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  • “Recomendándonos a toda conciencia humana a la vista de Dios”
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo. Contra tales cosas no hay ley.” (Gál. 5:18, 22, 23) ¿De qué manera es que “no están bajo ley”?

      6 Cristo Jesús mostró que el entero código de la Ley dado a Israel dependía de dos mandatos básicos: Amor a Dios con todo el corazón, mente, alma y fuerzas de uno y amor al prójimo como a uno mismo. (Mat. 22:36-40) El apóstol Pablo también dice que las leyes contra el adulterio, asesinato, hurto, codicia, “y cualquier otro mandamiento que haya, se resume en esta palabra, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.” (Rom. 13:9, 10) ¿Estamos gobernados por ese amor a Dios y al prójimo, y tenemos conocimiento exacto de la Palabra de Dios y fe fuerte? Entonces hasta sin un extenso código de reglamentos, reglas y restricciones, podemos permanecer en la senda de la justicia, porque tenemos la ley de Dios ‘escrita en nuestros corazones.’ (Heb. 10:16) “Ley” significa, básicamente, una ‘regla de conducta.’ Todo lo que aprendemos acerca de Dios, tanto por estudio como por sus tratos con nosotros, llega a ser nuestra regla de conducta o “ley.” Cuando esto es así, entonces nuestra conciencia da testimonio bueno y confiable para guiarnos.

      CONCIENCIAS DÉBILES Y FUERTES

      7, 8. ¿De qué manera estaba ‘débil’ la conciencia de ciertos cristianos corintios, y cuál era una causa básica?

      7 Pero aun en el caso de cristianos bautizados, no siempre sucede así. Algunos tienen conciencias ‘fuertes,’ otros tienen conciencias ‘débiles,’ como se ve en la primera carta de Pablo a la congregación de Corinto. En esa ciudad, la carne que los corintios paganos habían ofrecido a un ídolo comúnmente se vendía en las carnicerías de la ciudad. La conciencia de algunos cristianos no les permitía comer esta carne sin sentir culpa. ¿Era correcto este testimonio de su conciencia? Si no, ¿por qué no?

      8 A esos cristianos les faltaba conocimiento exacto y discernimiento de los principios justos. Pablo explicó que los ídolos paganos realmente no eran “nada” puesto que “no hay más que un solo Dios,” el Creador. Por lo tanto la carne realmente no podía llegar a pertenecerle al ídolo puesto que éste no tenía ninguna genuina existencia viviente y por consiguiente ningún poder para recibir o poseer esa carne. La carne permanecía bajo la tenencia de Aquel que legítimamente ‘posee la tierra y todo lo que hay en ella,’ Jehová Dios.—1 Cor. 8:1-6; compare con 1 Cor. 10:25, 26.

      9. (a) ¿Qué otros factores pueden producir una conciencia débil? (b) ¿Por qué ‘contaminaría’ la conciencia de estas personas el comer carne ofrecida a ídolos?

      9 Pero otra cosa estaba haciendo que sus conciencias dieran testimonio incorrecto. Después de decir, “No obstante, no hay este conocimiento en todos,” Pablo añade, “sino que algunos, estando hasta ahora acostumbrados al ídolo, comen alimento como algo sacrificado al ídolo, y su conciencia, siendo débil, se contamina.” (1 Cor. 8:7) Esto muestra que nuestros antecedentes, ambiente, las costumbres, creencias y actitudes de la gente entre quienes crecimos... todos éstos también pueden afectar el testimonio de nuestra conciencia. Muchos corintios habían practicado la adoración de ídolos antes de llegar a ser cristianos. Evidentemente por la fuerza del hábito todavía sentían cierta conciencia de adoración asociada con la carne que había sido ofrecida en sacrificio idolátrico. Por eso, el que ellos comieran, como dijo Pablo, ‘contaminaría su conciencia.’ Con el tiempo, el conocimiento podría tener un efecto saludable, esclarecedor sobre su conciencia, ‘reajustando’ su punto de vista, ayudándoles a vencer sus anteriores prejuicios, temores, creencias y puntos de vista.—2 Cor. 13:11.

      ‘NO DEBEMOS ESTAR AGRADÁNDONOS A NOSOTROS MISMOS’

      10. ¿Cómo podrían los de conciencia fuerte ‘edificar’ las conciencias de los otros de manera incorrecta?

      10 Pero en el ínterin, ¿qué debían hacer los cristianos cuyas conciencias no eran débiles, que tenían conocimiento de los principios correctos y el punto de vista correcto del asunto? ¿Deberían dar poca importancia a las dudas de los que tenían una conciencia débil? ¿Deberían seguir adelante y hacer cuanto les permitiera su conciencia sin preocuparse por las conciencias débiles de otros, asumiendo que su propia intrepidez en el asunto serviría para fortalecer las conciencias débiles de los otros? Pablo dice que el amor debe dictarnos, pues “el conocimiento hincha, pero el amor edifica” a los que lo muestran. (1 Cor. 8:1) Deben tener cuidado, no sea que el ejercer su “autoridad” o derecho (de comer esa carne por no tener ya una conexión con adoración) “venga a ser de algún modo tropiezo para los que son débiles.” Sí, si comían carne que sabían que había sido sacrificada esto podría tener el efecto de ‘edificar’ la conciencia de los débiles, edificándolos, no de una manera sana, sino haciendo que su conciencia oscilara al extremo contrario. ¿Cuál? El de realmente comer carne en ceremonia religiosa conectada con idolatría, o por lo menos comiéndola a pesar de estar conscientes de la adoración. El cuerpo gobernante de la congregación cristiana había condenado esto, por guía del espíritu santo.—1 Cor. 8:9, 10; Hech. 15:28, 29.

      11. ¿Por qué está ‘ya condenada’ la persona que no obra según la fe?

      11 Aunque la conciencia de una persona sea sumamente restrictiva, nadie debe atreverse a pasar por encima de esa conciencia o tratar de convencer a la persona con argumentos a que vaya en contra de ella. Como muestra la discusión correspondiente del apóstol en su carta a los romanos, si una persona comiera carne mientras tiene dudas en cuanto a lo correcto del acto, “ya es condenado . . . porque no come por fe.” El cristiano que obra de acuerdo con su fe tiene una conciencia limpia; pero si obra sin fe de que lo que está haciendo es correcto, entonces su conciencia no está limpia, pues, aunque le parece que el acto es contrario a la voluntad de Dios, lo hace de todas maneras.—Rom. 14:5, 14, 23.

      12. ¿Por qué, entonces, es tan esencial la fe para que tengamos una conciencia que suministre guía adecuada?

      12 Una fe fuerte contribuye a una buena conciencia, a una conciencia que habla denodadamente, correctamente, no dejando de dar testimonio necesario en tiempos críticos. La fe no solo da confianza; produce lealtad a la verdad y la justicia. El cristiano que ha edificado fe fuerte por conocimiento y aplicación sincera de él, por aprecio y confianza genuinos, será leal. Aunque su conciencia le permita hacer cosas que los que tienen fe débil no hacen por tener escrúpulos contra ello, no se excusará en cuanto a hacer cosas malas.—Gál. 5:13.

      13. ¿Por qué es tan vitalmente importante el que mostremos amor al considerar las conciencias de otros y que gobernemos nuestra conducta en conformidad a ello?

      13 Pero el amor siempre tiene que controlar. Pablo recalca este principio regulador cuando dice: “Nosotros, pues, que somos fuertes debemos soportar las debilidades de los que no son fuertes, y no estar agradándonos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.” (Rom. 15:1, 2) Mostrando cuán serio asunto es el que la persona con fe fuerte no muestre consideración a los que son débiles en asuntos de conciencia, Pablo advierte: “Si por causa de alimento se contrista tu hermano, no andas ya de acuerdo con el amor. No arruines por tu alimento a aquel por quien Cristo murió.” “Cuando ustedes pecan así contra sus hermanos y hieren su conciencia que es débil, están pecando contra Cristo.” (Rom. 14:15; 1 Cor. 8:11, 12) Lo que se dice acerca del comer y el beber puede decirse acerca de asuntos de vestir, diversión, empleo y toda otra faceta del vivir humano.—Rom. 14:21.

      14. ¿Cómo debe haber un equilibrio en la actitud tanto de aquellos cuyas conciencias son muy restrictivas y aquellos cuyas conciencias no son tan restrictivas? ¿Qué principios deben tener presentes siempre ambas clases?

      14 Tal como es incorrecto que el que tiene fe fuerte menosprecie a los que son excesivamente escrupulosos o trate de sobreimponer su conciencia a la de ellos, así también es incorrecto que el escrupuloso juzgue o censure a los que ejercen libertad cristiana. “Todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios,” dice Pablo, y entonces “cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios.” “¿Por qué debería ser que se juzgue mi libertad por la conciencia de otra persona?” (Rom. 14:3-12; 1 Cor. 10:29, 30) Sin embargo, aunque está convencido de ciertos ‘derechos’ o “autoridad” sobre la base de la Palabra de Dios, el cristiano guiado por amor no ‘busca sus propios intereses,’ insistiendo en sus derechos y agradándose a sí mismo a la vez que perjudica a otros, sino que imita a Cristo, que “no se agradó a sí mismo” de manera egoísta, inconsiderada.—1 Cor. 8:9; 13:4, 5; Rom. 15:3.

      CONCIENCIAS CONTAMINADAS

      15, 16. ¿Cuál es la diferencia entre una conciencia débil y una que está contaminada? Ilustre esto usando las Escrituras.

      15 Una cosa es tener una conciencia débil debido a falta de conocimiento. Otra cosa muy diferente es tener una conciencia contaminada debido a rechazar la verdad o proceder de una manera contraria a la conciencia de uno.

      16 Pablo instó a que se les mostrara consideración amorosa a los cristianos excesivamente escrupulosos de Roma y Corinto, los que manifestaban ‘debilidad de fe.’ Pero instruyó a Tito a que ‘censurara con severidad’ a hombres en Creta que no eran ‘saludables en la fe.’ ¿Por qué? Porque no eran excesivamente escrupulosos meramente por falta de conocimiento. Estos hombres estaban estableciéndose como maestros de sus puntos de vista, contradiciendo la decisión dirigida por espíritu del cuerpo gobernante sobre la circuncisión. Tanto sus mentes como sus conciencias estaban contaminadas. Sus obras manifestaban esto.—Rom. 14:1; Tito 1:9-15.

      17. (a) ¿Qué consecuencias graves pueden resultar de no mantener una conciencia limpia para con Dios? (b) ¿Cómo presenta Efesios 4:20 otra ayuda para que reflejemos la ‘imagen y semejanza’ de Jehová?

      17 El seguir un derrotero deliberado de error puede resultar en que la conciencia de uno llegue a estar marcada o cauterizada “como si fuera con hierro de marcar.” (1 Tim. 4:2) Algunos de éstos en el día de Pablo habían “echado a un lado” la fe y una buena conciencia y habían experimentado “naufragio” de su fe, convirtiéndose en blasfemadores de los siervos fieles de Dios y Su verdad. (1 Tim. 1:19, 20) Un cristiano podría volver a ser como la gente del mundo, que están “mentalmente en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios.” Debido a su ignorancia y la insensibilidad de sus corazones llegan a “estar más allá de todo sentido moral,” su conciencia los excusa en toda clase de conducta relajada, inmundicia y avaricia. Pero, como añade Pablo, “ustedes no aprendieron que el Cristo sea así.” (Efe. 4:17-20) El Hijo de Dios nos proveyó un Modelo y Dechado por el cual nuestras conciencias pueden ser entrenadas a dar testimonio correcto.

      HACIENDO LLAMAMIENTO A LAS CONCIENCIAS DE OTROS

      18-20. (a) Describa algunas de las maneras en que Pablo hizo llamamiento a las conciencias de aquellos a quienes servía. (b) Según lo que les escribió a los tesalonicenses y corintios, ¿estuvo satisfecho simplemente con creer que ‘Dios sabe que mi corazón está en lo correcto en lo que hago’?

      18 Ciertamente debemos querer evitar el contaminar nuestras conciencias, lo cual resultaría en perjudicarnos a nosotros mismos y a otros. Debemos poder decir como el apóstol Pablo: “Da testimonio nuestra conciencia: que con santidad y sinceridad piadosa, no con sabiduría carnal, sino con la bondad inmerecida de Dios, nos hemos comportado en el mundo, pero más especialmente para con ustedes.”—2 Cor. 1:12.

      19 Repase algunas de las maneras en que Pablo hizo llamamiento a las conciencias de aquellos a quienes servía. No buscó ni prominencia, ni alabanza, ni poder sobre ellos. Ninguno de los apóstoles trabajó más duro que él, sin embargo estuvo lejos de asignarse privilegios especiales o buscar lo óptimo en comodidades materiales como si eso fuera ‘lo que le correspondía.’ Hasta de muchas maneras se abstuvo de usar sus derechos debidos.—1 Cor. 9:3-18; 15:10.

      20 Su actitud no fue, ‘Soy el apóstol a los gentiles nombrado por el mismo Hijo de Dios de modo que no me interesa lo que piense cualquiera. Lo que yo hago es entre mí y Dios. Sé que estoy en lo correcto; por eso que los otros lo acepten y no lo pongan en tela de juicio.’ Teniendo autoridad, no era autoritario. En vez de sacar a luz una poderosa personalidad para persuadir, hizo llamamiento a las conciencias de la gente con amor. Él recuerda a los de Tesalónica que él y sus compañeros fueron ‘amables como una madre que cría,’ impartiendo con tierno cariño “no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados.” Él y sus asociados laboraron voluntariamente en trabajo seglar noche y día para no imponer una carga costosa a otros. Así, dice él, los tesalonicenses llegaron a ser “testigos, Dios también lo es, de cuán leales y justos e intachables demostramos ser.” (1 Tes. 2:5-10) Aunque confiaba en que su corazón estaba manifiesto ante Dios, Pablo dijo a los de Corinto: “Espero que también hayamos sido puestos de manifiesto a las conciencias de ustedes.”—2 Cor. 5:10-12.

      21, 22. (a) ¿Basta con recomendarnos a Dios y a las conciencias de nuestros hermanos? (b) ¿Por qué es vital hacer llamamiento a las conciencias de aquellos a quienes llevamos las buenas nuevas del Reino?

      21 En esta misma carta a los corintios, Pablo expresa que él y sus compañeros habían “renunciado a las cosas solapadas de las cuales hay que avergonzarse, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por medio de poner de manifiesto la verdad recomendándonos a toda conciencia humana a la vista de Dios.” Junto con una conciencia limpia para con Dios y nuestros hermanos, como cristianos también debemos tratar de tener una conciencia limpia para con “toda conciencia humana,” incluso los del mundo de la humanidad. (2 Cor. 4:2) ¿Estamos haciendo esto?

      22 Nunca debemos dudar de que el progreso y éxito de la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios dependen mucho de que nos ‘recomendemos a toda conciencia humana’ manteniendo una buena conciencia nosotros mismos, tanto en la congregación como individualmente. No basta con predicar y enseñar verdades bíblicas a otros. Junto con esto —de hecho, como parte de nuestra predicación y enseñanza— tenemos que hacer llamamiento a sus conciencias. No pueden ver nuestros corazones como Dios puede verlos, pero podemos esforzarnos por manifestar lo que está en nuestro corazón... nuestra sinceridad, nuestra honradez, nuestro motivo puro, nuestro amor altruista. Sin embargo, ¿podemos hacer esto si nosotros mismos no practicamos lo que predicamos?

      23. ¿Qué debe impelernos a tratar de nunca ser causa de tropiezo a aquellos a quienes predicamos y enseñamos?

      23 ¿Cuán interesados estamos en el bienestar eterno de los que nos rodean, no solo nuestras familias y nuestros hermanos espirituales, sino también nuestro prójimo, nuestros vecinos y conciudadanos? Pablo escribió: “Digo la verdad en Cristo; no miento, puesto que mi conciencia da testimonio conmigo en espíritu santo, de que tengo gran desconsuelo e incesante dolor en mi corazón . . . a favor de mis hermanos, mis parientes según la carne, que, como tales, son israelitas.” (Rom. 9:1-4) Él mostró su interés esforzándose por mantener una conducta que hiciera llamamiento a la conciencia de ellos, esforzándose para nunca ser innecesariamente repugnante a la conciencia de los judíos. (Compare con Romanos 10:1; 1 Corintios 9:20.) ¿Cuán profundo es nuestro deseo de ayudar a los de nuestra nación a conseguir la vida? ¿Cuánto esfuerzo estamos dispuestos a hacer para evitar el ser ‘causas de tropiezo a otros’?—1 Cor. 10:32, 33.

      24. (a) ¿Qué han hecho muchos siervos de Dios en tiempos modernos a fin de recomendarse a toda conciencia humana a la vista de Dios? (b) ¿Qué preguntas surgen para nuestra consideración futura?

      24 El interés de mantener una buena conciencia ante Dios y todos los hombres ha hecho que muchos siervos de Dios de tiempos modernos efectúen grandes cambios en su vida... en su conducta y habla cotidianas, sus actitudes y trato de otros, su empleo y prácticas comerciales. Están ‘ejercitándose continuamente para tener conciencia de no haber cometido ofensa contra Dios ni contra los hombres.’ (Hech. 24:16) ¿Está usted haciendo esto? ¿Cuáles son algunas de las cosas que hacen surgir cuestiones de conciencia para los siervos de Dios hoy día? Cuando un llamamiento a las conciencias de otros requiere ciertos cambios, ¿necesitan alguna ley o mandato o reglamento específico que los haga efectuar estos cambios? Estas son preguntas que dejamos para que las conteste un próximo número de La Atalaya.

  • ¿Cuál es el punto de vista cristiano del baile?
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • ¿Cuál es el punto de vista cristiano del baile?

      MUCHOS son los nuevos bailes que ha producido en años recientes la era de la música de rock ’n’ roll. Tienden a durar un corto tiempo y pronto son reemplazados por otros. Aunque algunos prefieren el baile rápido, a otros les gusta la clase de baile lento en que el hombre y la mujer bailan juntos abrazados. Entre los jóvenes de algunos países los llamados bailes de rock de “no tocar” han cobrado popularidad; en éstos las parejas realmente no se tocan sino que efectúan una variedad de movimientos. Ante tan variado y desconcertador conjunto de bailes en boga hoy día, quizás el cristiano se pregunte: ¿Cuál es el punto de vista correcto del baile a la luz de la Biblia?

      En el Israel de la antigüedad, el baile se ejecutaba en su mayor parte en grupos, particularmente por las mujeres. Cuando los hombres participaban en el baile, evidentemente estaban en compañías separadas. No hay mención directa de combinar los sexos en sus bailes.

      En la Palabra de Dios no hay condenación directa del baile en sí. Cuando les sobrevino desaprobación divina a bailadores, como en el caso de los israelitas que bailaron ante un becerro de oro, la idolatría asociada con el baile fue lo incorrecto, aunque posiblemente haya habido un factor de desenfreno en el baile. En ese caso la idolatría y el baile acarrearon deshonra a Jehová.—Éxo. 32:1-35.

      Entre las antiguas naciones paganas, eran comunes las danzas de la fertilidad. Estas eran danzas especialmente ideadas para estimular las pasiones sexuales tanto de los participantes como de los observadores. Los cananeos ejecutaban bailes en corros en torno de sus ídolos y postes sagrados en honor de las fuerzas de la fertilidad. La adoración de Baal estaba asociada con bailes desenfrenados, sin restricciones.

      Avanzando a tiempos posteriores, en las Escrituras Griegas Cristianas hallamos que se menciona el baile sin ninguna denotación de disfavor. Jesucristo, de hecho, dijo una parábola en la que el baile se mencionó como parte de una ocasión gozosa. Al regresar a casa el hijo pródigo, su padre se regocijó y preparó una celebración. Hubo baile en unión con el banquete. (Luc. 15:25) Es evidente que el Hijo de Dios no desaprobó el baile en sí; de otra manera no 

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