comparativamente ‘buena’ aunque carece de conocimiento bíblico. ¿Por qué no? Porque los humanos tenemos la facultad de la conciencia dada por Dios, una comprensión o sentido interior de lo correcto y lo incorrecto. Es tal como dice la Biblia: “Siempre que los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley, éstos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. Son los mismísimos que demuestran tener la sustancia de la ley escrita en su corazón, mientras su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados.”—Rom. 2:14, 15.

      Si no fuera por la sabiduría del Dios al dotar al hombre de la facultad de la conciencia, entonces, sin duda, el crimen y el desafuero ya habrían alcanzado hace mucho tales proporciones como para hacer virtualmente imposible la vida humana. Felizmente la facultad de la conciencia es tan fuerte que, aun en este siglo veinte de crimen y violencia en aumento, ésta impele a muchas personas a obrar de una manera generalmente decente y a contribuir por lo menos hasta cierto grado al bienestar y la felicidad de sus semejantes. Si la conciencia heredada puede efectuar eso, ¿no debería producir resultados aun mejores la adherencia a los mandamientos de Dios expuestos en su Palabra? ¡Por supuesto!

      Otra razón para querer la dirección de la Biblia es que el entrenamiento y el ambiente pueden afectar desfavorablemente la conciencia de uno y hacerla una guía indigna de confianza. En este siglo, por ejemplo, los hombres han justificado el tormento y el asesinato brutal de hombres, mujeres y niños diciendo que los que lo han hecho estaban obrando bajo las órdenes de superiores. Por lo tanto, ¿no deberíamos querer beneficiarnos de la sabiduría que se manifiesta en la Palabra de Dios para que no empecemos a justificar los actos incorrectos, acarreándonos daño a nosotros mismos y a otros?

      Los testigos cristianos de Jehová han descubierto que el vivir en armonía con la Biblia ha hecho que su vida tenga propósito determinado y ha dado dirección segura a su conciencia. El aplicar la Palabra de Dios en su vida cotidiana los ha hecho mejores esposos, mejores padres, mejores madres, mejores esposas, mejores hijos y mejores hijas. Cuando surgen problemas, con confianza se dirigen a la Palabra de Dios para hallar una solución confiable. La siguiente vez que lo visiten a usted, ¿por qué no permite que le muestren cómo ellos se han beneficiado de la sabiduría que se encuentra en la Biblia? Gustosamente conducirán un estudio semanal de la Biblia con usted gratis en su hogar para que pueda beneficiarse de la sabiduría de Dios a grado más cabal ahora y en el futuro.

  • ¿Qué clase de gobernante necesita la humanidad?
    La Atalaya 1973 | 15 de agosto
    • ¿Qué clase de gobernante necesita la humanidad?

      UNO de los gobernantes más sabios de la antigüedad, el rey Salomón, declaró que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Ecl. 8:9) Esto se debe, muy a menudo, a que los gobernantes humanos han sido arrogantes, faltos de compasión, opresivos. No han reflejado hacia sus súbitos la ternura y el interés que el pastor oriental le tiene a su rebaño. De hecho, han sido tiránicos.

      La humanidad ciertamente estaría en mejor situación sin tales gobernantes o “pastores” tiránicos. Eso mismo opina de ello el Supremo, el Soberano del universo, Jehová Dios. Cuando, por ejemplo, los “pastores” del Israel antiguo se hicieron faltos de compasión para con sus súbditos, Jehová, por medio de su profeta Ezequiel, los puso de manifiesto, diciendo:

      “Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza, y tienes que decir a ellos, a los pastores: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es al rebaño que los pastores deben apacentar? La grasa es lo que ustedes comen, y con la lana se visten ustedes mismos. El animal gordo es lo que ustedes degüellan. Al rebaño mismo no lo apacientan. A las enfermas no las han fortalecido, y a la doliente no la han sanado, y a la quebrada no la han vendado, y a la dispersada no la han traído de regreso, y a la perdida no han procurado hallarla, pero con dureza las han tenido en sujeción, aun con tiranía. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo, y continuaron siendo esparcidas. Mis ovejas siguieron extraviándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallar.”’”—Eze. 34:2-6.

      LOS GOBERNANTES DE LA CRISTIANDAD SON INDESEABLES

      ¿No han actuado los gobernantes de la cristiandad como los pastores malos de Israel en su modo de tratar a sus súbditos que dicen ser las “ovejas” de Dios? ¿No han tratado estos gobernantes a la gente como si fuera su propiedad más bien que como la propiedad del Dios que ellos afirmaban adorar? ¿No han sido ellos severos más bien que tiernos lo mismo que los papas, los cardenales y los arzobispos que han ocupado puestos políticos? ¿No han engordado materialmente a costa de estas pobres “ovejas” y han vivido en “lujo desvergonzado”?

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