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  • ¿Vive usted para lo que puede sacar de la vida ahora?
    La Atalaya 1973 | 1 de julio
    • ¿Vive usted para lo que puede sacar de la vida ahora?

      “Si los muertos no han de ser levantados, ‘comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir.’ No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.”—1 Cor. 15:32, 33.

      1. ¿Cómo muestran las criaturas humanas que evalúan la posesión de la vida, sin embargo a qué eventualidad se enfrentan todos los vivientes?

      ¡LA VIDA! ¡Qué preciosa posesión es! La mente y el cuerpo humanos están hechos maravillosamente. Ninguna persona en sus cabales quiere terminar la vida, sino seguir viviendo, a pesar de los crecientes problemas y presiones del mundo hoy día. Hay un deseo muy fuerte de aferrarse a este precioso don de la vida, de seguir aprendiendo y disfrutando de las cosas que nos rodean. Se hacen esfuerzos determinados para rechazar la muerte y tener una buena medida de salud y felicidad. Sin embargo, la muerte persistente e implacablemente acecha a todo hombre a través de su corta duración de vida de aproximadamente setenta años. El sepulcro reclama a los justos así como a los inicuos, a los ascéticos así como a los libertinos.—Sal. 89:48.

      2. ¿Qué actitud han adoptado muchos, y cómo se refleja ésta en la manera en que se comportan?

      2 Ante las ironías de la vida y la torva realidad de la proximidad de la muerte, desde el punto de vista del razonamiento carnal, humano uno pudiera ver una paradoja: El llevar una vida moral parecería carecer de sentido y de galardón. Para aumentantes números de personas, la vida después de la muerte solo es un mito. Si esta vida es todo lo que hay, entonces ¿por qué no sacar todo lo que uno pueda de ella mientras vive? Si la cordura dice, ‘Contrólese y absténgase de cosas perjudiciales, aunque sean muy agradables,’ el razonamiento carnal contraataca con el argumento de que es mejor disfrutar de éstas y dejar que sus emociones se expresen plenamente más bien que llevar una vida de abnegación y frustración, porque de todos modos sufrirá la muerte, decadencia y pasará de la memoria de las generaciones futuras lo mismo que todos los demás. ¿Qué valor hay en la abnegación? Oh, sí, puede haber ciertos beneficios para la salud, y se pueden evitar algunos problemas si uno practica lo que es moralmente bueno. Hay recordatorios, también, de que la vida ya corta puede ser cortada aún más por los vicios en los que se participe; pero mejor disfrutar de éstos mientras uno pueda, es como muchos razonan, que vivir unos cuantos años más decrépitos y desdichados en la vejez.

      3. (a) ¿Qué preguntas se presentan en vista del conflicto entre la filosofía de este mundo y la Biblia? (b) ¿Cómo endereza los asuntos Pablo sobre vivir solo para los placeres egoístas?

      3 Ante todo esto, la Biblia dice: “El hombre de actos fieles recibirá muchas bendiciones.” (Pro. 28:20) ¿Es esto realmente cierto? ¿Está apegada a la realidad la Biblia al manifestar normas morales elevadas para gobernar la conducta del hombre? Si uno se esmera por elevarse a la altura de éstas, ¿realmente sacará provecho? Además, cuando viene la muerte, ¿puede uno esperar confiadamente una vida mejor después debido a los actos de fidelidad de uno? Si el hombre simplemente fuese un producto de la evolución, que no fuera responsable a nadie salvo a la sociedad de la cual forma parte en cuanto a cómo se comporta, entonces el criticar las normas y promesas de la Biblia tendría algo de peso. Ese es el punto que el apóstol Pablo recalca al escribir a los cristianos en Corinto: “Si los muertos no han de ser levantados, ‘comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir.’” Pablo rápidamente refuerza la referencia a este concepto meramente egoísta con la advertencia: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles. Despierten de manera justa al estado sobrio y no practiquen el pecado, porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Hablo para hacerles sentir vergüenza.”—1 Cor. 15:32-34.

      4. (a) ¿Cuál era la filosofía de los epicúreos? (b) ¿Cómo mostraron Abrahán y otros hombres fieles que ellos no tenían esta actitud para con la vida y el futuro?

      4 Mientras estuvo en Grecia, Pablo se topó con esta filosofía de los epicúreos, que creían que uno debería vivir de tal manera que sacara el mayor placer de la vida, sin embargo haciéndolo con algo de moderación a fin de evitar el sufrimiento que acompaña al exceso. No se interesaban en el futuro salvo para seguir disfrutando del placer hasta la muerte. Pero no pensaban de esa manera los hombres fieles como Abrahán. De éstos, Pablo escribió: “En fe murieron todos éstos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra.” No perdieron la fe ni se envolvieron en las prácticas corrompidas que los rodeaban. Están muy vivos en la memoria de Dios y pronto los resucitará Dios a la vida que lo es realmente en una Tierra paradisíaca bajo el gobierno de su Reino.—Heb. 11:13; Mat. 22:31, 32; Juan 6:39, 40.

      5. ¿Cómo contrasta la Biblia los resultados de vivir para satisfacer la carne con el vivir teniendo en mira el espíritu?

      5 Es fácil engañarnos si hemos formado un deseo en el corazón de hacer lo incorrecto o nos falta la voluntad para disciplinarnos a fin de obtener los beneficios duraderos de un proceder correcto. El inventar explicaciones justificativas es una práctica común. De nuevo Pablo aconseja con las palabras, “No se extravíen,” y luego añade: “de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que está sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción; mas el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.” (Gál. 6:7, 8) Los que han llegado a asociarse con los testigos de Jehová y que han amoldado su vida a a lo que la Biblia enseña pueden testificar que han sido bendecidos en gran manera aun ahora. Debido a que no llevan una vida desenfrenada, evitan las terribles consecuencias de tal proceder, consecuencias que a menudo incluyen una muerte prematura. Además de esto, la vida eterna está reservada para ellos al continuar fielmente en este proceder.—Rom. 6:23.

      6. ¿Por qué se ha hecho aun más urgente hoy estar alerta y vigilar nuestro proceder?

      6 Al comparar las Escrituras con los hechos físicos que nos rodean, no puede haber duda de que estamos muy dentro del tiempo del fin de este sistema impío. Los cristianos pueden afirmar que la Biblia está en lo correcto al decirnos que durante este tiempo sería aun más difícil permanecer en el camino angosto que lleva a la vida. Las atracciones modernas del mundo son fuertes y el Diablo no ha perdido su astucia para engañar y apartar a los incautos. Siempre existe el peligro de deslizarse y volver a los antiguos modelos de pensar y conducta o de dejar que se desarrollen nuevos deseos que no agradan a Jehová. El corazón es engañoso, la carne es débil, la autodisciplina no es fácil. En su profecía del fin de este sistema, Jesús advirtió: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.”—Luc. 21:34, 35.

      7. ¿Cómo pueden el pensar y las actitudes de este mundo empezar a influir sutilmente en el cristiano? ¿De qué deberíamos recordarnos continuamente?

      7 Para asegurarnos de no ser extraviados o atrapados como si fuese en un lazo, tenemos que hacernos preguntas escrutadoras para probar nuestros motivos más profundos, nuestros deseos secretos, nuestros afectos ocultos. ¿Para qué estamos viviendo? Una cosa es decir que vivimos con la vida en el nuevo orden de Dios en mira, pero otra cosa es estar viviendo realmente en armonía con los requisitos de Dios todos los días. Los cristianos no pueden dejar que la sutil filosofía epicúrea de este mundo los engañe y, antes de saberlo, ponerse a vivir para los placeres de hoy, por temor de que mañana mueran. O, teniendo dudas en cuanto a lograr entrar en el Nuevo Orden, quizás empiecen a saborear los placeres de este mundo, no queriendo perdérselos del todo. Tenemos que preguntarnos continuamente: ¿Para qué estamos viviendo? ¿Para los placeres de este mundo o “la vida que lo es realmente” en el nuevo orden de Dios?—1 Tim. 6:17-19.

      ¿ESTÁ USTED VIVIENDO PARA LOS PLACERES DEL BEBER?

      8, 9. (a) ¿Por qué se dan muchos al beber alcohol al grado de emborracharse? (b) ¿Qué efectos malos han provenido de la borrachera?

      8 Millones de epicúreos modernos han ido más allá de beber en moderación hasta el grado de emborracharse. Han probado los efectos de excesivas cantidades de alcohol, y esto es lo que quieren sin importar los costos o peligros para la salud, empleo y familia. Las inhibiciones y frustraciones se desvanecen, y resulta una extraña libertad de preocupaciones. La realidad severa cede su lugar a un mundo de sueños. Las preocupaciones se desvanecen. El sermoneo es anulado; la responsabilidad queda puesta a un lado. Uno, de hecho, sale a un “viaje,” a unas vacaciones lejos de las preocupaciones gravosas de la vida. Pero, ¿es esto vivir en realidad? Considerando el estupor en que uno ha estado, y la posible conducta vergonzosa y habla de que haya sido culpable, el terrible dolor del cuerpo al desemborracharse y el daño a las relaciones de uno con otros, la respuesta lógica tendría que ser un resonante, ¡No!—Pro. 20:1; 23:20-35.

      9 Es muy razonable que Dios prohibiera la borrachera. En una condición de borrachera la mente no funciona correctamente y a menudo el individuo hace cosas vergonzosas. Hay un concepto exagerado de lo que puede hacer, mientras que la verdad es que sus reflejos y juicio sufren menoscabo. Decenas de millares de personas mueren cada año debido a que un borracho pensaba que estaba lo suficientemente sobrio para conducir su auto a casa o porque se puso a pelear a causa de algún asunto trivial. Millones mueren de cirrosis del hígado, de delírium trémens y otros males relacionados con el alcohol. En muchos países, el alcoholismo está clasificado como el asesino Núm. 3, después de las enfermedades del corazón y el cáncer.

      10. (a) Aunque uno no esté emborrachándose, ¿qué peligro existe en el uso excesivo de las bebidas alcohólicas? (b) ¿Qué debería considerar uno antes de servir alcohol a sus invitados?

      10 Pero, aunque uno no esté emborrachándose, es posible que, de hecho, uno todavía esté bebiendo en exceso, y aquí es donde yace el gran peligro para los cristianos. No todos los alcohólicos son borrachos. El alcoholismo es un anhelo mórbido de alcohol. Una buena prueba es preguntarse uno mismo: ¿Estoy viviendo para este placer y anhelando día tras día la agradable sensación de la disminución de la tensión que obtengo como resultado de tomar bebidas alcohólicas? Aunque el beber es un asunto personal mientras uno no se embriague, no obstante hay la posibilidad de que el alcohol llegue a ser una muleta psicológica sobre la cual apoyarse, una aparente necesidad de la cual uno no pueda prescindir. Además, hay la posibilidad de hacer tropezar a otros por el uso indiscreto del alcohol. Cuando amigos pasan a visitarlo una noche, ¿insiste usted en que compartan una bebida con usted, aunque ellos quizás prefieran no hacerlo? Ésta puede ser hospitalidad equivocada y puede ser, profundamente, un esfuerzo por hacer que otros participen con usted en gratificar una debilidad. A nadie jamás se le debe compeler o persuadir a beber si no desea hacerlo. (Rom. 14:17-21) No es preciso que las reuniones sean aburridas si no se sirven bebidas de esta índole. Ciertamente si uno bebe solo en moderación, si acaso opta por beber, y no vive teniendo en mira el obtener placer indebido de las bebidas alcohólicas, uno disfrutará de muchas bendiciones.

      ¿ESTÁ USTED VIVIENDO PARA LOS PLACERES DE LAS ASOCIACIONES MUNDANAS?

      11. ¿Qué deseo en cuanto a asociación implantó Jehová dentro del hombre, y qué deberíamos tener presente al satisfacer este deseo?

      11 Cuando Jehová creó al hombre, implantó en él un fuerte deseo de asociación. Si está aislado por mucho tiempo, el hombre por naturaleza anhela estar con sus semejantes, para hablar con ellos, comer con ellos, jugar con ellos, trabajar con ellos, sí, solo para estar en presencia de otros que, como él mismo, necesitan asociación. El ponerlo a uno incomunicado es un castigo inhumano. Sin embargo, los cristianos tienen que ser selectivos en cuanto a sus asociados. No fue por casualidad que Pablo inyectó las palabras, “Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles,” cuando arguyó contra la filosofía epicúrea popular del día: “Comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir.” ¿Dónde aprendería el cristiano tal modo de pensar salvo en asociación con los que lo creían y lo practicaban? Los cristianos tienen que reconocer que hoy existen dos esferas de influencia distintas... La esfera piadosa, teocrática, cristiana, y la otra que es mundana, terrenal y anticristiana.

      12. ¿Qué se reconoce en cuanto a asociación con el mundo, pero dónde se necesita poner el límite al asociarse con gente mundana?

      12 Los cristianos, por supuesto, están rodeados de personas de inclinación a lo mundano y del ambiente de este mundo. Jesús, al orar a Jehová a favor de sus seguidores, declaró: “Yo te solicito, no que los saques del mundo, sino que los vigiles a causa del inicuo. Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:15, 16) Uno tendría que vivir como ermitaño, aislado del todo de la sociedad humana, si uno quisiera evitar todo contacto con la gente mundana. (1 Cor. 5:9-13) Sin embargo, más allá de la asociación que es absolutamente necesaria en nuestros trabajos seglares, en la escuela, mientras uno está en el ministerio del campo, o en otras ocasiones, no debería haber ningún deseo de exponernos al modo de pensar corrosivo y a menudo conducta pervertida de las personas mundanas.—Deu. 7:3, 4.

      13. (a) ¿Cómo pudiera razonar un hermano si tiene un negocio que requiere algo de contacto con personas mundanas? (b) ¿Cómo pudiera razonar una hermana si un hombre incrédulo muestra un interés en ella? (c) ¿Por qué es sano el consejo de la Biblia de casarse ‘solo en el Señor’?

      13 Para la mente éste es consejo lógico y sano, pero el peligro surge cuando se presentan situaciones en que las asociaciones mundanas parecen deseables al corazón. Por ejemplo, un hermano puede tener un negocio seglar y considerar necesario el asociarse libremente con mundanos, agasajándolos, etcétera. Quizás justifique su proceder discurriendo que tal asociación es esencial para conducir su negocio, el cual, a su vez, se usa para sostenerse él mismo y sostener a su familia. Considere, también, la situación de una hermana en la congregación que desee casarse. Es posible que no haya muchos hermanos en su círculo de amigos cristianos que son casaderos. Está bastante consciente de que está aumentando en años de edad. Un varón que ha conocido por algunos meses en su lugar de empleo seglar quizás exprese un interés en ella. Si es atraída a él, inmediatamente la mente y el corazón acuden a la racionalización. Es posible que sea un hombre simpático, pulcro. No bebe ni fuma. Es tolerante cuando se trata de religión. Uno hasta pudiera oír decir que es más agradable que algunos de los hermanos cristianos que ella conoce. O se hace mención de un caso aislado en que otra hermana se casó con un incrédulo y con el tiempo fue ayudado a hacerse cristiano. Quizás se pueda hacer lo mismo en este caso. Sin embargo, la dura experiencia de muchos concuerda con la Biblia aquí, pues demuestra que hay muy poca probabilidad de que esto suceda. Más bien, hay la fuerte posibilidad de que el incrédulo haga que la cristiana transija y pierda la vida. El obedecer uno el mandato bíblico de casarse ‘solo en el Señor’ puede requerir gobierno de uno mismo y paciencia, pero siempre podemos estar seguros de que Jehová sabe lo que es bueno para su pueblo. No solo quiere salvaguardarlos de los muchos dolores de seguir un derrotero imprudente, sino que también quiere que su pueblo sea feliz.—1 Cor. 7:39, 40.

      14. ¿A qué atracciones mundanas se enfrentan en particular los jóvenes?

      14 Los jóvenes tienen una gran tentación de asociarse con jóvenes mundanos de su propia edad. A menudo son presionados a ingresar en equipos deportivos, clubes y grupos. Hay el deseo de ser aceptado y a menudo, para ser aceptado, el joven tiene que demostrar que hará cosas atrevidas y hasta antibíblicas. Es fácil sucumbir a manías mundanas en el peinado y el vestido, o ser tentados a coger una novela de bolsillo de un puesto de libros con una cubierta llamativa que atrae a los deseos carnales. También hay el señuelo de la televisión o las películas que dan prominencia especial a la violencia, ponen de relieve el sadismo o glorifican el sexo. Hay autores, también, de libros sobre filosofía, crítica textual, y de otras cosas por el estilo, con quienes no deseamos asociarnos. Si leemos estos libros, equivale a sentarnos delante de ellos y dejar que nos llenen la mente con sus ideas sobre la vida.—1 Cor. 3:18-20; 1 Tim. 6:20, 21.

      15. ¿Qué consejo sano se da en las Escrituras sobre asociación, y cómo es el prestar atención a esto un beneficio y una protección para los cristianos?

      15 Los cristianos fieles creen la Biblia cuando dice: “Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.” (Sant. 4:4) Ven la lógica sana en el mandato: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial [o Satanás]? ¿O qué porción tiene una persona creyente con un incrédulo? ‘“Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,” dice Jehová, “y dejen de tocar la cosa inmunda”’; ‘“y yo los recibiré.”’” (2 Cor. 6:14, 15, 17) Prestando atención a este consejo, no se dejan ser inducidos a tener asociación estrecha con incrédulos y se evitan muchos dolores. Se deleitan en asociarse con sus hermanos cristianos y en edificar amistades duraderas, confiables con ellos. Aquí la asociación edifica más bien que derriba. Le ayuda a uno a seguir hacia su meta de “la vida que lo es realmente” en el nuevo orden de Dios.—Heb. 11:24, 25.

      ¿ESTÁ USTED VIVIENDO PARA LAS OPORTUNIDADES DE JUGAR CON INMORALIDAD SEXUAL O COMETERLA?

      16. (a) ¿Qué se da a entender por ‘jugar con la inmoralidad’? (b) ¿Por qué el concertar citas con alguien del sexo opuesto no es simple entretenimiento?

      16 ‘Jugar con’ significa divertirse, como con un juguete; pasar tiempo en deporte o juego. El jugar con la inmoralidad sexual es jugar con ella sin realmente cometer fornicación o adulterio. Los órganos sexuales no son juguetes, sino que Jehová los da para la procreación, para que los usen las personas casadas con sus cónyuges. La Biblia condena la conducta relajada, y es evidente que el jugar con la inmoralidad sexual es conducta relajada, lo cual puede resultar en expulsión. (Gál. 5:19; Mar. 7:21-23) Una persona solo se engaña si piensa que tal conducta inmunda es aceptable con tal que se evite el coito. El concertar citas con alguien del sexo opuesto no es meramente entretenimiento, sino que debe hacerse con el matrimonio en mira. Si una persona no tiene en mira el matrimonio o es demasiado joven para asumir las responsabilidades del matrimonio, entonces debería examinar sus motivos en cuanto a por qué desea concertar citas con alguien del sexo opuesto. ¿En qué dirección va?, o, expresado de otra manera, ¿para qué está comenzando a vivir?

      17. ¿Qué cosas, que han de evitar los cristianos, contribuyen a jugar con la inmoralidad sexual?

      17 El jugar con la inmoralidad sexual a menudo comienza con asociación incorrecta. Esta práctica es común entre los mundanos. La tentación al estar en medio de ellos lo rodea a uno completamente. Su conversación, las películas, los libros, la literatura pornográfica, las bromas obscenas, la ropa ajustada o reveladora, todo contribuye a crear y abrigar el deseo incorrecto en el corazón. El flirtear con el cónyuge de otra persona puede parecer inocente, pero a menudo resulta en consecuencias serias.—Efe. 5:3-5.

      18. ¿Qué preguntas se presentan para que cada uno las considere al pesar uno sus motivos al asociarse con personas del sexo opuesto?

      18 Aquí están algunas preguntas para que cada uno las considere al pesar sus motivos, pero no requiriendo que la Sociedad Watch Tower establezca reglas sobre ellas: Aunque no están casados, ¿se cogen de la mano porque obtienen una sensación emocionante? ¿Bailan porque disfrutan de tener el cuerpo de alguien del sexo opuesto en contacto con su cuerpo? ¿Se besan al dar las buenas noches porque les es estimulante, aunque no están casados? La correspondencia que recibe la Sociedad indica que el jugar con la inmoralidad sexual a menudo empezó de tales maneras.

      19. ¿Por qué no se le puede culpar a Dios por crear al hombre y la mujer con órganos sexuales cuando éstos se usan para pecar contra Él?

      19 La Biblia es muy franca al declarar: “Es bueno que el hombre no toque mujer.” (1 Cor. 7:1) No podemos culpar los órganos sexuales que Dios ha puesto dentro del hombre y de la mujer si éstos se usan para pecar. Están construidos de tal manera que permanecen tranquilos hasta que se reciben impulsos de la mente y del corazón para excitarlos. Si un hombre y una mujer optan por casarse y han entrado en el matrimonio, es enteramente adecuado que disfruten de estar el uno con el otro, tocándose cada uno en actos de hacerse el amor. Esto les produce a ambos placer, y el hacerse el amor así puede, conforme escojan, conducir a que tengan coito sexual. Sin embargo, un soltero o una soltera no puede esperar iniciar esta reacción en cadena sin consecuencias serias. La capacidad para responder se halla en el cuerpo. Está latente hasta que se estimula. En vez de satisfacer, la emoción producida por tocar fácilmente puede crear un deseo de contacto más estrecho: besarse, jugar con las partes pudendas del cuerpo y seguir hasta cometer fornicación o adulterio. Quizás todo esto no se desarrolle en una sola ocasión, pero el deseo puede aumentar en intensidad a medida que uno piensa en el placer recibido y está a la expectativa de otra ocasión para recibirlo, hasta urdiendo y maniobrando para proveer la ocasión.

      20. ¿Cómo puede una persona ‘amortiguar’ los miembros de su cuerpo tocante a prácticas incorrectas?

      20 Sabiamente, la Biblia aconseja a los cristianos: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas la ira de Dios viene.” (Col. 3:5, 6) El doctor le pone a uno una inyección de calmante para amortiguar los nervios cuando está a punto de operar en una parte particular del cuerpo. Nosotros podemos amortiguar los miembros de nuestro cuerpo en cuanto a deseos e impulsos incorrectos por la manera en que neutralizamos y anulamos los deseos incorrectos en el corazón y la mente, y por la manera en que cultivamos los deseos correctos, el principal de los cuales debería ser el hacer la voluntad de Dios.—1 Tes. 4:3-7; 1 Ped. 4:2-5.

      21. ¿Qué deben determinarse a hacer los cristianos ante las actitudes y prácticas de este mundo?

      21 Que los epicúreos modernos digan que el proceder cristiano es impráctico y que no está apegado a la realidad, si quieren decirlo, pero para nosotros no es impráctico cuando la aplicación de los principios bíblicos en nuestra vida produce felicidad en el hogar, nos evita los efectos mortíferos de las enfermedades venéreas y el alcoholismo, nos mantiene cerca de los que suministran asociación edificante y nos ayuda a tener una conciencia limpia y una posición correcta delante de Dios. Apreciamos el don de la vida y queremos disfrutar de él eternamente en paz y felicidad. No deseamos desecharlo por unos cuantos momentos efímeros de satisfacción carnal. Confiamos completamente en que Dios nos dará vida eterna en su nuevo orden como galardón por nuestra fidelidad. El amor a nuestro semejante nos impele a decirles a otros acerca de esta magnífica esperanza mientras seguimos haciendo esfuerzos determinados por vivir con el nuevo orden de Dios en mira.

  • Viviendo con la vida en el nuevo orden de Dios en mira
    La Atalaya 1973 | 1 de julio
    • Viviendo con la vida en el nuevo orden de Dios en mira

      “Pelea la excelente pelea de la fe, logra asirte firmemente de la vida eterna para la cual fuiste llamado.”—1 Tim. 6:12.

      1. ¿Por qué sería tontería empezar a vivir para los placeres de este mundo?

      DE LO que hemos considerado en el artículo previo, ¡cuán tontos, cuán insensatos seríamos si empezáramos a vivir nuestra vida para asociaciones mundanas, placer de beber, oportunidades para jugar con la inmoralidad sexual o la satisfacción ilícita de la fornicación y el adulterio! ¿Por qué deberíamos desagradar a Jehová cuando, por nuestra conducta, podemos honrarlo y probar que el Diablo es un mentiroso? ¿Por qué causar debilitación de la salud por estos abusos, posiblemente contrayendo alguna enfermedad aborrecible que pueda producir muerte prematura, cuando podemos contribuir a nuestra salud física y mental por el modo de vivir limpio? ¿Por qué arriesgar el ser cortado de la congregación cristiana y hasta el cortamiento eterno en la muerte, por unos cuantos momentos de placer egoísta mal habido, cuando tenemos ante nosotros la vida eterna en el nuevo orden de Dios como el galardón para los que mantienen integridad?

      2. ¿Qué principio bíblico gobierna el resultado de nuestra conducta, y qué tenemos que hacer si queremos la vida en el nuevo orden de Dios?

      2 Sí, ¿por qué? No hay razón sensata para que lo hagamos, sin importar cómo lo consideremos. Depende de lo que queremos. La Biblia es muy clara: Lo que sembramos es lo que segamos. Si sembramos para la carne, tendremos que segar los dolores y congojas que vienen con la momentánea satisfacción carnal, y al fin, la muerte. En contraste, si sembramos con el espíritu en mira, tenemos los beneficios de una vida limpia ahora y vida eterna como nuestra esperanza segura adelante. (Gál. 6:7, 8) La pregunta ante cada uno de nosotros es: ¿Para qué estamos viviendo? Si queremos la vida en el nuevo orden de Dios, ¡tenemos que vivir para ella ahora!

      3. ¿Cómo describe Pablo a algunos en su día que se apartaron del proceder cristiano?

      3 Pablo, en Filipenses 3:17-19, animó a compañeros cristianos a imitarlo a él y a otros que estaban siguiendo un proceder fiel, pero luego, en advertencia, declaró: “Porque hay muchos, los mencionaba frecuentemente, pero ahora los menciono también llorando, que están andando como enemigos del madero de tormento del Cristo, y su fin es destrucción, y su dios es su vientre, y su gloria consiste en su vergüenza, y tienen la mente puesta en las cosas de la tierra.”

      4. Si queremos la vida en el nuevo orden de Dios, ¿en qué debemos tener concentrada nuestra mente?

      4 El punto es: ¿Dónde está nuestra mente? ¿Dónde están los intereses de nuestro corazón? ¿Tras qué estamos siguiendo? Es preciso que nos apeguemos a la realidad. Pablo, en 1 Timoteo 6:19, dio órdenes a los que estaban siguiendo tras intereses y deseos terrestres, diciéndoles que deberían ‘atesorar para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que lograran asirse firmemente de la vida que lo es realmente.’ Sí, ¡la vida que lo es realmente! ¡De eso queremos lograr asirnos firmemente! Esto significa vivir para el nuevo orden de Dios y no para la satisfacción de los deseos carnales. Romanos 8:6 lo expresa bien: “Porque el tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz.”

      5. ¿Cómo puso Moisés el ejemplo correcto en cuanto a vivir para el Nuevo Orden?

      5 Moisés puso un ejemplo excelente en cuanto a vivir con el nuevo orden de Dios en mira. Escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del galardón.” (Heb. 11:25, 26) ¿Rechazamos nosotros, como Moisés, el “disfrutar temporalmente del pecado,” y, más bien, miramos “atentamente hacia el pago del galardón” en el nuevo orden de Dios, aunque a veces se nos vitupere y se nos desprecie? ¿Aunque tengamos que disciplinar nuestro cuerpo y sujetar nuestros deseos carnales? Sí, ¿aunque tengamos que esforzarnos con vigor para mantenernos fuertes espiritualmente?

      6. Al mantenernos libres de las prácticas de este mundo, ¿estamos nosotros como cristianos realmente privándonos de algo de valor?

      6 Por supuesto, el que uno sea cristiano y se mantenga libre de las prácticas de este mundo lo hará impopular con el mundo. Quizás otros digan que nos estamos privando, que nos estamos negando innecesariamente. Pero, ¿realmente estamos perdiendo algo de verdadero valor? ¡No, realmente estamos ganando todo! No estamos privándonos de algo que realmente necesitamos para tener felicidad verdadera. El modo de vivir cristiano no es una vida triste, infeliz. Nuestro mayor gozo proviene de agradar a nuestro Padre celestial. Además, cuando servimos a Jehová, nos evitamos el dolor y la congoja terribles que vienen con la desobediencia. ¿Por qué deberíamos ir por la vida buscando “sensaciones fenomenales” y emociones, solo para sufrir atormentadores remordimientos de la conciencia, sabiendo plenamente bien que tales cosas no producen verdadera felicidad, sino que solo conducen a la muerte? Aun la retribución misma resulta en muchas experiencias duras mientras todavía vivimos.

      7. ¿Cómo nos ayudará la fe en las promesas de Dios al vivir para el nuevo orden de Dios?

      7 A resumidas cuentas, ¿Qué puede compararse con la vida en el nuevo orden de Dios? Al tiempo presente solo podemos obtener vistazos mentales de lo que será la vida entonces, pero ¡cómo producen dentro de nosotros un deseo vehemente de estar allí! La pregunta es: ¿Se ve usted mismo allí? Si se ve, con fe, esto será una gran ayuda para resistir los deseos de la carne. Usted no querrá que nada ponga en peligro sus expectativas de estar allí en realidad. Acuérdese, la fe se define como “la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.” Considere, también, que la fe no solo envuelve el creer que Dios existe, sino que él “viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:1, 6) Nuestra esperanza de vivir en el nuevo orden de Dios debe ser tan fuerte en nuestra mente que podamos imaginarnos estar allí mismo, no presuntuosamente, sino ciertamente con una esperanza fuerte, ferviente de estar allí por la bondad inmerecida de Jehová. Pero, de nuevo, ¿qué queremos? ¿Para qué estamos viviendo? Si es con el nuevo orden de Dios en mira, simplemente no hay comparación con las atracciones fútiles de este mundo vacío.

      EL HOMBRE CREADO PARA DISFRUTAR DE LA VIDA

      8. ¿Por qué puede decirse que Dios creó a las criaturas humanas para disfrutar de la vida?

      8 Cuando Jehová creó al hombre y a su ayudante la mujer, no se propuso que vivieran vidas austeras sin placer. Al contrario, Dios se propuso que Adán y Eva, así como todos sus descendientes, disfrutaran del vivir, y eso es lo que Dios se ha propuesto que sea el caso cuando toda la Tierra llegue a ser un paraíso bajo su reino. Considere por un momento las magníficas condiciones y alrededores en el Jardín de Edén que contribuían al placer y contentamiento de la primera pareja humana. Sus cuerpos estaban construidos de tal manera que percibían sensaciones transmitidas por el sistema nervioso. Se creó alimento de las plantas del suelo con una gran variedad de sabores y olores, y la lengua y la nariz fueron diseñadas para poder saborear éstos. El comer hasta satisfacerse sería algo de que disfrutar cabalmente y no una mera faena de llenar el vientre tres veces al día. Los oídos recibirían los sonidos melodiosos de la Tierra, incluso las palabras de comunicación producidas

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